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Personaje Religioso
Nacido en León en 1566, cursó estudios en Alcalá de Henares e ingresó en los jesuitas a los dieciocho años de edad. Ordenado sacerdote, es enviado a Paraguay, donde se acaban de instaurar las Reducciones de indios. Es el primer misionero que fue enviado a las Misiones del Paraná. Posteriormente se le nombró rector del Colegio de la Asunción, del Tucumán, y más tarde superior general de la Misión Viceprovincial.
Personaje Religioso
Estudió en Salamanca y Oviedo, recibiendo los nombramientos de obispo de Palencia y arzobispo de México (1766). Será el encargado de la expulsión de los jesuitas por orden de Carlos III y organizó el IV Concilio de México. En esta reunión conciliar destacarían sus planteamientos regalistas y sus opiniones dirigidas a mejorar la situación de los indígenas. En 1772 fue nombrado arzobispo de Toledo y entre 1797 alcanzó el cargo de Inquisidor General. Su último cargo será el de delegado de Carlos IV ante el papa Pío VI.
Personaje Pintor
Como su hermano, Pietro Lorenzetti, se dedicó al arte de la pintura. Los anales de la historia le sitúan en Florencia hasta 1332, fecha en que se traslada a Siena. A este primer periodo corresponde la "Virgen de Vico d'abate". En esta imagen se identifican elementos propios de la obra Giotto, y por ello se deduce que en Florencia se relacionó con imitadores del maestro. La obra de su hermano, sin embargo, estaría mucho más influida por Duccio. Hacia 1326 participa con su hermano en la decoración del claustro de San Francisco de Siena. A pesar de que esta obra ya no existe, los libros de Ghiberti hacen referencia a ella. Ambos volvieron a colaborar en la decoración de la fachada del Spedale de Siena, aunque estos frescos tampoco han llegado hasta nuestros días. En 1330 pinta la "Virgen de la Leche de Siena" y dos años después el Tríptico de San Procolo en Florencia. En esta misma época refleja la vida de San Nicola di Bari en cuatro escenas. Hacia 1335 regresa a Siena, donde decora el Palacio Público con las Alegorías y los defectos del buen y mal gobierno en la ciudad y en el campo. De estos frescos cabe destacar su modo de afrontar el paisaje. Hasta la fecha de su muerte en 1348 por la peste ejecutó otras obras como una Majestad y un mapa del estado de Siena para el Palacio. A esta época corresponde la "Crucifixión de Fogg". Estas y muchas otras pinturas formaron el legado de un pintor que se adentró en los espacios y cultivó el tratamiento de los volúmenes de la misma forma que lo hiciera Giotto.
Personaje Pintor
Sus primeros pasos artísticos se desarrollan en su ciudad natal, donde junto con su hermano Ambrogio se convertiría con el tiempo uno de los más importantes representantes de la escuela sienesa. A lo largo de su trayectoria realizó diversos trabajos para Arezzo, Florencia y Asís. Precisamente, en esta última localidad se cree que sucumbió ante la epidemia de peste de mediados del siglo XIV. Desde su formación Pietro asimila el estilo de Duccio y más tarde el naturalismo de Giotto. Todas estas influencias se aprecian el fresco de la Virgen y el Niño entre los santos Francisco y Juan Bautista de la capilla de Orsini. En esta obra la unión entre la madre y el hijo se ve reforzada por el sentimiento de la maternidad. Hacia la segunda década del siglo XIV trabaja en Arezzo para el obispo Tarlati, que le encarga un políptico para la iglesia de Santa María. En esta creación se despoja de las primeras enseñanzas de Duccio e incorpora elementos característicos de Giovanni Pisano, como el dramatismo. En estos años también colaboró con su hermano en la decoración mural del capítulo de San Francisco de Siena. En su evolución se advierte un mayor dominio de los colores, hasta conseguir el perfecto equilibrio entre el linealismo típico de la escuela sienesa y el tratamiento cromático. La armonía y el gusto por el detalle son dos rasgos más que identifican su estilo. De su producción cabe mencionar "El nacimiento de la Virgen" de 1342 que acoge el Museo de la catedral de Siena.
Personaje Arquitecto Escultor
Después de iniciarse en el arte de escultura y arquitectura se traslada a Roma. En la Ciudad Eterna entra en contacto con el círculo de Rafael. En esta época trabaja en la ejecución de dos relieves de bronce para la capilla Chigi en Santa María de la Pace. Para la otra capilla Chigi de Santa María del Popolo esculpe las figuras de Elías y Jonás. En sus creaciones trata de emular el clasicismo de Rafael, aunque en pocas ocasiones lo consigue.
obra
Ingres llegó a París para ingresar en el taller de David en el año 1797. Allí conoció al escultor Lorenzo Bartolini, de quien se haría amigo hasta la muerte. Pocos años después de conocerle, Ingres ganó una beca para ir a estudiar a Roma. Bartolini vivía en Florencia, e Ingres se alojó en su casa unos días, de camino a Roma. En agradecimiento, Ingres realizó este hermoso retrato de su amigo, con un aspecto francamente romántico y no según los postulados del Neoclasicismo que Ingres practicaba: el joven escultor aparece medio girado, con una penetrante mirada y los cabellos rizados algo desordenados. Su vestimenta oscura se pierde contra el fondo negro, de manera que sólo dos elementos destacan del cuadro: por un lado el orgulloso rostro, destacado con habilidad por el cuello blanco de la camisa, como vemos también en el retrato de Joseph Ingres. Por otro lado, nos llama la atención la mano, separada del cuerpo, que sostiene una cabecita esculpida con el rostro de un dios griego. Esto nos habla de la filiación de ambos con el arte de la Antigüedad, que utilizarán como motivo en sus respectivas obras.
obra
Ingres ya había retratado a Bartolini en 1806, cuando ambos eran estudiantes en París. Bartolini, florentino de nacimiento, invitó en varias ocasiones a Ingres a su casa. El pintor terminó por establecerse en Florencia y abrir allí su taller, precisamente el año en que retrató por segunda vez al escultor neoclásico. El amigo aparece retratado con la elegancia que caracteriza las manufacturas de Ingres. A su lado, un busto indica la profesión del italiano. Podríamos compararlo con el retrato de Lorenzo anterior, en el que el joven estudiante sostiene en sus manos una cabecita griega, indicando cuáles son sus maestros en la escultura. En este otro retrato, la escultura que le acompaña la ha hecho el propio Lorenzo, indicando así la evolución y el progreso de un artista consagrado ya.