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monumento
Las primeras obras de este templo se empezaron en el siglo XIV, pero cuatro centurias más tarde se realizaron importantes remodelaciones. La iglesia presenta tres naves -con capillas adyacentes- cerradas con un ábside de estilo mudéjar realizado en ladrillo, decorado con arcos ciegos al exterior. Entre las mencionadas capillas sobresale la dedicada al Corpus Christi, un espacio mudéjar que se decora con azulejos y yeserías, cubriéndose con un artesonado de madera; en su interior se conserva un retablo ejecutado por Gregorio Ferro. En una de las capillas del lado de la Epístola, abierta con un arco gótico, se encuentran los restos mortales del arquitecto Juan Guas. En las cercanías de la puerta de acceso al templo destaca el retablo dedicado al Cristo de la Misericordia, una de las imágenes más veneradas por los toledanos. La torre es de ladrillo, rematada en las esquinas con piedra, coronándose con un chapitel de estilo churrigueresco. Adosado al templo se encuentra el Convento de San Juan de la Penitencia.
obra
Se trata de un modelo de templo basilical de tres naves, con un crucero compartimentado en tres espacios y una cabecera de tres ábsides, el central describiendo un arco de herradura, mientras que los laterales son cuadrangulares.
monumento
Se trata de un modelo de templo basilical de tres naves, con un crucero compartimentado en tres espacios y una cabecera de tres ábsides, el central describiendo un arco de herradura, mientras que los laterales son cuadrangulares. Esta tipología planimétrica, aunque con ciertas irregularidades debidas a las dificultades de la labra de la roca, corresponde en todos los detalles a modelos perfectamente documentados en edificios hispanos construidos desde la época paleocristiana hasta el mismo siglo XI. La compartimentación del crucero y su aislamiento de las naves se deben a la organización de un espacio sagrado destinado a coro de la clerecía, siguiendo lo establecido por la vieja liturgia hispana.
museo
En Moissac destaca la abadía iglesia de St-Pierre, que con su claustro y pórtico constituye una obra maestra de la escultura del Románico y modelo para cientos de iglesias y edificios de todo el mundo. De hecho, es un milagro que haya sobrevivido a las numerosas guerras, incluido el sitio y saqueo de Simon de Montfort en 1212 durante la cruzada contra los cátaros. Durante la Revolución Francesa se utilizó como una fábrica de pólvora y alojamiento para los soldados, que dañaron muchas de las esculturas. En la década de 1830, se construyó la línea de ferrocarril Burdeos-Toulouse, y se libró por poco de la demolición. Según se cuenta, el franco Clodoveo fundó un monasterio allí, si bien parece más probable que los fundamentos pertenezcan al siglo VII, cuando se construyeron muchos monasterios en toda Aquitania. La primera iglesia románica del lugar fue consagrada en 1063 y ampliada en los siglos siguientes. El famoso pórtico sur, con su magnífico tímpano, las curiosas jambas de la puerta y el trumeau datan de la segunda fase de la construcción. Presenta a un Cristo que bendice con la mano derecha, la Biblia en la otra, rodeado por los evangelistas y los ancianos que describe san Juan en el libro de Apocalipsis. Es una muestra cuya influencia puede contemplarse en la obra de artistas que decoraron los pórticos de numerosas iglesias en el sur de Francia. También son interesantes las excelentes esculturas de los capiteles en el interior del pórtico y la iglesia, que fue reformada en el siglo XV, sobre todo por algunos de los santuarios de madera y piedra que contiene. El claustro rodea un jardín a la sombra de un cedro majestuoso, y su tejado de teja canalón se apoya en 76 columnas de mármol que alternan sencillas y dobles. Cada una sostiene un bloque de piedra invertido en forma de cuña, esculpido con gran delicadeza con motivos de animales y plantas, así como con escenas bíblicas y de la vida de los santos: Daniel en la madriguera del león, los Evangelistas, san Pedro crucificado al revés, Juan Bautista siendo decapitado y muchas otras. Una inscripción en el pilar central del ala occidental explica que el claustro fue construido en los tiempos del abad Ansquitil, en el 1100 de nuestra era.
obra
Una de las portadas más características del Románico es la de la antigua iglesia abacial de Saint-Pierre en Moissac. En el tímpano se representa la visión del "Apocalipsis" de San Juan; el centro está ocupado por Jesucristo en majestad, rodeado de los cuatro símbolos de los Evangelistas -el águila de san Juan, el león de san Marcos, el toro de san Lucas y el ángel de san Mateo- flanqueados por dos ángeles que sostienen pergaminos de papel, aludiendo al Juicio Final. Los veinticuatro ancianos ocupan el resto del espacio, los de la franja inferior bajo el mar de cristal. El dintel está decorado por ruedas de fuego que simbolizan el fuego infernal del Apocalipsis. Las dos jambas en las que reposa el conjunto tienen un perfil dentado formando olas, apareciendo las estatuas en relieve de San Pedro e Isaías. En el parteluz observamos tres parejas de leones rampantes, dispuestos transversalmente, que sujetan el dintel. Algunos expertos los relacionan con Cristo pero también podrían aludir al mal.
obra
Se trata de una edificación realizada a partir de una primitiva ermita de 1687, posteriormente ampliada. Lo más llamativo de la Iglesia es su pórtico, que muestra motivos iconográficos de orígen azteca, como soles, plumas, serpientes, etc. y restos de policromía.
obra
La iglesia más importante de la región de Normandía es Nuestra Señora de Jumiéges. El abad Thierry, entre 1017 y 1027, impulsó la reforma monástica de Volpiano, quien posiblemente sería el mismo que proyectase la realización de un nuevo templo. Una fuente escrita del siglo XII sitúa en 1040 el comienzo de las obras. El día uno de julio de 1067, el obispo de Ruán, Maurille, en presencia de Guillermo el Conquistador, consagraba la iglesia. El templo poseía originalmente una cabecera con deambulatorio sin capillas, que después sería sustituida por una construcción gótica. El crucero, con dos capillas orientadas y tribunas en los extremos, tenía una gran torre-linterna que alcanzaba una altura de cuarenta y un metros. La nave central perfeccionaba las experiencias de ordenación de los muros laterales que aparecen en los templos normandos: los tramos eran dobles, disponiendo entre dos pilares cruciformes una columna y entre ellos se generaba un intercolumnio de dos arcos semicirculares; sobre los mismos, había sendos arcos triples que correspondían a una tribuna que iba sobre las naves colaterales; por último, el tercer orden correspondía a los ventanales. De los pilares cruciformes, parte una columna que ascendería por todo el muro para constituirse en apeo de unos arcos diafragma para una cubierta de madera. La tribuna se abovedaba con aristas. En la parte occidental se ubicaba un nártex avanzado en fachada y flanqueado por dos torres. Durante los siglos XVIII y XIX sufrió grandes mutilaciones.