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El motivo del traslado de Fortuny a Marruecos en 1860 será realizar una serie de grandes lienzos donde se narren las hazañas de los soldados catalanes dirigidos por el general Prim en la guerra que se libraba en el país africano. Estos encargos supondrán para el pintor un enorme quebradero de cabeza ya que su ejecución durará casi más de diez años, concluyendo sólo la Batalla de Tetuán mientras que la de Wad-Ras quedó en un apunte. Aquí observamos uno de los numerosos bocetos pintados por Fortuny, interesándose siempre por el fragor de la lucha en un amplio escenario, ocupando los combatientes el espacio central de la composición. El exquisito dibujo del maestro hace creíble el asunto gracias a la multitud de figurillas que aparecen en el campo de batalla pero la escena pierde calidad cuando se traslada a un lienzo de grandes dimensiones, como era intención de la Diputación de Barcelona, promotora del encargo.
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El lienzo final con el Sueño de Ossián fue un encargo de Carolina Bonaparte para el Palacio de Monte Cavallo, en el Quirinal. Iba a decorar el techo de la alcoba imperial, y la frialdad del aspecto parece poco apropiada para la intimidad de la habitación. Como podemos apreciar comparando ambas imágenes, boceto y cuadro definitivo, Ingres varió levemente la composición previa, eliminando algunas figuras y añadiendo otras, como el gran guerrero de la derecha y la mujer desnuda de la izquierda en el cuadro. Las figuras en el boceto son de tamaño más monumental y aspecto más vivaz. El espacio está más reducido y esto hace que parezca que se echan encima de Ossián. Este está recostado, dormido sobre su arpa de poeta, pero podemos ver su rostro, que en el cuadro definitivo queda oculto por el brazo. Además, en el boceto, a Ossián le acompaña el perro, que vela el sueño de su dueño y ladra a la visión onírica. Esa figura ha desaparecido en el lienzo definitivo, eliminando pues los elementos de realidad del cuadro.
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Cuando Fortuny se planteó realizar un cuadro que tuviera como motivo su propia boda empezó a trabajar en bocetos y apuntes que le llevaron casi tres años, especialmente para la zona de la derecha de la obra definitiva donde apreciamos unos mayores ecos de Goya. En este apunte observamos la rapidez de trazo que el pintor catalán siempre utiliza cuando son trabajos preparatorios u obras personales, apareciendo ya el debate que se intensificará en sus últimos años: desea pintar de diferente manera pero su introducción en el circuito comercial, donde obtiene grandes beneficios, le obliga a pintar obras de temática dieciochesca con un estilo preciosista del que ya está aburrido. El "modus vivendi" alcanzado por el maestro le impide salir del circuito y revolucionar la pintura española acercándose al Impresionismo.
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Van Eyck conoció al cardenal Albergati en el transcurso del viaje que el religioso realizó a Países Bajos. Durante aquel encuentro, el pintor realizó este dibujo, probablemente porque el cardenal quería que le hiciera un retrato oficial. Tanto es así, que en los márgenes del dibujo encontramos escritas varias notas de Van Eyck con las observaciones necesarias para rematar la obra, una vez que el modelo se hubiera marchado: color de pelo, ojos, tono de la piel, ropas con las que debería aparecer, etc. Sin embargo, durante algunos años el proyecto de retrato quedó abandonado. Finalmente, Albergati escribió a Van Eyck instándole a terminar su retrato, cuadro que hoy podemos contemplar en el Kunsthistorisches Museum de Viena. Comparados los dos, resulta evidente la fidelidad de Van Eyck al dibujo que le tomó en su primer encuentro.
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Como preparación de Oficial de la Guardia Imperial, Géricault llevó a cabo varios bocetos al óleo, algunos de los cuales se conservan hoy día. Éste, realizado en papel montado sobre lienzo, se halla compositivamente cercano al cuadro definitivo. El oficial retratado, Alexander Dieudonné, es la encarnación del tipo de figura creada por Géricault, el oficial "filósofo", absorto, melancólico, que aparece también en Coracero herido. Aunque se mantiene fiel al tema, la guerra, y el oficial se recorta ante un fondo de llamas y destrucción, la principal característica del personaje es la soledad, que se expresará en el cuadro a través de su mirada perdida. En este momento, Géricault ya se ha decantado por la composición en diagonal del caballo encabritado y el giro del torso del oficial, con el sable hacia abajo, en una construcción de gusto barroco.
Personaje Pintor
Bock se especializará en los retratos, siguiendo el estilo de Holbein el joven, manteniendo un importante taller en Basilea. También se dedicó a la ilustración, trabajando en la "Danza de la muerte" en un estilo similar al pintor antes mencionado. Trabajó para la abadía benedictina de Saint-Blasien, realizando la tabla de la Coronación de María. Entre sus obras más conocidas encontramos el Baño en Leuk. A su alrededor se formó un pequeño taller en el que trabajó Joseph Heintz.
Personaje Pintor
Su aprendizaje tuvo lugar en la Academia de Düsseldorf, donde se trasladó con 18 años, estando bajo la dirección de Wilhelm Schirmer. En 1847 viajó a Bruselas en viaje de estudios, permaneciendo un año en la capital belga. Desde allí visitó Suiza, Amberes y París. En el otoño de 1848 se instaló en Basilea donde estuvo dos años antes de trasladarse a Roma, interesándose por la cultura antigua. Durante esta etapa realizó especialmente paisajes a la manera clásica. Tras siete años de estancia en Italia regresa a Basilea. En 1860 será el encargado de la enseñanza de pintura en la Academia de Weimar, cargo que abandona dos años después para regresar a Roma, visitando Nápoles y Pompeya, interesándose por los frescos romanos de esta ciudad. En 1866 regresa a Basilea para trabajar en frescos de temática mitológica, trasladándose a Munich, donde permanecerá entre 1871 y 1874, años de intensa actividad creativa. Regresó de nuevo a Italia, eligiendo en esta ocasión Florencia, viviendo diez años en la capital de la Toscana antes de refugiarse en San Domenico di Fiesole donde pasó sus últimos años. Su estilo está totalmente vinculado al simbolismo francés, aunque presenta rasgos propios, buscando un punto de encuentro entre el mundo nórdico y el mediterráneo. También presenta influencias del romanticismo alemán. En sus obras presenta un ambiguo contraste entre elementos míticos y realistas, entre sueño y realidad.