Nacido en Viterbo (Italia), se formó en la Orden de los Frailes Menores e impartió enseñanzas en la Universidad de París, en la cual estudió. Aunque rechazó ser arzobispo de York, hubo de aceptar la diócesis de Albano. Fue un participante activo en los concilios de la época y destacó en los ataques a las herejías y en las críticas a los cismáticos. Erudito y hombre de gran espiritualidad, de entre sus obras destacan un estudio sobre Pedro Lombardo y el "Itinerarium mentis in Deum". La Iglesia celebra su fiesta el 14 de julio.
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obra
Este lienzo es de una iconografía concreta, pensada para ser "leído" en un contexto concreto. Forma parte de una serie que Zurbarán dedicó a la vida de San Buenaventura. Este santo fue un cardenal franciscano, rasgo que Zurbarán muestra con habilidad: encima de las vestiduras, San Buenaventura lleva un birrete rojo y un manto rojo, dignidades ambas de cardenal. Pero debajo de la túnica blanca asoman los pliegues marrones de pobre tela que caracterizan a los frailes franciscanos. El tema es la convocatoria de un importante concilio en Lyon, celebrado en el año 1274. En él se pretendía reunir de nuevo bajo las riendas del papa romano a los griegos, que se habían escindido en un cisma. El papel de San Buenaventura como intermediario con los teólogos griegos para llegar al posterior acuerdo fue fundamental, como brillantemente nos indica Zurbarán. El protagonista aparece en un lugar privilegiado, en elevación y bajo un baldaquino. Sus vestiduras son de llamativo colorido y se asienta sobre una hermosa alfombra árabe. El teólogo que discute con él lo hace acaloradamente, en la sombra. Sin embargo el santo sólo transmite serenidad en sus planteamientos, en sus gestos y en su expresión, y se encuentra en plena luz. Otro detalle curioso es la idealización de la figura principal: San Buenaventura asistió al concilio a la respetable edad de 53 años, lo que para su época le convertía en un venerable anciano. Sin embargo aparece bajo la efigie de un joven, lo cual alude a sus virtudes y pureza inquebrantables.
obra
Zurbarán pintó varios episodios de la vida de San Buenaventura, que se conservan en diferentes museos, como San Buenaventura en el concilio de Lyon. En esta ocasión nos presenta al santo franciscano desvestido de sus dignidades terrenales, rezando y meditando. Tiene el problema de decidir el sucesor del papa y se encuentra arrodillado frente a la tiara. Un ángel se le aparece y es quien le revela la decisión adecuada. Fuera, un grupo de cardenales y obispos, con rostros severos, meditan también sobre el asunto que, como cabía esperar, será resuelto por la inspiración divina.
Personaje
Religioso
Hombre de gran piedad, san Calixto fue nombrado papa en el año 217. Se considera uno de los primeros papas entre los católicos frente al antipapa Hipólito, promotor de uno de los muchos cismas que vivirá la Iglesia en aquellos tiempos.
obra
El Banco de San Carlos -actual Banco de España- había sido fundado recientemente por Francisco Cabarrús con el apoyo de Carlos III. Además de ser una institución financiera, deseaba contar con una importante colección artística de los pintores más destacables de su tiempo. Maella será el encargado de ejecutar el lienzo dedicado al santo patrón, escogiendo uno de los episodios más importantes de la vida de San Carlos Borromeo, una de las figuras más trascendentales de la Contrarreforma. Durante la epidemia de peste que asoló Milán en 1576 San Carlos prestó consuelo y suministró alimentos a enfermos y desvalidos. Maella presenta al santo en el centro de la composición, rodeada su cabeza de la aureola celestial, acompañado de sacerdotes y sacristanes que portan el palio. Los pobres se arrodillan a su paso para recibir la Sagrada Forma, destacando el magnífico grupo de la madre amamantando a su hijo mientras una dama le suministra una escudilla de caldo. Las figuras son monumentales, de evidente influencia escultórica, recordando la impronta neoclásica de Mengs, de la misma manera que los paños y las arquitecturas. Sin embargo, las iluminaciones y la composición recuerdan al Barroco Italiano, poniéndose de manifiesto el crisol que forma la pintura de Maella, no exenta de gran belleza y sentimiento. Por esta obra cobró 7.140 reales, buen sueldo para uno de los mejores pintores de su momento en Madrid.
Personaje
Los cristianos sufrieron contundentes persecuciones a lo largo de los siglos III y IV pero no cejaron en su empeño de extender su fe. Buena prueba de ello es la figura de san Cayo, natural de Dalmacia, uno de los predicadores más activos de su tiempo. En el año 283 fue elegido obispo de Roma, cargo que ocupó hasta su muerte en el año 296, martirizado por los romanos en una de las continuas persecuciones.