Desconocemos el cliente que encargó a Goya esta serie de los Cuatro Padres de la Iglesia Occidental, sugiriéndose alguna congregación religiosa madrileña. La monumentalidad caracteriza estas figuras - véase San Agustín - en las que se han apreciado ecos de Murillo y de la escultura renacentista sevillana, concretamente Pietro Torrigiano. San Gregorio Magno se sitúa sentado, en una posición casi lateral, escribiendo en un grueso libro que sujeta sobre sus rodillas. Viste amplia capa pluvial y toca su cabeza con tiara papal. El expresivo rostro indica el afán del santo en su escritura. La pincelada empleada por el artista es casi impresionista, aplicando rápidos toques de color que conforman los bordados de las vestiduras o la tiara. La fuerte luz que impacta en la figura y deja el fondo en penumbra realza el valor escultórico del personaje, concebido posiblemente para ser situado en alto.
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Como boceto preparatorio para el retablo de la Chiesa Nouva de Santa Maria en Vallicella en Roma, Rubens pintó este lienzo que hoy se conserva en la Dahlem Gemäldegalerie de Berlín. La figura de San Gregorio Magno repite ya literalmente la central de Roma al igual que el arco triunfal del fondo ante el que recortan las figuras. En la derecha de la escena contemplamos a Santa Domitila mientras que en la izquierda observamos a Mauro y Papiano, ataviados como generales romanos. En estas figuras sí existe cierta diferencia respecto al retablo definitivo.Los santos están bañados por una potente luz dorada que procede desde la parte superior, hacia la que dirige su mirada San Gregorio Magno, creando un efecto de claroscuro que recuerda a Caravaggio, aunque el pintor flamenco introduce referencias arquitectónicas en el fondo. Las tonalidades brillantes se acercan a los Carracci, mientras que las anatomías de los santos tienen una fuerte impronta de Miguel Angel. Con esta amalgama de influencias, Rubens creará un estilo personal que alcanzará importantes éxitos.
Personaje
Religioso
Nacido en Siena, de nombre civil Hildebrando, tomó el hábito benedictino y desempeñó altos cargos en el Vaticano antes de investidura como papa. Elevado al solio pontificio en 1073, resulta uno de los papas fundamentales de la Edad Media. Su primer propósito fue el de desligar la investidura de los papas y del clero en general del control secular, establecido en virtud del Instituto de la iglesia propia, prohibiendo recibir la investidura de manos de los seglares. Su política reformista le enfrentó al emperador Enrique IV, sobre el que recayó la excomunión papal, pena que no fue levantada hasta que el emperador se humilló ante el Papa en el castillo de Canossa, en 1077. Sin embargo, la disputa con Enrique IV continuó, nombrando éste a un antipapa y obligando al papa a refugiarse en Monte Cassino. La disputa sobre las investiduras finalizó mediante el Concordato de Worms, 1122, que deslindó la investidura eclesiástica de la feudal.
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Además de los retratos, en el catálogo de Vicente López destaca su producción religiosa, ya que si tenemos en cuenta el panorama temático que nos ofrece la pintura religiosa española en la primera mitad del siglo XIX español, observaremos que es Vicente López el único gran pintor que se entrega con verdadera pasión a este género. Es aquí, en este apartado de su producción, donde con mayor relieve se ponen de manifiesto los aciertos resolutivos y un aire de novedad frente al convencionalismo en que había caído el género. Esto se había producido tras una etapa en la que la producción de los artistas de la Real Cámara había saturado el momento, agotando los temas y alcanzando unas cimas en las que la originalidad parecía también haberse agotado. Naturalmente, a partir de 1830, la corriente pictórica romántica francesa va a influir en nuestro artista, pero cuando esto ocurra, gran parte de su catálogo correspondiente a esta temática estará concluido. López es, por una parte, el heredero de los esquemas compositivos que elevaron a las generaciones precedentes que han tenido en Giaquinto y, sobre todo, en Tiépolo, espléndidos maestros. Las dotes de López para este problema, desde ese prisma de la originalidad, tal vez no sorprendan en una primera visión, pero responden a esa habilidad, reflejo de un aliento italianizante e incluso francés que, si pudo resultar amanerado para las generaciones que le sucedieron, no ocurre igual desde nuestra perspectiva, superada ya una serie de prejuicios condicionantes en la visión histórica que por las corrientes del momento desconcertaron a la crítica española del primer tercio del siglo XIX y cuyos juicios, ya tópicos, se han venido repitiendo después.
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Realizado para la iglesia de San Fernando en Monte Torrero, a las afueras de Zaragoza, este pequeño lienzo nos presenta a San Hermenegildo, hijo del rey visigodo Leovigildo, que fue conducido a prisión y martirizado por convertirse al catolicismo. Su propio padre le decapitó, al negarse a recibir la comunión de un sacerdote arriano, el 13 de abril del 586. Dentro del calabozo, vestido con sus galas reales, está acompañado Hermenegildo de tres carceleros. La luz penetra por la ventana enrejada hacia la que dirige el santo su mirada - ¿símbolo de salvación? -, impactando en su rostro sosegado. El resto de la estancia queda en penumbra. Al tratarse de un "borrón" la pincelada es libre y vigorosa, renunciando a los detalles para interesarse por luces y atmósferas, resultando una imagen de gran belleza. El lienzo definitivo estuvo instalado en el altar del lado de la Epístola mientras Santa Isabel curando a una enferma se situaría en el altar de la izquierda, en el lado del Evangelio.
Personaje
Religioso
San Hilario fue nombrado papa en el año 461, manteniendo en su poder el solio pontificio hasta el año 468. Fue uno de los principales impulsores de la autoridad romana al tiempo que limitaba la potestad de los obispos para nombrar a sus sucesores. Combatió la herejía, especialmente el eutiquianismo.
Personaje
Religioso
Entre los principales enemigos del arrianismo en el siglo IV encontramos a san Hilario de Poitiers, teólogo francés, autor de "De Trinitate" y tenaz opositor al emperador Constancio. Sería nombrado doctor de la Iglesia.
Personaje
Religioso
San Hilario de Poitiers nació en el seno de una familia pagana pero se interesó por el cristianismo siendo bautizado y elegido obispo de su ciudad natal en el año 350. Su oposición al arrianismo le valió el destierro a Frigia, ordenado por Constancio en el año 356. A su regreso a la Galia se reafirmó en su oposición al arrianismo, iniciando una campaña favorable al catolicismo que supuso el triunfo de esta fe en la mayor parte de la Galia. Precisamente en su obra "De Trinitate" defiende la divinidad y la consustancialidad de Jesucristo.