La iglesia presenta una elegante fachada que se corona un tejado inclinado, flanqueada por dos torres. El acceso se realiza por tres amplios portales que permiten el paso a un espacioso interior de tres pisos, donde se desarrollan elementos del gótico del siglo XIII.
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Será Viollet-le-Duc quien se convierta en el representante más importante de una concepción del gótico que se interpreta especialmente en su faceta constructiva. En 1845 se inicia la construcción de la primera iglesia neogótica de París, la de Ste-Clotilde. El arquitecto de origen alemán Franz Christian Gau ya había presentado un proyecto en 1839 pero tuvo que admitir que Théodore Ballu incluyera algunas modificaciones en las torres. La iglesia presenta una elegante fachada que se corona un tejado inclinado, flanqueada por dos torres. El acceso se realiza por tres amplios portales que permiten el paso a un espacioso interior de tres pisos, donde se desarrollan elementos del gótico del siglo XIII. La decoración de esculturas, pinturas y vidrieras recibió importantes críticas incluso por los defensores del neogoticismo aludiendo a que estaba cargada de detalles.
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Es una de las iglesias más antiguas de Andorra, ya que aparece citada en el acta de consagración de la catedral de La Seu d´Urgell (1040). Presenta planta de nave única de salón rectangular, ábside cuadrangular orientado hacia el este, portada y pórtico en el muro sur de la nave, y campanario de torre circular.
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Es una de las iglesias más antiguas de Andorra, ya que aparece citada en el acta de consagración de la catedral de La Seu d#Urgell (1040). La estructura del templo presenta planta de nave única de salón rectangular, ábside cuadrangular orientado hacia el este, portada y pórtico en el muro sur de la nave, y campanario de torre circular. En los paños de muro de la nave se pueden apreciar unos travesaños de madera dispuestos horizontalmente que sirven para nivelar las hiladas de sillares irregulares y proporcionan más resistencia a la construcción. La cubierta está realizada con armadura de madera y los tejados con pizarra. El acceso al templo se realiza mediante una puerta de medio punto decorada con una sencilla arquivolta de dientes de sierra y una cruz de piedra sobre la clave. En el lado sur de la nave se encuentra el pórtico, sencillo, y el campanario circular que probablemente es imitación del que se encontraba en el cercano monasterio de Sant Serni de Tavèrnoles. Presenta ventanas geminadas con decoración lombarda. Su construcción puede fijarse en el siglo XII, siguiendo modelos del XI, probablemente inspirados en los campanilli de Ravenna. En el interior, el arco triunfal es de medio punto ultrapasado, mucho más pequeño que el muro en el que se inscribe. Poseía un importante ciclo de pinturas murales románicas. Actualmente sólo se conserva in situ el Agnus Dei, sobre el arco triunfal. La parte más importante de este ciclo de pintura mural se conserva en el Museo Prusiano Estatal de Cultura de Berlín. Los temas representados, que se encontraban en el ábside, son la Virgen, los apóstoles, la Maiestas Domini y una paloma. En el interior del templo es de destacar la tallar en madera policromada de Nuestra Señora de los Remedios, del siglo XIII.
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El crucero de Santa Comba se cubre con una bóveda de aristas abombada levantada también en ladrillos, al igual que la de la nave. La bóveda descansa en cuatro sólidos arcos de herradura.
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La iglesia de Santa Comba de Bande no tiene grandes dimensiones por lo que al disponer de muros gruesos, su arquitecto pudo cubrir la totalidad de la nave con una bóveda de cañón, realizada con grandes ladrillos.
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Iglesia de planta cruciforme de época visigoda, con importantes remodelaciones posteriores. Sólo una parte de la elevación, así como su decoración pueden ser fechadas en el siglo VII. Sus dimensiones son de 18 m de longitud por 11,80 de ancho. Sus semejanzas constructivas, en grandes bloques de granito, con la iglesia de San Fructuoso de Montelios y otras construcciones de esta época no permiten dudar de su cronología. Por otra parte, los restos escultórico-decorativos que se conservan corroboran esta afirmación.
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Santa Comba de Bande, en la provincia de Orense, es la iglesia visigoda de planta central que nos ha llegado en mejor estado de conservación.
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<p>Santa Comba de Bande, en la provincia de Orense, es la iglesia visigoda de planta central que nos ha llegado en mejor estado de conservación. Como referencia histórica a su construcción existe un documento del monasterio de Celanova en el que se refiere el encargo hecho por Alfonso III a su hermano Odoario en el año 872 para repoblar la región de Chaves, y la delegación de Odoario en su primo el diácono Odoyno para que repoblase el valle de Limia y reedificase las iglesias de Santa María y Santa Columba que "iacebant in exqualido de ducentis annis aut plus". El texto es claro y significativo para entender cómo en la obra de la repoblación se procuró revitalizar los antiguos lugares del culto visigodo, de los que se mantenía el recuerdo, y que, en ciertas ocasiones, podían haber llegado hasta esas fechas con una conservación muy aceptable. Hoy no puede ponerse en duda, aunque fue objeto de ciertas polémicas a comienzos del siglo XX, que tanto esta iglesia como muchas otras son de construcción visigoda, aunque su documentación conservada se inicie, lógicamente, en el siglo X, cuando fueron restauradas por los cristianos en el proceso de la repoblación. La referencia de más de doscientos años de abandono para Santa Comba que se indica en el documento de Celanova, parece una alusión genérica al tiempo transcurrido desde la entrada de los musulmanes, no desde el momento en que se había edificado. Para establecer la fecha de Santa Comba de Bande no puede darse valor cronológico al mencionado documento, por el que muchos la sitúan en el último cuarto del siglo VII. La fina banda decorada que se conserva en el ábside puede considerarse más clásica y antigua que otras similares de la zona de Toledo; parece también muy cercano a los sistemas clásicos el modo que esta banda forma un cerco semicircular alrededor de la ventana del ábside; por otra parte, faltan aquí las grandes importas y bandas decoradas que se consideran la expresión del último desarrollo del relieve visigodo. Hay razones para pensar que la iglesia pudiera haber sido construida en cualquier momento posterior a la incorporación del reino suevo de Galicia a la monarquía toledana, a fines del siglo VI. El esquema de composición de Santa Comba de Bande es muy sencillo; en el centro se dispone una bóveda de aristas sobre un cimborrio sostenido en cuatro arcos de herradura con el dovelaje embebido en los muros, de forma que, en la parte inferior, los bordes de los arcos coinciden en una arista común sobre los ángulos interiores de las naves y forman un plano circular de cuatro metros de diámetro. De este cuerpo central parten los cuatro tramos de naves de las que la oriental se abre por un arco de herradura sobre columnas pareadas a la capilla mayor; la cabecera de la capilla es cuadrada, de cuatro metros de ancho; en la parte de los pies hay una puerta bastante ancha, cuya traza es moderna, aunque debe ser ampliación de la primitiva; ante esta puerta hay un pórtico, también posterior a la iglesia visigoda, pero apoyado en una sillería similar a la del resto del edificio, por lo que se piensa que podría haber sido una restauración del original. La planta se completa con cuatro habitaciones, una a cada lado del cimborrio, y otras dos a los lados del pórtico, de las que sólo se han reconocido huellas de cimentaciones; la habitación del ángulo noroeste, que se mantiene en pie, es considerada también una restauración medieval. La inspiración del edificio en modelos de arquitectura central se confirma por el análisis de sus dimensiones; a partir del centro del cimborrio, todos los grupos de esquinas homólogas están dispuestos sobre circunferencias cuyos diámetros son múltiplos exactos de la unidad habitual de ochenta centímetros, al igual que en San Fructuoso de Montelios, lo que resulta además lógico y práctico en un edificio simétrico, puesto que es más fácil y rápido el replanteo de círculos sobre un centro común que el de muros perpendiculares. La disposición de las bóvedas resulta bastante elemental, con cuatro cañones perpendiculares al cimborrio, que dan firmeza a los cuatro arcos principales. La ligereza de las bóvedas, hechas de ladrillo, hizo innecesario un abovedamiento complementario en las habitaciones de los ángulos, que debieron tener techumbres de madera. Hay, además, bóveda de cañón en la capilla mayor, de poca altura, sobre la que existía una cámara accesible desde la iglesia por una ventana situada sobre el arco toral. En la restauración moderna se eliminó la cámara superior del ábside, rebajando sus muros, pero su existencia se comprueba en fotos antiguas y es un elemento habitual en otras iglesias visigodas, como San Pedro de la Nave, que en el arte asturiano se dispone con acceso exterior. La interpretación de estas cámaras como celdas para retiro de monjes, alojamiento de peregrinos o depósitos de vasos sagrados, ha sido desechada por falta de congruencia, sin llegar a otras conclusiones; las huellas del roce de cuerdas que se observan en la parte baja de la ventana interior de San Pedro de la Nave y en la exterior de San Julián de los Prados, invitan a proponer su posible función de campanario, como cámaras de resonancia sobre el altar para la llamada a la oración; en las iglesias monacales visigodas se accionarían desde el interior, para uso de los propios religiosos. La falta de datos sobre torres-campanario en las iglesias españolas prerrománicas invita a considerar viable esta interpretación. Es necesario hacer una consideración final sobre los sistemas de circulación y puertas de Santa Comba de Bande. En los últimos análisis se ha podido comprobar que la puerta actual desde el brazo sur del crucero hacia el exterior está muy alta respecto al suelo original y en el brazo norte, el testero se conserva perfectamente cerrado. La única entrada de la iglesia sería la occidental, también ensanchada y bastante alta, pero esto convierte a los brazos del crucero en espacios cerrados con puertas exclusivamente hacia las supuestas cámaras monacales de los ángulos. Es más probable que las dos puertas pequeñas de los muros occidentales de los brazos del crucero sirvieran también de comunicación con el exterior del edificio, directamente o a través de salas secundarias, de manera que la circulación del clero y la de los fieles se hicieran por accesos independientes.</p>
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La tercera obra de los artistas ramirenses del Naranco es la ermita de Santa Cristina en Pola de Lena, atribuida a Ramiro I o su sucesor Ordoño I. El edificio se compone de una sola nave con cámaras menores en cada lado; la de los pies sirve de pórtico, la de la cabecera de capilla mayor y las laterales harían de sacristías. En el exterior hay un amplio número de contrafuertes. Un corte longitudinal nos permite mostrar la complejidad de la distribución del espacio interior: sobre el pórtico de acceso se levanta una tribuna que se continúa en el vestíbulo y la parte occidental de la nave. La nave principal repite el sistema de Santa María del Naranco, de una bóveda de cañón segmentada por arcos fajones, pero su aspecto actual procede de una restauración de 1894, que parece haber reducido la altura primitiva; en los muros laterales hay arquerías ciegas, con la misma ornamentación de fustes y capiteles que en Santa María, algo simplificada. El acceso al presbiterio se realiza a través de dos escaleras laterales, separación reforzada por la presencia del iconostasio constituido por tres arcos soportados por finas columnillas. Sobre los arcos se levanta un muro pantalla en el que se abren cinco celosías visigóticas. Cerrando el arco central hallamos un cancel visigótico procedente de una iglesia cercana pero perfectamente integrado en el conjunto.