Rubens se trasladó a Londres en 1629 en misión diplomática para cerrar un tratado de paz entre España e Inglaterra que pusiera fin al conflicto con los holandeses. En los diez meses que permaneció en la corte inglesa sólo realizó dos encargos oficiales -Guerra y Paz y San Jorge y el dragón- y algunos retratos entre los que destaca el de Tomas Howard, inspirado en el retrato del Duque de Urbino de Tiziano que se conserva en los Uffizi de Florencia.Howard aparece ataviado con una armadura, portando en su mano derecha enguantada el bastón de general y dirigiendo su intensa mirada hacia el espectador. Sobre la mesa de la izquierda observamos el casco, engalanado con un peñacho de plumas, y un pesado cortinaje, habitual en los retratos de aparato. En el fondo encontramos un arco de triunfo, una muestra de la admiración del pintor flamenco por el mundo clásico. La figura aparece en tres cuartos, girada hacia la derecha, mientras que la cabeza realiza un nuevo giro para mirar al frente y de esa manera destacar la personalidad del militar. Un potente haz de luz ilumina al retratado, resaltando interesantes brillos en la armadura. La pincelada minuciosa y detallista habitual en la pintura flamenca deja paso a un trazo más rápido y abocetado identificativo de la escuela veneciana.
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Personaje
Escultor
Discreta es la producción de José Tomás, discípulo de San Fernando, institución en la que llegó al cargo de director general. Carlos IV le nombró segundo escultor de cámara y también lo fue del Concejo madrileño, trabajando con el arquitecto municipal Francisco Javier Mariátegui en las fuentes de los Galápagos y de la Castellana (actualmente en el parque del Retiro y en la plaza de Manuel Becerra). Para el Obelisco del 2 de mayo ejecutó la escultura del Valor y son suyos los bajorrelieves de las madrileñas fachadas del Colegio de San Carlos y del Oratorio del Caballero de Gracia, además de la escultura alegórica del Manzanares en el monumento de Felipe IV, de la plaza de Oriente. Hábil retratista, destacaremos entre sus obras el busto de la condesa-duquesa de Benavente, para la alameda de Osuna, en bronce, y el de Cervantes (Museo del Ejército, Madrid). Fundó en Madrid el Liceo Artístico y Literario Español.
contexto
Del pensamiento político inglés del siglo XVI es Tomás Moro (1480-1535) su máximo representante. Jurista, diplomático, diputado de los Comunes, humanista comprometido en la acción política, consejero de Enrique VIII, canciller de Inglaterra en 1529, Moro expresó sus ideas políticas en "Utopía", publicada en Lovaina en 1516. La descripción de la isla de Utopía y del régimen ideal que la gobierna está precedida de un diálogo que contiene una contundente crítica social y política de la realidad inglesa y europea de su tiempo. Moro se rebela contra la servidumbre y la proletarización de los campesinos, privados de trabajo, expulsados de los campos y obligados por las circunstancias a dedicarse al robo para cubrir la mera supervivencia; denuncia la represión judicial que eso acarrea; descubre la avaricia, la pereza y la arrogancia del clero y de la aristocracia, a los que hace culpables directos de esa situación, etc. El sistema es enteramente malo. La alternativa es "Utopía". El Estado en Utopía ya no será la expresión de los intereses de la clase dominante, pues si se trata de construir una sociedad igualitaria, es preciso que la justicia sea su primer fundamento. Como consecuencia de ello el régimen de Utopía será comunista y no sólo en cuanto a la posesión de los medios de producción. Todos los miembros de la sociedad utopista trabajarán para todos, pues será la comunidad la que asegurará a todos las necesidades básicas y el ocio. Para conseguir tal fin será indispensable la disciplina. Las leyes, al desaparecer los conflictos derivados de la propiedad, son pocas y simples, reduciéndose el protagonismo del Estado a la administración de las cosas más elementales y a las relaciones externas de Utopía. La moral primará en Utopía, sobre el amoralismo, los deberes éticos frente a la fuerza y la comunidad humanista preferirá al Estado como pura obra de arte político. La religión revelada es sustituida en Utopía por una religión natural con diversas formas de religiosidad, no exenta de formulación dogmática que condena el ateísmo y el materialismo. La política exterior de Utopía, es, tal vez, la que más se acerca a la realidad que Moro conocía tan bien o, dicho de otra manera, la cuestión de la que Moro no presenta un modelo ideal. En este sentido, la comunidad utopiense practica la guerra defensiva, la preventiva, la declarada por desarrollo de pactos e incluso la de ocupación colonial, cuando se trata de fundar colonias para aliviar la presión demográfica, para asegurarse materias primas o para librar a los oprimidos de otros Estados.
obra
Las décadas de 1790 y 1800 van a ser para Goya de frenética actividad retratística. Se ha convertido en el pintor de moda y todos los miembros de la sociedad madrileña quieren posar para él. Los precios son muy elevados: 1.000 reales por boceto y 12.000 por cuadro terminado. Su pequeña fortuna va en aumento y la felicidad del artista es evidente. Pero la enfermedad de 1792 le ha convertido en una persona introvertida y huraña. Ahora es despiadado con sus modelos, exhibiendo claramente sus sentimientos. En este lienzo se nos muestra a un hombre de origen humilde que gracias a su matrimonio con la hija del director de la Real Fábrica de Paños de Segovia - doña Laureana Ortiz de Paz y Llano - obtuvo el puesto de ingeniero en la compañía. En 1798 fue nombrado Comisario Regio - posiblemente este retrato fue ejecutado con tan fausto motivo -, iniciando una interesante carrera como funcionario llegando a ser Intendente de la Provincia de Almadén, ostentando el título de "vasallo fiel". El gesto de don Tomás es bastante expresivo, indicando que consigue lo que se propone. Su rostro se recorta sobre un fondo neutro, iluminado con un fuerte haz de luz procedente de la izquierda. Viste casaca azul, chaleco blanco y pañuelo blanquirrojo, creando una interesante gama cromática junto al amarillo del sillón donde se sienta. En su mano izquierda porta un pliego de papel enrollado. La pincelada empleada por Goya es tremendamente suelta, especialmente en el sillón, a base de pequeños toques que conforman el tapizado, anticipándose al Impresionismo. Pero sin duda lo más destacable de todos los retratos de Goya será la manera de mostrar el alma de sus modelos a través de sus ojos, característica que aquí se nos muestra a la perfección.
obra
Si bien en sus primeros retratos realizados en la década de 1510 - el Joven con guantes o el Ariosto- Tiziano manifiesta una importante dependencia de Giorgione, en la década de 1520 esta influencia va desapareciendo para trabajar en un estilo absolutamente personal, siendo este retrato de Tomaso Mosti -que algunos especialistas identifican con su hermano Vincenzo, argumentando que mientras que Tomaso era sacerdote, Vincenzo era uno de los favoritos de Alfonso d´Este en la corte de Ferrara- uno de los primeros en el que se aprecian las novedades.Las novedades están vinculadas a la captación psicológica del modelo, centrando la atención en el rostro del personaje que se resalta gracias a la potente iluminación procedente de la izquierda y el fondo neutro ante el que se recorta la figura. La intensidad de la mirada llama nuestra atención, interesándose el maestro de Cadore en captar la expresividad de su modelo, evitando trajes vistosos con los que nuestra atención se desvíe. Aún así las magníficas tonalidades de grises de este cuadro son dignas de reseñar, apreciándose una pincelada más ligera que anticipa sus postreros trabajos denominados "impresionismo mágico".
obra
Hans Memling recibió el encargo de retratar al poderoso Tomasso Portinari y a su esposa, Maria Baroncelli, tras el matrimonio de ambos en 1470 y el nacimiento de su primogénito en 1471. Memling era el pintor de mayor prestigio en la misma ciudad de Brujas donde Portinari representaba a la banca de los Médici, familia florentina. La colonia de italianos en Flandes era muy importante y comisionó abundantes obras a los artistas flamencos. Portinari se distinguió por su gusto hacia la pintura nórdica, puesto que él fue el cliente de una de las obras más conocidas de esta región, el Tríptico Portinari, pintado por Hugo van der Goes, segundo tras Memling.
lugar
Ciudad de Malí que para muchos occidentales representa el misterio del continente negro. Llamada también Timbuktu, Tobuktu o Tumbuctú se sitúa en la región de Gao, al noroeste del "codo" descrito por el río Níger en su gran meandro. Fue fundada por el pueblo tuareg hacia el año 1100, convirtiéndose rápidamente en un centro sahariano para el comercio de las caravanas debido a su cercanía con el río, el cual llegaba hasta sus muros cuando éste se desbordaba. Hacia 1324 - 1331 Kankan Moussa, rey de Malí, amplió el asentamiento, dotándolo de mezquitas y palacios. Durante la Edad Media su oro y su sal eran conocidos en toda Europa, pasando a ser uno de los núcleos comerciales más importantes del norte de África, donde los mercaderes árabes procedentes del Mediterráneo paraban y comerciaban. Con la decadencia del imperio de Malí, Tombuctú fue reconquistada en 1435 por los tuareg y, tres años después, por Sonni Ali, que la incorporó al reino Songhai, bajo cuya dominación alcanzó su máximo esplendor como centro de difusión de la religión y la cultura islámica en toda África occidental. En 1591, una expedición de hispano-marroquíes al servicio del Sultán de Marruecos cruzó el Sahara en busca de las legendarias minas de oro del Sudán, conquistando la ciudad y pasando a depender directamente de Marruecos, hasta 1620. En 1737, ya en los inicios de su decadencia, fue nuevamente ocupada por los tuareg, hasta que el explorador francés René Caillé la encontró en 1828, dando paso a la ocupación francesa. El acuerdo franco-británico de 1890 sobre las zonas de respectiva influencia en la cuenca del Níger acabó por reconocer la ocupación francesa. Su población actual ronda los 20.000 habitantes. Desde muy pronto se convirtió en uno de los centros islámicos más importantes de África, gracias a su universidad y a las más de 100 escuelas con las que contaba en el siglo XVI. Como el resto de las universidades islámicas, sus estudiantes vinieron de todos los lugares del mundo árabe, contando, alrededor del siglo XII, con 25.000 estudiantes aproximadamente, en una ciudad que ya albergaba cien mil personas. No se pueden olvidar, por último, la gran cantidad de bibliotecas existentes, siendo las más importantes las del jeque Mohammad Mahmud Ben, la de Al Qadi Issa o la de Mohammad Bagayago, entre otras muchas. Desde el punto de vista arquitectónico y artístico, Tombuctú es una de las ciudades más importantes de todo el África negra gracias, principalmente, a las construcciones llevadas a cabo durante el periodo de dominación árabe. Del siglo XIV se conserva la mezquita Djinguereber, mandada construir por el Sultán de Malí, Kankan Moussa. Está construida en el estilo tradicional saheliano a base de lodo seco, aunque se ha debido reconstruir varias veces. También importante es la mezquita Sidi Yahya, construida hacia el 1400 en el centro de la ciudad. La tercera y última es la de Sankoré, del siglo XV, que incorpora una torre saheliana con muros almenados inspirados por la arquitectura norteña. Los ladrillos de lodo secados al sol tienen un periodo de conservación muy limitado así que queda poco del Tombuctú original, que llegó a tener una población de 100.000 habitantes en el siglo XV. Una pequeña sección central de la ciudad conserva calles estrechas, pero la mayoría de las quince/ veinte mil personas que habitan actualmente en la ciudad tienen casas de fabricación reciente y tamaño normal.
obra
En 1510 Tommasso Inghirami también conocido por Fedra fue nombrado prefecto de la Biblioteca Vaticana, motivo por el cual pudo encargar a Rafael la ejecución de este retrato. El erudito aparece vestido de rojo, como un cardenal, sentado ante una mesa en actitud de escribir, destacando el perfecto bodegón de libros, tintero y escribanía. Su rostro se dirige hacia arriba, haciendo hincapié en el estrábico ojo derecho, sugiriendo algunos especialistas que se trata de una referencia a la inspiración divina. La personalidad del modelo es la principal protagonista de este retrato sin menospreciar las calidades de las telas y los objetos. Su intensa mirada y el gesto del rostro alcanzan una maestría insuperable, sumergiéndose el pintor en el alma humana. La figura se recorta ante un fondo neutro para reforzar su volumen siguiendo a la Pintura Flamenca y a Masaccio, anticipándose a Tiziano. Existe una réplica idéntica a esta obra en el Isabella Stewart Gardner de Boston sobre la que los especialistas dudan de su autenticidad.