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obra
En esta excelente obra que contemplamos, Turner consigue reunir la temática histórica y la pintura de paisaje como ya había hecho en la Quinta plaga de Egipto. En el siglo XIX la figura de Aníbal estaba muy de moda al relacionarse con Napoleón. Pero el gran protagonista de la composición no es el general cartaginés sino la tormenta de nieve que están padeciendo sus tropas al cruzar los Alpes. Dicha tormenta parece haber sido tomada directamente del natural y luego interpretada por la imaginación del artista. Su interés por los fenómenos atmosféricos le hará repetir esta fórmula de trabajo en múltiples ocasiones.El colorido empleado por el artista sigue siendo oscuro, como acostumbra en esta primera etapa, aunque aquí contraste profundamente con el amarillo de la luz de la tormenta, más aclarado por el blanco que utiliza en la zona de la derecha. Las figuras, a contraluz, no son más que pequeños elementos que animan la composición, fundamentalmente para expresar la grandeza de la naturaleza frente al ser humano, uno de los conceptos más utilizados por el Romanticismo.Durante su exposición en el año 1812, Turner obligó a que la tela se colocara muy abajo, de manera que los espectadores se vieran inmersos en el interior del gran torbellino que forma la nevada. Esta ubicación provocaría un gran éxito entre los espectadores, aunque en un primer momento los organizadores se negaran a colocar un cuadro en una posición tan baja. Como era habitual, el cuadro estaba acompañado de unas poesías escritas por el propio Turner para la ocasión.
fuente
El tormentum fue uno de los cañones utilizado por los ingleses en la batalla de Crécy, en 1346. Se piensa que, en dicha batalla, el ejército inlgés contó con tres piezas. Su potencia era enorme, ya que lanzaba proyectiles de 600 kg. de peso a una distancia de 500 metros.
Personaje Escultor
Apodado como El Indaco o Jacobo el Florentino, se educó de la mano de Domenico Ghirlandaio, convirtiéndose en uno de sus alumnos más avanzados. A esta relación hay que añadir su amistad con Miguel Angel. Sin duda, las creaciones de este último dejaron una profunda huella en su estilo. Participó en la realización de El Santo Entierro de la Capilla Sixtina. Aunque no han llegado muchas obras de su producción hasta nuestros días, se sabe que estableció su residencia en Andalucía y participó en la capilla real de la catedral de Granada. Desde 1522 hasta 1526 vivió en Murcia, donde trabajó en la catedral.
lugar
Poblada desde antiguo por los vacceos, algunos historiadores la han identificado con la antigua Arbocala, conquistada por Aníbal. Por el contrario, no se conocen restos romanos en la ciudad, aunque sí en sus alrededores. Durante la Reconquista formó parte del denominado "desierto estratégico del Duero", recibiendo el nombre de Toro por el verraco que se conserva frente al Arco de Santa Catalina. A partir del siglo XII comenzó a adquirir importancia política y cultural, conservándola hasta el siglo XVI e iniciando una lenta decadencia hasta el s. XVII. Un siglo después, Toro pareció salir de su letargo, hasta que, en 1833, perdió la capitalidad de la provincia, declinando nuevamente. Todavía se conservan los restos del castillo del siglo X, con sus siete cubos, el puente medieval del s. XIII, con 22 arcos apuntados, imagen típica de Toro; la muralla primitiva (s. X), todavía conserva algunos restos encastrados en los muros de algunos de los edificios. Llama también la atención el Arco del Reloj, sobre la antigua puerta del Mercado, del 1700, y que, según la leyenda, fue construido amasando todos sus materiales en vino. Como edificios importantes destacan el Palacio de las Leyes, del siglo XV, que debe su nombre a las célebres leyes de Toro, aprobadas en 1505; otros palacios importantes son el de Alcañices, el de los Marqueses de Castrillo (s. XVI), el de Bustamante (s. XV) o el de los Alcañices (s. XVI). En la Plaza Mayor se encuentra el Ayuntamiento, del siglo XVIII, con una galería de porte toscano y un ático con las armas de los Borbones. Por último, llama la atención la Plaza de Toros (s. XIX) con un interior totalmente de madera.
termino
acepcion
Anillo que rodeaba la base de la columna.
obra
La cabeza humana del toro está coronada con la tiara divina, hacendo referencia a algún mito que desconocemos, y cuya inspiración nace de la glíptica acadia. Es una de las mejores muestras de la escultura neosumeria.
obra
Las figuras de los toros que ornamentan la Puerta de Ishtar en Babilonia hay que ponerlas en este caso no en relación con Adad, dios de la tempestad y cuyo emblema era efectivamente el toro, sino con Marduk, nombre que en sumerio significaba Novillo del dios Sol. Estos ladrillos esmaltados destacaban sobre el fondo azul del paño de las paredes de la magnífica Puerta.