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Personaje Arquitecto
Protegido de Fernando VI, Jaime Marquet fue uno de los arquitectos extranjeros que trabajaron al servicio de los Borbones. Su obra más destacada la realizó en Aranjuez, donde sucedió a Bonavía como maestro mayor de las obras; en 1767 realizó el teatro del Real Sitio de El Escorial. En Madrid, dirigió el proceso de saneamiento de la ciudad. También gozó de la protección de la Casa de Alba, para los que construyó el Palacio de Piedrahita, en Ávila. Su obra más célebre es la antigua Real Casa de Correos, en la Puerta del Sol de Madrid.
Personaje Religioso
Acompañado de Louis Joliet, este misionero jesuita y explorador francés por primera vez siguió en 1673 la ribera del Wisconsin. Durante su expedición, se internó en el Mississippi hasta su unión con el Missouri y con el Arkansas.
Personaje Religioso
Entre 1581 y 1610 ocupó la abacía de Jamaica, realizando una excelente gestión a pesar de los continuos ataques de los piratas ingleses y de la generalizada pobreza que se extendía por la isla.
Personaje Literato
La delicadeza de su prosa le valió la admiración de Lope de Vega, Tirso de Molina y Juan de Mariana. Escribió "El gobernador cristiano deducido de las vidas de Moisés y Josué, príncipes del pueblo de Dios", "Origen de los frailes ermitaños de la Orden de San Agustín", y "Vida del venerable Alonso de Orozco". Perteneció a la Orden de San Agustín en el Convento de San Felipe el Real de Madrid. Le nombraron prior del convento de San Agustín en Salamanca y luego predicador de la corte.
termino
acepcion
Insulto dirigido a los judíos españoles y portugueses obligados a convertirse al cristianismo. En muchos casos continuaron practicando sus ritos en secreto.
lugar
Ciudad marroquí, a caballo entre el Atlántico y el Mediterráneo, supera actualmente el millón de habitantes. Se encuentra asentada en una vasta llanura a los pies del Alto Atlas, en la llanura de Haouz, junto a un afluente del río Tensift. Fue la ciudad más importante de los almorávides en el siglo XI, y de ella toma nombre Marruecos. Levantada sobre un gran palmeral, se sabe que en 1071 fue fundada por el gran jefe almorávide Abu Bekr, aunque fue su sucesor Yusef Ben Tachfin quien contribuyó a hacer de la ciudad una gran capital, a medida que el imperio se expandía. Más adelante, la conquista almohade conllevó la destrucción de la mayoría de sus edificios, aunque fueron sustituidos por otros de gran interés, que son los que hoy pueden contemplarse. Su monumento más importante es la Koutoubia, verdadero faro espiritual de Marraquech. La mezquita de Ben Youssef se levanta junto a la Medersa, gigantesca escuela coránica levantada por el sultán merinida Abou-el-Hassan (1331-1349). Los palacios de El Badii, de la Bahia y de Dar Si Saïd -hoy museo- presentan magníficos patios embaldosados, con mosaicos y estucos. El Jardín del Agdal, las Tumbas de los Saadianos -deslumbrante mausoleo- o el Hotel Mamounia, uno de los hoteles más lujosos del mundo, completan el recorrido artístico por la ciudad. Por último, no debe dejarse sin citar la Plaza de Jemaa el Fna, declarada por la UNESCO patrimonio oral de la humanidad, donde puede contemplarse todo el imaginario oriental que seduce a los visitantes occidentales: encantadores de serpientes, tatuadoras de henna, malabaristas, domadores de monos, aguadores, cuentacuentos, vendedores de hierbas, escribientes, mendigos de chilaba y babuchas, etc.
obra
En esta pequeña acuarela vuelve a ponerse de manifiesto el amor de Fortuny hacia la luz y el color marroquíes, captando con suma habilidad la figura solitaria del hombre que nos contempla apoyado sobre una pared desconchada, con sus manos juntas a la altura de la cintura, envuelto en raídos ropajes. El espléndido dibujo y la esmerada calidad de los tejidos, mostrándonos los detalles, contrastan con la pared, obtenida a base de largos toques del pincel, resultando una obra de contrastes que definirán también la propia vida del artista.