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La iglesia de San Quirce de Pedret presenta una estructura de tres naves, separadas por gruesos muros con sólo dos arcos de comunicación y el aspecto liso de los muros en los que se recorta la forma de herradura de los arcos, tiene un aire muy visigodo.
monumento
<p>La iglesia de San Quirce de Pedret presenta una estructura de tres naves, separadas por gruesos muros con sólo dos arcos de comunicación y el aspecto liso de los muros en los que se recorta la forma de herradura de los arcos, tiene un aire muy visigodo; la capilla mayor es trapezoidal y las laterales redondas, conservando la curva al exterior; la humilde construcción se cubría con pinturas tan originales, como para no dudar de la carencia de cualquier normativa artística sobre su autor, aunque hay en ellas remedos de lo que entonces predominaba en la ilustración de libros; quizás, la imaginatividad de la miniatura mozárabe actuó de estímulo para favorecer las originalidades y los islamismos de toda esta arquitectura.</p>
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La llamada iglesia del Juramento, dedicada al arcángel san Rafael, está situada en la plaza que lleva su mismo nombre y sigue las pautas del estilo neoclásico, con bellos apuntes italianos. Trazada por Vicente López Caldera, presenta las características típicas de las iglesias conmemorativas. La fachada queda potenciada por la presencia de dos torres en los lados, siendo considerada uno de los escasos ejemplos neoclásicos de la ciudad de Córdoba.
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La iglesia de san Rafael es planteada por Vicente López Caldera como una simbiosis entre el espacio longitudinal de una planta basilical y el centralizado de las iglesias conmemorativas. El resultado es una iglesia de tres naves cubiertas, con bóvedas de cañón la central y aristas las laterales, con una capilla circular cerrada por una cúpula, alrededor de la cual se construye una nave, como si de un deambulatorio se tratara.
monumento
La aparición de San Rafael al padre Roelas, en 1578, potenció la devoción que la ciudad de Córdoba sentía por el arcángel, propiciando que, a principios del siglo XVII, se constituyera una hermandad y, posteriormente, se levantara la primera iglesia (1806), al frente de cuyas obras estuvo Vicente López Caldera. Está situada en la plaza que lleva su mismo nombre y sigue las pautas del estilo neoclásico, con bellos apuntes italianos. Presenta las características típicas de las iglesias conmemorativas y toda la ornamentación del templo se inscribe en la órbita del barroco dieciochesco. En su capilla mayor destaca la imagen de la talla de San Rafael, al cobijo de un templete de aire neoclásico. Pictóricamente, su interior tiene varios lienzos con escenas de martirios de santos y piedad, algunos de ellos de Antonio Palomino, y el Crucificado que realizó Diego Morales en 1806, situado en la capilla mayor.
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La iglesia de San Román es uno de los mejores exponentes del mudéjar toledano. Presenta planta basilical con tres naves, separadas por arcos de herradura califal sustentados sobre pilares con columnas adosadas.