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Personaje Escultor Pintor
Inicia sus estudios en la Universidad de Siracusa, acudiendo después a la Escuela de Cómic e Ilustración de Nueva York. Su primer trabajo lo realiza como artista gráfico para el arquitecto I. M. Pei. Paralelamente a su trabajo artístico, imparte clases en el MoMA de Nueva York donde conoce a Mangold, Ryman y Flavin. En la década de 1960 realiza sus primeras esculturas bajo la influencia de la Bauhaus y De Stijl. Sus posteriores trabajos -estructuras abiertas en forma de cubo, rítmicas líneas pintadas directamente sobre la pared, ...- están realizados en serie, tomando las leyes geométricas y matemáticas como base, transformándolos en esculturas mediante un tercer elemento modificador, enfoque que convierte a LeWitt en uno de los máximos representantes del arte conceptual.
fuente
Los orígenes del Lexington, el primer portaaviones de la flota estadounidense, datan de 1921. Inicialmente fue diseñado como crucero pero el Tratado de Washington de 1922 provocó que se detuviera su construcción. Es en este momento cuando se decide convertirlo en portaaviones. No obstante, su aspecto exterior se identifica con el de un crucero. Una de las principales transformaciones que se realizó fue la construcción de un hangar con un tamaño de 137x21 metros. Estas dimensiones le convirtieron en el portaaviones más grande del mundo durante bastante tiempo. Participó en el grupo naval conocido como Task Force 11 en la batalla del Mar del Coral en 1942. En esta acción recibió el impacto de tres bombas y dos torpedos. Ante los daños provocados la tripulación abandonó este buque. Finalmente el destructor americano USS Phelps se encargó de su hundimiento definitivo.
contexto
A pesar de que, formalmente, la guerra contra la metrópoli se declaró en julio de 1776, desde quince meses antes, desde abril de 1775, las hostilidades estaban abiertas. Los primeros disparos y los primeros mártires de la contienda antibritánica -que también fue la primera guerra civil en Norteamérica, puesto que fueron muchos los colonos que permanecieron leales a Jorge III y le sirvieron en sus filas contra los rebeldes- se produjeron en un pequeño escenario situado, como no podía ser de otra forma, en las cercanías del puerto de Boston. Lexington, a mitad de los 30 kilómetros que separaban la capital de Massachusetts y el pueblo de Concord, será la primera batalla (o escaramuza, para ser más rigurosos) de la Guerra de Independencia de los Estados Unidos. En Concord, "los campesinos en pie de guerra dispararon el tiro que se oyó en todo el mundo", según el poema de Emerson que magnifica para el pueblo americano los primeros lances de su historia como país libre. Y en Bunker Hill, a las afueras de Boston, casacas rojas y patriotas dirimirán el tercer asalto y el más sangriento- de una guerra que concluirá en 1783, en Versalles, con el reconocimiento de la Independencia de los Estados Unidos de América por Gran Bretaña. Las dos primeras acciones tuvieron lugar el 19 de abril (antes de la reunión en Filadelfia, el 10 de mayo, del segundo Congreso continental), y la sangría de Bunker Hill sucedió el 17 de junio de ese año 1775, dos días después de que los asistentes al Congreso nombrasen a George Washington comandante en jefe del Ejército continental (cargo que asumió a primeros de julio, por lo que no asistió, naturalmente, a ninguna de las primeras acciones de la guerra). Y doce meses antes de la Declaración de Independencia.El general Gage, en cumplimiento de las Coercive Acts, envió una columna de 700 soldados hacia la aldea de Concord porque sabia fehacientemente que allí ocultaban armas y pertrechos militares los hombres de Samuel Adams y tenían apoyos los recién fundados "minutemen", voluntarios patriotas dispuestos a acudir en un minuto a donde se les necesitase para enfrentarse a los ingleses. En su camino se tropezaron con medio centenar de norteamericanos que trataban de hacerles frente en el pequeño pueblo de Lexington; allí murieron, el día 19 de abril, los primeros ocho combatientes patriotas en tanto que sus compañeros se retiraban precipitadamente. El destacamento inglés continuó hacia su destino y, en Concord, destruyó lo poco que quedaba de los almacenes rebeldes, que habían sido oportunamente vaciados por unos bien informados patriotas. Pero será a la hora de regresar a Boston, durante la llamada "retirada de Concord", cuando se produzca el calvario de los casacas rojas enviados por Gage a lo que se suponía una mera acción de policía. Desde todos los lugares, parapetados tras los árboles o las cercas y contando con sus buenos rifles de ánima rayada (lentos de carga en las batallas campales, pero muy precisos a larga distancia), los granjeros y milicianos disparaban contra los buenos blancos que presentaban los vistosos uniformes de la infantería de su majestad británica. Cien ingleses muertos y 150 heridos sobre un total de 700 hombres fue el duro balance de esta operación sobre Concord. Animó, además, a los habitantes de Massachusetts, que se prepararon para recuperar la ciudad de Boston, además de proyectar operaciones sobre el interior del territorio en busca de armas pesadas, hasta entonces controladas por el ejército real en fuertes como el de Ticonderoga, ocupado por sorpresa por los rebeldes de Massachusetts el 10 de mayo, el mismo día en que se abrieron en Filadelfia, capital de Pennsylvania, las sesiones del segundo Congreso continental (Filadelfia, 10 de mayo de 1775).Una de las primeras preocupaciones de los asistentes era, desde luego, estudiar el conflicto abierto entre las tropas reales y las milicias de la colonia de Massachusetts. Aunque hombres de la talla de Franklin, Jefferson o John Adams postulaban ya, sin tapujos, la independencia y en consecuencia querían apoyar militarmente a los rebeldes de Nueva Inglaterra, todavía se intentó por los moderados tender un puente hacia el entendimiento con Londres. Ahora bien, mientras tanto esto sucediera, el Congreso decidió crear un Ejército continental (14 de junio) a partir de las milicias que sitiaban en esos momentos Boston. Inteligentemente propuso John Adams al rico virginiano George Washington -nada radical en sus ideas, tenido por un hombre honesto y caballeroso y representante de una de las grandes colonias del Sur- para el mando supremo de esas tropas que trataban de ser el esqueleto de las fuerzas armadas de todas las colonias unidas. La experiencia militar del futuro símbolo de los Estados Unidos no pasaba de ser discreta: había combatido en algunas acciones contra los franceses en la Guerra de los Siete Años (1756-1763), pero su nombramiento alejaba las sospechas que pudieran sentir algunos indecisos y templados colonos de las clases acomodadas acerca de la radicalización del movimiento, a la vez que se evitaban las posibles suspicacias haciendo ver a las demás colonias que Massachusetts no monopolizaba el proceso antibritánico, poniendo incluso sus milicias bajo el mando de un virginiano.Casi en los mismos momentos, pero a 450 kilómetros, los que habían de servir unos días más tarde bajo las órdenes de Washington, estaban empeñados en una feroz batalla en los alrededores de Boston, en una colina llamada Bunker Hill. Defendiendo esta estratégica posición al norte del puerto había 1.500 patriotas; frente a ellos el comandante en jefe británico Gage envió al general William Howe con 2.400 de sus soldados profesionales a que desalojaran a los norteamericanos de esas fortificadas alturas. Y lo hicieron al modo tradicional en que combatían los ejércitos regulares en el siglo XVIII: en apretadas líneas, al redoble del tambor y marcando el paso, uniformados impecablemente, tratando de alcanzar, en la cima de la colina, a los rebeldes que disparaban desde las troneras. Hasta tres ataques hubo de ordenar el apesadumbrado Howe. Pero al fin sus disciplinadas tropas consiguieron poner en fuga a los enemigos, a quienes empezaron a escasear las municiones. No hubo un claro vencedor porque si bien el terreno fue ocupado por los ingleses, sus pérdidas fueron dramáticas -1.054 muertos o heridos de los 2.400 participantes- y los norteamericanos, además, hicieron circular su versión de los hechos, que no era otra sino que se habían retirado simplemente por la falta de munición, que no por el empuje de los casacas rojas. Los mandos británicos constataron, por otro lado, que sería un error despreciar la capacidad militar de los rebeldes, quienes "habían mostrado una conducta y un espíritu contra nosotros (son palabras del general Gage) que nunca pusieron de manifiesto contra los franceses". Otra consecuencia de esta batalla de Bunker Hill de 17 de junio de 1775 fue el relevo en la cúspide de los Reales Ejércitos de su majestad: Howe sustituyó a Gage.El Congreso continental se va a debatir en los meses siguientes en una extraña situación; por un lado pone en marcha un gran esfuerzo de captación y organización de hombres y materiales para hacer la guerra a los ingleses -incluyendo la puesta en circulación de papel moneda, la creación de una Armada (octubre de 1775) y un Cuerpo de Infantería de Marina (noviembre de 1775) que se sumaban al Ejército continental fundado en el mes de junio anterior-, e iniciaba campañas bélicas contra territorios alejados de las trece colonias como Quebec o las Bahamas, pero, por otro lado, no se decidía a declarar la independencia. (Washington y sus oficiales brindaban aún, ceremoniosamente, en honor de Jorge III en enero de 1776 y varias asambleas coloniales las de Nueva York, Pennsylvania, Carolina del Norte, Maryland y Nueva Jersey- votaban contra la independencia en noviembre y diciembre de 1775.)Tan paradójica situación cambió desde los primeros meses del año 1776. En primer lugar, ni el rey, ni el Gobierno, ni el Parlamento británicos estaban dispuestos, por prestigio, a ceder; animados, por otro lado, por la seguridad internacionalmente compartida- de que sus tropas y navíos derrotarían fácil y prontamente a unos insurgentes desavenidos, mal preparados y con problemas económicos si se bloqueaban sus costas por la Royal Navy, se dispusieron a aceptar el reto. El 22 de diciembre de 1775 se promulgó la Prohibitory Act (Ley de Prohibición) que decretaba el embargo de los bienes norteamericanos, el secuestro de sus barcos y la suspensión total de cualquier trato comercial con las colonias. Y en segundo lugar, los panfletos políticos más radicales -especialmente el difundidísimo Common Sense de Thomas Paine- y las manipuladas versiones que se daban en los periódicos acerca de los atropellos de los casacas rojas sobre los pobres y desarmados granjeros en Concord y Lexington, o de los brillantes éxitos de los patriotas en Bunker Hill, aparte de victorias auténticas como la que significó la retirada de los ingleses de Boston en marzo de 1766, iban decantando hacia la ruptura definitiva a un considerable número de colonos.Aunque no debe olvidarse que tampoco escasearon entre los habitantes de las trece colonias los que permanecieron fieles a la Corona británica durante toda la contienda. Lugares hubo, como Nueva York, que dieron más hombres a los ejércitos de Jorge III que al de Washington. Cerca de 30.000 colonos se alistaron para luchar contra los rebeldes. Y en muchísimas familias se dividieron, como en toda guerra civil, los sentimientos. Hoy está claro para los historiadores que la división de los americanos ante la independencia fue grande; como también lo está el que hubo realistas entre las clases bajas tanto como en las acomodadas. Y no menos de 80.000 norteamericanos hubieron de exiliarse en Canadá, en Inglaterra o en otros lugares tras la victoria de los independentistas. (Tampoco hubo unanimidad entre los ingleses; los hubo que estuvieron en contra de la guerra.)Desde que se conoció la Prohibitory Act, en enero de 1776, las tensiones entre los partidarios de la negociación y los declarados por la independencia fueron en aumento para, finalmente, vencer las posiciones más radicales. El Congreso acabó por ordenar a las colonias que abriesen sus puertos a todos los países del mundo excepto Inglaterra (6 de abril), que formasen gobiernos independientes en cada colonia actuando como Estados libres (10 de mayo), envió un representante a París para solicitar ayuda de Francia (3 de marzo) y, desde el 7 de junio hasta el 2 de julio, se discutió acaloradamente sobre la oportunidad y legitimidad de proclamar la independencia. Y, en fin, decidieron comisionar a Thomas Jefferson, Benjamín Franklin, John Adams y otros dos representantes para que preparasen el borrador de una declaración de los motivos que les llevaban a romper sus lazos con la Gran Bretaña.
acepcion
Ley ideal, utilizada por los antiguos egipcios y griegos, que divide el cuerpo humano, presentado de frente, en dos partes iguales. En algunos casos (relieve y pintura) la cabeza y los pies aparecen de perfil.
Personaje Militar
Intervino en la Primera Guerra Mundial como piloto y cayó en manos de los franceses. Ya en la década de los años treinta ingresa en el partido. A lo largo de su trayectoria profesional desempeñó varios cargos. Fue general honorario de las SS y luego encabezó el Frente del Trabajo. Desde aquí se encargó de organizar los reclutamientos de trabajos forzados. Cuando finalizó la guerra, fue encerrado en la cárcel de Nuremberg acusado de cometer crímenes de guerra, donde voluntariamente puso fin a su vida.
obra
Los "cassone" serán muy frecuentes en la Venecia del Renacimiento. Se trata paneles que decoraban los frontales de los baúles de madera. Respecto a esta imagen y su compañera, el Nacimiento de Adonis, los especialistas dudan de la autoría, atribuyéndolas unos a Tiziano y otros a Giorgione debido a la similitud estilística entre ambos en estos momentos.El tema está inspirado en la "Metamorfosis" de Ovidio y trata sobre la muerte de Polidoro. Polidoro era el hijo de Priamo, rey de Troya, y cuando la ciudad estaba a punto de caer en manos de los aqueos fue confiado por su padre para llevar el oro de Troya a su cuñado, Polimestor, rey del Guasoneso de Tracia. Tras la destrucción de Troya, la avaricia de Polimestor motivó que Polidoro fuera asesinado para aprovecharse del oro rescatado. El cadáver del joven decapitado se nos muestra en la esquina derecha de la composición mientras que en el centro se aprecia la ciudad incendiada. Las figuras femeninas que aparecen en la izquierda se piensa que podría tratarse de Hecuba, la madre de Polidoro, y una sirvienta.La inclusión de las figuras en la naturaleza será una de las principales aportaciones de Giorgione tomadas por Tiziano. El paisaje ocupa un papel fundamental, creándose un efecto de perspectiva de gran belleza. Las luces y los colores serán los elementos identificativo de la pintura veneciana.