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Personaje
Personaje Político
Nacido en el seno de una humilde familia, su padre era inspector de Escuelas rurales, lo que sin duda propició que Lenin pudiera cursar estudios primarios y secundarios. La mayor influencia recibida por el joven Lenin en estos primeros años de su vida proviene de su hermano Alejandro, quien le introduce en la lectura de textos revolucionarios y contrarios al régimen zarista. La influencia de su hermano le facilitó el ingreso en la organización La Voluntad del Pueblo, integrada por estudiantes de San Petersburgo, de carácter secreto y revolucionario. Su hermano Alejandro fue torturado y ahorcado por tomar parte en un atentado contra el zar Alejandro III. Sin duda este hecho debió influir en la determinación de Lenin de dedicar su vida a acabar con el zarismo, lo que lograría algunos años más tarde. Expulsado en 1891 de la Universidad de Kazán, consiguió después aprobar en derecho en San Petersburgo. Muy influido por Marx, era también discípulo de Plekhanov, primer ideólogo del pensamiento bolchevique, y de Netchayev, este último seguidor de Bakunin. Sus posturas políticas le costaron la expulsión de la Universidad de San Petersburgo y el destierro a la aldea de Kukuschkinstoya. Por estas fechas abandonó el ejercicio de la abogacía, profesión que consideraba al servicio de los poderosos, y se dedicó a la escritura de su pensamiento en forma de folletos y pequeñas obras. Uno de ellos, Los amigos del pueblo, alcanzó gran difusión en 1894. También por estos años empieza a usar el apelativo de Lenin, cuestión usual entre los revolucionarios, obligados a moverse en la clandestinidad y al uso de pseudónimos. En 1895 creó un grupo de agitación, la "Unión de lucha para la emancipación de la clase obrera", cuyo objetivo era combatir la opresión y miseria a que el capitalismo sometía a los proletarios rusos. Ese mismo año marcha a Suiza y Alemania para intercambiar ideas con otros revolucionarios marxistas y anarquistas. Sin embargo, miembros infiltrados del Servicio Secreto social ruso le delatan, lo que hará que sea apresado al regresar a San Petersburgo y deportado a Siberia. En su retiro forzoso, que durará hasta 1900, aun podrá organizar en Minsk el primer Congreso del Partido Socialdemócrata ruso, clave básica para los acontecimientos que se sucederán en 1917. También durante su deportación contraerá matrimonio con Nadejda Krupskaïa, dirigente socialista, y escribirá su obra Desenvolvimiento del capitalismo en Rusia (1899). En 1900 consigue salir de Siberia, no hay acuerdo sobre si liberado o huido, buscando asilo en Suiza. En el país centroeuropeo funda el periódico Iskra, "La Chispa", con la colaboración de Plekhanov. También con él fundará la revista Vperiud, "Adelante", siguiendo con una colaboración que comenzará a romperse a partir de 1902, a partir de la publicación de Lenin de su escrito ¿Qué hacer?, en el que se aleja y define claramente opuesto a las posturas de los mencheviques, moderados, defendidas por su amigo Plekhanov. La actividad de Lenin en Suiza es incesante, robando horas al descanso para impartir conferencias, escribir, organizar el movimiento revolucionario y enviar colaboraciones a periódicos de izquierda de toda Europa. Convertido en referencia de la izquierda revolucionaria, sus escritos circulaban clandestinamente de mano en mano entre todos los izquierdistas rusos. A pesar de su ascendiente sobre los bolcheviques rusos, no tomó parte en la revolución de 1905, en la que se organizaron los primeros soviets en San Petersburgo y Moscú, organizados por los mencheviques. La apertura política de Rusia propiciada por la implantación de un cierto constitucionalismo a cargo de Nicolás II (1905), facilitó el regreso de Lenin y sus colaboradores a su país. En esta nueva situación, se dedicó a la estructuración de un movimiento obrero y proletario. Sin embargo, un retroceso en la apertura democrática rusa provocó un recorte de las libertades y de nuevo la huída de Lenin, quien vivirá alternativamente entre Suiza, París y Londres. En esta etapa consolida su amistad con Trotski, y escribirá, 1909, su mejor obra: Materialismo y empirocriticismo. En Suiza publica Para la conquista del poder, y trabaja en la organización de las Conferencias de Zimmerwald y Kienthald, entre 1915 y 1916, que debían recoger el espíritu de la II Internacional. Con motivo de la I Guerra Mundial regresa a Rusia clandestinamente, en 1917. Muy crítico con la guerra, alega que se trata de un enfrentamiento provocado por el capital y en el que los obreros mueren por una causa absurda, ajena y explotadora. Así, propone un pacto con las izquierdas alemanas para no participar en el conflicto, al mismo tiempo que dirige sus ataques contra el gobierno provisional del príncipe Lvov. En el diario Pravda publica su programa, que incluye, además del fin de la guerra, el reparto de tierras entre los campesinos y el poder para los soviets. La situación se tornó insostenible al poco tiempo. El 4 de mayo de ese mismo año se produjeron sublevaciones en San Petersburgo reclamando el fin de la guerra. Y el 17 de julio, nuevamente en la misma ciudad, se produjeron protestas contra el menchevique Kerensky, provocando una respuesta violenta por parte del gobierno. En agosto, sale a la luz el libro de Lenin titulado El Estado y la revolución, en el que postula la dictadura del proletariado como herramienta imprescindible para acabar con la opresión del capital y del zarismo. Dos meses más tarde, se produce la revolución de octubre, siéndole concedida por el Congreso de los Soviets la presidencia del Consejo de los Comisarios del Pueblo. Su primera acción es declarar la paz, rompiendo los acuerdos tomados con Gran Bretaña y Francia. Más tarde, promulga decretos en los que abole la propiedad privada, nacionaliza las industrias, crea el Ejército Rojo y reconoce las diferentes nacionalidades insertas en el Estado ruso. Tras trasladar la capital a Moscú, pone en práctica los principios económicos, sociales y políticos del comunismo. En respuesta, ha de hacer frente a movimientos de oposición que intentan desalojarle del poder y contrarrestar la revolución. Son los meses de julio y agosto de 1918. El 30 de agosto de ese mismo año es objeto de un atentado por parte de Fanny Roid Kaplan, socialista revolucionaria moderada, lo que origina a su vez un amplio movimiento de depuración de las filas revolucionarias. Con todo, la oposición, tanto interior como exterior, no cesaba de presionar sobre Lenin y los comunistas. Para defender el Estado soviético, Lenin puso a Trotski al frente de los ejércitos y, el 16 de enero de 1920, convirtió el Consejo de Obreros y Campesinos en un Consejo de Trabajo y Defensa. En marzo de 1921 se sublevaron los marinos de Kronstadt, lo que hizo que Lenin promoviera una cierta apertura hacia la propiedad privada, aunque con carácter provisional. Ese mismo año convocó en Moscú un Congreso de partidos comunistas, constituido como la III Internacional, cuya doctrina fundamental fueron las críticas al socialismo de la II Internacional, acusado de pactar con el capitalismo bélico. El 30 de diciembre de 1922, para integrar las diferentes nacionalidades del territorio ruso, proclamó la creación de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas. Enfermo de hemiplejía, hubo de abandonar las tareas de gobierno a finales de 1922, falleciendo el 21 de enero del año siguiente. Su cadáver, idolatrado, fue objeto de culto durante todo el período soviético, al ser expuesto en un mausoleo de la Plaza Roja de Moscú. Tras su muerte, Stalin se instala en el poder.
contexto
Las tropas de von Leeb, que se dirigían a Leningrado, debían proteger al ejército del centro; sus unidades motorizadas ganaron terreno, con la intención de ocupar los puentes antes de que fueran volados por los rusos. Perdieron, durante días, el contacto con la infantería que las seguía a pie; la prisa fue tanta que desarmaban a los prisioneros y los dejaban sin custodia. Los intentos rusos de contenerlos resultaron inútiles; sus aviones fueron barridos por los cazas y cañones antiaéreos alemanes; sus resistencias en campos atrincherados acabaron arrolladas. Cuando llegaron las lluvias, von Leeb desarrolló una amplia maniobra para envolver Leningrado y el 2 de septiembre, tuvo la ciudad al alcance de sus cañones de campaña. En agosto de 1942, el XI Ejército fue trasladado desde el frente de Crimea para unirse al ataque, que comenzó el 27 de agosto. Aunque los alemanes no lograron penetrar en la ciudad, los rusos reaccionaron pero el XI Ejército los contuvo y un contraataque alemán destruyó el II Ejército soviético. Sin embargo, Leningrado no cayó y se convirtió en un bastión donde cinco millones de personas soportaron los bombardeos entre penalidades, hambre y tifus, sin que la industria pesada detuviera la producción. El invierno ruso de 1941-1942 fue el más duro del siglo y la ciudad, completamente cercada, logró una vía de abastecimiento sobre el helado lago Ladoga, mediante una doble pista para camiones. Era el cerco de los mil días. El centro alemán avanzó tanto que el Gobierno soviético, excepto Stalin, se replegó a Kuibyshev. Pero Moscú se salvó cuando las heladas de principios de noviembre cayeron sobre los alemanes, que ya estaban sólo a 64 kilómetros de distancia. El optimismo hitleriano no había previsto equipos de invierno y los soldados sufrieron, en campo raso, temperaturas que dificultaron su existencia pero no detuvieron los planes. El IV Ejército (von Kluge) debía atacar de frente, mientras los acorazados lo envolvían: por el norte, Hoth y Hoeppner; por el sur, Guderian. La batalla comenzó el 16 de noviembre y los acorazados de las alas alemanas avanzaron hasta divisar las torres del Kremlin. Gran número de tropas soviéticas atacaron en un flanco; sin embargo, el 3 de diciembre, algunos elementos avanzados alemanes consiguieron llegar a los arrabales de Moscú, pero, tras encontrar fuerte resistencia, se replegaron secretamente hacia sus unidades. Dos días después, la temperatura descendió hasta 32 grados bajo cero y los trenes, camiones y carros quedaban detenidos, los aviones no podían despegar y las armas se convertían en bloques de metal helado. La congelación mató, dañó y mutiló a miles de soldados. Los rusos aprovecharon el frío para atacar. Desde el 28 de diciembre, el general Timoschenko se lanzó contra el IV Ejército alemán, que sólo resistió porque Hitler había prohibido retroceder. Cuando, el día 3 de enero de 1942, Hitler autorizó un repliegue, los alemanes se libraron de una embestida, preparada por el general Zhukov con tropas siberianas, capaces de combatir con temperaturas extremas. La ofensiva rusa se generalizó para aprovechar los efectos del invierno. Hitler dio orden de resistir a toda costa y las tropas sostuvieron, a costa de sacrificios, la mayoría de sus posiciones; finalmente, permitió resplegarse a los centros de aprovisionamiento, a cuyo alrededor se fortificaron las tropas, en las llamadas posiciones erizo, capaces de defenderse en todas direcciones y, entre cuyos intervalos helados se movían regimientos siberianos y cosacos, artillería sobre trineos y tropas de esquiadores. Las fuerzas de von Rundstedt, que marcharon hacia Stalingrado, tenían enfrente una importante masa soviética al mando de Budienny, a la que intentaron sorprender en una operación rápida que llegó de Kiev, donde una maniobra de tenaza hizo más de 60.000 prisioneros rusos. Las malas comunicaciones y las lluvias retrasaron la marcha alemana que, a pesar de todo, llegó a Crimea e invadió la cuenca del Donetz, pero no alcanzó los campos petrolíferos del Cáucaso. Von Rundstedt, temeroso de que el invierno le alcanzara tan lejos de sus bases de aprovisionamiento, solicitó un repliegue estratégico que Hitler le negó. Indignado, pidió el relevo, que le fue concedido. Sin embargo, los ataques rusos, a finales del año obligaron al Führer a autorizar la retirada a posiciones más defendibles. Hitler, durante la campaña rusa había discrepado frecuentemente de los generales. En diciembre, cuando la ofensiva se paralizó, Brauchitsch, el comandante en jefe, pidió el relevo por razones de salud, Bock le imitó poco después y Leeb dimitió cuando Hitler no aceptó su plan de retirar el frente de Leningrado. Entonces Hitler se nombró a sí mismo comandante en jefe. Los soviéticos habían llevado a cabo una ofensiva de invierno por los intervalos de los erizos alemanes que, en algunos casos, penetró hasta 150 kilómetros en la retaguardia. Sin embargo, sus posiciones eran muy débiles y estaban en campo abierto porque los alemanes habían ocupado todas las poblaciones; para aprovechar su capacidad de control de las comunicaciones y como obstáculo contracarro. La industria soviética fue sometida a un gran esfuerzo, que produjo grandes cantidades del carro T-34, de 31 toneladas con cañón de 76 mm y magnífico blindaje, cuyo primer modelo databa de 1940. Le acompañaban buenas piezas motorizadas, contracarros de 57 mm y una artillería organizada en divisiones, que podían contar con más de 300 piezas, actuaban en masa y en posiciones muy adelantadas que facilitaban la puntería. La aviación disponía de los nuevos Ilyuchin-II, que demostraban la capacidad de su industria aeronáutica. Estos logros fueron reforzados por la ayuda norteamericana a pesar de las ocho semanas que requería realizar la ruta de Persia o las seis de las de Vladivostok y de Arkangelsk, esta última con el problema añadido de la acción de los submarinos alemanes. Los planes alemanes para su ofensiva del verano de 1942 se orientaron hacia objetivos económicos: el petróleo del Cáucaso y las regiones del Dniéper inferior y el Donetz, que contenían el 60 por 100 de la industria pesada rusa, el 70 del aluminio y el 35 de la energía eléctrica. La maniobra se inició con la conquista de la península de Crimea y Sebastopol, principal base soviética en el mar Negro. La Wehrmacht llegó al Cáucaso sin dificultades, a pesar de la resistencia rusa, tomó los campos petrolíferos de Maikop y prosiguió hacia Tiflis y Bakú.
Personaje Arquitecto
Junto con Schinkel construyó para el rey prusiano Federico Guillermo IV los parques de Charlottenhof para el palacio Sanssouci de Postdam. Según el concepto romántico se ideó un espacio idílico que representaba la coexistencia pacífica de los pueblos. Para alcanzar este objetivo se siguió un programa para distribuir los jardines y las esculturas que decoraban la zona.
lugar
contexto
La relativa lentitud alemana llevó de nuevo a Manteuffel y a Model a proponer (24 de diciembre) un plan que no era otro que la pequeña solución adaptada a la situación presente: consolidar un flanco en Dinant, atacar hacia el norte, a Aquisgrán, y luego ataque sobre Maastricht, teóricamente hacia Amberes. Pero para ello había que abandonar la proyectada ofensiva en Alsacia. Hitler no aceptó esto último, pero sí el resto del plan. Aunque exigió que antes se capturase Bastogne. Así pues, el 25 de diciembre, nuevo ataque, pero Bastogne resistió. El 26, cuando los alemanes lanzaron otro asalto, se encontraron ya entre sí a las tropas de Patton, que pusieron fin al asedio. En la cuña de Dinant los alemanes habían ocupado Rochefort (25 de diciembre), pero no la propia Dinant. Tras una batalla de dos días los norteamericanos forzaron a los alemanes a volver a Rochefort (día 27), sin combustible y con grandes pérdidas. Por otro lado, una mejoría del tiempo permitió a la aviación aliada atacar sin descanso a las columnas alemanas, destruir sus líneas de aprovisionamiento y apoyar los ataques y contraataques norteamericanos y británicos. El 28 de diciembre, mientras unos y otros discuten sobre dónde y cómo contraatacar, Rundstedt propone a Hitler la suspensión de la ofensiva y la retirada, incapaces los alemanes de realizar incluso la pequeña solución. Hitler seguía pensando en nuevos ataques hacia el Mosa, tras el ataque en Alsacia. Acabó admitiendo un alto, pero no a la retirada que perentoriamente le pedían sus generales. Entre el 31 de diciembre y el 1 de enero de 1945 Hitler ordenaba por fin su ataque hacia el sur, desde el Sarre meridional, con 8 divisiones, hacia Alsacia, convencido de que la batalla de Las Ardenas había absorbido el 50 por 100 de la reservas enemigas, Esta vez no hubo sorpresa y los norteamericanos detuvieron al enemigo en los Vosgos. Otro ataque desde la bolsa de Colmar tampoco tuvo éxito apreciable: aquí intervino personalmente Himmler al mando de una unidad (la Agrupación Ober-Rhein) que tuvo una actuación mediocre. Con todo, Eisenhower había pensado, al comienzo de la ofensiva alemana, en la posibilidad de retirarse, debido a la escasez de reservas, pero no había notificado nada de esto a De Gaulle, y había insistido en la idea mientras se desarrollaba la ofensiva -entonces la penetración enemiga era de 15 km.-; pero esto habría implicado abandonar Estrasburgo, ciudad de gran significación política y nacional para Francia y para De Gaulle y habría provocado una verdadera crisis. Paralelamente, sin haber sido informado de las disposiciones del general americano, De Gaulle había ordenado a De Lattre que Estrasburgo debía ser defendida a ultranza. Cuando las conoció se produjeron violentas escenas con Eisenhower, y De Gaulle se opuso rotundamente a la retirada. De Gaulle se sentía engañado, los norteamericanos lo acusaban de arrogarse decisiones sin consultar con los demás aliados. Churchill voló a Francia para calmar los ánimos. Finalmente, Estrasburgo no fue evacuada, estadounidenses y franceses resistieron. La idea de Eisenhower de una retirada resultó fuera de lugar y De Gaulle demostró tener razón una vez más. Y el ataque alemán fue tan pobre en resultados que constituyó, en la práctica, un fracaso: Hitler podía haber empleado en otro lugar las divisiones malgastadas en Alsacia, como él mismo acabó reconociendo. A partir del 1 de enero Bastogne, donde estaba Patton, hubo de sufrir nuevos ataques, que paulatinamente fueron perdiendo empuje, cuando (día 5) los alemanes hubieron de emplear a las tropas de este sector en otro lugar. Montgomery, en efecto, había iniciado un ataque el día 3: los estadounidenses desde el norte y los británicos desde el oeste. Los Aliados estaban dispuestos a poner fin a la costosa batalla de las Ardenas. Pese al tiempo pésimo, lo que limitó la protección aérea, los norteamericanos pudieron avanzar unos kilómetros hacia Houffalize y situar bajo su fuego la carretera Bastogne-Houffalize-Lieja. Model temió verse atrapado y pidió autorización a Hitler para retirarse. Hitler se la concedió (día 8), dando por concluido el tema Ardenas. Mientras, Churchill había pedido urgentemente a Stalin (día 6) que las fuerzas soviéticas desencadenasen la prometida ofensiva en el Este, lo que podrán hacer sólo entre el 12 y el 14 de enero desde el Báltico a los Cárpatos, cuando la batalla de las Ardenas ya había concluido.
obra
La Leocadia formaba parte de la serie de 14 pinturas realizadas por Goya para decorar su Quinta del Sordo. Dicha serie ha sido denominada genéricamente como las Pinturas Negras y en ella el artista quiere representar su estado de ánimo y sus pensamientos.Estaría situada en la planta baja, presumiblemente dedicada a comedor, a la izquierda de la puerta de entrada a la casa junto a los Dos viejos. Casi con total seguridad representa a Doña Leocadia Zorilla Weis, con quién Goya vivió desde que quedó viudo en 1812. Al trasladarse a la Quinta del Sordo tenía 29 años y dos hijos, Guillermo y Rosario, ambos posiblemente del pintor. Aparece vestida de luto, con un velo y apoyada en una tumba, pudiendo aludir a la grave enfermedad que sufrió Goya en 1819 y que a punto estuvo de costarle la vida. Se piensa que podría ser una representación de la melancolía. El estilo empleado por Goya es totalmente personal, utilizando largas y violentas pinceladas que caracterizarán toda la serie.
Personaje Escultor
Posiblemente original de Atenas, Leocares desarrolló su actividad escultórica en el Ática, el Peloponeso y Asia Menor. Colaboró en la decoración del mausoleo de Halicarnaso, las obras que se le atribuyen muestran una clara influencia de Lisipo. Las fuentes también dicen que fue autor del grupo Ganímedes raptado por el águila, del que conservamos una copia romana en los Museos Vaticanos de Roma así como del original del Apolo de Belvedere. Del crédito que consiguió Leócares en su tiempo es buena muestra el encargo de la ejecución de los retratos en oro y mármol de la familia de Filipo de Macedonia.
contexto
En cuanto a los más jóvenes que trabajaron en Halicarnaso, puede decirse que eran los destinados a abrir las vías hacia el Helenismo. Leócares, retomado a la Grecia Propia, hubo de realizar múltiples estatuas de dioses -varios Apolos, el Zeus Polieo de Atenas, la imagen que después servirá en Roma como Júpiter Tonante-, obras caracterizadas en general por la amplitud de sus gestos, y sobre todo de sus brazos. Su ligero Ganimedes raptado por el águila, conocido acaso por una mediocre copia del Vaticano, da idea de un gusto por lo volátil, por lo ascensional, que recuerda el Póthos y otras obras de fines del período clásico. Sin embargo, acaso su papel más importante en la historia del arte se hallase en otra faceta de su actividad, a la que tendremos ocasión de aludir en el próximo capítulo: como retratista de Filipo II, sus planteamientos tendrán un gran peso a la hora de crearse el arte oficial de la monarquía macedónica. En cuanto a Briaxis, el más joven de los artistas que vivieron el irrepetible momento de Halicarnaso, su figura permanece en la penumbra. Y no porque le faltasen encargos hasta su muerte, pues de él se citan estatuas colosales en Rodas, un gran Apolo en Dafne (junto a Antioquía), un retrato de bronce de Seleuco Nicátor, rey de Siria, y otras obras más, que acreditan una actividad profusa. Lo que ocurre es que, por desgracia, ninguna copia ha podido ser identificada hasta hoy. Incluso su escultura más famosa, la imagen de culto que será adorada como Serapis en Alejandría, se halla sujeta a discusión: frente a la teoría tradicional, que quería reconstruirla a través de las múltiples representaciones romanas del dios, con bucles verticales cayendo sobre la frente, parece que debe adoptarse un criterio distinto: el Serapis romano no es el elaborado por Briaxis, pues éste se hallaba más cerca de los Asclepios u otros dioses barbados de su época: el llamado Asclepio de Alejandría es quizá el mejor candidato a la identificación, y nos daría una obra de estética grandiosa, pero suave a la vez, casi más cercana a Praxíteles que a Escopas. Y es que el inmenso taller del Mausoleo fue una escuela excepcional, pero cada uno de los que en ella aprendieron supo decidir después su camino.