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En los antiguos mosaicos imperiales, el movimiento se conseguía por medio del efecto luminoso de las teselas, sin embargo las figuras eran sobrehumanas y serenas. En Cora, los santos y las figura de Cristo tienen rostros y gestos humanos y en las escenas se realzan los aspectos más humanos. Pero lo más destacable de estos mosaicos es el movimiento de los dibujos y el efecto luminoso que modela o aclara figuras y paisajes. Sin embargo, estos efectos carecen en Cora de la intensidad que alcanzarán en Mistra. El Anastasis también forma parte de la decoración de esta iglesia.
monumento
En los frescos de la capilla lateral de San Salvador de Cora, la parekklesion, -construida bajo el mecenezgo de Teodoro Metoquites a comienzos del siglo XIV- este arte alcanza su máximo esplendor. La síntesis es aquí perfecta. Hay una nueva y rica gama cromática, usada con brillantez y delicadeza para complementar el modelado del dibujo. Dibujo y composición reflejan las tradiciones clásicas helenísticas, pero vivificadas por una tremenda sensación de movimiento y salvadas de sentimentalismos fáciles por un toque de profundidad emotiva, heredada del siglo XII. La gran Anástasis del ábside, es, probablemente, la manifestación más excelsa. Allí, Cristo, fuente de toda vida, con vestiduras de una blancura sobrenatural y aureolado por una triple corona azul salpicada de estrellas, arrebata al sepulcro a un Adán y Eva trastornados, en presencia de los Justos, para conducirlos a la Vida Eterna. Todos los personajes están animados de un dinamismo que complementa el de los tres actores principales. Producen la impresión de participar realmente en lo que acontece a su alrededor, dando como resultado un diálogo interior de extraordinaria intensidad. La escena cobra así una honda unidad espiritual, gracias a las sugerencias de las miradas o los ademanes del cuerpo. Este propósito de ahondar en el alma para que afloren los sentimientos en el rostro de los actores, servirá para eliminar el hierático aislamiento de las figuras, tan querido por los artistas bizantinos del período medio. En adelante, la pintura bizantina se habrá liberado de la inmovilidad y frontalidad que la había caracterizado con anterioridad. Sin embargo, las pinturas de Cora nunca llegan a alcanzar la ilusión espacial completa. El Empadronamiento de María y san José ante Cirinio también forma parte de la decoración de esta iglesia.
monumento
<p>Fue levantada en el siglo X por orden del rey Ramiro II, cuya intención era fundar un monasterio. La estructura primitiva de este templo, catalogado como el más antiguo de León,tenía forma de cruz griega. De ésta sólo se conserva un crucero con arcos semicirculares y bóveda gallonada. En la actualidad, la iglesia de San Salvador ofrece el aspecto resultante de su restauración, realizada en el siglo XVI. En su interior aún se conservan restos de pinturas.</p>
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Este edificio de nueva planta -emulación del panteón regio de Granada- responde a una disposición armónica y proporcionada, basada en una amplia nave salón de tres tramos con capillas entre los contrafuertes, a la que se asocia una capilla mayor de planta circular cubierta con una cúpula de media naranja.
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Se trata de una basílica con tribuna sobre el pórtico de los pies, naves estrechas con bóveda de cañón y tres capillas en la cabecera. En el lado sur se le adosa un pórtico bajo y alargado, cubierto con una bóveda de arcos fajones como la del Naranco y la de Pola de Lena.
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La iglesia de San Salvador de Valdedios es una basílica con tribuna sobre el pórtico de los pies, naves estrechas con bóveda de cañón y tres capillas en la cabecera. Las amplias arcada de ladrillo de la nave central se apoyan sobre gruesos pilares rematados en sencillos capiteles, diferentes a los que encontramos en los arcos de entrada a los ábsides. La ornamentación de esos capiteles y la existencia de alfices en las ventanas, pueden relacionarse con influencias islámicas, pero ambos elementos eran ya conocidos en el arte asturiano anterior.
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Los contactos entre el reino de Asturias y al-Andalus debieron ser muy frecuentes, como podemos observar en la traza de herradura de los arcos de las ventanas de la cabecera de la iglesia de San Salvador de Valdedios. Otro elemento de contacto lo encontramos en el alfiz.
monumento
<p>Como término final de la arquitectura áulica asturiana, debe tomarse en consideración la iglesia de San Salvador de Valdediós, dedicada por Alfonso III en el año 893, y a la que se retiró después el propio monarca, destituido por sus hijos. Es el monumento en el que se pueden observar mejor las consecuencias del arte anterior y el posible camino que hubiera seguido la arquitectura española por sus solas iniciativas. Se trata de una basílica con tribuna sobre el pórtico de los pies, naves estrechas con bóveda de cañón y tres capillas en la cabecera. En el lado sur se le adosa un pórtico bajo y alargado, cubierto con una bóveda de arcos fajones como la del Naranco y la de Pola de Lena; en su construcción se emplean con largueza los sillares de piedra, que también forman las esquinas y los contrafuertes del edificio, poniendo de relieve el progreso en la explotación de canteras. La ornamentación de los capiteles y la existencia de alfices en las ventanas, pueden relacionarse con influencias islámicas, pero ambos elementos eran ya conocidos en el arte asturiano anterior.</p>
museo
El actual edificio sustituye al original, realizado en el siglo VII. Los trabajos de la obra vigente se iniciaron en el siglo XVI, trabajando sucesivamente Tullio Lombardo, Giorgio Spavento y Jacopo Sansovino, mientras que la fachada fue realizada una centuria más tarde por Giuseppe Sardi. En el interior del templo se conservan interesantes monumentos escultóricos y pictóricos, realizados por Sansovino, Tiziano, Giovanni Bellini o Guglielmo dei Grigi, entre otros.