Capítulo XII La rueda de los Katunes El Once Ahau se asienta el Katún en Ichcaansihó. Yaxhaal Chac es su rostro. Bajan hojas del cielo, bajan perfumes del cielo. Suenan las músicas, suenan las sonajas del de los Nueve Pies. En un día en que habrá los primeros pavos de monte, el día en que aparecerá la Serpiente Mojada (Zulum Chan), en el día de Chakan-putún, se comerán árboles, se comerán piedras; se habrá perdido el sustento, dentro del Once Ahau Katún. * * * Con siete tiempos de abundancia se asienta el Katún, el Cuatro Ahau Katún, en Chichén. Siete tiempos de abundancia son el asiento del Gran Derramador de agua. Tapado está su rostro y cerrados sus ojos bajo sus lluvias, sobre su maíz abundantemente esparcido. Llenos de hartura están su estera y su trono. Y se derrama su carga. Habrá un día en que esté blanco su ropaje y blanca su cintura, y sea aplastado por el chorro del pan del Katún.- Llegarán plumajes, llegarán pájaros verdes, llegarán fardos, llegarán tordos cantores, llegarán tapires; se cubrirá de tributo Chichén. * * * No Zaquí, sino Mayapán es el asiento del Katún, del Dos Ahau Katún. Cuando se haya asentado el Katún, bajarán cuerdas, bajará la ponzoña de la peste. Tres cerros de calaveras harán una rueda blanca a su cuerpo cuando venga con su carga atada. Ahogándose cogerá en su lecho un soplo de viento. Tres veces dejará caer su pan. Mediana hambre, mediano pan. Ésta es la carga del Dos Ahau Katún. * * * Kinchil Cobá es el asiento del Katún, del Trece Ahau Katún.- El dios maya Itzám dará su rostro a su reinado. Se le sentirá tres veces en tres años, y cuando se cierre la décima generación. Semejantes a las de la palmera serán sus hojas. Semejante al de la palmera será su olor. Su cielo estará cargado de rayos. Sin lluvias chorrerará el pan del Katún, del Trece Ahau Katún. Multitud de lunares son la carga del Katún. Se perderán los hombres y se perderán los dioses.- Cinco días será mordido el sol, y será visto. Ésta es la carga del Trece Ahau Katún. TEXTO DE LA RUEDA DE LOS KATUNES 1.- Emal, -es el asiento del Katún, del Uno Ahau Katún-. Bajarán cíngulos, bajarán cuerdas, en el día en que bajen la Espuma, el Libro y el Pez. 2.- Dos Ahau Maya Cuzamil.-Mayapán. 3.- Suhuy-uah es el asiento del Katún, del Tres Ahau Katún. -Se tenderá el cuero de la Serpiente y el cuero del Tigre.-Luciérnagas azules anunciarán el rostro del Señor del Tres Ahau Katún. 4.- El Cuatro Ahau, -con gran abundancia se asienta el Katún en Chichén Itzá. 5.- Zodzil es el asiento del Katún, del Cinco Ahau.-Se le escapará la máscara al Señor del Cinco Ahau Katún. 6.- En gran abundancia se asienta el Seis Ahau Katún. 7.- Mayapán es el asiento del Katún del Siete Ahau. 8.- Lahun (?) Chablé es el asiento del Katún del Ocho Ahau. 9.- Nueve Ahau. En muy graves años se asienta el Katún del Nueve Ahau. 10.- Lahun-Chablé es el asiento del Katún Diez Ahau. 11.- Once Ahau. -El asiento del Katún es Ichcaansihó. Relámpagos. 12.- Saclahtun, - es el asiento del Katún, del Doce Ahau. Azul y quemado es el rostro de su Señor. 13.- Trece Ahau Katún. -En Kin-colah-petén, se asienta el Trece Ahau Katún. Relación de los Katunes contados una vez que fue hallada Chichénb Itzá. Desde muy antiguamente estaba escrita en esta tierra para que pudiera ser sabida por cualquiera que quisiera saber la cuenta de los Katunes. VI. En el Seis Ahau sucedió que descubrieron Chichén Itzá. IV. Cuatro Ahau. II. Dos Ahau. XIII. Trece Ahau. XI. Once Ahau. IX. Nueve Ahau. VII. Siete Ahau. V. Cinco Ahau. III. Tres Ahau. I. Uno Ahau. XII. Doce Ahau. X. Diez Ahau. VIII. Ocho Ahau. Fue abandonada Chichén Itzá, después de trece dobleces del Katún. Y se establecieron en Chakán-putún, en sus casas, en el tiempo de este Katún. * * * VI. Seis Ahau. IV. Cuatro Ahau. Fue conquistada por ellos la tierra de Chakán-putún. II. Dos Ahau. XIII. Trece Ahau. XI. Once Ahau. IX. Nueve Ahau. VII. Siete Ahau. V. Cinco Ahau. III. Tres Ahau. I. Uno Ahau. XII. Doce Ahau. X. Diez Ahau. VIII. Ocho Ahau. Fue abandonado Chakán-putún, por los hombres Itzaes. Y vinieron a poner sus casas otra vez. Trece dobleces del Katún estuvieron establecidos en sus casas de Chakán-putún. En este mismo Katún fueron los Itzaes a vivir bajo los árboles, bajo los arbustos, bajo su miseria. * * * VI. Seis Ahau. IV. Cuatro Ahau. II. Dos Ahau. XIII. Trece Ahau. XI. Once Ahau. IX. Nueve Ahau. VII. Siete Ahau. V. Cinco Ahau. III. Tres Ahau. I. Uno Ahau. XII. Doce Ahau. X. Diez Ahau. VIII. Ocho Ahau. Fueron dispersados los Itzaes de sus casas por segunda vez, por el "pecado de palabra" de Hunacceel, por sus alborotos con los de Itzmal. Trece dobleces del Katún habían estado establecidos, cuando fueron dispersados por Hunaceel, "para dar el entendimiento" de los Itzaes. * * * VI. Seis Ahau. IV. Cuatro Ahau. Fue conquistada la tierra de Mayapán, la amurallada, por los Itzaes, que habían sido arrojados de sus casas por los de Itzmal, a causa de la "traición" de Hunaceel. II. Dos Ahau. XIII. Trece Ahau. XI. Once Ahau. IX. Nueve Ahau. VII. Siete Ahau. V. Cinco Ahau. III. Tres Ahau. I. Uno Ahau. XII. Doce Ahau. X. Diez Ahau. VIII. Ocho Ahau. Fue derrumbada Mayapán la amurallada, porque los de detrás de la muralla destruyeron la fortaleza, para vaciar de la ciudad de Mayapán el poder amontonado en ella. * * * VI. Seis Ahau. IV. Cuatro Ahau. Hubo peste. Entraron los zopilotes a las casas, dentro de las murallas. II. Dos Ahau. Hubo viruela, viruela grande. XIII. Trece Ahau. Murió Ah-Pulá. Seis años faltaban de la antigua cuenta de los años, hacia el Oriente. El Cuatro Kan se detuvo Pop al Oriente. He aquí que yo cuidadosamente puse cabeza contra cabeza los Katunes y los años. El 18 Zip y Nueve Imix es el día de la muerte de Ah-Pulá, Napot Xiú, en el año de 1508. XI. Once Ahau. Llegaron los "hombres de Dios", del Oriente, los que trajeron el dolor. Su primer principio, aquí en la tierra de nosotros, los hombres mayas, fue en el año de 1513 años. IX. Nueve Ahau. Empezó el cristianismo. Sucedió el bautismo. Este vino dentro del Katún en que llegó el Obispo Toral. También cesó el ahorcamiento, en el año de 1546 años. VII. Siete Ahau. Murió el Obispo De Landa. V. Cinco Ahau. III. Tres Ahau. * * * Cuatro Ahau es el nombre del Katún en que nacieron los Pauáh que fueron sus Reyes. Numerosas edades transcurrieron siendo su nombre poderoso. Cuatro Ahau es el nombre del Katún en que llegaron, la "Gran Bajada", la "Pequeña Bajada", que así se nombran. Numerosas épocas tuvieron poder, tuvieron fama. Cuatro Ahau es el Katún en que sucedió que buscaron Chichén Itzá. Allí les fueron ofrecidas las sagradas maravillas por sus Padres y Señores. Cuatro grupos salieron. "Las Cuatro divisiones de la tierra" se nombran. Del Oriente, a Kincolahpetén fue un grupo. Del Norte, a Naco-cob fue un grupo. De aquí salió una división a la entrada de Suyua, hacia el oeste, al lugar de las cuatro montañas. "Las Nueve Montañas" es el nombre de su tierra. Cuatro Ahau es el Katún en que sucedió que invitaron a los de las Cuatro Divisiones, nombradas Cantzuculcab, para que vinieran. Fueron "hechos Padres" cuando vinieron a Chichén Itzá. Itzaes entonces se llamaron. Trece Katunes ejercieron poder. Y fueron traicionados por Hunaceel. Y abandonaron sus tierras. Y fueron a los bosques desiertos que se llaman Tanxulucmul. Cuatro Ahau es el Katún en que fue el clamor de las almas. Trece Katunes pasaron en el sufrimiento y el exilio. Ocho Ahau es el Katún en que sucedió que llegaron los restos de los nombrados Itzaes. Llegaron y alzaron su poder en Chakanputún. El Trece Ahau es el Katún en que fundaron la ciudad de Mayapán. Hombres Mayas se llamaron. En el Ocho Ahau abandonaron sus tierras y se derramaron por todo el país. En el Seis Ahau fueron dispersados y dejaron de llamarse Mayas. Once Ahau es el nombre del Katún en que cesaron de nombrarse Mayas. "Mayas cristianos" se nombraron todos, vasallos de los sucesores de San Pedro y de la Majestad del Rey. * * * Relación de los Katunes de los Itzaes, que se nombran Katunes Mayas. Doce Ahau. Diez Ahau. Ocho Ahau. Seis Ahau. Derrotaron a los de Coní. Cuatro Ahau. Dos Ahau. Trece Ahau. Once Ahau. Nueve Ahau. Siete Ahau. Cinco Ahau. Fue destruida la tierra de los dioses de Itzamal, Kinich-Kakmó y Pop-hol-chac, por Hunac-ceel. Tres Ahau. Uno Ahau. Fueron dispersados los restos de los Itzaes en Chichén. En el tercer año dentro del Uno Ahau fue destruido Chichén. Doce Ahau. Diez Ahau. Ocho Ahau. Éste es el Katún en que fundaron tierras los restos de los Itzaes, que venían del bosque, de debajo de sus cenizas. Tan Xulucmul es su nombre. De allí salieron y fundaron Zac-lac-tun, nombrada Mayapán. En el séptimo año tun, del Ocho Ahau Katún, fue vencido Chakan-putún por Kak-u-pacat y Tec-uilu. Seis Ahau. Cuatro Ahau. Dos Ahau. Trece Ahau. Once Ahau. Nueve Ahau. Siete Ahau. Cinco Ahau. Llegó el Señor extranjero de los "mordedores de hombres", llamado "el Señor sin vestidos". No se arruinó la región por ellos. Tres Ahau. Uno Ahau. Fue destruida la comarca de Tancáh, nombrada Mayapán. En el primer año tun dentro del Uno Ahau Katún, salió de allí el Soberano Tutul y los príncipes de la tierra y los Cantzuculcab. En ese Katún fueron vencidos los hombres de Tancáh y se dispersaron los príncipes de la tierra. Doce Ahau. Se tomó su piedra en Otzmal. Diez Ahau. Se tomó su piedra en Sisal. Ocho Ahau. Se tomó su piedra en Kankabá. Seis Ahau. Se tomó su piedra en Hunacthí. Cuatro Ahau. Se tomó su piedra en Ti-Kuh. En este Katún hubo peste, dentro del quinto año de este Cuatro Ahau Katún. Dos Ahau. Se tomó su piedra en Chacalná. Trece Ahau. Se tomó su piedra en Euan. Once Ahau. Éste es el principio. En Kincolahpetén se tomó su piedra. En este Katún murió Ah-Pulá, nombrado Napot Xiú, en el primer año (tun) del Once Ahau. Éste es el Katún en que llegaron por primera vez los españoles aquí a esta tierra. En el séptimo año (tun) del Once Ahau Katún. Fue cuando empezó el cristianismo. En el año de mil quinientos diez y nueve años. 1519 años. Nueve Ahau. No se tomó su piedra. En este Katún llegó el primer Obispo, Fray Francisco Toral. Llegó en el sexto año (tun) de este Nueve Ahau Katún. Seis Ahau. No se tomó su piedra. Murió el Obispo De Landa en este Katún y llegó el sustituto del Obispo también. Cinco Ahau. Tres Ahau. * * * Estoy en 18 de agosto de este año de 1766. Hubo tormenta de viento. Escribo su memoria para que se pueda ver cuántos años después va a haber otra. * * * Heme aquí en 20 de enero de 1782. Fue cuando se propagó la "inflamación" aquí en el pueblo de Chumayel. Se hincha la garganta de las gentes y baja hasta abajo también. Desde los chicos hasta los grandes, por parejo barre una casa cuando entra. Ésta es su medicina: ceniza aceda y limones, o yerba de sisal para los niños. Empezó desde el año 81. Entonces hubo también grandes sequías porque no entraban las lluvias. Se quemaron todos los montes y se murieron los montes también. Ésta es la memoria que escribo yo. Don Juan Josef Hoil. -(Una rúbrica de marcado carácter español antiguo, como la letra). (Aquí termina visiblemente la primitiva compilación. Sigue una hoja con un apunte en letra muy vacilante e inhábil que dice casi ilegiblemente): Chumayel y junio 28 de 1838. Sucedió que presté el Chilám Balam, yo Pedro Briseño. (Otra hoja adicionada, que forma la 84 del manuscrito): Miércoles. Estoy en 4 del de 1832 -abril-. Sucedió que señalé el nombre de María Isidora, hija de Andrés Balam y María Juana Sicuras. (?)Domingo. Estoy en 2 de diciembre de 1832. Sucedió que señalé el nombre de Tomás, hijo de Andrés Balam y María Juana Xicum -Padrinos; por María Carbajal, Madrina, Micaela Marín. Justo Balam-Cura, fray-(ilegible). * * * (Otro carácter de letra). Éste es el día en que compré este libro. 1.? de julio de 1838. Me costó dentro de la pobreza, me costó este libro tres pesos. Éste es el año en que lo compré, junio 1.?. Lo señalo para que se sepa qué día pasó a mis manos. Yo, Pedro de Alcántara Briceño, vecino de San Antonio.
Busqueda de contenidos
contexto
De los meses décimo cuarto y décimo quinto Al décimo cuarto mes lo llamaban Quecholli, durante el cual hacían sacrificios al dios Mizcoatl y preparaban flechas y dardos para la guerra. Degollaban no pocos esclavos en honor de este dios y mientras hacían flechas, lo cual solfa durar más o menos cinco días, no se eximían de sacarse sangre de las orejas para untar las sienes de los dioses, porque afirmaban que eso servía para obtener de ellos rica y feliz cacería de venados. A los que omitían hacer esto los despojaban de sus mantas. A nadie le estaba permitido el acceso a su mujer durante esos días, ni a los viejos beber el vino del maguey que llaman pulque. Después de que habían hecho las flechas grandes durante los cuatro días anteriores, se dedicaban con toda atención a hacer otras más pequeñas y las ataban de cuatro en cuatro a otras tantas teas, y así juntas en pequeños manípulos, las ponían sobre las sepulturas de los muertos, consagradas a los dioses manes, con dos tamales para cada manípulo y después de que se quedaban sobre los sepulcros un día entero, cuando llegaba la noche las quemaban. Durante estas fiestas invocaban a los muertos con varias ceremonias. En el décimo día de este mes, los mexicanos y los tlatelolcos iban al monte Çacatepec, el cual afirmaban ser padre de todos los otros, y cuando habían llegado hacían jacales de paja y hogueras y no hacían nada más ese día. Pero al siguiente, una vez que habían desayunado, se dirigían a los bosques y formando cuerno o hemiciclo, rodeaban animales de innumerables géneros, ciervos, liebres, coyotes y muchísimos por el estilo y yendo poco a poco los unos al encuentro de los otros, súbitamente hacían ímpetu en contra de la presa y casi sin ningún trabajo gozaban de numerosa captura. Concluida la cacería, mataban a los cautivos y a los esclavos en el templo de Tlamaltzinco, adonde los llevaban atados de pies y manos escaleras arriba como carneros o ciervos u otros cuadrúpedos mansos para matarlos en los altares. Y después no sin varias ceremonias peregrinas, mataban otro varón y, otra hembra quienes decían ser imágenes de Mizcoatl y su mujer; eso se hacía en otro templo llamado Mizconteopan. Al décimo quinto mes lo llamaban Panquetzaliztli, en el cual hacían sacrificios al dios de la guerra llamado Vtzilopochtli y los sacerdotes de los dioses se abstenían de comida cuatro días antes de la fiesta y se tormentaban con otros no mediocres sacrificios cruentos y traían ramas durante lo más cerrado de la noche de los bosques y hacían otras cosas semejantes, las cuales no se podían llevar a cabo sin gran esfuerzo y trabajo. En el segundo día de ese mes, se entregaban a bailar y a cantar versos a la gloria y honor de Hoitzilopochtli; en los patios de las casas bailaban igualmente hombres y mujeres, comenzando cuando caía la tarde y concluyendo ya cerrada la noche; estas solemnidades duraban veinte días. El día noveno, a los cautivos que habían de matar, preparados con muchas maneras de ritos y ceremonias, decorados con diversos colores y pigmentos y adornados con muchísimos papiros, los introducían en ciertos bailes en los cuales, teniendo los varones abrazadas a las mujeres y yendo por parejas acostumbraban danzar en círculo. En el día décimo sexto del mismo, comenzaban los señores de esclavos o cautivos a abstenerse de comida y en el décimo noveno cantaban y bailaban y dándose mutuamente las manos, los hombres quedaban enlazados a las mujeres y giraban y culebreaban todos por el patio del templo. Entretanto algunos viejos cantaban y pulsaban los instrumentos acostumbrados por esa gente. Después de celebradas varias ceremonias y ritos diversos y peregrinos, bajaba del templo de Hoitzilopochtli un sacerdote vestido como el dios Paínal e inmolaba cuatro esclavos en el local del juego de pelota, que estaba en el templo de Teutlachtli, y partido de allí rodeaba la ciudad toda en su carrera y en lugares establecidos mataba algunos esclavos. Después pugnaban divididos en dos facciones, no sin la muerte de algunos. Y al fin con muchas ceremonias, de nuevo mataban algunos cautivos junto al templo de Hoitzilopochtli con otro no pequeño grupo de esclavos y celebraban la muerte de cada uno de ellos pulsando los instrumentos patrios. Muertos ya todos resonaban por todas partes los bailes, los convites y los cantos hasta que concluía el tiempo asignado a la solemnidad.
contexto
CAPITULO XII Que trata de la nobleza tlaxcalteca y de la enemistad que ovo con los culhuas mexicanos Los capitanes famosos y muy diestros en la guerra que llevó Cortés a la de México son hijos de señores y hombres de cuenta y calidad. Son los que siguen. Primeramente, de la cabecera de Ocotelolco salieron Tecohuanitecuhtli Acxotecatl, Cehecatecuhtli, Tecpanecatl, Tenamazcuicuiltecuhtli, señor de Tepoyanco, Calmecahuatecuhtli Petlacoltzintecuhtli; de la cabecera de Quiahuiztlan salieron Quanahtecatl Tecuhtli Quauhquentzin, Tepultzin, Tlachpanquizcatzin, Chichimecayaotequihua, Tepalnencatzin, Temaxahuitzin, Omemaní Nezahualcoyotzin Cocomitzin, Acxotecatl Tzinhcohuacatl, Quauhtapalcantzin; sin otros muchos que por la variedad del tiempo se han olvidado sus nombres antiguos. Las divisas y armas principales de la casa de Ocotelolco de los maxixcatzis, son una garza o pájaro verde, llamado Quetzaltototl, sobre un peñasco, que es una ave de plumas verdes muy preciadas, tiene el pico de oro y en los encuentros de las alas dos patenas redondas de oro y sobre la cola otra. La divisa y armas de la cabecera y casa de Tetcola es una garza blanca sobre otro peñasco. La divisa y armas de la casa y cabecera de Quiahuiztlan es un penacho de plumas verdes a manera de ala o aventador, que traían por divisa y armas los señores de esta cabecera, y el día de hoy la estiman en mucho, llamado Quetzalpatzactli. La cabecera de Tepeticpac tiene por armas y divisa un lobo muy feroz sobre unas peñas, que tiene en la mano un arco y flechas. No se hace caso de otras armas y divisas al ver que son muchas y de diversas maneras conforme a sus antiguas usanzas. Ágora tornaremos, prosiguiendo nuestra relación, a tratar lo que sucedió después de la derrota de los de Texcalticpac, y cómo se fueron amplificando y ensanchando, y la ocasión que tuvieron los culhuas mexicanos de tener guerras, enemistades y disenciones con los tlaxcaltecas, y en qué tiempos. Después de ser pasada la guerra cruel de los chichimecas de Texcalticpac, como atrás dejamos tratado, comenzaron a bajarse de allí y a fundar pueblos y lugares. Fundose la cabecera de Ocotelolco y la de Tizatlan y Quiahuiztlan. No tan solamente se ha de entender que fueron cuatro los señores de esta República, porque, ansimismo, se poblaron muchos pueblos y lugares de otros principales chichimecas, que habían sido caudillos en su venida, capitanes, maestres de campo y de otros oficios y cargos tocantes a la milicia. De los cuales, el día de hoy, hay casas fundadas de muy buenos mayorazgos y otras casas solariegas, a las cuales tenían reconocimiento como casas mayores de donde procedía su linaje, como la que se fundó en Tepeticpac, que fue la primera cabecera, que acudían a ella con reconocimiento y respeto de rey, y lo mismo se hacía en la cabecera de Ocotelolco, Tizatlan y Quiahuiztlan. De cada casa de éstas y cabeceras procedían otros muchos tecuhtlis mayorazgos, que quiere decir "caballeros y señores", y otras casas que llaman pileales, que es como decir "casas solariegas de principales hombres hidalgos". En lo cual se tenía particular cuenta, porque los descendientes de éstos son estimados como hombres calificados, que, aunque sean pobrísimos, no ejercen oficios mecánicos, ni tratos bajos, ni viles. Jamás se permiten cargar, ni cavar con coas, ni arados, diciendo que son hidalgos y que no han de aplicarse a estas cosas soeces y bajas, sino servir en guerras y fronteras, como hidalgos, y morir, como hombres, peleando. La cual locura virtuosa dura y permanece hasta agora, diciendo que son hidalgos y caballeros desde ab initio y que agora lo son mejor, porque se convirtieron al verdadero Dios y se han tornado cristianos, dando la obediencia al emperador D. Carlos, Rey de Castilla, demás y allende de esto le ayudaron a ganar y conquistar toda la redondez y máquina de este Nuevo Mundo, dándole el derecho y acción que tenían contra los mexicanos para que fuese universal rey y señor de ellos, y que por esto son hidalgos y caballeros. Estas y otras fanfarrias y locuras dicen, que jamás acaban de blasonar, y ansí cuando un mal español los maltrata le dicen que es mal cristiano, que no es hidalgo ni caballero, porque si lo fuera que sus obras y palabras fueran modestas, como de caballero; que debe ser villano, moro, o judío, o vizcaíno, y al remate, cuando no hallan palabras con que podelle vituperar, le dicen: "al fin, eres portugués", pensando que en esto le han hecho muy grande afrenta. Tornando a nuestro propósito comenzado, que es haber tratado de las casas de mayorazgos y señorío, y de las casas solariegas, cualquier capitán o Tecuhtli que fundaba una casa o vínculo de mayorazgo con todos aquellos soldados que tenía a su cargo en aquel repartimiento de tierras y montes que se le había dado, hacía después otro repartimiento, el cual era de esta forma y manera que diremos. Cualquier Tecuhtli que fundaba un Tecalli, que es "casa de mayorazgo", o Pilcalli, que es "casa solariega", tomaba todas aquellas tierras que le caían en suerte de repartimiento con montes, fuentes, ríos o lagunas y tomábase para la casa principal la mayor y mejor suerte o pagos de tierra. Luego, las demás que quedaban se repartían para sus soldados, amigos y parientes igualmente. Todos estos estaban obligados a reconocer la casa mayor, a acudir a ella, a alzalle, reparalle y a ser Continos en ella, con reconocimiento de aves y cazas, flores y ramos para el sustento de la casa del mayorazgo. El que lo era estaba obligado a sustentarlos y regalarlos como amigos de aquella casa y parientes de ella, ansí es que se llaman teixhuihuan, que quiere decir los "nietos de la casa de tal parte". Estos repartimientos de tierras se partieron a terrazgueros e hicieron poblazones en ella, y éstos eran vasallos y, como tales, les pagaban tributo y vasallaje de las cosas que criaban y cogían. Y por esta orden vinieron a ser caciques y señores de muchas gentes y vasallos que los reconocían y pagaban vasallaje, de los cuales fundaron pueblos y lugares muy principales con que se sustentaron y gobernaron su República por buen modo y concierto, según su bárbaro y rústico talento. Ansí poblada la muy insigne y no menos que leal provincia de Tlaxcalla, tuvieron paz y concordia con todas las provincias comarcanas grandes tiempos. Y ansí, se comunicaban y trataban en gran conformidad con los mexicanos, y atravesaban los unos y los otros todas las tierras y provincias y reinos que querían, y lo mismo hacían los de ésta, porque iban a contratar a todas partes, de una mar a otra, de la del Sur a la del Norte, de la de Levante a la de Poniente, porque de los pobladores de esta provincia salieron a poblar la costa y serranía de hacia la parte del Norte y de la de Levante, hacia la de Cempoalla, Tuxtla, Cohuazacoalco y Tabasco. Finalmente, de estas tierras traían oro, cacao, algodón, ropa, miel, cera, plumería de papagayo y otras riquezas que mucho estiman. En tanta manera, que vino a ser el reino de Tlaxcalla uno de los mayores que obo en estas partes del Nuevo Mundo, gobernado por los cuatro señores de las cuatro cabeceras; tanto que fue envidiado de las provincias vecinas y comarcanas, que aunque Cholollan, Huexotzinco, Quauhquecholla e Itzyocan, que llaman los españoles Izúcar, y Tecalpan, Tepeyacac, Tecamachalco, Quecholac, Acantzinco, Teohuacan, Cozcatlan y Teutitlan, Ahuilizapan, y todas estas provincias les tenían amistad, no por eso dejaba de reinar en ellos mortal envidia. La misma amistad se tenía con los zacatecas iztaccamaxtitlancalques, tzacuhtecas y tlatlauhquitepehuaques, tecuhtecas y atzopanecas. Todas estas naciones son ulmecas. Ansimismo, tenían alianza con esta provincia ... que les traían la miel, cera, liquidámbar, gran muchedumbre de algodón y otras cosas que las tierras templadas producen, pescado y camarón. Y como las cosas de esta vida, ni la felicidad de ella es permanente, luego se introdujo la sediciosa ambición, que como obiese tanta paz y conformidad con los tetzcucanos y mexicanos, y fuese en crecimiento el Imperio de los tepanecas culhuas, no contentándose con lo que era suyo propio, pretendió ponerse en arma contra los de Tlaltelulco y supeditallos, sin otro derecho alguno, sino sólo para que reconociesen por señor y rey a Ahuitzotzin, que en aquel siglo reinaba sobre todos los mexicanos tepanecas. Y como saliese con su propósito comenzado, procuró luego de ir contra Xochimilco y sujetalle, así como lo hizo, y de allí, como le sucedía todo tan prósperamente, fue ganando y conquistando tierras y provincias, sujetándolas como señor absoluto, pues con los grandes ejércitos que hizo juntar atemorizó toda la tierra: Unas provincias se le daban de paz y otras por fuerza de arma. Y como obiese sujetado la mayor parte de los matlatzincas, cohuixcas y tlalhuicas, pretendió pasar los puertos de la Sierra Nevada y Volcán con sus ejércitos hasta que rindió a los de Huexotzinco y Cholulla, haciendo partidos y conciertos de reconocimiento con ellos. De aquí ovo principio el ser único señor del Reino Mexicano. Y como a Ahuitzotzin le sucediese Axayacatzin, único señor de México, pretendió hacer lo propio que su antecesor Ahuitzotzin, esto es: ir ensanchando su reino con ánimo de conquistar todo el mundo, y cuanto hallase por delante para ser señor y rey universal de todo este Nuevo Mundo. Sucedióle tan prósperamente todo lo que se imaginó y propuso que a poco tiempo vino a ser rey, casi señor, de todo Huexotzinco, Quauhquechollan, Itzucan, Valle de Atlixco, Cholollan, Calpan, Tepeyacac, Tecamachalco, Quecholac, Teohuacan, Cozcatlan y Teotitlan. Finalmente, toda la más tierra que pudo fue sujetando y conquistando de tal manera, que no había provincia ni reino que se le parase delante que no ganase y conquistase. Entendido por los señores de Tlaxcalla la prosperidad y pujanza con que iba creciendo el reino de los culhuas mexicanos tepanecas, que ya en esta sazón se llamaban tenuchcas, determinaron de ponerse en arma y cuidado de las cosas que les pudiesen suceder con poderío tan grande como este que se había levantado. Y ansí, porque no les entrase por alguna parte, determinaron de guardar y conservar sus tierras y tener con esto paz con todos, como siempre la habían tenido; mas con todas estas prevenciones y recatos, movidos de mortal envidia, los huexotzincas, cholultecas y otras provincias sujetas a los tenuchcas mexicanos procuraron por astucias y maña impedir la contratación de los tlaxcaltecas por todas las partes que pudieron y que se recogieran en sus tierras. Y para más incitar a los tenuchcas mexicanos y moverlos a ira, informaron los rendidos siniestramente contra ellos, diciéndoles cómo los tlaxcaltecas se iban apoderando de muchas provincias de las que ellos habían ganado, ansí por amistades como por contratos, especialmente de las de Cuetlaxtlan, Tuxtlan, Cempohuallan, Cohuatzacoalco, Tabasca, Campeche y otras provincias y lugares marítimos, e que avisaban de ello, que viesen lo que más les convenía. Como los tenuchcas entendiesen que podía suceder ansí por ser los tlaxcaltecas belicosos y viendo que los mexicanos iban señoreando toda la tierra, que podrían hacer lo mismo, y como el mando no permite igualdad, para remediar un tan gran estorbo e impedimento, procuraron los tenochcas apoderarse de toda la Totonacapan y de las provincias de los tohueyos, xalapanecas, nauhtecas, mexcaltzincas y otras muchas provincias de la costa del Norte, que por evitar prolijidad no referimos, e impedir por tal medio de estorbar las contrataciones y granjerías a los tlaxcaltecas, que les daban mucha riqueza, como en efecto lo hicieron.
contexto
CAPITULO XII Pasa a la California con quince Misioneros para trabajar en ella. Habiéndose extinguido en la N. E. la Sagrada Compañía de Jesús el día 25 de Junio del año de 1767, fueron encomendadas por el Exmô. Señor Virrey Marqués de Croix (de acuerdo con el Illmô. Señor Visitador general del Reino D. José de Gálvez) al Colegio de San Fernando de México, las Misiones que los Padres expulsos administraban en la California. Viose precisado el Colegio a admitirlas, (no obstante lo falto que se hallaba de Religiosos) para hacer a Dios y al Rey este servicio, y a enviar al propio tiempo a España por competente número de Misioneros. Diez y seis eran los Padres Jesuitas que había en la California, y otros tantos habían de pasar a remudarlos; pero teniendo ideado el Superior Gobierno poner en las cuatro Misiones más adelantadas Sacerdotes Seculares, pidieron los citados Señores doce Religiosos al R. Padre Guardián del Colegio. Propúsolo éste en Comunidad, convidando a todos los que se hallasen con espíritu para tan árdua empresa; y prontamente tuvo el número necesario de Misioneros, que se ofrecieron voluntariamente. En este tiempo estaba nuestro V. Fr. Junípero haciendo Misión en la Provincia del Mesquital y como treinta leguas distante de México. Eligiólo el Prelado para Presidente de aquellos Misioneros; pero en atención a no dar tiempo para consultar su voluntad la precisión de salir, y estando tan conocido su espíritu y puntual obediencia (pues la menor insinuación reputaba por precepto formal y expreso) le escribió para que se regresara al Colegio. Así lo practicó llegando a él el día 12 de Julio, y llegando a tomar la bendición del R. P. Guardián, éste dijo al V. Padre lo llamaba para que fuese con los demás Religiosos, asignados por Discretorio, a la California. Admitió el Siervo de Dios el ser uno de los elegidos, y con mayor consuelo que los demás, por no haber concurrido ni siquiera con el Ecce ego mitte me, sino por sola elección del Prelado, sin indagar su voluntad. Tenía ya el Exmô. Señor Virrey prevenido todo equipaje necesario para el viaje (por tierra) de doscientas leguas, hasta el Puerto de San Blas, para que fuesen con alguna comodidad los Padres, a efecto de evitar se enfermasen en el camino tan dilatado, de tierra caliente y destemplada, y luego pasó aviso S. Exâ. al R. P. Guardián para que estuviesen prontos para el día catorce de julio del citado año de 1767. Despedímonos de la Comunidad, y al tomar la bendición del Prelado nos dijo éste, convertidos en mares de lágrimas sus ojos: "Vayan, Padres y queridos Hermanos, con la bendición de Dios y de N. S. P. S. Francisco a trabajar en aquella mística labor de la California que nos ha fiado nuestro Católico Monarca: Vayan, vayan con el consuelo de que llevan para su Prelado al Padre Lector Junípero, a quien por esta Patente nombro de Presidente de todos VV. RR. y de aquellas Misiones; y no tengo que decir más sino que le obedezcan como a mí mismo, y me encomienden a Dios.. Aquí suspendió la voz por embargársela las impetuosas aguas que destilaban sus ojos; y entregando la Patente al V. Padre, éste la recibió con toda sumisión, sin poder articular palabra por las muchas lágrimas que derramaba; y siendo el llanto de todos general y copioso, considerando sería aquella despedida para la eternidad, besamos la mano al R.P. Guardián, y salimos dicho día (en que se celebra a San Buenaventura) acompañándonos el resto de la Comunidad hasta fuera de la Portería, cuyo compás hallamos lleno de gente para vernos marchar. Duró la caminata hasta el Pueblo de Tepic treinta y nueve días, con los pocos que tuvimos de descanso en las Ciudades de Querétaro y Guadalajara: En ésta supimos por el Illmô. Señor Obispo, de que no tenía Clérigos para la California, y que no estaba ninguna de las Misiones en disposición de ser administrada por otros Sacerdotes que los Misioneros, y que así lo había escrito ya al Exmô. Señor Virrey. En vista de esto, dio cuenta de ello nuestro V. Padre Presidente al R. Padre Guardián, suplicándole se esforzase a enviar más Religiosos. Así lo practicó hasta completar el número de diez y seis, que todos nos juntamos en el Hospicio de la Santa Cruz de Zacate, que en el citado Pueblo de Tepic tiene la Provincia de Xalisco de la Regular Observancia de N. S. P. San Francisco. Habiendo llegado allí el V. P. Presidente el día 21 de Agosto, supo por el Coronel Comandante de la Tropa que estaba acuartelada, con el destino de ir parte de ella a la California y Sonora, de que aún estaba despacio la salida, por lo muy atrasados que se hallaban los dos Paquebotes, que con el fin de transportarnos a todos para la California y Sonora se estaban construyendo; nos vimos precisados a detenernos en el citado Pueblo, manteniéndonos el Rey de su cuenta. El fervoroso celo del V. Padre Junípero no le permitió el que tantos Religiosos como allí estabamos ociosos por detenidos, perdiésemos el tiempo que se podía emplear en la conversión de muchas almas; y así luego que descansamos de aquel largo viaje, dispuso el que hiciésemos Misión en las cercanías del Puerto de San Blas, repartiendo a todos por los Pueblos expresados en el Capítulo antecedente, quedándose S. R. en el expresado Pueblo de Tepic, con otros Compañeros haciendo Misión allí, en cuyo ejercicio nos ocupamos hasta principios de Marzo del año de 1768, en que nos embarcamos, como se verá en el siguiente Capítulo.
contexto
CAPITULO XII Comprehende las noticias de los corregimientos pertenecientes á los obispados de Truxillo, Guamanga, el Cuzco y Arequipa 275 Por la parte del norte del arzobispado de Lima sigue el obispado de Truxillo, terminandose con él por aquel lado la jurisdiccion de aquella Audiencia y del virreynato del Perú, si bien no toda la extension de este obispado es perteneciente á la misma Audiencia y virreynato porque aquel incluye en sí el govierno de Jaén de Bracamoros, que toca á la provincia y Audiencia de Quito, como se dixo en la primera parte. Assi, excluyendolo del numero de los que debemos tratar ahora, son siete los corregimientos que pertenecen en el obispado de Truxillo al virreynato del Perú y Audiencia de Lima, y sus nombres, los siguientes, Truxillo, Saña, Piura, Caxamarca, Chachapoyas, Llulla y Chillaos y Pataz ó Caxamarquilla. 276 Yá quedan dadas las noticias correspondientes á los tres corregimientos de Truxillo, Saña y Piura en los capitulos primero y segundo, por lo que se passa, desde luego, á referir las que pertenecen á los quatro restantes. 277 Caxamarca se halla á la parte del oriente de Truxillo, y su jurisdiccion se sigue á la de aquel corregimiento, estendiendose por el espacio que dexan entre sí las dos cordilleras de los Andes grande distancia. Sus paises son muy fértiles y abundante de toda suerte de granos, frutos y legumbres, como tambien de ganados mayores y menores, pero principalmente entre estos ultimos los de cerda, con los quales abastecen á los dueños de haciendas en los valles, quienes los compran y, engordandolos con el maiz que se produce en ellas, hacen remissiones á las ciudades para el consumo; assi sucede con los que baxan al valle de Chancay y otros, de donde los llevan á Lima, Truxillo y demás poblaciones grandes. Los indios de toda esta jurisdiccion hacen texidos de algodón, como son lonas para el velamen de los navios, pavellones de camas, colchas y otras cosas, de las quales proveen á las demás ciudades, y este renglon aumenta el de su comercio; aunque en los territorios de su jurisdiccion hay algunas de plata, se trabaja poco en ellas. 278 Acia la misma parte que el antecedente, pero mas al oriente, continúa el corregimiento de Chachapoyas. Su temperamento es cálido porque, hallandose yá fuera de las cordilleras y á su oriente, caen en baxo los territorios de su jurisdiccion; es esta muy estendida aunque despoblada en gran parte, y los frutos que en ella se producen son proporcionados á el temple. Los indios que habitan allí se emplean tambien en hacer varios texidos de algodón, y entre estos colgaduras y otros muebles, los quales son muy vistosos y decentes por lo fino de los colores con que forman sus labores y en que son muy hábiles; con los que fabrican en esta forma y las lonas, hacen la mayor parte de su comercio, introduciendolo en otras provincias donde tienen estimacion. 279 Por la parte del sur del corregimiento de Chachapoyas y al oriente tambien de la cordillera de los Andes, sigue el corregimiento de Llulla y Chillaos, el qual, por estar en territorio baxo, es de temperamento cálido y humedo; de esto procede que, haviendo mucha montaña ó bosque, se halle despoblada gran parte de su jurisdiccion; confina este con el rio de Moyobamba, que, empezando á correr desde aquellas provincias australes del Perú, forma el Marañón, como se dixo en la primera parte. El fruto principal que sus paises producen es tabaco, y, agregandose á él la almendra, que llaman de los Andes, y otros propios de aquel temple, mantienen su comercio entre su provincia y las demás. 280 El ultimo corregimiento de este obispado es el de Pataz ó Caxamarquilla. Sus territorios gozan variedad de temples por la situacion que tienen, y assi son correspondientes los frutos que se cogen en ellos; es país de minas de oro, y su principal comercio consiste en el rescate ó compra de este metal, que en estos paises tiene mas estimacion porque regularmente suele no estar abundante en ellos. 281 La ciudad de Guamanga, cabeza de este obispado, fue fundada por Don Francisco Pizarro el año de 1539 en el lugar que ocupaba un pueblo de indios, que tenia el mismo nombre, del qual se le derivó, aunque por los españoles le fue puesto el de San Juan de la Victoria en memoria de haver conseguido que el Inga Manco, que entonces hacía la guerra, dexasse el campo y se retirasse á las montañas sin atreverse á admitir la batalla que Pizarro le iba á presentar. Fundóse esta ciudad para facilitar mejor el tráfico de Lima al Cuzco, en cuyo camino, aunque tan dilatado, no havia hasta entonces otra alguna; por lo qual, padecian mucho los passageros con las correrias que los indios del exercito de Manco hacian en ellos. La necessidad que dió motivo á el nuevo establecimiento de esta ciudad precisó para assegurar mejor el fin á ponerla en el parage que ocupaba aquel pueblo, sitio incomodo para las conveniencias de la vida por estar inmediato á la cordillera de los Andes, pero, luego que se exterminó el partido de Manco y se concluyó la guerra con este principio, se mudó la ciudad al parage que al presente tiene. Su jurisdiccion, segun se le assignó quando se hizo la fundacion, empieza en los terminos del corregimiento de Xauxa y alcanza hasta el puente de Vilcas; al presente, solo llega á los en donde empiezan los de las provincias que la rodean, y en ella se comprehende el pueblo ó partido de Anco, que está como á tres leguas de la ciudad. Esta se fundó á las vertientes de unas serranías no muy altas, las quales, corriendo por la parte del sur, abrigan un espacioso llano, que corresponde á el oriente de ella, y por la misma parte le baña un pequeño rio que nace de las sierras vecinas; pero, siendo el territorio que ocupa la ciudad superior á el de la quebrada por donde corren las aguas del rio, se experimenta en ella alguna sequedad quedando el recurso de su vecindario reducido á proveerse de la que vierten las fuentes que hay en su recinto. Entre el vecindario que tiene Guamanga, se cuentan como 20 familias ó mas de nobleza, y estas ocupan el centro de la poblacion, cuyas casas son por la mayor parte altas, y lo principal de la fabrica, de piedra bien labrada, todas, generalmente cubiertas de texas; la extension que logran no solo ofrece á sus dueños las mas espaciosas habitaciones sino el suficiente terreno para huertas y jardines, que se mantienen con alguna dificultad por la escasez de las aguas; aumentase el ámbito de su poblacion con los grandes arrabales de indios que la circundan, cuyas casas, aunque baxas, son del mismo material y se hallan igualmente cubiertas con texas; por lo qual, es agradable la vista de la poblacion, siendo esto general en todas las otras de aquel reyno que se ven colocadas fuera de la costa. 282 La iglesia cathedral está bien adornada, y su cabildo se compone, además del obispo, de dean, arcediano, chantre, dos canonigos de oposicion, magistral y penitenciario, y dos racioneros; tiene un colegio seminario para el servicio de la iglesia con el titulo de San Christoval; su sagrario es la parroquia de los españoles, y la de Santa Ana, de los indios, de que son ayudas ó capillas dependientes el Carmen, vulgarmente dicho Carmenca, Belén, San Sebastian y San Juan Bautista. La parroquia de la Magdalena, cuya feligresía se compone igualmente de indios, está al cuidado de la religion de Santo Domingo, y la assiste uno de sus sugetos con titulo de cura. Tiene Universidad con cathedras dotadas para la enseñanza de philosophia, theologia y jurisprudencia, gozando las mismas prerrogativas que la de Lima porque son ambas de fundacion real. Su cabildo secular se compone de los principales nobles de la ciudad, en que preside el corregidor, y entre los regidores se eligen alcaldes annualmente para que cuiden del govierno civil y politico. 283 Hay en el recinto de aquella ciudad, además de las parroquias, conventos de Santo Domingo, San Francisco, la Merced, San Agustin, San Juan de Dios, un colegio de padres de la Compañia de Jesus y una hospederia de San Francisco de Paula, y de religiosas, hay el monasterio de San Clara, el del Carmen y un beaterio. Los corregimientos que se comprehenden en el obispado de Guamanga son Guamanga, Guanta, Vilcashuaman, Andaguaylas, Guancavélica, Angaraes, Castro Virreyna, Parinacochas y Lucanas. 284 El corregimiento de Guamanca en toda la extension de sus tierras logra buen temperamento, por cuya razon es abundante en granos, frutos y ganados, y se halla bien poblado. Hacen parte de su comercio las baquetas y suelas que se curten allí y los dulces en conserva y jaleas que se llevan á vender á otras provincias y ciudades. 285 La jurisdiccion del corregimiento de Guanta, que corresponde al oesnoroeste de Guamanga, tiene principio á poco mas de 4 leguas de esta ciudad, y su extension es de mas de 25 á 30, por donde tiene la mayor longitud. Casi toda ella goza apacible temple y, assi, abunda de granos y frutos; tiene minas de plata, que en otros tiempos fueron abundantes, pero al presente están en gran decadencia. En una isla que forma el rio de Xauxa, llamado yá en aquel parage de Tayacaxa, se cria con grande abundancia la coca, de que yá se habló en la primera parte. Esta yerva y la porcion de plomo que sacan de las minas, que tambien hay de este metal, son los principales ramos del comercio con las otras provincias, á los quales se agrega el de los granos y frutos que subministra para el regular consumo de Guamanga. 286 A la parte del sueste de Guamanga y distante de esta ciudad de 6 á 7 leguas, sigue el corregimiento de Vilcashuaman estendiendose despues mas de 30 leguas; la mayor parte de sus tierras goza temperamento templado y, assi, es fértil en granos, frutos y pastos, con los quales se mantienen porciones muy crecidas de ganados mayor y menor. Los indios que habitan los pueblos de este corregimiento se emplean en el exercicio del telar y hacen bayetas, cordellates y otras ropas de lana, las quales, llevadas al Cuzco, Potosí y otras provincias, componen la mayor parte del comercio que mantiene con ellas, que no dexa de ser bien penoso por las grandes distancias que es preciso vencer para conseguirlo. En la jurisdiccion de este corregimiento permanece una fortaleza de los indios antiguos, á la manera de la que se describió en la primera parte que está inmediata al pueblo de Cañar, y el mismo pueblo de Vilcashuaman tuvo otra muy famosa, que yá está arruinada porque la deshicieron para fabricar la iglesia con sus piedras. 287 Acia el oriente de Guamanga, con alguna inclinacion á la parte del sur, está el corregimiento de Andaguaylas, cuya jurisdiccion se estiende acia el oriente por el espacio que dexan entre sí dos ramos de montañas de la cordillera algo mas de 20 leguas de distancia; y bañandolo algunos pequeños rios, fertilizan sus tierras sobresalientemente. El clima es en parte cálido y en parte templado, y la comodidad del riego proporciona la producion en él de la caña de azucar, maiz, trigo y otras simientes y frutos con mucha abundancia. Esta provincia es de las mas pobladas de aquellos reynos, y en ella tienen grandes haciendas de azucar las familias nobles de Guamanga. 288 El govierno de Guancavelica, distante de Guamanga 30 leguas, corresponde á la parte del norte de esta ciudad; la villa que tiene este nombre se fundó con motivo de la celebrada y rica mina de azogue que hay allí, y su labor es el unico modo que la hace subsistir porque el temperamento es tan rígido que no permite produccion alguna de simientes ó frutos; assi, es preciso que le entren de las provincias inmediatas para que se mantengan sus habitadores. Hay en esta villa una fuente de agua en la qual se hacen grandes petrificaciones, de modo que despues las emplean los vecinos en las fabricas de sus casas y otras obras. 289 Las minas de azogue que allí se trabajan son las unicas de donde se extrae quanto se gasta en el beneficio de las de plata de todo el Perú; y dando abasto á lo mucho que se ha consumido y consume de él, no se reconoce decadencia en su abundancia. El descubrimiento de ellas fue hecho, segun unos, por un portugués llamado Enrique Garcés en el año de 1566 con el motivo de haver encontrado en poder de un indio algunas piedras de bermellon, que los indios llamaban llimpi y usaban para pintarse los rostros. Otros son de sentir, como Acosta, Laett y Escalona, que la mina de Guancavelica fue descubierta por un indio llamado Navincopa, dependiente de Amador Cabrera, y que antes, el año de 1564 Pedro Contreras y Enrique Garcés havian descubierto otro de lo mismo en Pataz. De un modo ó de otro, la que siempre se ha trabajado es la de Guancavelica, y el uso del azogue para el beneficio de la plata empezó el año de 1571, siendo Pedro Fernandez Velasco el primero que lo puso en practica. Era governada Guancavelica, cuya mina han reservado en sí los reyes de España desde que se descubrió, por uno de los oidores de la Audiencia de Lima con el titulo de superintendente, turnando entre sí por su orden y mudandose cada 5 años, pero en el de 1735 tuvo á bien la magestad del señor Don Phelipe V nombrar governador particular con el mismo titulo de superintendente de aquella mina, el qual passó de estos reynos bien instruido del modo con que se trabajan las del mismo metal que hay en el Almadén, y se cree que, observandose las providencias que ha aplicado, subsistirá por mas tiempo y serán menores los gastos de su conservacion. El azogue que se saca de esta mina se vende allí á los mineros y se embia á las Caxas reales de todo el reyno para que los que tienen sus assientos retirados puedan proveerse de él con mas comodidad. 290 El corregimiento de Angaraes es dependiente del govierno de Guancavelica, y su jurisdiccion empieza como á 20 leguas distante de la ciudad de Guamanga acia la parte del oesnoroeste, estendiendose mas 20 leguas su territorio. Goza temperamento templado, y es abundante de trigo, maiz y otras simientes y frutos, manteniendo, assimismo, sus campos muchos ganados mayores y menores. 291 A1 occidente de la ciudad de Guamanga, está el corregimiento de Castro Virreyna, cuya jurisdicion se estiende por algunas partes á mas de 30 leguas con diversidad de temples; por lo qual, se producen en ella toda suerte de semillas y frutos. En lo que participa de páramos, que son los lugares mas frios, hay abundancia del ganado que llaman vicuñas, cuya lana hace la mayor parte del comercio que mantiene la provincia. Este animal era comun en las de Xauxa, Guanuco y Chuguiabo hasta que se consquistaron aquellos paises; pero las grandes cacerías que desde entonces acá se han hecho arbitrariamente y sin intervencion de ministros para aprovechar su lana, los tiene tan aniquilados que solo se hallan yá en las punás ó páramos mas rígidos, y esto no sin dificultad. 292 Como 20 leguas distante de la ciudad de Guamanca acia el sur, está el corregimiento de Parinacocha, cuya jurisdiccion se estiende en su mayor longitud mas de 20 leguas, gozando en la mayor parte un temperamento templado, de que dimana que sus tierras sean abundantes en frutos y simientes y alimentan con los pastos que producen algunas porciones de ganados. Tambien tiene muchas minas, assi de plata como de oro, las quales en los tiempos presentes dan porciones mas quantiosas de metal que en los passados. Lo principal de su comercio activo consiste en la plata y oro que se beneficia, y en el passivo sucede lo mismo que en el siguiente corregimiento. 293 Dista de la ciudad de Guamanga la jurisdiccion del corregimiento de Lucanas de 25 á 30 leguas entre el occidente y sur, y sus territorios gozan temples frios y templados; es estos, se cogen abundantemente frutos y simientes, y en aquellos se mantienen crecidas porciones de ganado mayor y menor. Es muy abundante en minas de plata; y siendo estas por la opulencia en que se mantienen de las que mas contribuyen á la riqueza del Perú, es quantioso el comercio que se hace en toda ella porque, con este fin, passan allí muchos mercaderes á vender sus generos, y otros á llevar frutos de los que no se producen en aquellos paises, volviendo, en cambio, de ellos la plata en barras y piñas. 294 Es la gran ciudad del Cuzco la mas antigua de quantas hay en el Perú, pues con ella tuvo principio el vasto imperio de los ingas, fundándola como basa de todo él el primer emperador Manco Capaz y poblándola con los primeros indios que le dieron voluntariamente obediencia; dividióla en dos barrios, que llamó Hanam Cozco y Hurin Cozco, esto es, Cuzco el Alto y Cuzco el Baxo por haverse aquel poblado con los indios que el Inga atraía por sí y este con los que reducía Mama Oello, su muger, sacándolos de las campañas, donde vivian esparcidos; el primero corresponde á el septentrion, y el ultimo, á la parte austral, La primitiva poblacion era de casas ó chozas humildes pero se fue engrandeciendo á proporcion que el imperio se dilataba, de modo que, quando los españoles entraron en aquellos paises, no tuvieron poco que admirar al ver su gran extension y capacidad, la suntuosidad de los templos del Sol, la magestad de los palacios de los emperadores ingas y la grandeza en que se manifestaba muy bien ser la silla de los emperadores y la cabeza de todo el imperio. Entró en ella Don Francisco Pizarro por el mes de octubre del año de 1534 y tomó possession en nombre del emperador rey de España Carlos V; á esto se siguió el ponerle sitio el Inga Manco, reduciendola á cenizas casi toda, bien que sin poder conseguir el principal intento de que los españoles la dexassen libre y se retirassen, á cuyo fin arbitro este modo de precisarlos á ello al ver que todas las fuerzas de un formidable exercito contra un pequeño numero de españoles, la repeticion de las batallas ni la constancia de mantener el cero con el mayor fervor no eran bastantes á su logro. 295 Está plantada esta ciudad en un sitio desigual, donde las pendientes ó faldas de los montes le sirven de base, no proporcionando otro mas comodo la inmediacion en que está de ellos; á la parte del norte, sobre uno que le cae mas cercano, permanecen los vestigios de la famosa fortaleza que los ingas fabricaron allí para su defensa, y por ellos se dexa comprehender que intentaron con un gran muro cerrar el monte para que, impedido assi el passo á los enemigos acia la ciudad, lo áspero del repecho y su altura les dificultasse la subida y facilitasse la defensa á los de dentro. Este muro era todo de piedra de cantería, tan bien labrada como toda la de las obras de los ingas que se han descrito en la primera parte, aunque mucho mas particular por su magnitud y por el grandor de las piedras, las quales son de diversos tamaños y de diferentes figuras entre sí; las que componen lo principal de la obra son tan grandes que no es fácil comprehender como las fuerzas humanas, sin el auxilio de maquinas, las pudieron conducir de los parages donde las sacaban hasta el sitio en que están; en los huecos que forman las irregularidades de estas, entran otras pequeñas á proporcion, componiendo entre todas unos ajustes tan sutiles que solo la vista puede percibir su separacion; una de las grandes se halla allí sin colocacion porque á la quenta no se havia determinado todavia el lugar de su destino, y es tan disforme en su tamaño que dexa confuso el discurso sin poder discernir como tuvieron industria para llevarla hasta allí; llamanle vulgarmente la cansada, sin duda, porque su excessiva corpulencia se grangeó con la dificultad de su conducion este epiteto. Las obras interiores de esta fortaleza, donde havia otras dos cercas y viviendas, están en parte arruinadas pero la exterior existe. 296 La extension del Cuzco es con poca diferencia igual á la de Lima; por la parte del norte y occidente la rodean el monte anterior de la fortaleza con otros, que se van prolongando, á quienes dan el nombre de Senca, pero, por la parte del sueste, se estiende un llano, y por allí hay salidas muy hermosas y divertidas. La mayor parte de las casas está fabricada de piedra; son bien dispuestas y cubiertas todas de texa de un color muy roxo, que hace su vista muy agradable; en lo interior, son muy capaces y están bien adornadas, sobresaliendo en esto el gusto de aquellos habitadores, y se nota con regularidad que las molduras de las puertas están todas doradas, y á este respeto corresponden los techos y otros adornos y muebles. 297 Tiene el Cuzco iglesia cathedral, cuya material fabrica, assi en su capacidad como en la disposicion y orden, es muy parecida á la de Lima aunque menor, pero, segun el sentir comun, es de mejor arquitectura y toda ella de piedra. La capilla del sagrario se intitula nuestra Señora del Triunfo, en memoria de haver sido el lugar que ocupa en donde los españoles se defendieron de la furia de los indios quando por el Inga Manco estuvieron cercados, y, con haver puesto fuego á toda la ciudad por repetidas ocasiones, nunca lograron que las llamas hiciessen su efecto en aquella pieza, lo qual se atribuyó á el especial patrocinio de la Virgen; está servida por tres curas, y de estos, el uno es particular para los indios que viven en la feligresía, y los dos, para españoles. Además de estos, hay otras ocho parroquias, que son Belén, la iglesia del hospital general, que tambien tiene cura y feligresía, Santa Ana, Santiago, San Blas, San Christoval, San Sebastian y San Geronymo; y aunque estas dos ultimas distan la primera una legua y la segunda dos de la ciudad, son parroquias suyas. 298 Hay, assimismo, un convento de Santo Domingo, cuyas principales murallas son las que tenia el templo del Sol y se halla colocado ahora el Santissimo en el mismo sitio en que los indios tenian puesta la figura de aquel astro hecho de oro; tambien hay convento de San Francisco, que es cabeza de provincia; San Agustin y la Merced, igualmente cabeza de provincia; y colegio de la Compañia. El convento de San Juan de Dios y el de bethlemitas son hospitales ambos para la curacion de los enfermos; el que tienen á su cargo los bethlemitas está destinado en particular para los indios, y en él se les assiste con todo el cuidado y caridad possible, siendo uno y otro de mucha capacidad. Los monasterios de monjas son Santa Clara, Santa Cathalina, carmelitas descalzas, y un beaterio de Nazarenas. 299 El govierno de la ciudad está en un corregidor, que hace cabeza al cuerpo de regidores, y entre estos, que son de la primera nobleza, se nombran annualmente por eleccion dos alcaldes ordinarios, que es practica regular en todas las ciudades de Indias. El cabildo eclesiastico se compone, además del obispo, de cinco dignidades, dean, arcediano, chantre, maestre escuela y tesorero; dos canongias de oposicion, magistral y penitenciario; tres de presentacion; y dos raciones. Tiene tres colegios de estudios; el primero, San Antonio, con cathedras dotadas de latinidad, artes y theologia, destinado para la enseñanza de los seminaristas que assistan á el servicio de la iglesia mayor; el segundo, San Bernardo, al cuidado de los padres de la Compañia, para la gente lucida de la ciudad; y el tercero, el de San Francisco de Borja, con destino para los hijos de los caziques, tambien á el cargo de los padres de la Compañia; en los dos primeros se confiaron todos grados hasta el de doctor, y están erigidos en Universidad. 300 Hay Caxas de Real Hacienda con dos jueces oficiales de ella y comissarios de Inquisicion y Cruzada con los ministros subalternos correspondientes, como en las demás ciudades grandes de que se ha tratado. En lo antiguo fue esta ciudad muy poblada de españoles, entre los quales havia muchas familias nobles, pero al presente se experimenta mucha decadencia en el vecindario. Los corregimientos del obispado del Cuzco son Cuzco, Quispicanchi, Avancay, Paucartambo, Calca y Lares, Chilques y Masques, Cotabamba, Canas y Canchas ó Tinta, Aymaraes, Chumbivilca, Lampa, Carabaya, Asángaro y Asilo y Apolobamba. 301 La jurisdiccion del territorio del Cuzco se estiende hasta dos leguas. Su temperamento es vario, bien que por la mayor parte templado, de suerte que ni los frios mortifican ni los calores fastidian; hay, no obstante, parages en donde, saliendo de esta regla por su altura, se experimenta frio con demasía. Las simientes y frutos se producen lozanamente en los que son templados, y en los otros se apacientan grandes porciones de ganado mayor y menor. 302 La jurisdiccion del corregimiento de Quispicanchi tiene principio casi en las goteras de la ciudad del Cuzco, correspondiendo á la parte del sur de ella, y se dilata de oriente á occidente algo mas de 20 leguas. Sus territorios están ocupados con heredades de las familias nobles del Cuzco; en ellos se coge mucho trigo, maiz y otros frutos, y hay tambien obrages en que se fabrican bayetas y pañetes de lana. Tiene esta provincia una parte de sus tierras confinantes con las selvas habitadas por los indios bravos, y en ella se produce mucha coca, cuya yerva es uno de los principales renglones de su comercio. 303 A distancia de 4 leguas de la ciudad del Cuzco, acia la parte del noroeste, empieza la jurisdiccion del corregimiento de Avancay y se estiende despues mas de 30 leguas, logrando los temperamentos proporcionados á la disposicion de los territorios, pero con la ventaja de que exceden los templados inclinandose á calidos, y, por esto, sus tierras están ocupadas de cañaverales dilatados, de que se fabrica mucha azucar y de superior calidad. Los territorios que gozan menos ardiente clima son fértiles en trigo, maiz y otros frutos, con los quales se abastece en parte la ciudad del Cuzco. Pertenece á esta provincia el valle nombrado Xaquijaguana y, yá corrompido, Xajaguena, donde fue deshecho Gonzalo Pizarro y se entregó al presidente Pedro de la Gasca. 304 La jurisdiccion del corregimiento de Paucartambo empieza a 8 leguas distante del Cuzco por la parte del oriente y es bastantemente estendida; en ella se cogian en tiempo de los ingas las mayores porciones de coca pero, al presente, ha descaecido en esta considerablemente por haverse entablado su cultivo en otras distintas provincias, las quales le han usurpado el quantioso comercio que hacía con ella quando era, si no la unica, la que proveía la mayor parte de aquellos reynos. Sus tierras son tambien fértiles en otros frutos y en granos. 305 El corregimiento de Calca y Lares tiene principio á 4 leguas distante de la ciudad del Cuzco por la parte del occidente, y gozan todos sus paises un temple tan agradable que se aventaja en bondad á los de todas aquellas provincias; por esto, es sumamente abundante de toda suerte de granos y de frutas muy delicadas. En los parages que mas se señalaban por lo cálido entre los demás de la jurisdiccion, á que dan el nombre de los Lares, huvo en los tiempos passados haciendas muy quantiosas de azucar pero la falta de gente para trabajarlas las tiene tan aniquiladas que solo se cogen ahora como treinta mil arrobas de azucar el año, siendo las que se hacian quando estaban en su opulencia de sesenta hasta ochenta mil arrobas; esta es de tan sobresaliente calidad que, sin mas beneficio que el comun que allí le dan, sale en la dureza y blancura como la refinada de Europa; tanto quanto estas haciendas han descaecido, se ha aminorado su comercio porque el ramo principal lo componian los azucares. 306 Como á 7 ú 8 leguas distante de la ciudad del Cuzco acia la parte del sudoeste, empieza la jurisdiccion del corregimiento de Chilques y Masques y se dilata despues por partes mas de 30 leguas. Goza variedad de temples proporcionados á la disposicion de los territorios, y estos producen muchos granos y alimentan numerosas porciones de ganado mayor y menor; además de estos y de los granos, contribuyen á hacer mayor el comercio de esta provincia los texidos de lana que sus indios fabrican. 307 A la parte del sudoeste del Cuzco distante de ella cosa de 20 leguas, empieza la jurisdiccion del corregimiento de Cotobamba, que se estiende despues entre los dos rios de Avancay y Apurimac mas de 30 leguas, en las quales participa de distintos temperamentos templados, frios y cálidos. Es abundante en ganado mayor y menor, y en los parages templados y algo cálidos se coge mucho trigo, maiz y otros frutos. Es abundante en minerales de plata y de oro, y, aunque en otros tiempos la hacian rica las crecidas porciones de estos metales, son ya cortas las que se extraen. 308 La jurisdiccion del corregimiento de Canas y Canches ó Tinta tiene principio como á 15 ó 20 leguas del Cuzco acia la parte del sur y se estiende, tanto de norte á sur como de este á oeste, 20 leguas por cada lado. Está dividida en dos partes por la cordillera; la una, que ocupa algo de ella y es la alta, se llama los Canas; y la otra, que cae en abaxo, los Canches. En esta, que goza un temperamento templado, se coge toda suerte de semillas y frutos. Y en aquella, que por estar en alto es fria, abundan los pastos; por lo qual, se alimenta en ella mucha porcion de ganados mayor y menor, entre los quales, en los prados que forman las colinas de los cerros, que son muy llanos y espaciosos, pacen todos los años de 25 á 30 mil mulas que ven allí de Tucumán; de ellas se celebra feria, y acuden á comprar las que necessitan de las otras provincias del obispado, y las que sobran passan á venderse á otras mas distantes del reyno. En la parte que llaman las Canas, está la célebre mina de Condonoma, que es de plata. 309 Como 40 leguas distante del Cuzco acia la parte de sudoeste, sigue el corregimiento de Aymaraes, estendiendose despues como otras 30, y, á correspondencia del anterior, goza variedad de temples. Sus tierras son abundantes de azucar, granos y ganados, como tambien de minas de plata y de oro, las quales dieron gran copia de metales en los tiempos passados pero al presente se trabajan con escasez por la falta de gente que padece la provincia. 310 A la parte del occidente del Cuzco, distante de ella algo mas de 40 leguas, empieza la jurisdiccion del corregimiento de Chumbivilcas, el qual se estiende por mas de 30 leguas con variedad de temperamentos, y se cogen muchos granos y frutos, alimentandose con los pastos mucho ganado mayor y menor, y en los paises de su pertenencia hay algunos minerales de plata y de oro. 311 La jurisdiccton del corregimiento de Lampa, que correspone á la parte del sur de la misma ciudad del Cuzco, dista de esta 30 leguas, y es la principal de las provincias comprehendidas en el nombre de Collao, cuya extension se halla poblada de pequeños cerros que interrumpen sus llanuras; aquellos y estas se visten continuamente de abundante pasto, y con él se mantienen los ganados mayor y menor, de que hay numero crecido en esta provincia, sirviendo uno y otro para mantener su comercio con las demás y siendo frio el temple que gozan todas las tierras de su pertenencia, no producen mas frutos ó semillas que las de papas ó quinoa. Es abundante la jurisdiccion de este corregimiento en minas de plata, las quales se trabajan, y se saca de ellos mucha porcion de este metal. 312 El corregimiento de Carabaya empieza á 60 leguas distante del Cuzco acia la parte del sueste, estendiendose su jurisdiccion mas de 50 leguas; la mayor parte de las tierras comprehendidas en esta distancia gozan temple frio pero los baxos y cañadas son calientes, y en estos se coge alguna coca. Son fértiles de toda suerte de frutos, simientes y legumbres, no menos que de pastos, y con ellos se mantienen crecidas porciones de ganados mayor y menor. Todo el país de este corregimiento es muy abundante de minas de oro, y aqui son los famosos lavaderos que nombran de San Juan del Oro y Pablo Coya como tambien el nombrado monte de Ananea, que dista dos leguas del assiento de Poto, donde residen oficiales de la Real Hacienda y Caxas reales para la recaudacion de los quintos que pertenecen al rey. Hay un rio en esta provincia que le pone terminos por la parte de la montaña de los indios gentiles, el qual abunda tanto de oro que en ciertos tiempos del año disponen los caziques que los indios de los pueblos que ellos goviernen vayan en quadrillas á las orillas de él y, haciendo unas pequeñas pozas, laven despues las arenas que se juntan y sacan el oro que necessitan para pagar los tributos reales, á cuya especie de junta para este fin llaman ellos chichina. Al respeto de las minas de oro, es tambien abundante en otras de plata, que igualmente se trabajan. En el año de 1713, en el cerro que llaman de Ucuntaya, se descubrió un manto ó costra de plata casi maciza, la qual dió algunos millones y se acabó en poco tiempo, pero con ella quedó la esperanza de que se podrian encontrar otras semejantes y de mayor permanencia. Hay en esta jurisdiccion, además de los antecedentes, un famoso mineral de oro nombrado aporoma, en el qual abunda mucho el metal, y el que se saca es de 3 quilates de ley. 313 El corregimiento de Asángaro y Asilo, que cae al sur del Cuzco y dista de esta ciudad como 50 leguas, goza en todas las tierras de su pertenencia un temperamento frio, y assi es propio unicamente para mantener ganados con los pastos que en él se producen, de los quales, assi mayores como menores, hay mucha abundancia, haciendose con ellos el principal comercio que mantiene aquella provincia. Por la parte del nordeste, que es confinante con el corregimiento de Carabaya, hay algunas minas de plata pero se extrae poco metal de ellas por trabajarse muy escasamente. En algunos sitios de los de su pertenencia se cogen con abundancia aquellas raices y semillas que son propios de temple frio, como papas, quinos y cañaqua con estas dos ultimas, hacen chicha aquellos naturales en la misma conformidad que la disponen con el maiz. Este corregimiento pertenece yá la Audiencia de Charcas. 314 Distante del Cuzco como 60 leguas y en los confines de los Hoxos, que son missiones de los padres de la Compañia, hay otras llamadas de Apolobamba, que pertenecen al orden Seraphico; estas se componen de siete pueblos de indios modernamente convertidos á la fé y compuestos de varias naciones que se han ido reduciendo á la predicacion admitiendo la doctrina evangelica y dexando la barbarie en que vivian. Hay allí para autorizar los missioneros y hacerlos respetables de los indios como tambien para defender de los insultos de los que se mantienen en los ritos de la idolatría á los yá convertidos un maestre de campo, que govierna en lo político y militar, teniendo á sus ordenes los cuerpos de milicias que forman los vecinos de aquellas poblaciones. 315 Fundóse la ciudad de Arequipa en un sitio que tenia el mismo nombre el año de 1539 de orden del marqués don Francisco Pizarro; pero no logrando en la primera planta las conveniencias mas ventajosas á la comodidad de sus moradores, se mudó despues al valle de Quilca, donde ahora existe distante de la marina 20 leguas. Havian sido conquistados los paises de su dependencia y unidos á el imperio de los ingas por el quarto de estos, nombrado Maita-Capac, quien, viendo la admirable disposicion del terreno y su agradable temple, para dar mayor fomento á sus naturales y hacerlo mas poblado, dispuso que passassen de las provincias inmediatas y de otras que no lograban igual fertilidad hasta 3000 familias y con ellas fundó allí quatro ó cinco pueblos bien numerosos. 316 Es esta ciudad por su casualidad de las mayores que se reconocen entre las que pueblan los vastos paises del Perú. Su planta es admirable por estar en llano, y, á las ventajas que por ella logra, acompaña la bella disposicion de las casas pues, siendo todas de piedra y bobedadas, unas altas y otras baxas, aunque por la mayor parte, de estas ultimas, ofrecen á sus habitadores viviendas muy desahogadas y comodas y, á la vista con el exterior aparato, un aspecto agradable; con este, anuncian el particular asseo y primor que en lo interior las adorna, siendo universal el cuidado é inclinacion de aquellos vecinos para esmerarse en la mayor decencia. El temple es de los mas lisongeros que se pueden apetecer para la vida, pues nunca llega el caso de que se experimente en él frio con excesso, aunque en ocassiones llega á percibirse la escarcha, ni que llegue el calor al grado de causar molestia, siendo todo el año en la apacibilidad y en la alegre vista que los campos matizados de flores y vestidos de verde yerva ofrecen á los ojos una incansable primavera; assi, se goza en él de mucha sanidad, no haviendo cosa que grave la naturaleza; y siendo todas sus campañas delicias, sirven de perpetuo recreo. Cerca de la ciudad passa un rio, cuyas aguas, en parte conducidas por medio de acequias, hacen su curso por las calles y, arrastrando las inmundicias, las mantienen limpias y asseadas. 317 Disminuye tanta excelencia como Arequipa tiene y ya por su hermosa situacion, inmediacion á la marina, alegria y fertilidad de sus campas y yá tambien por la excelencia del temperamento y sanidad del clima, la pension á que está sujeta, como todas las de aquella America, de los continuos estremecimientos de la tierra, haviendo experimentado de quatro, que se numeran como los mayores, casi su total ruina. El primero de ellos sucedió el año de 1582; el segundo en el de 1600, dia 24 de febrero, rebentando al mismo tiempo un volcán que le cae inmediato, llamado Guaynaputina; el tercero, año de 1604; el quarto y ultimo, el de 1725; y aunque en estos tres no fue tan general la desolacion, padeció lo bastante para que se venciessen á su esfuerzo los edificios grandes y muchas de sus casas. 318 El vecindario es crecido, y en él hay gran numero de familias nobles por haver sido allí donde mas han subsistido los españoles, lisongeados no menos de las comodidades del temple y abundancia que de la oportunidad para el comercio por medio del puerto de Aranta, que es el que le está á mayor inmediacion y solo dista 20 leguas. Su govierno politico, civil y militar está al cuidado de un corregidor, el qual hace cabeza al cuerpo de ciudad, y este es compuesto de regidores, cuyos oficios exercen los vecinos de la primera nobleza, eligiendo por votos annualmente dos alcaldes ordinarios, como se practica en todas las demás ciudades. 319 Perteneció la ciudad de Arequipa á la diocesis del Cuzco hasta el año de 1609, que, desmembrandose de ella, se erigió en iglesia episcopal el 20 de julio de aquel año, y ahora se compone su cabildo, además del obispo, de 6 dignidades, que son dean, arcediano, chantre, maestre escuela y tesorero, dos canongias de oposicion, doctoral y magistral, una de presentacion y dos raciones, teniendo fuera de la capilla del sagrario administrada por dos curas de españoles otra parroquia, que es Santa Marta, á cuyo curato pertenecen todos los indios que habitan en la ciudad. Hay dos conventos de religiosos de San Francisco, el uno de observantes y de recoletos el otro, y ambos pertenecientes á la provincia del Cuzco. Hay uno de Santo Domingo y otro de San Agustin, que pertenecen á las provincias respectivas de Lima, y otro de la Merced, pertenece á la del Cuzco. El colegio de la Compañia y el convento y hospital de San Juan de Dios son, assimismo, de la de Lima. Para la enseñanza de los que se ocupan en el servicio de la iglesia mayor, hay un colegio seminario; y aunque solo havia dos conventos de religiosas, el uno de Carmelitas y el otro de Santa Cathalina, se estaba construyendo otro con la advocacion de Santa Rosa. El tribunal de Hacienda Real que existe en Arequipa se compone de contador y tesorero, y tambien hay en ella ministros comissarios de Inquisicion y Cruzada con sus correspondientes subalternos, como en, todas las demás ciudades. Los corregimientos del obispado de Arequipa son Arequipa, Camaná, Condesuyos de Arequipa, Caylloma, Moguegua y Arica. 320 El corregimiento de Arequipa se estiende hasta aquellos arrabales ó pueblos de su inmediacion, y en todos ellos se goza del mismo temple que en la ciudad. Sus campañas no experimentan en ningun tiempo la esterilidad del estío porque todo el año anuncian en los matices de sus flores la hermosura de una igual y benigna estacion. Y assi producen perennemente los granos y frutos sin escasez, manteniendose los ganados siempre gordos en los campos, donde nunca pueden consumir la abundancia de verdes pastos que en ellos se crian. 321 Siguiendo la costa de la mar del sur, aunque algo apartado de sus playas, continúa el corregimiento de Camaná, cuya jurisdiccion, aunque dilatada, participa de muchos despoblados que corresponden acia la parte de la costa. Sus tierras se dilatan por el oriente hasta los primeros cerros de la cordillera, y por esto hay en ellas temperamentos semejantes á los del anterior corregimiento y otros frios, produciendose en ellos á proporcion de cada uno los frutos y semillas. El principal comercio de esta provincia consiste en crecidas porciones de burros que se crian y alimentan en sus campañas; y aunque hay en ellas algunas minas de plata por la parte de la serranía, es muy poco lo que se saca de ellas porque no se trabajan. 322 Acia la parte del norte de Arequipa y distante de esta ciudad cosa de 30 leguas, está el corregimiento de Condesuyos de Arequipa, cuya jurisdiccion se estiende como otras 30 leguas, y en ellas participa distintos temperamentos segun su situacion; á proporcion, producen sus campos los frutos y simientes correspondientes. Criase allí la cochinilla silvestre, con la qual hacen sus indios algun comercio vendiendola á los de otras provincias, en donde hay fabricas de cosas de Ispal; para ello, la reducen á polvo moliendola y mezclandola quatro onzas de este con doce de maiz morado; forman despues unos panecillos quadrados de quatro onzas cada uno, á los quales dan el nombre de magno, y en esta forma los despachan, siendo el precio regular de la libra un peso de aquella moneda. Es aquel país abundante de minas de oro y de plata, las quales se trabajan aunque no con la aplicacion que en los tiempos passados. 323 A la parte del nordeste de Arequipa y distante de esta ciudad cosa de 30 leguas, está el corregimiento de Caylloma, el qual es famoso por un cerro que tiene el mismo nombre y por las minas, de plata que hay en él. Y aunque el descubrimiento y principio de labores en ellas son antiguas, continúa sacandose este metal con abundancia; por esta razon, hay en la principal poblacion del mismo nombre una Caxa real al cargo de dos oficiales de Real Hacienda para la recaudacion de los quintos y distribucion del azogue que se emplea en el beneficio de los metales y, assimismo, un governador. La mayor parte del país es tan frio que no produce fruto ni simiente alguna, y es necessario que se le provea de todo lo preciso de las provincias vecinas. Los parages que caen en las pendientes de los cerros, y las cañadas que estas forman entre sí, por ser algo mas templadas, producen algunos frutos aunque escasos. En estos sitios, hay ciertos cantones donde se hallan burros silvestres al modo de los que se refirieron en la primera parte. 324 El corregimiento de Moguegua corresponde á la parte del sur de Arequipa, y dista de esta ciudad la villa principal de él como 40 leguas; su situacion es con corta diferencia á 16 leguas distante de la costa del mar del sur. La principal poblacion, que tiene el mismo nombre, se compone de españoles, y entre ellos, algunas familias nobles y de conveniencias. En lo que se estiende la jurisdiccion de este corregimiento, que es como 40 leguas, por ser de un temperamento muy benigno, hay grandes haciendas de viñas, y se hace mucho vino y aguardiente, en cuyos frutos consiste todo su comercio, proveyendo de ellos las provincias de la sierra hasta Potosí, adonde lo llevan por tierra; por mar se conduce tambien al Callao, y en él merece siempre estimacion, Producense, assimismo, papas y alguna aceytuna. 325 Arica es el ultimo corregimiento de este obispado, y su situacion es en la costa de aquel mar del sur. Su temperamento, cálido y poco sano, y la mayor parte del territorio de su dependencia, estéril, si bien se cogen en él cosechas muy crecidas de agí ó pimiento colorado, y este renglon solamente es bastante para que su comercio sea grande por el mucho consumo que hay de él en toda aquella gran parte de America, baxando á comprarlo de las provincias interiores de la serranía los que se ocupan en este tráfico, y se tiene regulado por lo que las haciendas de esta especie reditúan, que passan de seiscientos mil pesos los que se venden annualmente de él. Son estos agies como de una quarta de largo; y despues que están en sazon, los secan al sol y luego los acomodan en sacas de juncos, que hacen para este fin, de arroba cada una; assi, corre despues por todo el reyno, siendo en él la mas regular y frequente especiería de aquellos habitadores, pues, como queda dicho en la primera parte, entra en todos los manjares á excepcion de los que hacen con dulces. En algunos otros parages de aquella jurisdiccion se mantienen lozanamente los olivos, y su fruto es en el tamaño y en la delicadeza mucho mejor que las mas celebradas aceytunas de Europa, llegando su grandor á el de un huevo pequeño de gallina; hacese de ella algun aceyte, y este se introduce en las provincias de la sierra como tambien la misma aceytuna en salmuera, y de uno y otro suele passar alguna parte hasta el Callao aunque en corta cantidad.
contexto
Capítulo XII De la coya Chimpo Ocllo y por otro nombre Mama Cahua, mujer de Capac Yupanqui Inga Chimpu Ocllo, por otro nombre Mama Cahua, mujer de Capac Yupanqui, fue de estatura mediana, de pocas carnes, de color trigueña, el cuello largo y negro, bien acondicionada, afable, cuerda y grave, y por eso la llamaron Mama Cahua, que quiere decir mujer cuerda y grave; fue amiga de chacaras y sementeras y de trabajar en ellas. Amicísima de pobres, a los cuales repartía grandísimas limosnas y sobre todo mujer de gran gobierno. Pues gobernaba ella en las ausencias que su marido Capac Yupanqui hacía del Cuzco. Ningún vestido se puso segunda vez y cada día mudaba dos y tres y los repartía a las ñustas de su servicio. Bañábase dos veces cada día, comía siempre sola, la mesa era labrada y de tres o cuatro pies, los manteles y pañuelos eran de color; había en su palacio truhanes del Inga chocarreros y jugadores de pies como en España, de manos sueltos y ligeros que hacían delante de esta coya mil diferencias de matachines y bailes que ellos llamaban saynatas, que es como entre nosotros los saraos. Cuando salía fuera de su casa iba debajo de un palio de plumas de diversos colores con mucha argentería colgando y llevábanla de brazo dos ñustas sobrinas suyas. Las ojotas eran de oro y piedras engastadas en ellas, que es solamente las suelas prendidas con correas como se pintan a lo antiguo. Delante della iban sus criados de dos en dos, poniendo mantas en el suelo porque no pisase la tierra. Murió de poca edad y su muerte fue muy sentida y llorada de sus vasallos y se le hicieron obsequias conforme a la usanza de aquel tiempo. Dejó una hija llamada Cusi Chimpo. Su figura es esta que se ve.
contexto
Salida del Almirante de Portugal y pláticas que tuvo con los Reyes Católicos don Fernando y doña Isabel Dejando de referir lo que Bartolomé Colón había negociado en Inglaterra, tornaré al Almirante, el cual, a fines del año 1484, con su niño D. Diego, partió secretamente de Portugal, por miedo de que le detuviese el rey, pues conociendo éste cuánto le fallaron aquellos que había enviado con la carabela, quería congraciarse con el Almirante, y deseaba que éste volviese a la ejecución de su empresa; pero, como en ello no tuvo la misma solicitud que el Almirante en marcharse, perdió la ocasión, y el Almirante entró en Castilla a probar la suerte que le estaba aparejada. Dejado, pues, el niño, en un monasterio de Palos, llamado La Rábida, fué pronto a la corte de los Reyes Católicos, que estaba entonces en Córdoba, donde por ser persona afable y de dulce conversación, tomó amistad con aquellas personas en las que encontró mejor recibimiento y mayor gusto de su empresa, y que eran más a propósito para persuadir a los reyes que la aceptasen; de los cuales fue uno Luis de Santangel, caballero aragonés y Escribano de ración en la casa Real, hombre de mucha autoridad y prudencia. Pero como el asunto debía tratarse más con fundamento de doctrina que con palabras o favores, Sus Altezas lo cometieron al prior del Prado que después fué arzobispo de Granada, encargándole que junto con peritos en Cosmografía, se informasen plenamente de aquello y luego le refiriesen lo que opinaban. Pero, porque en aquellos tiempos no había allí tantos cosmógrafos como hay ahora, los que se juntaron no entendía lo que debían, ni el Almirante se quiso aclarar tanto que le sucediese lo mismo que en Portugal, y le quitasen la bienandanza. Por lo que fueron tan diversas la respuesta y la información que hicieron a Sus Altezas, cuanto eran la variedad de sus ingenios y pareceres. Porque algunos decían que, pues al cabo de tantos millares de años que Dios creó el mundo, no habían tenido conocimiento de tales tierras, tantos y tantos sabios y prácticos en las cosas del mar, no era verosímil que el Almirante supiese más que todos los pasados y presentes. Otros, que se inclinaban más al razonamiento de la Cosmografía, decían que el mundo era de tan inmensa grandeza, que no era creíble que bastasen tres años de navegación para llegar al fin del oriente, adonde él quería navegar; y para corroborar su propósito, aducían la autoridad que Séneca expone en una de sus obras, por vía de disputa, diciendo que muchos sabios discordaban entre sí acerca de esta cuestión: si el océano era infinito; y dudaban si pudiera ser navegado, y aun cuando fuese navegable, si a la otra parte se encontrarían tierras habitables a las cuales se pudiese ir. A lo que agregaban que de esta esfera inferior de agua y de tierra, no estaba poblada más que una zona o pequeña faja que en nuestro hemisferio quedó encima del agua, que todo lo demás era mar, y que no se podía navegar, ni recorrer, sino cerca de las costas y riberas. Y cuando los sabios concediesen que se podía llegar al fin de Oriente, admitirían también que se podía ir desde el fin de España hasta el último Occidente. Otros disputaban acerca de esto, como en otro tiempo los portugueses acerca de la navegación de Guinea, diciendo que si se alejase alguno a caminar derecho al occidente, como el Almirante decía, no podría después volver a España, por la redondez de la esfera; teniendo por certísimo que quien quiera que saliese del hemisferio conocido por Ptolomeo, andaría hacia abajo, y después le sería imposible dar la vuelta, pues afirmaban que esto sería lo mismo que subir a lo alto de un monte; lo que no podrían hacer los navíos ni con grandísimo viento. Pero aunque a todas estas dificultades dió conveniente solución el Almirante, sin embargo cuanto más eficaces eran sus razones, tanto menos las entendían por su ignorancia; pues cuando uno envejece con poco fundamento en la Matemática, no puede alcanzar la verdad, por las falsas reglas impresas en su inteligencia desde el principio. Finalmente, todos ellos decían, ateniéndose a un proverbio castellano, que en aquello que no parece razonable, suele decir, duda San Agustín, porque dicho santo, en el capítulo noveno del vigésimo primero libro de Civitate Hedí, reprueba y tiene por imposible que haya antípodas, y que se pueda pasar de un hemisferio a otro; así que, prevaliéndose también contra el Almirante de las fábulas que se cuentan de las cinco zonas, y de otras mentiras que tenían por verísimas, se revolvieron a juzgar la empresa por vana e imposible, y que no convenía a la gravedad y alteza de tan grandes príncipes moverse por tan débiles informaciones. Por lo cual, después de haber gastado mucho tiempo en esta materia, Sus Altezas respondieron al Almirante que estaban ocupados en muchas otras guerras y conquistas, y especialmente en las de Granada, que hacían entonces, de modo que no tenían comodidad de atender a una nueva empresa; pero, con el tiempo se encontrarla mejor oportunidad para examinar y entender lo que el Almirante ofrecía. Así, los reyes no quisieron dar oídos a las grandes promesas que les hacía el Almirante.
contexto
CAPÍTULO XII Qué sintió Platón de esta India Occidental Mas si alguno hubo que tocase más en particular esta India Occidental, parece que se le debe a Platón esa gloria, el cual en su Timeo escribe así: "En aquel tiempo no se podía navegar aquel golfo (y va hablando del mar Atlántico, que es el que está en saliendo del Estrecho de Gibraltar), porque tenía cerrado el paso a la boca de las Columnas de Hércules, que vosotros soléis llamar (que es el mismo Estrecho de Gibraltar), y era aquella isla que estaba entonces junto a la boca dicha de tanta grandeza, que excede a toda la África y Asia juntas. De esta Isla había paso entonces a otras islas para los que iban a ellas, y de las otras islas se iba a toda la tierra firme que estaba frontero de ellas, cercada del verdadero mar." Esto cuenta Cricias en Platón; y los que se persuaden que esta narración de Platón es historia, y verdadera historia declarada en esta forma, dicen que aquella grande isla llamada Atlantis, la cual excedía en grandeza a África y Asia juntas, ocupaba entonces la mayor parte del mar Océano llamado Atlántico, que agora navegan los españoles, y que las otras islas que dice estaban cercanas a esta grande, son las que hoy día llaman islas de Barlovento; es a saber: Cuba, Española, San Juan de Puerto Rico, Jamaica y otras de aquel paraje. Y que la tierra firme que dice, es la que hoy día se llama Tierrafirme y este Pirú y América. El mar verdadero que dice estar junto aquella tierra firme, declaran que es este mar del Sur, y que por eso se llama verdadero mar, porque en comparación de su inmensidad, esotros mares Mediterráneos, y aun el mismo Atlántico, son como mares de burla. Con ingenio cierto y delicadeza está explicado Platón por los dichos autores curiosos con cuánta verdad y certeza; eso en otra parte se tratará.
contexto
En que se cuenta lo sucedido al doctor Andrés Cortés de Mesa, oidor que fue de la Real Audiencia de este Reino; su muerte, con lo demás sucedido durante la presidencia del doctor don Lope de Armendáriz. Su suspensión y muerte Corría el año de 1581, y la visita del licenciado Juan Bautista Monzón caminaba con pasos tan lentos, que desde sus principios dio muestras que no había de tener buenos fines. Trajo por su secretario a Lorenzo del Mármol. Los primeros papeles que mandó que le llevasen fueron los del doctor Andrés Cortés de Mesa, y con ellos aquel mal proceso. Luego, a principios de la visita, hubo un encuentro entre el visitador y el licenciado Juan Rodríguez de Mora, oidor de la Real Audiencia, por la cual razón le suspendió y trató de enviarlo preso a España. El presidente sintió mucho la suspensión del oidor, por ser de su devoción; dijo no sé qué razones pesadas, que quitapelillos --personas de mala intención-- se las llevaron al visitador, y luego comenzaron los toques y respuestas entre los dos. Platicábase que el visitador había de tomar la residencia al licenciado Mora en las casas del Cabildo, y que lo había de dejar preso en ellas hasta enviarlo a Castilla. Estas cosas y otras traían amasados tres bandos: monzonistas, lopistas y moristas. Llamábalos Juan Roldán a estos bandos, güelfos y gibelinos, por aquellos dos bandos contrarios que hubo antiguamente en Italia. Los monzonistas hacían bando con la gente de su casa y capitulantes y el Cabildo de la ciudad, que favorecía la parte del visitador en lo que había lugar de justicia; los lopistas, que eran los del presidente don Lope, y los moristas, que eran los del licenciado Mora, hacían otro bando, y con lo que platicaban los unos y los otros traían la ciudad alborotada y muy disgustosa. Llegó el día de la residencia, y el primero que vino al Cabildo fue el licenciado Juan Rodríguez de Mora; después de un cuarto de hora vino el visitador Juan Bautista Monzón. Había a este tiempo en la plaza de esta ciudad más de trescientos hombres en corrillos, con las armas encubiertas. En entrándose estos señores en la sala del Cabildo, comenzó el murmullo en la plaza. Personas desapasionadas que oyeron la plática y conocieron el daño que podía resultar, acudieron al señor arzobispo, don fray Luis Zapata de Cárdenas, y dijéronle: "Señor Ilustrísimo, esta ciudad está a punto de perderse si Usía no lo remedia". Contáronle el caso. El arzobispo mandó llamar al tesorero don Miguel de Espejo, que vino al punto en su mula, y Su Señoría subió en la suya. Fueron juntos al Cabildo; el señor arzobispo pidió que le abriesen la puerta de la sala donde se tomaba la residencia, la cual le abrieron fuego. Entró solo, porque el tesorero, por su mandado, se quedó afuera; y al cabo de una hora salió el licenciado Juan Rodríguez de Mora y se fue a su casa. De allí a un breve espacio salieron el señor arzobispo y el licencido Monzón, visitador, y a la puerta del Cabildo se despidieron. El visitador se fue a su casa y el señor arzobispo y el tesorero subieron en sus mulas. Estaba un gran corrillo de hombres en la esquina del Cabildo, y fue el arzobispo hacia él. Como lo vieron ir hacia ellos, fueron deslizando, cada uno por su lado, que no quedó ninguno. Junto a las casas reales estaba otro de lopistas; enderezó el señor arzobispo a él, y antes que llegase lo deshizo; y de esta manera fue a los demás, con que no dejó hombre en la plaza; y con esto se aquietó la ciudad. Su Señoría se fue a su casa, y adelante dio orden que el licenciado Mora se fuese a Castilla, el cual llegando a Cartagena halló cédula para ir a la Nueva España, como adelante diré. Entre estos negocios andaban también los del doctor Mesa. Habíale venido al secretario Lorenzo del Mármol un sobrino, mozo, galán y dispuesto, llamado Andrés de Escobedo. El tío le metió luego entre los papeles del visitador, con que fue allegando amigos y dándose a conocer. El doctor Mesa con los suyos trató de que se lo trajesen, y con él platicaba sus cosas, y le pedía le fuese favorable con su tío, el secretario. De las entradas y salidas del Escobedo en casa del doctor se vino a enamorar de la señora doña Ana de Heredia, su mujer, que era moza y hermosa. ¡Ah hermosura! ¡Lazo disimulado! Esto alentó al Escobedo en su voluntad, y no porque la honrada señora le diera ocasión para ello. No paró este mozo hasta descubrirle sus pensamientos, y ella como tan discreta y honrada se los desvaneció, diciéndole "que con las mujeres de su calidad parecía mal tanta libertad"; y volviéndole las espaldas le dejó con sola esta respuesta, brasa de fuego que siempre le ardía en el pecho. Sucedió que un día fue el Andrés de Escobedo en busca del doctor Mesa; preguntó a una moza de servicio por él, y díjole que estaba en la recámara de su señora. El Escobedo le dijo: --"Pues decidle que estoy aquí, y que tengo necesidad de hablar con su merced". Fue la moza y díjoselo. Respondió el doctor: --"Anda, dile que suba acá que aquí hablaremos". A estas razones le dijo su mujer: --"Por vida vuestra, señor, que bajéis a hablar con él y no suba acá". A esto dijo el doctor: --"No, señora, más que eso me habéis de decir, y la causa". Fuéla apurando e importunando hasta que le dijo lo que pasaba, a las cuales razones respondió el doctor: --"Quizá será éste el camino por donde tengan mejoría mis negocios. Alma mía, mirando por vuestra honra y por la mía, dadle cuantos favores pidiere; y mirad si le podéis coger mi proceso, que lo han traído a la visita". Con esta licencia hizo esta señora muchas diligencias, que no fueron de efecto, porque el escribano, como sintió de qué pie cojeaba el sobrino, por no quitarlo del oficio tomó todos los papeles que tocaban al doctor Mesa, y en un baúl los metió debajo de la cama del visitador; con que se aseguró, y el doctor no salió con su intento. Sucedió, pues, que un día, estándose paseando el Escobedo y el doctor en el zaguán, junto a la puerta de la calle, pasó por ella el Juan de los Ríos. Viole por las espaldas el doctor, y por enterarse bien, se asomó a la puerta y volvió diciendo: --"¡Ah, traidor! Aquí va aqueste traidor, que él me tiene puesto en este estado". Asomóse el Escobedo y violo y dijo: --"A un pobrecillo como ése, quitalle la vida". Respondió el doctor: --"No tengo yo un amigo de quien fiarme, que ya yo lo hubiera hecho". Respondió el Escobedo: --"Pues aquí estoy yo, señor doctor, que os ayudaré a la satisfacción de vuestra honra". Este fue el principio por donde se trazó la muerte al Juan de los Ríos; otras vedes lo consultaron, como consta en sus confesiones. Finalmente, el demonio, cuando quiere romper sus zapatos, lo sabe muy bien hacer. El Juan de los Ríos era jugador y gastaba los días y las noches por las tablas de los juegos. Pues sucedió que estando jugando en una de ellas, un día entró el Andrés de Escobedo y púsose junto al Ríos a verle jugar, el cual perdió el dinero que tenía; y queriéndose levantar, le dijo el Andrés de Escobedo: --"No se levante vuesamerced, juegue este pedazo de oro por ambos". Echóle en la mesa un pedazo de barra, de más de ochenta pesos, con el cual el Ríos volvió al juego, tuvo desquite de lo que había perdido, hizo buena ganancia que partieron entre los dos; y de aquí trabaron muy grande amistad, de tal manera que andaban juntos y muchas veces comían juntos, y jugaba el uno por el otro. Duró esta amistad más de seis meses, y al cabo de ellos, el doctor Mesa y el Escobedo trataron el cómo lo habían de matar y a dónde. El concierto fue que el doctor Mesa aguardase a la vuelta de la cerca del convento de San Francisco, donde se hacía un pozo hondo en aquellos tiempos, que hoy cae dentro de la cerca del dicho convento, y que el Andrés de Escobedo llevase allí al Juan de los Ríos, donde le matarían. Asentado esto, una noche oscura, el doctor Mesa tomó una aguja enastada y fuese al puesto, y el Escobedo fue en busca del Juan de los Ríos. Hallóle en su casa cenando, llamóle, díjole que entrase y cenarían. Respondióle que ya había cenado, y que lo había menester para un negocio. Salió el Ríos y díjole: --"¿Qué habéis menester?" Respondió el Escobedo: --"Unas mujeres me han convidado esta noche y no me atrevo a ir solo". Díjole el Ríos: --"Pues yo iré con vos". Entró a su aposento, tomó su espada y capa, y fuéronse juntos hacia San Francisco. Llegando a la puente, comenzó el Escobedo a cojear de un pie. Díjole el Ríos: --"¿Qué tenéis, que vais cojeando?". Respondióle: --"Llevo una piedrezuela metida en una bota y vame matando". --"Pues descalzaos", dijo el Ríos. --"Ahí adelante lo haré". Pasaron la puente, tomaron la calle abajo hacia donde le esperaban. Llegando cerca de la esquina dijo: --"Ya no puedo sufrir esta bota, quiérome descalzar". Asentáse y comenzó a tirar de la bota. Díjole el Ríos: --"Dad acá, que yo os descalzaré". Puso la espada en el suelo y comenzó a tirar de la bota. El Escobedo sacó un pañuelo de la faltriquera, dijo: --"Sudando vengo", en alta voz; limpióse el rostro y echó el pañuelo sobre el sombrero, señal ya platicada. Salió el doctor Mesa, y con la aguja que había llevado atravesó al Juan de los Ríos, cosiéndolo contra el suelo. Levantóse el Escobedo y diole otras tres o cuatro estocadas, con que le acabaron de matar; y antes que muriese, a un grito que dio el Ríos a los primeros golpes, le acudió el doctor Mesa a la boca a quitarle la lengua, y el herido le atravesó un dedo don los dientes. Muerto como tengo dicho, le sacaron el corazón, le cortaron las narices y orejas y los miembros genitales, y todo esto echaron en un pañuelo; desviaron el cuerpo de la calle hacia el río, metiéronlo entre las yerbas, y fuéronse a casa del doctor Mesa. El Escobedo le hizo presente a la señora doña Ana de Heredia de lo que llevaba en el pañuelo, la cual hizo grandes extremos, afeando el mal hecho. Metióse en su aposento y cerró la puerta, dejándolos en la sala. Ellos acordaron de ir a quitar el cuerpo de donde lo habían dejado, diciendo que sería mejor echarlo en aquel pozo, que con las lluvias de aquellos días estaba muy hondo; y para echalle pesgas pidió el doctor a una negra de un servicio una botija y un cordel. Trajo la botija; no hallaba el cordel; su amo le daba prisa. Tenía en el patio uno de cáñamo en que tendía la ropa; quitólo y dióselo. Llamó el doctor a don Luis de Mesa, su hermano, y diole la botija y el cordel que los llevase, y fuéronse todos tres donde estaba el cuerpo. Hincheron la botija de agua; atáronsela al pescuezo; y una piedra que trajeron del río, a los pies, y echáronlo en el pozo. Las demás cosas que llevaron en el pañuelo lleváronselas, y por bajo de la ermita de Nuestra Señora de las Nieves, en aquellos pantanos las enterraron. Amanecía ya el día; el doctor se fue a su casa y el Andrés de Escobedo a casa del visitador. Al cabo de ocho días habían desado las aguas. Andaba una india sacando barro del pozo donde estaba el muerto, para teñir una manta. Metiendo, pues, una de las manos, topó con los pies del desdichado Ríos. Salió huyendo, fue a San Francisco y díjolo a los padres; ellos le respondieron que fuese a otra parte, porque ellos no se metían en esas cosas. Pasó la india adelante, dio aviso a la justicia, llegó la voz a la Audiencia, la cual cometió la diligencia al licenciado Antonio de Cetina. Salió a ella acompañado de alcaldes ordinarios alguaciles y mucha gente. Pasó por la calle donde vivía el doctor Mesa, la cual miraba al pozo donde estaba el muerto, que es la de don Cristóbal Clavijo. En ella estaba la escuela de Segovia; estábamos en lección. Como el maestro vio pasar al oidor y tanta gente, preguntó dónde iban; dijéronle lo del hombre muerto. Pidió la capa, fue tras el oidor, y los muchachos nos fuimos tras el maestro. Llegaron al pozo; el oidor mandó sacar el cuerpo, y en poniéndolo sobre la tierra, por la herida que le sacaron el corazón echó un borbollón de sangre fina que llegó hasta los pies del oidor, el cual dijo: "Esta sangre pide justicia. ¿Hay aquí algún hombre o persona que conozca a este hombre? Entre todos los que allí estaban no hubo quien lo conociese. Mandó el oidor que le llevasen al hospital y que se pregonase por las calles que lo fuesen a ver, para si alguno lo conociese. Con esto se volvió el oidor a la Audiencia, y los muchachos nos fuimos con los que llevaban el cuerpo al hospital. Acudía mucha gente a vello, y entre ellos fue un Victoria, tratante de la calle real. Rodeó dos veces el cuerpo, púsose frontero de él y dijo: --"Este es Ríos, o yo perderé la lengua con que lo digo". Estaba allí el aguacil mayor, Juan Díaz de Martos, que lo era de Corte. Allegósele junto y dijo: --"¿Qué decís, Victoria?". Respondió diciendo: --"Digo, señor, que éste es Juan de los Ríos, o yo perderé la lengua". Asióle el alguacil mayor, llamó dos alguaciles y díjoles: --"Lleven a victoria a la cárcel, que allá nos dirá cómo sabe que es Juan de los Ríos". Respondió el Victoria: --"Llévenme donde quisieren, que no le maté yo". El alguacil mayor informó al Real Acuerdo, que ya estaban aquellos señores en él, y mandaron que el juez a quien estaba cometida la diligencia la hiciese. Salió luego el licenciado Antonio de Cetina, tomó la declaración al Victoria, afirmóse en lo dicho, pero que no sabía quién lo hubiese muerto. Fue el oidor a la posada del Juan de los Ríos, halló a la mujer sentada labrando, preguntóle por su marido, y respondióle: --"Ocho o nueve días ha, señor, que salió una noche de aquí con Escobedo y no ha vuelto" Díjole el oidor: --"Pues tanto tiempo falta vuestro marido de casa y no hacéis diligencia para saber de él?". Respondióle la mujer: --"Señor, a mi marido los quince o veinte días y el mes entero se le pasa por esas tablas de juego, sin volver a su casa. En ellas lo hallarán". Díjole el oidor: --"Y si vuestro marido es muerto, ¿conocerlo heis?". Respondió: --"Si es muerto yo lo reconoceré, y diré quién lo mató". --"Pues ven conmigo", le dijo el juez. Ella, sin tomar manto, sino con la ropilla, como estaba, se fue con el oidor. Entrando en el hospital, se fue donde estaba el muerto, alzóle un brazo, tenía debajo de él un lunar tan grande como la uña del dedo pulgar. Dijo: --"Este es Juan de los Ríos, mi marido, y el doctor Mesa lo ha muerto". Llevóla el oidor al Acuerdo, a donde se mandó prender al doctor Andrés Cortés de Mesa y a todos los de su casa, y secuestrar sus bienes. Salió a la ejecución de lo decretado el licenciado Orozco, fiscal de la Real Audiencia, el cual con los alcaldes ordinarios, alguaciles de Corte y de la ciudad, con el secretario Juan de Albis y mucha gente fue a casa del doctor Mesa a prenderle, y sacándole de su aposento, dijo a la puerta de él: --"Secretario, dadme por fe y testimonio cómo este dedo no me lo mordió el muerto, sino que saliendo de este aposento me lo cogió esta puerta". Respondió el fiscal diciendo: --"No le peguntamos a vuesamerced, señor doctor, tanto como eso; pero, secretario, dadle testimonio que os pide". Lleváronle a la cárcel de Corte y aprisiónáronlo; lo propio hicieron de don Luis de Mesa, su hermano, y de toda la gente de su casa. A la señora doña Ana de Heredia la depositaron en casa del regidor Nicolás de Sepúlveda. En este deposito se supo todo lo aquí dicho, y mucho más. Luego la misma tarde, el presidente en persona bajó a la cárcel a tomarle la confesión al doctor Mesa, el cual clara y abiertamente declaró y confesó el caso según y como había pasado, sin encubrir cosa alguna, culpando en su confesión al Andrés de Escobedo. Llevóse la declaración al Real Acuerdo, a donde se mandó prender al Andrés de Escobedo. Estaba, cuando esto pasaba, en la plaza en un corrillo de hombres de buena parte. Llegó un mensajero a decirle que se quitase de allí, que estaba mandado prender, no hizo caso del aviso, ni del segundo y tercero que tuvo. Llegó el alguacil mayor de Corte, Juan Díaz de Martos, a quien se dio el decreto del Acuerdo para que lo cumpliese, y echóle mano, y los alguaciles que iban con él lo llevaron a la cárcel de Corte, a donde el día siguiente se le tomó la confesión, habiéndole leído primero la del doctor Mesa, a donde halló la verdad de su traición y maldad; con lo cual confesó el delito llanamente. Substancióse con ello la causa y con la demás informacion que estaba hecha con los esclavos, el cordel de cáñamo y la botija, y la declaración del hermano del doctor y de la señora doña Ana de Heredia, de lo que había visto en el pañuelo la noche del sacrificio y crueldad. Substanciado, como digo, el pleito, se pronunció en él la sentencia, por la cual condenaron al doctor Andrés Cortés de Mesa a que fuese degollado en un cadalso, y a su hermano, don Luis de Mesa, en destierro de esta ciudad; y al Andrés de Escobedo en que fuese arrastrado a las colas de dos caballos y ahorcado en el lugar donde se cometió la traición, y cortada la cabeza y puesta en la picota, que entonces estaba a donde agora está la fuente del agua en la plaza. Llegó el día de la ejecución de esta sentencia. Habíase hecho el cadalso entre la picota y las casas reales. El primero que vino a él fue el señor arzobispo don fray Luis Zapata de Cárdenas. Ya veo que me están preguntando que a qué fue un arzobispo a un cadalso a donde hacían justicia en un hombre; yo lo diré todo. Sacaron al doctor Mesa por la puerta de las casas reales, a pie, con una argolla de hierro al pie y un eslabón de cadena por prisión. En esta puerta le dieron el primer pregón, que fue del tenor siguiente: "Esta es la justicia que manda hacer el rey, nuestro señor, su presidente y oidores en su real nombre, a este caballero porque mató a un hombre: que muera degollado". Allegó al cadalso, y subiendo a él por una escalerilla, vio en una esquina del tablado al verdugo con una espada ancha en las manos. Conociólo, que había sido esclavo suyo, y el propio doctor lo había quitado de la horca y hecho verdugo de la ciudad. En el punto que lo vio, perdió el color y el habla, y yendo a caer le tuvo el señor arzobispo y el doctor Juan Suárez, cirujano, que había subido al tablado a guiar la mano del verdugo. Consoló Su Señoría al doctor Mesa, y vuelto en sí, con un gran suspiro dijo: --"Suplico a Usía me conceda una merced, que es de las postreras que he de pedir a Usía". Respondióle: --"Pida vuesamerced, señor doctor, que como yo pueda y sea en mi mano, yo lo haré". Díjole entonces: --"No consienta Usía que aquel negro me degüelle". Dijo el señor arzobispo: --"Quiten ese negro de ahí". Dieron con el negro del tablado abajo. A este tiempo, sacó el doctor Mesa del seno un papel de muchas satisfacciones, y de ellas dire sólo una por tenerla citada. Dijo en alta voz, que le oían los circunstantes: "La muerte de Juan Rodríguez de los Puertos fue injusta, y no a derecho conforme, porque los libelos infamatorios que se pusieron contra la Real Audiencia, por la cual razón lo ahorcaron, no los puso él, que yo los puse". Prosiguió por todas las demás, y acabadas, se hincó de rodillas; absolviólo el señor arzobispo, que a esto fue a aquel lugar, y habiéndole besado la mano y Su Señoría dádole su bendición, le dijo: --"Suplico a Usía me conceda otra merced, que ésta es postrera súplica". Respondióle: --"Pida vuesamerced, señor doctor, que como yo pueda ya lo haré". Díjole entonces: --"No permita Usía que me despojen de mis ropas". Sacó el señor arzobispo una sortija de oro rica, de la mano, y diola al doctor Juan Sánchez, diciendo: --"No le quiten nada, que yo daré lo que fuere". Con esto se bajó del cadalso, y acompañado de los prebendados, mucha clerecía y gente popular, se fue a la iglesia, y llegando a ella, oyó doblar, encomendólo a Dios y esperó a enterrarlo; que degollado, con toda su ropa le metieron en el ataúd y lo llevaron. Está enterrado en la Catedral de Santa Lucía. Muchos dirán que cómo no apeló el doctor Mesa de esta sentencia. Rogado e importunado fue del propio presidente, oidores y visitador, del arzobispo, prebendados y de todos sus amigos, y no quiso apelar, antes consintió la sentencia; letrado era, él supo por qué. Lo que yo alcanzo es que un hombre honrado, lastimado en la honra, no estima la vida y arrastra con todo. Dos cosas intentó el doctor Mesa: la una confesó en la cárcel delante de muchas personas; la otra quiso hacer en la misma cárcel. Confesó que la noche que mató a Juan de los Ríos le pidió la espada al Andrés de Escobedo, que la quería ver, y no se la dio, porque si se la daba lo matara allí luego y lo dejara junto al Ríos. Negocio que si lo hubiera ejecutado, fuera dificultoso de probar quién los había muerto. Lo que intentó en la cárcel fue matar al presidente. El día antes que se ejecutase la sentencia, lo envió a llamar, suplicándole que le viese, que tenía un negocio importantísimo a su conciencia que comunicar con Su Señoría, Bajó el presidente a la cárcel, acompañado de algunas personas; fue al calabozo donde estaban el doctor Mesa, el cual estaba sentado a la puerta de él en una silla, con grillos y cadena. Después de haberse saludado, le dijo el doctor al presidente: --"Suplico a Usía que se llegue a esta silla, que nos importa a entrambos". Díjole el presidente: --"Diga vuesamerced, señor doctor, lo que le importa, que solos estamos". Volvióle a replicar: --"Suplico a Usía que se llegue, que hay mucha gente y nos oirán". Mandó el presidente que apartase la gente, aunque lo estaba ya apartada. Desviáronse más, y díjole el presidente: --"Ya no nos pueden oír, diga vuesamerced lo que nos importa a entrambos". Respondió el doctor: --"¡Qué!¿No quiere Usía hacerme merded de llegarse más?". Respondió el presidente: --"No tengo de pasar de aquí". Respondióle: --"Pues no quiere llegarse Usía, tome, que esto tenía para matarlo". Arrojóle a los pies un cuchillo de belduque, hecho y afilado como una navaja, volviendo el rostro a la pared, que no le habló más palabra. El presidente se santiguó, y metiéndose de hombros le dijo: --"¡Dios te favorezca, hombre!" Con esto se salió de la cárcel; y a este punto llegó la desesperación del doctor Andrés Cortés de Mesa, oidor que fue de la Real Audiencia de este Nuevo Reino. De buena gana desea morir juntamente con otro el que sabe sin duda que ha de morir; a los que están encerrados y presos les crece el atrevimiento con la desesperación, y como no tienen esperanza, toma atrevimiento el temor. En Andrés de Escobedo se ejecutó el tenor de la sentencia arrastrándolo y ahorcándolo en el puesto donde cometió la traición y alevosía. Pusieron su cabeza donde se mandó; está enterrado en San Francisco. ¡Quién se podría librar de un traidor encubierto y arrebozado con paca de amigo falso!. Mucho mayor es el quebrantamiento de fe que se tiene en hacer traición a los amigos que no a los enemigos. No hay castigo, por grande que sea, que llegue a la menor traición y alevosía. Saludando Joab, capitán del rey David, al capitán Almasa, que lo había sido del rey Saúl, y llegándose a abrazarlo, le metió el puñal por las espaldas y le mató. Teseo fue gran traidor, que habiendo recibido grandísimos regalos y servicios de su amiga Ariadna, la dejó y desamparó en la ínsula de Naxos llorando, allí murió. Ya tengo dicho que estos casos no los pongo para imitarlos, sino para ejemplo. Y con esto vamos a otro capítulo, que éste nos tiene a todos cansados.
contexto
CAPÍTULO XII Que las tierras más altas son más frías, y qué sea la razón de esto Pero discurriendo más, hallaremos que en la tierra, aunque esté en igual distancia de la mar y en unos mismos grados, con todo eso no es igual el calor, sino en una mucho y en otra poco. Qué sea la causa de esto, no hay duda sino que el estar más honda o estar más levantada, hace que sea la una caliente y la otra fría. Cosa clara es que las cumbres de los montes son más frías que las honduras de los valles; y esto no es sólo por haber mayor repercusión de los rayos del sol en los lugares bajos y cóncavos, aunque esto es mucha causa; sino que hay otra también, y es que la región del aire que dista más de la tierra y está más alta, de cierto es más fría. Hacen prueba suficiente de esto las llanadas del Collao en el Pirú, y las de Popayán y las de Nueva España, que sin duda toda aquella es tierra alta, y por eso fría, aunque está cercada de cerros y muy expuesta a los rayos del sol. Pues si preguntamos agora por qué los llanos de la costa en el Pirú y en Nueva España es tierra caliente, y los llanos de las sierras del mismo Pirú y Nueva España es tierra fría, por cierto que no veo qué otra razón pueda darse, sino porque los unos llanos son de tierra baja y los otros de tierra alta. El ser la región media del aire más fría que la inferior, persuádelo la experiencia, porque cuanto los montes se acercan más de ella, tanto más participan de nieve y hielo, y frío perpetuo. Persuádelo también la razón, porque si hay esfera de fuego, como Aristóteles y los más filósofos ponen, por antiparístasis ha de ser más fría la región media del aire huyendo a ella el frío, como en los pozos hondos vemos en tiempo de verano. Por eso los filósofos afirman que las dos regiones extremas del aire, suprema e ínfima, son más cálidas, y la media, más fría. Y si esto es así verdad como realmente lo muestra la experiencia, tenemos otra ayuda muy principal para hacer templada la Tórrida, y es ser por la mayor parte tierra muy alta la de las Indias y llena de muchas cumbres de montes, que con su vecindad refrescan las comarcas do caen. Vense en las cumbres que digo, perpetua nieve y escarcha, y las aguas hechas un hielo y aun heladas a veces del todo; y es de suerte el frío que allí hace, que quema la yerba. Y los hombres y caballos, cuando caminan por allí, se entorpecen de puro frío. Esto, como he ya dicho, acaece en medio de la Tórrida; y acaece más ordinariamente cuando el sol anda por su Zenit. Así que ser los lugares de sierra más fríos que los de los valles y llanos, es cosa muy notoria; y la causa también lo es harto, que es participar los montes y lugares altos, más de la región media del aire, que es frigidísima, y la causa de ser más fría la región media del aire también está ya dicha, que es lanzar y echar de sí todo el frío la región del aire, que está vecina a la ígnea exalación, que según Aristóteles está sobre la esfera del aire. Y así todo el frío se recoge a la región media del aire, por la fuerza de la antiparístasis que llaman los filósofos. Tras esto, si me preguntare alguno si el aire es cálido y húmedo, como siente Aristóteles y comúnmente dicen, ¿de dónde procede aquel frío que se recoge a la media región del aire? Pues de la esfera del fuego no puede proceder, y si procede del agua y tierra conforme a razón, más fría había de ser la región ínfima, que no la de en medio: Cierto que si he de responder verdad confesaré que esta objeción y argumento me hace tanta dificultad que cuasi estoy por seguir la opinión de los que reprueban las cualidades símbolas y disímbolas que pone Aristóteles en los elementos y dicen que son imaginación. Y así afirman que el aire es de su naturaleza frío, y para esto, cierto traen muchas y grandes pruebas.Y dejando otras aparte, una es muy notoria, que en medio de caniculares, solemos con un ventalle hacernos aire y hallamos que nos refresca. De suerte que afirman estos autores que el calor no es propriedad de elemento alguno, sino de solo el fuego, el cual está esparcido y metido en todas las cosas, según que el Magno Dionisio enseña. Pero agora sea así, agora de otra manera (porque no me determino a contradecir a Aristóteles si no es en cosa muy cierta), al fin todos convienen en que la región media del aire es mucho más fría que la inferior cercana a la tierra, como también la experiencia; pues allí se hacen las nieves, y el granizo y la escarcha, y los demás indicios de extremo frío; pues habiendo de una parte mar, de otra sierras altísimas, por bastantes causas se deben éstas tener para refrescar y templar el calor de la media región, que llaman Tórrida.