Busqueda de contenidos

obra
Nos encontramos ante uno de los escasos estudios previos que tenemos de Velázquez ya que pintaba "alla prima", es decir, directamente sobre el lienzo, sin apenas realizar bocetos. Se trata de la cabeza de Apolo, el dios protagonista de La fragua de Vulcano que transmite la noticia de la infidelidad de Venus al herrero de los dioses. Es cierto que existen correcciones en la obra definitiva, como se ha podido apreciar en las radiografías, demostrando la capacidad del maestro para variar sus diseños. Las pinceladas son rápidas y casi imprecisas, poniendo Velázquez de manifiesto su genio a la hora de dibujar. Realizado este boceto en Italia - al igual que la obra definitiva - es un claro homenaje a la pintura del Renacimiento que tanto estimaba el maestro sevillano.
obra
Cuando Millais se planteó la ejecución de su primera obra importante dentro de la estética prerrafaelita no dudó en elaborar varios dibujos y estudios preparatorios en los que establece las líneas generales de la composición. Toma como referencia directa los dibujos de Rossetti para realizar un boceto presidido por el grupo del Niño Jesús besando a la Virgen María, escena que es contemplada por los demás personajes presentes en la estancia, la carpintería que regentaba san José. El maestro aún se manifiesta con cierto naturalismo, interesándose por el detalle de la habitación -curiosamente nos encontramos en una típica casa rural inglesa con sus macetas y las ovejas contemplando la escena-. El dibujo es firme y seguro, empleando acertados trazos y distribuyendo correctamente las sombras, pecando quizá de cierto geometrismo al disponer una serie de líneas rectas como ejes del conjunto. La obra definitiva difiere en bastantes aspectos de este estudio pero las líneas maestras ya están asentadas.
obra
Es uno de los raros estudios preliminares de Friedrich, destinado a preparar el Invierno, del ciclo de siete obras de 1826 sobre las edades de la vida, que incluye la serie sobre las estaciones. Fue empleada como calco para trazar los contornos. Esto responde a su método de trabajo. Friedrich trazaba un dibujo sobre el lienzo, primero a lápiz, luego a tinta, sobre el que aplicaba las finas capas de color. No hacía bocetos o esbozos de color, pues sostenía que "con tales auxilios la fantasía pierde siempre algo de su ardor", según nos narra su amigo Carl Gustav Carus.
obra
En esta obra, Dalí utiliza nuevos y antiguos temas. Por un lado como imagen reciente, la mosca, y por otro, como referencia anterior, el pequeño marinero en recuerdo de sus años infantiles. La imagen del niño, que corresponde al propio Dalí con un aro y un fémur que hace de varilla, proviene de El espectro del sex appeal (1923). Incluso las considera como acicate para pintar; él mismo escribe en "Diario de un Genio": "Son las musas del Mediterráneo. Ellas llevaban la inspiración a los filósofos griegos que pasaban las horas muertas tumbados al sol, cubiertos de moscas".
obra
Tras los anteriores rechazos en el Salón de París, Manet presentó en 1869 una obra con la que pretendía obtener el deseado triunfo. Se trata del Balcón, donde la referencia a Goya es evidente. Para no defraudar con este trabajo, lo pensó y estudió con esmero, realizando numerosos estudios preparatorios como éste que contemplamos, en el que se trazan las líneas maestras del lienzo definitivo. Manet ya tenía elegidos a sus modelos, posando Berthe Morisot, Antoine Guillemet y Fany Claus en las posturas que aquí podemos observar. Los trazos son rápidos y seguros, estructurando la composición con un sabio entramado de líneas horizontales y verticales. A pesar de todo el esfuerzo, las críticas fueron muy duras y el esperado éxito no llegó.
obra
El fallecimiento de su esposa, Maria Bicknell, víctima de tuberculosis en 1828 sumió a Constable en una profunda depresión que se manifestará claramente en su pintura. La obra definitiva que guarda la Paul Mellon Collection se presentó a la exposición de la Royal Academy de 1829, el mismo año que es elegido académico, siendo visitado por tal honor por el propio Turner. Para la realización de esta obra Constable se basó en un estudio elaborado en 1814, durante un viaje a la costa de Essex. Será habitual que el maestro emplee sus bocetos y estudios ejecutados en la década de 1810 durante el resto de su vida lo que nos indica que, a pesar de ser naturalista y pintar bocetos al aire libre, todos sus trabajos definitivos están pintados en el taller, valiéndose de su memoria e introduciendo elementos producto de la imaginación. Posiblemente lo más interesante de este estudio preparatorio es el cielo, una sensacional muestra de la pintura expresionista que saldrá de los pinceles de Constable en estos años. Las pinceladas son rápidas y fluidas, interesándose por mostrar como el final de la tormenta empieza a dar paso a la luz. Tampoco es desdeñable el mar o el abrupto paisaje en el que se encuentra el derruido castillo, imagen romántica por excelencia, así como el ambiente pastoril. La composición se organiza a través de una acentuada diagonal que nos lleva a las ruinas, produciéndose una descompensación al no colocar el edificio en el centro sino que se sitúa más elevado y en la zona de la izquierda, mostrándonos en la derecha la desembocadura del Támesis y el mar, una de las habituales amplias perspectivas que tanto gustaban al maestro. También es habitual el amplio espacio ocupado por el cielo en la superficie pictórica, siendo una referencia a sus admirados paisajistas holandeses del Barroco. En la exhibición, la obra fue acompañada de unos versos de Thomson sacados de su obra "Summer". Por desgracia, a pesar de tratarse de un sublime paisaje, no se vendió, permaneciendo ambos trabajos en el estudio del pintor. Tras su fallecimiento fueron subastados y el lienzo definitivo se vendió por 105 libras mientras que el estudio que contemplamos alcanzó la irrisoria cifra de 4 libras.
obra
El Retablo Baglioni fue encargado a Rafael por Atalanta Baglioni en memoria de su hijo Grifoneto, asesinado en julio de 1500 durante las sangrientas luchas entre los miembros de la familia por ocupar el poder en el gobierno de Perugia, para su ubicación en la capilla familiar de la iglesia de San Francesco al Prato de Perugia. La tabla principal es el Descendimiento conocido actualmente como Borghese al ser propiedad de esta familia desde 1608. Cuando Sanzio recibió este encargo se puso inmediatamente a trabajar, elaborando un interesante número de estudios preparatorios en los que se incluían las diversas figuras. En esta imagen que contemplamos podemos ver la zona de la derecha de la obra definitiva presidida por el desmayo de la Virgen cuya estructura ósea también fue estudiada por el maestro. La tensión y el dramatismo del momento han sido sabiamente captadas por Rafael gracias a su facilidad con el dibujo, mostrando una firmeza y seguridad difícilmente superables.
obra
Observamos en este estudio la primera idea que manifestó Rafael cuando Atalanta Baglioni le encargo un retablo para su capilla familiar en la iglesia de San Francesco al Prato de Perugia. Este primer estudio enlaza con el estilo tradicional de Perugino y Fra Bartolomeo, introduciendo en la obra definitiva importantes novedades que refuerzan el dramatismo y la intensidad espiritual del momento.
obra
En este curioso estudio preparatorio hallamos la estructura ósea de la figura de María que preside la zona derecha del Descendimiento Borghese, sopesando y estructurando así las fuerzas que regularán la composición final. También se conserva otro estudio donde la Virgen aparece en su estado definitivo, desarrollando de manera arquitectónica esta imagen que contemplamos. Las cabezas presentes en la lámina indican la facilidad y maestría de Sanzio en esta faceta de la pintura, exhibiendo un grácil y elegante trazo que determinará su producción.