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Personaje
Religioso
Nacido en Borgoña, monje de la Gran Cartuja, marchó a Inglaterra con la misión de fundar el monasterio de Withan, del que ejercerá como prior. En 1186 es nombrado obispo de Lincoln, cargo desde el que ejerció una notable influencia pública, sobre todo en defensa de los derechos del clero frente a Ricardo I y Enrique II. Su relevancia política le sirvió para ejercer de mediador del rey Juan Sin Tierra ante Felipe Augusto de Francia. Fue también un protector de la minoría judía en Inglaterra. Honorio III le canonizó en 1220.
Personaje
Religioso
Abad de Cluny desde 1049, es uno de los principales reformadores medievales de la vida monástica. Se critica en éste tiempo la decadencia de los monasterios durante los siglos anteriores, afectados por el aumento patrimonial, lo que provocaba la relajación de las costumbres, la intromisión de la nobleza en la vida monástica y la propiedad de los monasterios por parte de reyes o nobles, quienes los adjudicaban a abades laicos que podían vivir en él con su mujer e hijos. La reforma de Cluny intentará acabar con estos aspectos, adjudicando la protección directa de los monasterios a la Santa Sede, esto es, huyendo de la jurisdicción de reyes, nobles y obispos. San Hugo el Grande promoverá y extenderá esta reforma desde la abadía de Cluny, difusión que llevará consigo cambios ideológicos y estéticos que repercutirán de manera notable en el arte europeo del siglo XII.
obra
Cuando Zurbarán llegó a Sevillla en 1629, el gremio de pintores, encabezado por Alonso Cano, le exigió pasar el examen necesario para poder ejercer. Sin embargo, la protección del cabildo sevillano le eximió de realizarlo. Su estilo, relacionado con el Naturalismo tenebrista y un tratamiento del tema acorde con los postulados contrarreformistas, que pedían escenas fácilmente comprensibles para los fieles, le garantizaron el éxito en la ciudad. San Hugo en el refectorio pertenecía a una serie monástica, un encargo propio del Barroco sevillano. La escena refleja un milagro acontecido a San Bruno, fundador de los cartujos, y a los seis primeros monjes de la Orden, quienes comían gracias a la generosidad de San Hugo, obispo de Grenoble. Un domingo les envió carne, alimento al que no estaban acostumbrados, lo que provocó una discusión sobre la conveniencia de practicar la abstinencia. Mientras discutían quedaron sumidos en un profundo sueño que duró toda la Cuaresma. El miércoles Santo, San Hugo, que había estado ausente, fue a verlos y los sorprendió despertándose, comprobando que no tenían noción del tiempo transcurrido. Entonces miró a los platos y vio que la carne se convertía en ceniza, interpretándolo como aprobación divina de la abstinencia. Zurbarán realiza un muestrario de sus famosos hábitos blancos, color en el cual se dice que llega a manejar hasta 100 tonos diferentes. Aparecen en la imagen las famosas cerámicas blancas y azules de Talavera, con los escudos del obispo y la Orden.
obra
Este episodio forma parte del programa decorativo creado por el padre Pozzo para la iglesia de San Ignacio de Roma. El contenido del conjunto trata de los milagros del fundador de la orden de los Jesuitas. Pozzo racionalizó en una síntesis pictórica todos sus enciclopédicos saberes matemáticos y geométricos y su amplia experiencia de escenógrafo, acostumbrado a crear espacios ficticios mediante trucos y engaños ópticos, que por lo demás coetáneamente sistematizaba en su "Perspectiva pictorum et architectorum" escrito en 1693.
Personaje
Religioso
Nacido en Loyola en 1491, desde joven Ignacio quiere seguir el ideal de vida militar y de caballero que han tomado sus hermanos mayores, pese a la preferencia de su padre por la vida clerical. En su juventud no manifiesta especiales deseos de ingresar en ninguna orden religiosa; antes bien, gusta del galanteo al modo de la época, de los libros de caballerías, de la diversión, la caza, las armas, etc., sin duda influido por su estancia en la corte de Fernando el Católico. En 1521, durante un ataque francés a Navarra, Ignacio, que está al servicio del virrey de Navarra Antonio Manrique, pariente suyo, es herido en las piernas. Durante su convalecencia en la casa familiar se dedica a la lectura de vidas de santos, libros que ejercen una profunda influencia sobre él hasta el punto que decide abandonar su vida anterior para pasar a imitar las de los santos, ya en otoño de 1521. Un año más tarde emprende viaje a Jerusalén y, en su parada en Montserrat, decide abandonar las armas de caballero y adoptar ropajes de mendigo. Durante un año, en Manresa, trabaja en la redacción de sus "Ejercicios espirituales", al tiempo que se confiesa y se penitencia. Al regreso de Tierra Santa cursa estudios en Barcelona, Alcalá y París (1528-35), lugar en el cual su modo de vida y figura va ganando adeptos, como san Francisco Javier. En 1537 experimenta la visión de Dios, quien le infunde la idea de fundar la Compañía de Jesús y le encarga la misión de expandir el nombre de Cristo. Rápidamente se suceden las fundaciones e ingresan adeptos en el movimiento religioso, que esparcirá a sus miembros por alejadas regiones del planeta como China, Japón o América. En Roma funda el Colegio Romano en 1551, que con el tiempo se convertirá en la Universidad Gregoriana. Entendido dentro del contexto del grave cisma católico del siglo XVI, el movimiento jesuítico se inscribe plenamente dentro de la reacción contrarreformista a los postulados luteranos, calvinistas y anglicanos. Así, defienden un ideal de vida cristiana cercano al de los cristianos primitivos, esto es, privados de bienes materiales e imbuidos plenamente de religiosidad. Además, la educación de la juventud en la fe católica deberá suponer un freno a la extensión de las ideas reformadoras. Los colegios de jesuitas, pues, se convertirán en la principal herramienta de la congregación. Como tercer pilar ideológico, la figura del papa, atacada desde la heterodoxia, aparece defendida y reforzada por los jesuitas, quienes le veneran de manera incontestable no sólo como cabeza jerárquica de la Iglesia sino con amor filial. Ignacio de Loyola murió el 31 de julio de 1556, siendo canonizado el 12 de marzo de 1622.
obra
Para el claustro de la Casa Profesa de los Jesuitas de Sevilla realizó Valdés Leal una serie de lienzos en los que recoge episodios de la vida de san Ignacio de Loyola. En la biografía que escribió del santo, el padre Ribadeneira no hace mención a este episodio concreto pero no se debe olvidar que san Ignacio realizó exorcismos en numerosas ocasiones, especialmente a mujeres. Ya que en la zona de segundo plano corresponde a la estancia del santo en Manresa donde convive con los mendigos en el Hospital, se piensa que esta escena también tendría lugar en la localidad catalana. San Ignacio aparece en el centro de la composición mientras que el poseído se sitúa en primer plano, en un acentuado escorzo al intentar escapar de las dos personas que lo sujetan, también en posturas forzadas. De la boca abierta del poseso surge todo un amplio grupo de monstruos que se elevan, mientras que un hombre y una mujer contemplan la escena tras él. Al fondo, cerrando el grupo aparecen dos hombres hablando, posiblemente de lo que está ocurriendo a su lado. Una vez más Valdés Leal se presenta como un maestro a la hora de representar gestos y actitudes, captando a la perfección el gesto diabólico del poseso y la expresión tranquila y sosegada del santo mientras que las personas que presencian el exorcismo presentan gestos expectantes y asombrados. La escena tiene lugar en un interior en penumbra en el que se aprecian las baldosas con las que Valdés Leal consigue la profundidad, abundando los tonos apagados que no muestran la belleza original debido al mal estado de conservación del lienzo. La escena del fondo está tomada de un grabado realizado en Amberes durante el año 1610 por Adrián Collaert. Este episodio se desarrolla en un exterior, ante la arquitectura de un edificio renacentista en cuyo claustro se sitúan los personajes a la sombra de los árboles. Quizá sea esta zona la más afectada por el mal estado de conservación.
obra
Resulta habitual que El Greco realice varias versiones de sus imágenes más interesantes; en el caso del retablo para el Hospital de la Caridad de Illescas repite varios asuntos como la Coronación de la Virgen y el San Ildefonso que aquí encontramos, tratándose posiblemente de estudios preliminares del lienzo definitivo ya que apenas existen variaciones y la calidad es muy elevada. También podría tratarse de copias posteriores debido al éxito alcanzado con los originales entre los clientes toledanos, identificados totalmente con la pintura de Doménikos porque manifestaba a través de sus cuadros la religiosidad de la Contrarreforma. Sus figuras llameantes inspiran la espiritualidad exigida entre los nobles, quienes también quieren ser retratados por el mejor pintor de su tiempo, surgiendo así maravillosos ejemplos como el Caballero anciano, Don Rodrigo Vázquez o el Caballero de la mano en el pecho. Con estos retratos se relaciona San Ildefonso al mostrar su rostro con absoluta naturalidad, como una figura de carne y hueso, especialmente esto último.
Personaje
Religioso
Abad de un monasterio, san Ildefonso participó activamente en los concilios de Toledo de los años 653 y 655. Alcanzaría el cargo de arzobispo de Toledo y fue proclamado "doctor de la Iglesia visigoda". Su actividad literaria resulta destacable, especialmente por ser el autor de un buen número de obras en las que hace referencia al culto y la devoción a la Virgen María, especialmente en "De virginitate sancta Mariae: De progressu spiritualis deserti" donde hace referencia a la virginidad de la madre de Dios. La tradición hace referencia a que la propia Virgen entregó una preciosa casulla bordada al santo como agradecimiento a sus escritos. Es el patrón de Toledo.