La actual iglesia parroquial de Campanas se construyó en 1952. Se trata de un templo de planta rectangular, rematado en un ábside cuadrangular. Al exterior presenta un pórtico de acceso, con tres arcos de medio punto, y una espadaña como remate, cobijando las dos campanas que dieron origen al nombre de la población.
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Las Fábricas Reales, en su conjunto, constituyen una experiencia singular del siglo XVIII. Sin embargo, no podemos dejar de destacar la importancia específicamente urbana que llegaron a alcanzar algunas realizaciones particulares. Como ejemplo y modelo de tal alternativa, señalamos a la pequeña unidad urbanística de Nuevo Baztán. Esta ciudad industrial fue iniciativa de su fundador, Juan de Goyeneche. La estructura urbana se centra en un eje viario principal y responde a un trazado ortogonal simple, en el que se integran seis manzanas de casas, la última de las cuales, en la calle Nueva, es de construcción reciente. En el recinto, palacio e iglesia se convirtieron en un signo de poder y de prestigio. El rectángulo de la iglesia se articula con austeridad, a excepción del Retablo mayor, cuyo medallón de signo clásico se envuelve en cortinaje de pliegues agitados con cierto efecto escenográfico. La fachada en vertical, en dos planos superpuestos y columnas corintias, tiene cierto recuerdo palladiano, coronada por hornacina y aletones con pináculos.
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El edificio tiene forma de cruz con los brazos iguales, y se compone de un cimborrio con cúpula, rodeado de tres capillas circulares y una sala cuadrada que sirve de entrada. El cimborrio está delimitado por cuatro arcos de herradura, que cobijan en un plano posterior una estructura de tres arcos soportados en dos columnas, el central, mayor que los laterales. Todo este sistema de apoyos en arquerías interiores tiene una clara relación con la arquitectura bizantina, al igual que la cúpula central de ladrillos sobre pechinas.
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Planta de la iglesia de San Fructuoso, correspondiente a los tipos centrados en cruz griega. Los cuatro ábsides son rectos exteriormente. Tres de ellos semicirculares ultrapasados por el interior, y otro, que sirve de acceso, es recto. Los brazos de la cruz tienen exactamente la misma longitud, que corresponde a 13 m. El edificio conserva su total elevación.
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La pequeña iglesia de San Fructuoso de Montelios tiene forma de cruz con los brazos iguales, y se compone de un cimborrio con cúpula, rodeado de tres capillas circulares y una sala cuadrada que sirve de entrada. La parte original es el cimborrio, la mayor parte de la entrada, la capilla meridional y el trazado interior de la capilla oriental.
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<p>Se considera tradicionalmente que la iglesia de San Fructuoso en Montelios fue dispuesta por el propio obispo de Braga, poco antes de su fallecimiento en el año 665, y que él mismo ordenó, por humildad, que no se le enterrase en su interior, sino en un arcosolio lateral en el exterior de la capilla. Permaneció durante la Edad Media en un plano muy secundario, especialmente desde que el obispo Gelmírez se llevara a Santiago las reliquias del fundador, y luego pasó a ser de los capuchinos, quienes la rehicieron para luego tener que derribarla en gran parte por las necesidades del culto. En 1931 se puso al descubierto la parte conservada y se puso en marcha la restauración que ahora vemos, en la que según Gómez Moreno se cometieron temerarias libertades; la misma opinión expresaba el profesor Schlunk aunque, siendo ambos testigos de la restauración, nunca quisieron publicar detenidamente sus críticas por cierta consideración hacia sus colegas portugueses. El edificio tiene forma de cruz con los brazos iguales, y se compone de un cimborrio con cúpula, rodeado de tres capillas circulares y una sala cuadrada que sirve de entrada. La parte original es el cimborrio, la mayor parte de la entrada, la capilla meridional y el trazado interior de la capilla oriental. El cimborrio está delimitado por cuatro arcos de herradura, que cobijan en un plano posterior una estructura de tres arcos soportados en dos columnas, el central, mayor que los laterales. Las capillas ofrecen una planta de herradura por la intersección del círculo interior con las jambas rectas de las entradas; dentro de ellas había otras columnas, al parecer seis en la capilla oriental y cuatro en las laterales, sobre las que descansaban pequeñas cúpulas con un pasillo muy estrecho para deambulatorio alrededor. Todo este sistema de apoyos en arquerías interiores tiene una clara relación con la arquitectura bizantina, al igual que la cúpula central de ladrillos sobre pechinas. En el exterior, los muros descansan sobre un zócalo moldurado y se componen a base de arquerías ciegas, alternadas las angulares y las de medio punto sobre pilastras lisas. Los testeros de las capillas tienen frontones triangulares con ventanillas dobles. El cuerpo del cimborrio sobresale como una torre central con cubierta a cuatro vertientes, y su parte superior la recorre una secuencia de arquillos de herradura y ángulos soportados en columnitas adosadas que se han perdido. Este juego de vanos ciegos en la fachada es semejante al del mausoleo de Gala Placidia en Rávena, aunque el sistema de friso de arquillos en el cimborrio puede considerarse un precedente original de esta forma tan frecuente en la arquitectura románica posterior. Toda la distribución del edificio está hecha sobre la base de la unidad de medida de ochenta centímetros. Los centros de las capillas distan cuatro metros del punto de intersección de los dos ejes, y el radio de cada bóveda es de 1,60 metros; las dimensiones mayores del conjunto son 12,80 metros, equivalentes a dieciséis veces el módulo. Junto a los caracteres de procedencia oriental, suelen señalarse otros en San Fructuoso de Montelios que serían las aportaciones visigodas a este tipo de arquitectura. Entre ellos estaría la preferencia por el uso del arco de herradura, tanto en la construcción como en lo decorativo, así como el estilo de la ejecución de los capiteles y la forma de distribuir la decoración en bandas horizontales continuas, con prioridad sobre las organizaciones verticales.</p>
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Obra de Lucas Ferro Caaveiro, los trabajos comenzaron en 1754. La iglesia está en la rúa das Hortas, detrás del Pazo Rajoy, aunque para poder contemplarla mejor es preciso acercarse hasta el Arco de Gelmírez, la plaza del Obradoiro o la terraza del Hospital Real. El edificio cuenta con un campanario, la cornisa volada y balaustres, además de estatuas alegóricas, como las que representan a las virtudes cardinales.
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Al norte de la Alcazaba se sitúa la iglesia de San Gabriel de Loja, un templo de una sola nave y un campanario de tres cuerpos. Presenta dos portadas, siendo la lateral más compleja en su ornamentación, con un relieve de la Anunciación. El trazado de la iglesia se atribuye a Diego de Siloe y a Juan de Maeda, quienes idearon un edificio de cantería que, estilísticamente, significó la introducción del estilo renacentista en tierras granadinas. Una vez concluida la obra en la segunda mitad del siglo XVI, la iglesia se convirtió en una de los edificios de referencia de la arquitectura religiosa renacentista granadina.