La Iglesia de San Pedro, junto con la desaparecida de San Esteban, eran los dos templos que acogía la villa de Terradillos de los Templarios. Levantado sobre una sola nave, el presbiterio estaba precedido por un arco triunfal de medio punto. En su interior es digno de mención su retablo mayor del siglo XVII y un crucifijo del XIV.
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monumento
Próxima a la plaza mayor de Teruel, hacia el Sureste, la torre de San Pedro se eleva a los pies de la iglesia y su construcción, datable a mediados del siglo XIII, pondría fin a una primera campaña edilicia románica, de la que sólo se ha conservado la torre. Por su tipología y decoración, esta torre de San Pedro ha sido relacionada siempre con la de Santa María, que según la documentación turolense fue construida entre 1257 y 1258. Esta torre de San Pedro se puede datar, según los últimos análisis, en 1240, por lo que algunos estudiosos defienden su precedencia cronológica sobre la de Santa María. El cuerpo original de campanas fue macizado en el año 1795 para sobreponerle un remate de sobrio carácter neoclásico. Tras la guerra civil española de 1936-39, el arquitecto Manuel Lorente Junquera eliminó el remate neoclásico, recuperando el cuerpo original de campanas. Hoy, de nuevo, la torre ha sido restaurada por Antonio Pérez y José María Sanz. Esta torre, como las demás, abre en la parte baja en arco apuntado, aquí de doble rosca, dejando pasar la calle bajo la misma. Comparte con la de Santa María una estructura interior de tradición cristiana, constituida por una sola torre, dividida en pisos. También comparte con la de Santa María el sistema ornamental, en el que destaca el friso de arcos de medio punto entrecruzados, cuyo precedente formal islámico se encuentra en la fachada de la mezquita de la Aljafería de Zaragoza, así como la aplicación de la cerámica mudéjar en su serie verde y manganeso. Entre los elementos de interés ornamental de la torre se cuenta una serie de capiteles en piedra tallada. Mariano Navarro Aranda ya llamó la atención sobre uno de ellos, en el que se representa una hamsa o mano de Fátima, tema que, según Juan Antonio Souto, fue introducido por los almohades, con representación en la cerámica esgrafiada de la primera mitad del siglo XIII y que simboliza básicamente la fe del Islam y la protección contra los maleficios. La actual fábrica mudéjar de la iglesia de San Pedro sustituyó a la anterior de época románica, ya aludida; a la fábrica actual se refieren, sin duda, algunas noticias documentales exhumadas por Alberto López Polo, como la de su construcción, en 1319, la obligación de edificar su claustro por parte de Francisco Sánchez Muñoz en 1383 y, por último, la consagración de la iglesia en 1392. Todas estas noticias casan bien con las características estructurales y formales de la actual iglesia de San Pedro, que sigue la tipología de iglesia-fortaleza mudéjar establecida en la iglesia parroquial de Montalbán, particularmente en la zona del ábside. Este ábside es de planta poligonal, de siete lados, con capillas entre los contrafuertes, y con la característica tribuna o ándito sobre las capillas. Por el exterior este ábside de San Pedro se halla muy decorado, con paños de ladrillo resaltado, y con contrafuertes que se alzan en forma de torreoncillos octogonales, más esbeltos y desarrollados que en la iglesia parroquial de Montalbán, a los que imitan, con un aire orientalizante. Tanto el interior de la iglesia como el del claustro fueron objeto de una reforma modernista en la primera década del siglo XX, en la que intervinieron el arquitecto Pablo Monguió Segura y el pintor decorador Salvador Gisbert, una actuación que modificó profundamente todo el conjunto. En la actualidad se trabaja con lentitud en un vasto proyecto de restauración del monumento.
monumento
La más antigua de las iglesias de Viana se encuentra en un estado de total ruina. Se trata de una construcción gótica levantada en el siglo XIII y que se hundió en la noche de Reyes del año 1844, debido a la destrucción de las murallas cercanas y al terremoto de Lisboa de 1755, hechos que afectaron a su estructura. A estos episodios naturales debemos sumar que, durante las obras de ampliación de época moderna, se tocaron algunas paredes maestras y también que fue convertida en cuartel por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia y por las tropas liberales durante la contienda carlista. De la primitiva iglesia gótica apenas queda nada en pie; sí se conserva una portada barroca realizada en el siglo XVIII, que consta de un arco de medio punto sobre el que se halla una gran hornacina que guarda la imagen del santo titular, todo ello cobijado por un gran arco de medio punto custodiado por dos poderosos contrafuertes cilíndricos. También se conserva el primitivo cementerio, hoy convertido en parque.
monumento
La iglesia parroquial de San Pedro tiene origen medieval. Levantada en el siglo XIII, durante la Guerra de la Convención contra Francia (1795) sufrió numerosos daños, que obligaron a una exhaustiva restauración, conservándose de la primitiva iglesia apenas unos restos, entre ellos la portada principal, con su esquema románica característico. El retablo mayor es de estilo neoclásico y en él se venera la talla de san Pedro. También es muy venerado un Crucifijo de época barroca.
monumento
En la calle de su nombre. Es el templo de un antiguo convento dominico erigido en 1570. Actualmente solo se conservan los muros exteriores, la espadaña y dos portadas: la de San Pedro y la de Nuestra Señora del Rosario, ambas manieristas, datables en torno a 1630, si bien la primera ostenta elementos barrocos añadidos en 1721 bajo la dirección de Leonardo Antonio de Castro.
obra
Situada en la Carrera del Darro, junto al río y a los pies de la Alhambra, esta iglesia de estilo mudéjar fue edificada entre 1559 y 1567, sobre un solar que antes había sido ocupado por la mezquita de los Baños.
monumento
Situada en la Carrera del Darro, junto al río y a los pies de la Alhambra, esta iglesia de estilo mudéjar fue edificada entre 1559 y 1567, sobre un solar que antes había sido ocupado por la mezquita de los Baños. Proyectada por Juan de Maeda sobre una planta de cruz latina, en su interior destacan las armaduras de sus cubiertas y la decoración a base de mocárabes de la bóveda. Sobre la portada, que corresponde a Pedro de Orea, se abren dos hornacinas y entre dos pares de columnas corintias aparecen las imágenes de san Pedro y san Pablo, los santos titulares. Entre sus manifestaciones escultóricas destacan las obras realizadas entre los siglos XVI y XVII, por autores de la talla de Pedro de Mena, Pablo de Rojas y José de Mora, y repartidas a lo largo de sus nueve capillas. Otra de sus piezas más importantes es la tabla flamenca del siglo XVI y un Cristo, atribuido a Pedro Machuca. Desde su entrada principal es posible contemplar una bella vista de la Alhambra y de las torres de la Alcazaba.
museo
Es una iglesia muy antigua pero, remodelada con posterioridad. Su visita se impone porque contiene nada menos que al famoso Moisés de Miguel Angel. Una de las estatuas más significativas del genial artista que demuestra la maestría y el talento que hicieron falta para plasmar semejante obra. La imponente majestad del Moisés hace palidecer las otras decoraciones del mausoleo y su poderosa presencia parece llenar por sí sola todo el ámbito de la iglesia.
monumento
Esta basílica debe su nombre a la reliquia que guarda en su interior, los eslabones de las cadenas que amarraron a San Pedro en su prisión de Jerusalén y en el calabozo romano. Según la leyenda, cuando se aproximaron la una a la otra se soldaron milagrosamente. Sobre una casa del siglo III, se construyó una primera basílica dedicada a los apóstoles en el siglo IV. Fue reconstruida y consagrada en el 439 por Sixto III. Entre 1471 y 1503, el cardenal Giulano della Rovere, futuro Julio II, la rehabilitó por completo. La iglesia tiene planta basilical y un pórtico de cinco arcadas y cuenta con veinticinco columnas antiguas de mármol y un hermoso fresco en el techo realizado por Giovanni Battista Parodi en 1706. En la iglesia destacan numerosas obras artísticas como el sarcófago paleocristiano situado en la cripta, los cuadros de Guercino y de Domenichino, un mosaico bizantino que representa a San Sebastián y la tumba de San Nicolás de Cusa, filósofo y cardenal de la iglesia desde 1448 a 1464. Pero sin duda, la más destacable es la célebre tumba de Julio II, situada en el extremo de la nave derecha, obra de Miguel Ángel.