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Personaje Literato Pintor
Acudió al taller de José de Ribera en Nápoles y luego continuó su formación bajo los consejos de Aniello Falcone. Las enseñanzas de este último se centraron especialmente en la creación de paisajes y escenas bélicas. Con veinte años se traslada a Roma, donde comienza a trabajar para el cardenal Brancaccio. Su afición por el teatro y los espectáculos le convirtió en uno de los personajes más populares de su tiempo. Se relacionó con los bambochates y artistas de la talla de Lorrain y Van Swanevelt. Durante este tiempo su pintura evoluciona hacia formas más clásicas. En la década de los años cuarenta se traslada a Florencia para trabajar al servicio de los Médicis. Con el tiempo abandona su clasicismo inicial y adopta un estilo que sería considerado como "prerromántico". En estos días pinta: Marina del Puerto, Escena de Brujería, Brujas y encantamientos, Las Tentaciones de San Antonio, etc. Casi una década después regresa a Roma. En esta nueva etapa aborda temas morales. Por otra parte se empapa del estilo de Poussin para referirse a asuntos de la antigüedad. Las atmósferas de aquellos cuadros en los que refleja escenas mitológicas contienen un ambiente densa. La incorporación de elementos simbólicos y filosóficos es otro de los aspectos que caracterizan esta etapa. A ella pertenecen obras como Cadmo sembrando los dientes del dragón. Sin embargo, El sueño de Eneas o Jasón y el dragón, algunas de las telas que pinta al final de sus días, carecen ya de este simbolismo. Considerado precursor del romanticismo, fue uno de los pintores más importantes. Sus pinturas y grabados han sido objeto de estudio de numerosos artistas. También se dedicó a la literatura, desempeñando un destacado papel como poeta. Es creador de obras literarias como "La Música" o "La Pintura".
Personaje Científico
Nació en Toledo en fecha desconocida y desde mediados de 1768 vivía en la Corte, donde trabajaba como matrona del Real Colegio de Niños Desamparados. Antes había ejercido su profesión en la ciudad de Zamora, avalada por el título de "Arte de Partera", que había conseguido en 1765, tras ser examinada por el Tribunal del Real Protomedicato. Por esta época, y durante algo más de un año, Rosado se embarcó en un complejo proceso legal, a través del cual intentó, parece que con poco éxito, dar a conocer públicamente sus habilidades profesionales. El medio que propuso para alcanzar su objetivo era la fijación de un cartel en el cual se ofrecía para asistir partos complicados por la retención de la placenta y para prevenir los abortos mediante un emplasto o "bizma" de su invención. Ambas actividades se hallaban fuera de lo que se consideraba competencias de una matrona, a quien se quería limitar a la asistencia a los partos normales, reservando los dificultosos para cirujanos y médicos. El propio título que la habilitaba para ejercer advertía muy claramente que "en los partos trabajosos se acompañe de médico o cirujano aprobado y que no pueda mandar sangrar, ni purgar a ninguna mujer preñada sin orden de médico". Rosado entendía que su conocimiento era de distinta naturaleza al de los cirujanos, y que ello radicaba en sus dotes naturales y en su propia experiencia, la cual avalaba con distintos testimonios. En ningún momento hacía referencia a su formación ni citaba autoridad científica alguna, a pesar de que ya por esas fechas se habían escrito varias obras para matronas, las más recientes en 1750 y 1756. Defendía que su saber era otro, empírico, y quizá por ello especialmente útil y beneficioso para las mujeres en particular y para la población en general. (Vid. ORTIZ GÓMEZ, Teresa: Luisa Rosado o el orgullo de ser matrona en la España ilustrada, en Sanadoras, matronas y médicas en Europa: siglos XII-XX / coord. por Montserrat Cabré i Pairet, Teresa Ortíz Gómez, 2001, pp. 165-175
obra
Personaje Pintor
Artista español nacido en Madrid a comienzos del siglo XIX; se formó durante el Eclecticismo español. Muerto a los treinta y seis años, la brillante carrera de Rosales prometía una obra de enorme calidad. Iniciado en la pintura de Historia propia del Eclecticismo, evolucionó del rígido academicismo exhibido en el Testamento de Isabel la Católica hacia la ligereza del pigmento y la pincelada fluida del Impresionismo, como se aprecia en sus abundantes estudios, bocetos y acuarelas. Una parte importante en su evolución se produjo en un viaje por Italia, que le descubrió la importancia de la luz solar y sus efectos sobre la materia, un descubrimiento que aplicó en la superficie blanda y húmeda de su último cuadro, Saliendo del Baño del Museo del Prado. El principal valor de este lienzo, que es su espontaneidad y su aspecto abocetado, no se sabe si atribuirlo a una evolución hacia la libertad de estilo o a que realmente quedó incompleto con su muerte.
Personaje Literato
"Abril", su primer libro de poemas, nace en 1935. Esta circunstancia le convierte en miembro de la denominada "generación del 36", que agrupaba a otros autores como Celaya, Miguel Hernández o Ridruejo. Junto con éste último, inició un nuevo estilo literario que se alejaba de las vanguardias y recuperaba las formas clásicas. Los defensores de esta línea, cuyo referente es Garcilaso de la Vega, pasaron a la historia como los "garcilasistas". De su producción literaria hay que resaltar "Retablo sacro del nacimiento del Señor", "Rimas", "Cómo el corte hace sangre", "El contenido del corazón", etc. Compartió el Premio Nacional de Literatura Miguel de Unamuno de 1973 con Gallego Morell. Su trayectoria fue reconocida con el premio Cervantes.
obra
Para Renoir "pintar flores me relaja el cerebro. Espiritualmente no me esfuerzo en ellas como cuando estoy ante un modelo. Cuando pinto flores, pongo tonos, experimento valores audaces, sin preocuparme si estropeo un lienzo. Algo semejante no me atrevería a hacerlo con una figura, por miedo a dar al traste con todo. Y la experiencia que adquiero en estos intentos la aplico luego en mis cuadros". En este florero de rosas podemos observar claramente esta manera de trabajar ya que la pincelada empleada por el maestro es mucho más empastada y rápida, sin interesarse por el exquisito dibujo y el modelado que gozan las bañistas. Las rosas están bañadas por un potente foco de luz que proyecta sombras coloreadas en el mantel, habituales en el impresionismo. El recuerdo de las obras de Manet y Cézanne está presente en estos trabajos en los que Renoir se muestra interesado en experimentar nuevos conceptos pictóricos.