Hasta hace pocos años no ha sido considerada esta espectacular imagen como obra de Ribera, a pesar de que en los documentos del siglo XVII se considera como realizada por el maestro valenciano. La influencia de Caravaggio se pone de manifiesto en el contraste lumínico empleado, formando atractivos claroscuros, la técnica lisa, el colorido con tonos apagados y tostados así como el naturalismo con que trata al santo. Su rostro parece sacado de un anciano respetable de la ciudad de Nápoles mientras que sus manos están relacionadas con la serie de los Sentidos. La potente anatomía de la figura se inspira en el clasicismo, trayendo a la memoria las obras de Miguel Angel. El foco de luz procedente de la izquierda dibuja una diagonal en la pared, diagonal que se refuerza con la posición de la cabeza del santo y sus manos así como en la cruz aspada que se convierte en su símbolo.
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obra
Los especialistas siempre han catalogado esta pieza del Apostolado como obra del taller que recibió los últimos retoques de Ribera. Bien es cierto que la figura no tiene la naturalidad que se aprecia en San Pedro o San Pablo pero no carece de grandeza y espiritualidad. El santo aparece, como sus compañeros, ante un fondo neutro, recibiendo un potente foco de luz procedente de la izquierda para resaltar su volumetría. El rostro y las manos están interpretados de manera naturalista, como si se tratara de un hombre sacado de las calles napolitanas, siendo los tonos empleados pardos y terrosos. Estas características sitúan el lienzo en la órbita estilística de Caravaggio mientras que las huellas de Rubens y El Greco se dejan ver en la iconografía
obra
Jusepe Ribera, apodado el Españoleto, trabajó en el estilo del Naturalismo tenebrista. Sus características las podemos encontrar en este San Andrés: un marco muy ajustado a la efigie del personaje, que es casi de tamaño natural, un fondo muy oscuro que impide averiguar en qué espacio se encuentra el santo, un potente foco de luz artificial lateral que destaca sólo algunas partes de la composición y deja el resto en completa oscuridad, un acusado realismo a la hora de captar el rostro y el cuerpo ajado, lleno de arrugas del apóstol... Ribera fue un auténtico maestro en este estilo y contribuyó a difundirlo en España a través de sus cuadros, que enviaba desde Italia. La temática religiosa fue muy habitual en él, pero además trabajó temas mitológicos, lo cual no era frecuente en España.
Personaje
Religioso
Obispo de Fiescoli, medió en los conflictos suscitados por la rivalidad de varias ciudades italianas
obra
San Andrés y San Bernardino se ubican en la zona inferior derecha del Políptico de la Misericordia junto a la Virgen, que protege con su manto a los miembros de la Compañía. El fondo dorado sobre el que se recortan parece otorgar un aspecto arcaico al conjunto, solventado por Piero della Francesca al dotar de una sensacional volumetría a ambas figuras gracias a los efectos lumínicos empleados y el aspecto escultórico de los plegados de las túnicas, en la órbita de Masaccio y la Escuela florentina del Quattrocento, por la que sintió especial admiración. Los dos santos más que integrarse en el espacio parecen generarlo ellos mismos, encontrándonos en este primer trabajo una de las obsesiones fundamentales de Piero: la perspectiva.
obra
Las parejas de santos son muy habituales en la pintura de El Greco, siendo San Andrés - con su cruz en aspa - y San Francisco - con su hábito y sus estigmas - los más populares. No es muy habitual que el maestro coloque sus figuras al aire libre pero cuando lo hace las sitúa en primerísimo plano y en un espacio muy reducido, que se corta como si fuese un precipicio, representando al fondo la ciudad de Toledo, como homenaje al lugar que le acogió y donde obtuvo su enorme fama. Ambas figuras están muy estilizadas, son muy alargadas, por lo que la cabeza es proporcionalmente muy pequeña. Y es que El Greco ha sustituido el canon clásico de belleza - en el que la cabeza es la séptima parte del cuerpo - por un canon muy personal en el que la cabeza es la decimotercera parte, resultando unas gigantescas figuras. Esto siempre se ha querido explicar por problemas visuales del artista, pero debía ser un motivo estético que tuvo aceptación en su momento por el amplio número de obras que realizó. Si en la Trinidad las figuras eran herederas de Miguel Ángel al ser muy escultóricas, aquí el maestro otorga prioridad a las telas que, con tanta amplitud, dan la impresión de cobijar a unas figuras descarnadas, planas y sin anatomía. El colorido es muy vivo, con azules, verdes y grises muy intensos, aplicados con una pincelada suelta característica del pintor. Las estilizadas manos de El Greco son una marca totalmente personal, al igual que el gesto de unir los dedos índice y anular.
Personaje
Religioso
San Aniceto era natural de la provincia romana de Siria. Es considerado por los católicos uno de los primeros papas al ocupar el cargo pontifical entre 155 y 166. Las numerosas persecuciones religiosas que se vivieron durante su pontificado también le afectaron a él que murió mártir por su fe.
Personaje
Religioso
San Ansgar fue misionero en Noruega, Dinamarca, Alemania y Suecia, siendo el primer arzobispo de Hamburgo.