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obra
Un hecho destacable del Impresionismo norteamericano es el empleo simultáneo de la pincelada y el colorido tradicionalmente utilizados por los maestros franceses junto a elementos totalmente académicos como la manera de componer o la firmeza de los contornos. Ambas características se pueden aplicar indudablemente a Mary Cassatt, como apreciamos en esta ingeniosa imagen donde la protagonista se nos presenta leyendo un periódico. La dama aparece sentada en un sillón junto a un espejo, donde observamos una pequeña parte de la figura reflejada. De esta manera, se obtiene una mayor sensación perspectívica. El blanco será uno de los colores favoritos de Cassatt, muy en la línea de Whistler. La pincelada empastada con la que realiza los estampados del sillón contrasta con la delicadeza del dibujo de la figura. El ambiente de tranquilidad que se respira en la composición ha sido perfectamente interpretado por la pintora, verdadera especialista en imágenes intimistas.
contexto
Tomando como precedente el Derecho romano, la mayoría de los pueblos bárbaros que atacaron el Imperio Romano de Occidente y se asentaron en sus territorios desarrollaron una importante labor legislativa que conocemos gracias a las numerosas recopilaciones efectuadas por diversos reyes. En ellas se recogen normas tanto de origen latino como germánico, estableciendo una jurisprudencia con la que se regula la vida cotidiana. Al estar desprovistos de escritura durante un tiempo, algunos pueblos bárbaros -como merovingios, burgundios o francos- utilizaron a especialistas que se aprendían los códigos de memoria. Estos hombres se denominaban "rachimbourgs" y eran los portadores de la ley al memorizar los artículos para dictar las sentencias a los jueces. Nadie más conocía las leyes hasta que no pudieron ser recogidas por escrito en los diferentes códigos como el de Eurico o el Breviario de Alarico. Es lógico pensar que cada pueblo tenía su propio código, eliminando el carácter universal de la justicia aportado por los romanos, al ser aplicada indistintamente para todos los ciudadanos del Imperio. En la justicia germánica se da prioridad a los asuntos privados sobre los públicos. Esa es la razón por la que conservamos un buen número de ejemplos de castigos y multas ante determinados delitos, pudiéndose apreciar que el robo era uno de los más duramente castigados. Robar un tarro de miel por parte de un esclavo podía costarle la horca mientras que la muerte era castigada en numerosas ocasiones con el pago de una suma de dinero. Matar a uno de los miembros de la guardia del rey -antustriones- costaba 600 monedas de oro, la multa más alta en cuestiones de asesinato. La ley salia castigaba con 300 sueldos a quien asesinara al comensal del rey. Cualquier animal doméstico que aplaste o devore pámpanos o racimos de los huertos privados será castigado con la muerte. El asesinato de una mujer joven en edad de procrear era castigado con 600 sueldos mientras que si la mujer moría tras sufrir la menopausia, su asesino sólo era castigado a 200 sueldos. Esto demuestra como la sociedad germánica defendía la natalidad. Una embarazada asesinada tenía un castigo de 700 sueldos -más 600 sueldos si el feto era varón- pero si era el niño el muerto tras el consiguiente aborto, el asesino debía pagar 100 sueldos de multa. La muerte de un joven varón de menos de 12 años se castigaba con 600 sueldos mientras que una niña de esa edad sólo "valía" 200 sueldos. Para fomentar la natalidad, el rey Gontran estableció que aquella mujer que proporcionara hierbas o plantas abortivas a otra debía de pagar 62 sueldos y medio. Si era un cuadrúpedo doméstico quien mataba a un hombre, su propietario debía de pagar la mitad de la multa por homicidio, recibiendo la familia del finado el animal como "compensación". Quien desvalije una despensa deberá pagar 15 sueldos si la despensa no tiene llave y 45 si la tiene. El que robaba un perro debía de abrazar el trasero del animal en público. Si se negaba a ese deshonor pagaba 5 sueldos al dueño y dos de multa. El robo de un ciervo doméstico se castigaba con 45 sueldos. El robo del halcón sobre su percha tenía una multa de 15 sueldos y de 45 si el animal estaba encerrado con llave. Un vaso de miel robado tiene una multa de 45 sueldos; si lo robado es un esclavo o un jumento, la multa desciende a 35 sueldos -por lo que se deduce que la miel era casi un objeto de lujo al ser las abejas las únicas proveedoras de azúcar en aquella época-. El hurto de un esclavo cualificado tiene una pena mayor: 62 sueldos y medio, mientras que el robo del caballo de tiro esta penado con 45 sueldos. Para regular todos los robos que se producían, la ley salia cuenta con 22 títulos que afectan a estos delitos, de un total de 70 títulos, lo que supone casi una tercera parte. De esta manera podemos afirmar que el robo estaba a la orden del día en la sociedad altomedieval. Sin embargo, los francos castigan todos los robos mencionados anteriormente con una multa de tres sueldos, a excepción del hurto de la reja del arado o de la pareja de bueyes, castigándose al culpable con la esclavitud. La violación y la castración son delitos castigados rigurosamente por la ley salia mientras que la lex romana no legislaba al respecto. La castración estaba penada con una multa de 100 a 200 sueldos que podían subir a 600 si el castrado era miembro de la guardia personal del monarca. El médico que curara la víctima recibiría 9 sueldos en agradecimiento a su trabajo. Sin embargo, la castración era un castigo habitual para los esclavos que robaban, recibiendo también cuantiosos latigazos y las correspondientes torturas. En esto no difería mucho de las leyes romanas ya que consideraban que todos los criminales condenados debían ser torturados. La tortura era considerada como un sádico espectáculo para el pueblo quien acudía en masa a contemplar el tormento público. Oficialmente estas torturas se hacían públicas para dar ejemplo del castigo aplicado a los delincuentes pero en definitiva se convirtió en una nueva fórmula de diversión. Incluso muchos de los torturados eran curados in situ para volver a recibir nuevos tormentos como nos cuenta Gregorio de Tours: "(...) estuvo colgado de un árbol con las manos atadas a la espalda, y hasta la hora novena, en que se le dejó tendido sobre un caballete, se le molió a palos, a vergazos y a correazos, y no sólo por una o dos personas, sino por todos cuantos se pudieron acercar a aquellos miserables miembros". La violación de una mujer libre era castigada con la muerte entre los galo-romanos mientras que la de una esclava se imponía una multa por su valor. Entre los francos, esa misma violación tenía como castigo la imposición de una multa de 62 sueldos y medio, aumentada por Carlomagno hasta 200 sueldos. La ley del emperador Mayoriano permitía al marido de la adúltera matar de un solo golpe a los amantes sorprendidos in-fraganti. Esta práctica continuó entre los francos mientras que los burgundios permitían el estrangular a la mujer y arrojarla a una ciénaga. Las legislaciones germánicas también regulaban la multa para aquel hombre que se casara con una mujer diferente a la prometida: 62 sueldos y medio. La ley salia preveía que el responsable de un incendio debería pagar diferentes indemnizaciones a los familiares de los muertos que se provocaron o a los implicados que habían sobrevivido. Sin embargo, los romanos castigaban a estos pirómanos con el destierro -si era noble el culpable- o a trabajos forzados en las minas si se trataba de un hombre libre. En caso de graves daños, la muerte era el castigo que le esperaba. Para evitar una pena de muerte o un castigo en la época medieval eran frecuentes las ordalías o juicios de Dios. La más conocida era hacer caminar al acusado sobre nueve rejas de arado puestas al rojo vivo, por supuesto con los pies desnudos. Si días después las plantas de sus pies estaban sanas sería absuelto. Otra ordalía habitual era arrojar al presunto culpable a un río con una piedra de grandes dimensiones atada al cuello. Si conseguía salir del agua recibía la absolución al haber manifestado Dios su inocencia. Otra manera de escapar de la acusación era hacer uso del derecho de asilo por el cual aquel que entrase en lugar sagrado -iglesia, catedral o templo rural- era acogido por el santo patrón y recibía su protección. El refugio se acomodaba en los atrios de los templos gracias a una triple galería de columnas adosada a la fachada occidental. Allí podían acogerse hasta doce fugitivos recibiendo techo y comida, siendo frecuentes entre ellos el adulterio y la embriaguez. Era frecuente que los enemigos, para vengar sus afrentas, esperasen a que el acusado saliese de lugar sagrado para acabar con su vida. El papel protector de la Iglesia se afianzó gracias al privilegio de inmunidad por el cual el rey ofrecía a las tierras eclesiásticas -previa petición de un obispo o abad- la posibilidad de librarse de visitas, inspecciones o imposiciones de los funcionarios locales o de los señores que en zona inmune no podían llevar espada.
Personaje Pintor
Desde su Haarlem natal, Judith se trasladó a Utrecht hacia 1620 acompañada de su padre. En esta ciudad se introdujo en los círculos artísticos interesados por la pintura de Caravaggio, contactando con Terbrugghen o Honthorst. En 1630 regresó a Haarlem donde posiblemente acudió al taller de Frans Hals, realizando retratos y escenas de género. En 1636 se casó con Jan Miense Molenaer, cambiando su estilo hacia escenas costumbristas con numerosas figuras pequeñas y una tonalidad grisácea.
Personaje
De familia muy sencilla, se fue a Perú en busca de mejores perspectivas que las que tenía en su tierra natal. Formaba parte del sequito de Catalina de Leyton, quien fuera amante primero y luego mujer de Francisco de Carvajal#PINTOR#5926], uno de los más crueles conquistadores del Perú. Trabajó en casa de los Carvajal hasta contraer matrimonio. Formó parte de las mujeres que siguieron a María Calderón. Escondió soldados realistas en su casa y se enfrentó a los pizarristas. Tras el asesinato del Virrey Núñez de Vela, Francisco de Carvajal trató de intimidarla pero ella tuvo el valor de enfrentarse a él y logró impedirle que entrara en su casa.
Personaje Arquitecto
Uno de los maestros de obras renacentistas más populares de la región aragonesa es Alonso de Leznes. Entre sus mejores obras destacan la iglesia parroquial de Longares, la Torre de Utebo y la Lonja de Zaragoza, en colaboración con Juan de Sariñena.
Personaje
Personaje Pintor
Li Cheng inició la pintura de los grandes paisajistas de la dinastía Song del Norte, continuando la tradición de Jing Hao. La influencia de su pintura marcó profundamente a sus contemporáneos por su poder y fuerza creativa al plasmar, mediante el pincel, la relación del hombre con la naturaleza. Si los artistas Tang enfatizaron en la idea de mostrar separadamente los elementos con una pincelada meticulosa e individualizada, Li Cheng intentó aprender intuitivamente el conjunto, el orden de las cosas. Para lograrlo comprendió que la apariencia es sólo un telón que nos impide comprender la realidad, de ahí que la técnica del detalle debía ser sustituida por pinceladas y aguadas capaces de crear una atmósfera global. Su pasión por las montañas y los valles le inclinó a vivir entre ellos y hacerlos parte de su espíritu, derivando de ello la explosión de fuerza y vida que se refleja en sus obras y que Mi Fu las clasificó como "pertenecientes a un sueño".
Personaje Pintor
Precursor de los pintores del sur, abandonó la búsqueda de la representación de las grandes mutaciones de la naturaleza, eligiendo momentos únicos, más intimistas, en los que el hombre se complace contemplándolos. Además, el nuevo formato adoptado por Li Dang permitía una lectura global de la obra, a diferencia de la lectura parcial que, por sus dimensiones, exigía el rollo vertical. El espectador capta en una primera visión la totalidad de lo representado, pudiéndose desplazar con la vista fácilmente. Esta reducción del formato comportó unos métodos compositivos capaces de reducir y simplificar el objeto, sin perder la grandeza y atmósfera pretendida. Li Dang creó una composición en diagonal -que adoptaron todos los pintores del sur, Ma Yuan y Xia Gui entre otros- consistente en dividir la superficie por una diagonal, colocando los elementos más voluminosos en primer plano y en la parte inferior, liberando y valorando el espacio vacío resultante. Li Dang ocupaba la parte superior izquierda de la obra con picos montañosos, que serían suprimidos por sus discípulos.
Personaje Literato
Entre los principales poetas chinos destaca la figura de Li Po. Formó parte de la corte palaciega, donde llegaría a ser reconocido por su poesía y su sabiduría. Sus obras son un canto a la buena vida y a los placeres, fundando el grupo de los "Ocho Inmortales de la Copa de Vino".