Este tríptico constituido por la Mártir Crucificada, el Monje y el Peregrino y soldado posee un significado que aún no ha sido desvelado por los especialistas. La santa, una hermosa joven con vestidos de princesa, no ha sido identificada y podría ser Santa Julia o la santa local Wilgeforte, patrona de las desgracias naturales a quienes los fieles neerlandeses invocaban ante las calamidades. La escena al parecer revela una relación entre la virgen crucificada y el caballero muerto, con elegantes calzas. El caballero está ya en descomposición, como indican los gestos de pestilencia de algunos de los asistentes. Los ricos bordados de sus calzas son espinos y una lechuza, lo que indican símbolos que el espectador de la época de El Bosco podía identificar para leer correctamente el mensaje del cuadro, pero cuyo significado hemos perdido hoy en día.
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Personaje
Literato
Desde su Arona natal Padro Mártir de Anglería se traslada a Roma donde conocerá a don Diego Hurtado de Mendoza, conde de Tendilla y embajador castellano en aquellos momentos. La relación entre ambos se fue estrechando y el conde animó a Anglería a trasladarse a España, donde permanecerá el resto de su vida. Participará como cronista en la guerra de Granada e iniciará una auténtica escalada de cargos: sacerdote, maestro de la nobleza, capellán de Isabel la Católica, miembro del Consejo de Indias, embajador ante el sultán egipcio, cronista de corte, arcipreste de Ocaña y abad de Jamaica. Sus obras serán una importante fuente para conocer los hechos de la época que vivió: "De Rebus Occeanicis", "De Orbe novo decades octo" y "Opus Epistolarum". En estos trabajos recoge todo lo raro o pintoresco que le contaban los descubridores o que llegaba a sus oídos por otras fuentes.
Personaje
Literato
Es posible que su tío fuera el humanista Pedro Mártir de Anglería. Tras quedar viudo, optó por la vida religiosa y se ordenó sacerdote. Fue miembro de los más importantes círculos intelectuales de la época. Participó en numerosas polémicas literarias y fue un exacerbado defensor de Quevedo. De su legado también hay que destacar "Historia de la vida de Lucio Anneo Séneca", "Historia de la vida de Mecenas", "Norte de Príncipes e Historia de la muy noble y leal ciudad de Cuenca". Realizó una traducción de la "Poética" de Aristóteles que quedó inédita.
obra
Aparece el arte elegante de San Salvador de Cora en la capilla norte del nártex de la iglesia de la Hodegetría de Mistra acompañando el descanso eterno del mecenas Pacomio y el Déspota Teodoro II Paleólogo, que murió en 1443 como un monje. Los muros de esta capilla funeraria han sido divididos en tres zonas y decorados con Profetas, Apóstoles, Patriarcas, Mártires y Ascetas. Realmente admirable es la representación de estos Mártires del muro occidental, encabezados por bellos patricios adornados con vestidos multicolores sabiamente armonizados, produciendo un efecto general aterciopelado. La habilidad en el modelado de los rostros y el dominio de la delicada gama de colores de la que hace uso, nos revelan la categoría del pintor que trabajó aquí, al que pertenecen también los Apóstoles de la cúpula.
Personaje
Arquitecto
Religioso dominico autor de la monumental fachada del monasterio de San Martín Pinario, realizada en 1751 que se compone de un cuerpo principal enmarcado por columnas pareadas de orden gigante.
obra
El Arca de Santa Ursula es un cofrecillo que se conserva en el Hospital de San Juan de Brujas. Tiene diversas escenas pintadas en los laterales, tres en cada lado, con la vida de Santa Ursula. En los frentes aparecen los santos, las once mil vírgenes, la Virgen y el Niño, y los donantes. La obra demuestra las virtudes y defectos de Memling, a la sazón principal pintor de Brujas. Es un artista que trata con exquisita delicadeza la figura individual, con poses muy elegantes y una paleta de colores muy apreciada. Trabaja con gran realismo y minuciosidad, casi con el estilo de un miniaturista. Sin embargo, muestra cierta torpeza a la hora de dar dramatismo a la escena, así como le resulta difícil dar coherencia a la muchedumbre de figuras sobre el espacio pictórico. La organización de los diferentes personajes no es coherente. La ciudad que se muestra al fondo es Colonia, bien conocida por Memling. Pueden incluso reconocerse algunos de sus edificios característicos: en el panel del Martirio de Santa Ursula, tenemos la catedral de Colonia, que estaba inacabada. En este panel se ve la torre de la gran iglesia de San Martín y la iglesia de San Cuniberto.
obra
El episodio que el pintor alemán Alberto Durero nos narra en este óleo es el martirio multitudinario de diez mil cristianos de Bitinia, en el siglo IV d.C. El martirio fue consecuencia del edicto del emperador romano Diocleciano, el único que verdaderamente llevó a cabo persecuciones concretas sobre la secta cristiana.El cuadro es algo irregular en la composición, cuyos numerosos protagonistas han confundido algo la estructura y la distribución de la acción. Normalmente Durero no realizó cuadros tan populosos, y en otros consiguió mejores soluciones, como en la Adoración de la Santísima Trinidad.Sin embargo, el gran atractivo del cuadro se encuentra entre sus personajes, concretamente en una pareja vestida con los lujosos trajes de la clase alta alemana del siglo XVI. Se trata, efectivamente, del propio Durero acompañado de un culto interlocutor, que se considera el retrato del humanista alemán Conrad Veit. Durero se ha autorretratado con un "manto francés comprado en Venecia", suntuoso y símbolo de su recién adquirido prestigio social. Para apoyar esta idea de dignidad del artista, pasea en medio de la escena religiosa acompañado de uno de los principales intelectuales del momento en Nüremberg, y Alemania por extensión.Esta intención de equiparar al pintor con un pensador y humanista la encontraremos en casi todo el conjunto de su obra.
obra
Este enorme lienzo dedicado a San Andrés fue encargado por los dominicos del Colegio de Santo Tomás en Sevilla. Se encontraba en la iglesia del Colegio, que fue decorada con otros cuadros de gran tamaño de Zurbarán. La elección de este santo entre otros muchos se debe a que la escena debía adornar la capilla de los Flamencos, pues a esta capilla acudían los flamencos afincados en Sevilla durante el siglo XVII. San Andrés era patrón de borgoñones y flamencos, y de ahí viene su elección. Roelas traduce un momento de transición en el arte sevillano, que evoluciona desde el Manierismo hasta el Barroco. Los rasgos predominantes en el lienzo que ahora vemos así lo confirman, pues combina una serie de personajes de rostros crispados y movimientos agitados, que muy bien recuerdan lienzos de medio siglo anterior. Pero por otro lado, la luz dorada y uniforme, los colores cálidos de matices dorados, el rompimiento de ángeles en el cielo y el naturalismo de las expresiones están hablando del nuevo estilo que se impone entre los artistas españoles del momento.
obra
Murillo no representa habitualmente este tipo de asuntos religiosos, siendo el especialista en martirios el valenciano Ribera, pero en alguna ocasión lo hizo, al tenerse que someter a las exigencias del encargo. En el Martirio de San Andrés, Murillo va perdiendo el estilo tenebrista que definía su primera etapa para pasar a fórmulas mucho más coloristas, en las que las influencias de Rubens o Ribera son palpables. Rubens le influirá en la composición, mientras que de Ribera asimila el colorido y el efecto atmosférico que se puede apreciar en el Martirio de San Felipe, también en el Museo del Prado. La cruz en aspa de San Andrés domina la composición, iluminada por un fuerte haz de luz amarillenta procedente del cielo, en el que se vislumbran unos querubines. A ambos lados del santo nos encontramos con grupos de figuras, destacando al efecto naturalista de las mujeres de la izquierda y el escorzo de los caballos en la derecha, así como el hombre de espaldas con el perro. El fondo está muy difuminado, aunque se observan varias arquitecturas clásicas inspiradas en Veronés. Toda la escena se diluye por efecto de la atmósfera dentro del "estilo vaporoso" que caracteriza los últimos años del artista, en los que también destaca la pincelada suelta.