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Rose von Rosthorn-Friedman nació en Viena el 12 de febrero de 1864. Casó en primeras nupcias con Bruno Wagner von Freynsheim, un asesor legal de la Österreichische Staatsbahnen. De este enlace nació Dora (1885). En 1886 volvió a contraer matrimonio con el industrial Ludwig Friedman, teniendo una hija llamada Marie Alexandrine (1887). Participó como enfermera en la I Guerra Mundial y contrajo una fatal fiebre tifoidea que la llevó a la muerte el 13 de enero de 1919. Hugo von Hofmannsthal escribió una larga carta al viudo en la que expresaba no sólo su expresiva belleza sino la inteligencia y la firmeza de esta excepcional mujer.Frau von Rosthorn viste en este retrato un elegante y sensual vestido negro con brillantes, ajustado y ampliamente escotado, cubriendo sus hombros con una estola de piel. Adorna su cuello con una gargantilla de perlas y un broche de oro y su brazo derecho con varias pulseras también de oro y brillantes, igual que los pendientes y los anillos que lleva. Recoge su cabellos con un moño y apoya su mano en un sillón rojo, recortando su esbelta figura ante una pared azul, el mismo color de sus ojos.La siempre bien informada Alma Mahler alude a una presunta relación entre la modelo y el pintor, no sabemos si como chismorreo o como noticia real ya que no se ha podido constatar. Lo que sí es cierto fue la buena crítica que Klimt recibió por este soberbio retrato, un buen ejemplo de las características "femme fatale" pintadas por el maestro austriaco. El crítico Hevesi aludía a la obra como una "moderna esfinge en la forma de la cabeza y el acento del radiante rostro, en el cual los dientes relucen".El estilo fotográfico de anteriores retratos -véase el Retrato de dama- deja paso a una factura más imprecisa, heredera del impresionismo, pero que gana en elegancia y belleza, sintonizando con la forma de trabajar del gran Sargent, el retratista más preciado de Europa en estos momentos.

Cursó estudios de arquitectura en Riga y Moscú, donde se licenció en 1918. Desde su juventud defendió la pureza de la raza. Este pensamiento le llevó a rechazar a los bolcheviques, que conoció durante la Revolución de Octubre. En 1919 entra en contacto con Hitler e inicia su carrera política. En esta época comienza a trabajar como redactor en el periódico Völkischer Beobachter. Admirador del fondo ideológico que subyacía bajo la unión del Reich se convirtió en el líder del grupo de teóricos que defendían las premisas nazis. Sus teorías quedaron expuestas en "El mito del Siglo XX" de 1930. En 1933 fue ascendido a Jefe del Servicio de Asuntos Extranjeros de Partido. Desde este cargo se apropió de las obras de arte y otros enseres, pertenecientes a Museos y a colecciones privadas de judíos. En 1939 entra en contacto con Quisling y con el ejército noruego. En esta época viaja a Francia, Bélgica y Holanda. En el país galo y a instancias de Hitler se encargó de buscar todo tipo de material relacionado con las ideas y teorías políticas. Todo aquello que contradecía su pensamiento fue destruido o requisado. En este tiempo fundó la "Einsatzastab", una unidad especial. Desde este época hasta el final de la guerra se sucedieron los saqueos. En 1941, el Reich le nombró titular del Ministerio de Territorios Ocupados del Este. Su mandato supuso la puesta en marcha de las teorías de Göring sobre la superioridad racial. En consecuencia se produjo la muerte y deportación de miles de personas. Detenido en 1945, fue juzgado en Nuremberg y condenado a muerte.

Ventana circular calada, con adornos, característico del arte medieval.

Flor que decora los capiteles corintio y compuesto.

Decoración lineal delimitada circularmente.

La fama de Fortuny va en aumento y su nivel social casi le impide trabajar ya que las frecuentes visitas a su estudio le impiden concentrarse. Además de obras orientales como el Encantador de serpientes o asuntos costumbristas como La vicaría también va a tratar el retrato como podemos comprobar en este lienzo protagonizado por una dama romana cubierta con una sombrilla oriental, siguiendo la moda parisina. La mujer recorta su cabeza ante la sombrilla, destacando su potente perfil, dotando el artista de vida a la cabeza mientras que el resto de la composición se ejecuta a base de largos y fluidos trazos que recuerdan a la última etapa de Goya tanto por la ejecución como por el colorido empleado. El dibujo característico del maestro queda relegado a un segundo papel, concentrado en el rostro para no diluir la importancia del gesto de la modelo, resultando un retrato de aspecto casi impresionista.