Una de las muchísimas piezas que atesoraba el Museo Real que Nabucodonosor II situó en el Palacio Norte de Babilonia fue este león inacabado, atacando a un hombre que yace entre sus garras. Se ignora si lo trajo de algún lugar de sus conquistas (el estilo de la pieza recuerda el arte neohitita), si ordenó tallarlo o bien fue encontrado (por ser una obra antigua) durante la restauración de algún templo de Babilonia. Hallado en el año 1776, es hoy en día una de las piezas turísticas más famosas de tal ciudad.
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obra
Este que contemplamos es el mejor conservado de los cinco leones antiguos aparecidos en Baena. Todo el tratamiento, tanto del cuerpo cuanto de la cabeza, está concebido en función de planos rectos y curvas talladas en arista. No hay asomo de modelado y se diría que ni intención de naturalismo. Todo en este animal excepcional parece buscar un efecto plástico predeterminado, tan peculiar qu algunos autores han hablado de escultura lignea, porque su técnica sugiere que se la hubiera utilizado para labrar un tronco de madera. Creemos que se trata de una elección concreta, de una manera de hacer. La cronología de estos leones antiguos es desconocida, pero todos los especialistas convienen en los siglos VI-V a.C.
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Esta pieza fue descubierta en las ruinas de un palacio fortaleza situado en las cercanías de Palencia, donde decoraba la fuente del castillo. Mariano Fortuny fue quien lo descubrió ya que era un gran amante de las antigüedades. Desconocemos quién fue el cliente que encargó este león y cuál fue el lugar original en el que se emplazó, a pesar de la inscripción que aparece en los lados de la escultura ya que sólo se expresan buenos deseos para el propietario pero no se le menciona. Tanto el rostro como el cuerpo de esta escultura están cubiertos de decoración incisa, presentando elementos muy similares a los encontrados en el Ciervo de Córdoba, en definitiva relacionados con la decoración textil. Ambas piezas comparten la rigidez de la postura así como la volumetría y simplicidad de sus miembros.
obra
La entrada del palacio de Sakçagözu, estaba guardada por dos grandes leones basálticos y ortostatos. Las fieras son de un avanzado realismo, mucho más evolucionadas que las parejas de Milid. Este león presenta además unas marcas curiosas, que para E. Akurgal se deben a modificaciones introducidas por los artistas de las ciudades del sur: estilización de las patas delanteras, hombros en forma de arco cruzado por una equis, las marcas de las articulaciones y una especie de N en los cuartos traseros.
Personaje
Militar
A lo largo de su trayectoria militar, intervino en la Primera Guerra Carlista, en el bando de quienes apoyaban a María Cristina e Isabel II. Diego de León pasó a la historia como uno de los personajes más importantes del pronunciamiento militar de octubre. Su objetivo era la vuelta de María Cristina y la consiguiente caída del gobierno de Espartero. Al frente de este pronunciamiento estaba O'Donnell. El objetivo de Diego de León fue trasladar a la niña Isabel II a las provincias del norte. De este modo, el 7 de octubre de 1841 se produjo el asalto al palacio con los generales Concha y Diego de León al frente. Pero la actuación de la Milicia Nacional impidió que tuviera éxito esta operación. Diego de León fue detenido y condenado a muerte.
Personaje
Literato
Religioso
Nacido en 1527, estudió en Salamanca, donde ingresó en los agustinos, prometiendo votos perpetuos en 1544. En 1560 se licenció y alcanzó el grado de maestro en Teología. Tras conseguir ocupar una cátedra, participó en la junta de teólogos que había de corregir la Biblia de F. de Vatable. La animadversión de sus enemigos le costó pasar encarcelado por la Inquisición cuatro años (1572-76), que pasará en Valladolid. Tras ser declarado inocente, regresó a su cátedra de Salamanca y ocupó las de teología escolástica, filosofía moral (1578) y Sagrada Escritura (1579). Antes de morir fue nombrado provincial de los agustinos, habiendo editado las "Obras" de Santa Teresa. También vertió al castellano "El Cantar de los Cantares", titulado "La perfecta casada" (1583) y la "Exposición del Libro de Job". Es autor además de "Los nombres de Cristo" (1583). Como poeta, es uno de los mejores representantes del Renacimiento español, haciendo uso de la lira, influencia de Garcilaso, y otras formas italianizantes. Profundo cristiano, recibe también aportaciones del platonismo, encontrándose entre sus obras "Profecía del Tajo", "Vida retirada", "A Felipe Ruiz", "Noche serena", "La morada del cielo", etc. Tradujo al castellano a autores clásicos como Horacio, Virgilio, Séneca, Tibulo y Píndaro, y a poetas italianos como La Casa y Bembo. Representa a la escuela literaria salmantina, antítesis de la ampulosidad y el formalismo de la escuela sevillana. Falleció en 1591.