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Los deseos del infante don Luis por conseguir un buen retratista hicieron que Goya se trasladara a la finca que aquel tenía en Arenas de San Pedro( Avila) en el verano de 1783. La estancia del pintor fue muy productiva, retratando a todos los miembros de la familia de manera individual para hacer al año siguiente un retrato colectivo. La bella niña que aquí observamos es la hija menor del infante don Luis y doña Maria Teresa de Vallabriga, también llamada Maria Teresa. Con unos dos años y medio,aparece ante un excelente fondo de paisaje, acompañada de un perrito y vestida como una dama, con un escotado traje y mantilla blanca de gran transparencia. Presentar las figuras al aire libre era muy habitual en los retratos ingleses del neoclasicismo, influencia que Goya manifiesta en buena parte de su obra, especialmente en los retratos femeninos - vease a la Duquesa de Alba -. La postura de la niña y el gesto indican el cariño entre el pintor y la modelo que más tarde posará - como Condesa de Chinchón tras su matrimonio con Godoy - para elartista, resultando una de las obras maestras del pintor. Don Luis quedó muy contento con todos los retratos realizados por lo que dió a Goya una bata para su mujer valorada en 30.000 reales.
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Se trata de una réplica ejecutada por el taller de Velázquez de un retrato de medio cuerpo de la hija de Felipe IV e Isabel de Borbón, moza casadera en aquellos momentos por lo que abundan los retratos que se distribuyeron por las cortes europeas con el fin de encontrar esposo. María Teresa contrajo matrimonio con el rey francés Luis XIV en el año 1660, siendo el acto de su entrega en la isla de los Faisanes el último acto oficial en el que intervino Velázquez debido a su cargo de aposentador mayor de palacio. El original, aunque recortado, se conserva en el Metropolitan Museum de Nueva York, siendo interesante esta copia al aparecer parte del busto y los brazos. En la parte superior del lienzo encontramos el letrero en francés "LINFANTE. MARIE. TEREZE" lo que hace pensar que procede de la corte francesa. Resulta destacable el tocado de la infanta plagado de mariposas que hacen juego con los adornos del vestido. La luz impacta sobre su rostro acentuando su delicada piel y el colorete de las mejillas y el carmín de los labios. La obra carece de la genialidad velazqueña pero resulta de gran atractivo.
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María Teresa fue la última hija de Felipe IV e Isabel de Borbón; nació en El Escorial el 20 de septiembre de 1638 "a las seis horas, después del mediodía", siendo bautizada el 7 de octubre de ese mismo año. Fue la única hija de la pareja real que llegó a edad adulta, contrayendo matrimonio con el rey francés Luis XIV en 1660, debido a la firma de la Paz de los Pirineos que ponía fin a la larga guerra entre España y Francia. Debido a este matrimonio transmitió los derechos sucesorios al trono español a la familia Borbón, por lo que en 1701 Felipe V obtenía la corona española. Cuando fue retratada por Velázquez tendría unos 13 años, siendo uno de las primeras obras protagonizadas por la infanta ya que su desposamiento debía empezar a ser considerado por las diferentes cortes europeas, enviándose retratos para conocer su aspecto. La adolescente aparece de busto, vistiendo un elegante traje color marfil con bordados y perlas, tocando su cabellera con un floreado adorno. Las líneas de su rostro están perfectamente delimitadas a pesar de tratarse de un estudio preparatorio, mostrando un gesto algo triste. La figura se recorta sobre un fondo neutro, siguiendo Velázquez la costumbre impuesta por Tiziano y Tintoretto el siglo anterior.
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Durante el verano de 1783 Goya está en Arenas de San Pedro (Avila) en compañía del infante don Luis de Borbón, hermano menor de Carlos III, y su familia. Durante su estancia retratará a todos los miembros de la familia de manera individual, ejecutando al año siguiente un retrato colectivo y satisfaciendo enteramente a su cliente. Por el mes de trabajo recibió "mil duros y una bata pa mi muger toda de plata y oro que bale treinta mil reales ..." (sic). Aquí contemplamos el excelente retrato de la esposa de don Luis, María Teresa de Vallabriga. Había nacido en Zaragoza el 6 de noviembre de 1759; su padre era militar - coronel del Regimiento de Voluntarios a Caballo para ser exactos - y su madre era la Condesa de Torresecas - de nombre Josefa Stuard -. En 1773 se trasladó a Madrid, contrayendo matrimonio el 16 de junio de 1776, instalándose en Arenas de San Pedro. Al enviudar regresó a Zaragoza hasta el estallido de la Guerra de la Independencia siendo su destino Mallorca. En 1814 vuelve a su ciudad natal donde falleció el 26 de febrero de 1833 a la edad de 73 años.La figura de doña María Teresa aparece en primer plano, con los brazos apoyados en un sillón, recortada su figura sobre un fondo de paisaje que recuerda ligeramente a Velázquez. Una columna y el arranque de un arco enmarcan la figura como solían hacer los pintores neoclásicos. Viste traje negro y rojo de seda y encaje, destacando el bordado del cuello en tonos blancos. En la cabeza se aprecia un prendedor de brillantes, la única joya visible que porta la dama. Su bello rostro está iluminado por un potente haz de luz procedente de la izquierda que resalta además las calidades táctiles de las telas, obtenidas con una pincelada minuciosa y preciosista. Los ojos negros denotan cierta preocupación por su futuro ya que a la muerte del infante la familia será denostada hasta que Godoy, gracias a su matrimonio con la Condesa de Chinchón - hija de la dama aquí retratada -, sacó a flote a la familia.
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A pesar de llevar ya diez años en Madrid, Goya no ha dado el salto definitivo a la fama, quizá por su dedicación casi exclusiva a los cartones para tapiz. Tiene cerca de los 40 años y el no conseguir aún el éxito le preocupa en exceso. De hecho, si Goya hubiese fallecido por estos años, en la actualidad no sería un pintor afamado , sino sería un artista de segunda categoría, como su cuñado Ramón Bayeu. Pero el verano de 1783 va a ser de gran importancia, ya que Goya va a pasar una larga temporada en Arenas de San Pedro (Avila), en la finca en la que vive retirado el infante Don Luis, hermano menor de Carlos III, junto a su familia. Los momentos pasados en esa finca serán de grato recuerdo para todos, incluso el infante llegó a decir: " Este pintamonas aún es más aficionado a la caza que yo" lo que demuestra la familiaridad con la que se trataba al pintor. Por supuesto que Goya retrató a toda la familia en un cuadro que actualmente pertenece a una colección particular. Pero para llegar a esto, hizo varios retratos preparatorios, como éste de Doña Teresa de Vallábriga, la esposa de Don Luis. Aparece en un riguroso perfil, recortado sobre un fondo neutro. La factura es bastante suelta, aunque no deja de lado el preciosismo del cabello. El rostro y la propia postura otorgan cierta modernidad a la figura, de la que sólo vemos el busto. Doña Teresa había nacido en 1759 en Zaragoza; hija de un coronel, se trasladó a Madrid al quedarse huérfana, donde contrajo matrimonio morganático con el infante Don Luis de Borbón en 1776, a la edad 17 años. Esta boda eliminaba los derechos sucesorios del infante y sus descendientes. Al enviudar, fue despreciada por Carlos III y falleció en su ciudad natal en 1822.
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Durante la estancia veraniega de Goya en Arenas de San Pedro, en el año 1793, realizó numerosos retratos de toda la familia del infante don Luis, su anfitrión. Mostró enorme interés por el de doña María Teresa a caballo para el que pintó este boceto preparatorio que contemplamos. Su idea era entregar el lienzo definitivo en 1784, durante su segundo viaje a la corte de don Luis, momento en el que pintaría la Familia del infante don Luis. El "borrón" está muy acabado presentando a la bella y joven esposa del infante vestida con traje azul de montar y sombrero adornado con plumas. Sostiene las riendas en un elegante gesto, recordando a los retratos ecuestres de Velázquez que Goya grabó en 1778. La serranía de Gredos ha sido pintada siguiendo al maestro sevillano, a través de planos paralelos que se alejan en profundidad. El único error apreciable es la rigidez del caballo y su tamaño, siendo los caballos el único punto oscuro de la carrera de Goya.
monumento
Iglesia fundada en 1698 por orden de las Escuelas Pías y flanqueada por otros edificios monásticos, fue trazada por Johann Lukas von Hildebrandt en 1716 y reformada por Matthias Ferl a mediados de dicho siglo. Las elegantes torres gemelas que la flanquean no se terminaron hasta 1854. En el interior, el templo cuenta con una bóveda decorada entre 1752-1753 a base de frescos con colores brillantes, obra del pintor austriaco Franz Anton Maulbertsch. En una capilla, a la izquierda del coro, se encuentra el retablo de la Crucifixión datado en 1774, obra también de Maulbertsch.
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La familia Trip había obtenido una interesante fortuna gracias a las minas de hierro y a la fabricación de armas, negocios que le habían permitido iniciarse en el mundo financiero. Por consiguiente, estamos ante el retrato de una de las muchachas más acaudaladas de Amsterdam. Cuando Rembrandt retrató a María en 1639 tenía 20 años y aun estaba soltera, por lo que podría ser este retrato un interesante vehículo para encontrar el candidato idóneo para contraer matrimonio. Previamente el maestro había presentado un boceto preparatorio que una vez aceptado servía como confirmación del encargo. Era esta la dinámica habitual a la hora de ejecutar un retrato. La joven María se presenta de pie, recortada su figura sobre un fondo neutro, ataviada con un lujoso vestido en el que destacan los finos encajes del cuello y los puños así como los rosetones dorados que adornan la falda. En estos detalles demuestra Rembrandt su delicadeza y minuciosidad.Para evidenciar la riqueza de María también porta una interesante colección de joyas: collar y pulseras de perlas, broche de oro, diamantes y perlas y pendientes a juego. Pero esas joyas no restan belleza al rostro de la muchacha donde el maestro ha sabido expresar la dulzura de la juventud, iluminando claramente esa zona de la tabla para que nuestra atención se dirija hacia ella. María conseguiría su objetivo y se casó con un rico mercader de Amsterdam que tenía 30 años más que ella. Como podemos observar, realizando obras con estas características Rembrandt tiene asegurado su futuro como retratista de la alta sociedad holandesa.
obra
Los retratos de la reina Mariana de Austria realizados por Velázquez en su última década son muy similares entre sí. Posiblemente en los que la reina aparece de medio cuerpo sean bosquejos de los de cuerpo entero que guardan el Museo del Prado y el Louvre. La figura de la reina se recorta sobre un oscuro fondo neutro sobre el que destaca la claridad de sus vestiduras y su rostro, animado por los rojizos coloretes. La factura empleada por Velázquez es más rápida que en su primera etapa - véase el retrato de Felipe IV joven - anticipando el estilo impresionista. El rostro de doña Mariana es el principal foco de atención, destacando su tristeza tanto en los ojos como en el gesto; y es que esta joven alegre y jovial en su Centroeuropa natal pasó a ser una mujer triste y aburrida en la corte madrileña, donde la rigidez de la etiqueta le impedía pasear sin la compañía de sus damas de honor. Velázquez ha sabido trasmitir como pocos retratistas el "alma" de la modelo, olvidándose de los detalles de los trajes y de las pelucas para otorgar vida a la figura.