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La evolución política interna de Rumanía había situado al país en una especial posición dentro del conjunto balcánico. La dictadura militar personificada en la figura del mariscal Antonescu, había aproximado al país al Reich. En los últimos años de la década de los treinta, Berlin había apoyado al Ejercito en su lucha contra el partido de inspiración nazi, la Guardia de Hierro. Hitler prefería contar en Bucarest con un régimen fuerte adicto de naturaleza castrense antes que con uno situado en manos de un grupo de exaltados, aunque éstos mantuviesen ideas similares a las suyas. Rumanía resultaba vital para Alemania ya que, a la tradicional dependencia económica que el primer país mantenía con respecto al segundo como aprovisionador de materias primas, se venia a unir la presencia de los yacimientos petrolíferos de Ploesti. La potente y extensa maquinaria bélica que el Reich había puesto en marcha precisaba de este petróleo para su funcionamiento. Alemania trató por tanto de preservar esta zona de todo posible riesgo; el ataque lanzado contra los Balcanes en la primavera de 1941 había tenido como finalidad primordial apartar el peligro que para los pozos petrolíferos suponía la presencia de fuerzas británicas en territorio griego. En Bucarest, la corrupta dictadura se veía cubierta con la presencia de una no menos deteriorada institución monárquica. El rey Carol II se había visto obligado a abandonar el trono y el país, obligado por los militares, que habían elevado al joven Miguel, a quien imaginaban poder manejar con mayor facilidad. Pero para entonces, la situación era ya extremadamente peligrosa, ante la proximidad de un Ejercito Rojo que había tomado la iniciativa en el Este. Rumania, aliada del Eje, había atacado en 1941 a la Unión Soviética e incluso había ocupado una gran extensión de sus regiones meridionales, que se había anexionado bajo el nombre de Transnitria. Ahora, el país iba a ser tratado como enemigo de Moscú, con todas las consecuencias que este hecho generaba. Esta realidad impulso así a los miembros de los partidos antifascistas y a varios sectores del Ejercito a preparar la caída de Antonescu, considerado el mayor responsable de la situación. El día 23 de agosto de 1944, el dictador fue derribado del poder y sustituido por el general Sanatescu, jefe de la casa militar del monarca, quien asimismo apoyaba la operación. Inmediatamente, el nuevo Gobierno declaró el final de toda colaboración con Alemania. Bucarest solicitaba al mismo tiempo un armisticio a los aliados y ordenaba el alto el fuego a sus tropas en combate. La respuesta alemana a esta oportunista decisión no se hizo esperar: al siguiente día de conocerse la noticia la capital rumana sufría un duro bombardeo por la aviación alemana, mientras que fuerzas del Ejército penetraban en el país. El 25 de agosto, Sanatescu declaraba la guerra al Reich, una vez que hubieron sido aceptadas las condiciones impuestas por Stalin para la firma del armisticio. Para entonces el territorio rumano se habla convertido en un gran campo de batalla. Los alemanes se enfrentaban al debilitado Ejército nacional, apoyado por elementos insurgentes en los centros urbanos e industriales. Mientras tanto, los mandos del Ejército Rojo del sur -mariscales Malinovsky y Tolbukhin- apresuraban su paso por Ucrania con el fin de alcanzar con la mayor rapidez posible las fronteras rumanas. Alcanzadas éstas el día 20 de agosto, las fuerzas soviéticas atravesaron el norte del país y, diez jornadas más tarde, entraban en las zonas vitales del mismo: los pozos petrolíferos de Ploesti y la misma, capital. Bucarest era la primera ciudad sede de un Gobierno que era ocupada por los soviéticos, que fueron recibidos como libertadores en medio de un generalizado júbilo de la población. A partir de ese momento, el Ejército soviético se lanzó en tres direcciones dispuestas en forma de abanico -Hungría-, al este- Yugoslavia- el sur -Bulgaria-. La presencia de las fuerzas de ocupación comenzaría muy pronto a servir como instrumento de presión sobre las autoridades rumanas. El general Radescu fue nombrado jefe del Gobierno, para ser sustituido muy pronto por el político profesional Petru Groza. Este seria el elemento al que los soviéticos pensaban utilizar para facilitar el vuelco de la situación en dirección a imponer en el país las formas soviéticas de colectivización. En los primeros días del mes de septiembre de 1944, una delegación rumana encabezada por Patrascanu, ministro de justicia, llegó a Moscú para proceder a la negociación de los términos del armisticio. Mientras, las fuerzas soviéticas y los restos del Ejército rumano se dedicaban a limpiar de alemanes el país. El día 12 de aquel mes, se firmaba un acuerdo entre las potencias aliadas por una parte y Rumania por otra, por el cual este país se comprometía a aportar todas sus tropas al esfuerzo bélico. Esto supondrá para el exhausto pueblo rumano unas pérdidas en vidas humanas que alcanzaron cifras superiores a los 170,000 hombres, entre muertos, heridos y desaparecidos. Rumania contribuyó de esta forma tan costosa y de manera muy destacada en la liberación de los territorios de Hungría y Checoslovaquia.
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El 28 de julio de 1830 los revolucionarios liberales franceses derrocaban al rey Carlos X y provocaban la coronación de Luis Felipe de Orleans, el llamado Rey Burgués. Este episodio será el protagonista del cuadro más famoso de Delacroix, la Libertad guiando al pueblo, obra con cierta dosis de alegoría que recoge un hecho contemporáneo. La mujer que representa a la Libertad aparece con el torso desnudo, portando en su mano derecha la bandera tricolor y en la izquierda un fusil. Le acompañan miembros de las diferentes clases sociales -un burgués con sombrero de copa portando una escopeta, un obrero con una espada, un adolescente con dos pistolas- para manifestar que en el proceso revolucionario ha existido amplia participación. A los pies de la Libertad, un moribundo la mira fijamente para señalar que ha merecido la pena luchar. Los cadáveres que han caído en la lucha contra la tiranía, cadáveres iluminados para acentuar su importancia, son la base de la pirámide que organiza la composición. La vorágine de la batalla se manifiesta en la polvareda que difumina los contornos e impide contemplar con claridad el grupo de figuras que se sitúa tras la Libertad. El lienzo fue presentado al Salón de 1831 y adquirido por Luis Felipe para el Museo Real.
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La consecuencia de esta nueva situación fue que terminara creándose una alianza distinta, Atenas y sus aliados, que, en el Egeo, tomaba las funciones de la Liga Helénica, aunque ésta continuara existiendo durante bastante tiempo. En sus presupuestos, definidos como un modo de liberación de los griegos, cabía incluir la organización de la venganza por las anteriores acciones de los persas, pero todos ellos se califican como pretextos atenienses por Tucídides. A la larga será, en efecto, un instrumento de dominio. Más difícil es definirla en sus inicios, pues la representación igualitaria en una koiné sìnodos, asamblea común, aparece, según la opinión de Hammond, contrapuesta a la asamblea ateniense, de modo que el sistema podría definirse como bicameral y esta asamblea tendría tanto poder como el conjunto de los aliados. En los presupuestos de la liga estaba el propósito de actuar todos juntos con los mismos amigos y los mismos enemigos, lo que sin duda podía traer consecuencias en el futuro, cuando Atenas tuviera nuevos enemigos diferentes a los persas. Las medidas de la alianza se tomaron en la isla de Delos, lugar sagrado de los jonios, en el santuario de Artemis y Apolo, con todas las connotaciones religiosas que eso traía consigo, además de que justificaba ideológicamente la superioridad de Atenas, metrópolis de todas las ciudades jónicas. Allí se colocaría también el tesoro de la Liga, procedente del tributo, phoros, aportado por las ciudades de la alianza. En general, éstas pasaron a tener una aportación exclusivamente financiera, mientras que la aportación militar quedaría monopolizada por Atenas, con Samos, Lesbos y Quíos, cuya situación siguió considerándose durante mucho tiempo más igualitaria que la de las demás. El tesoro, situado en Delos, era desde el principio administrado por los helenotamías, funcionarios que siempre fueron atenienses. La colaboración está marcada desde el principio por una tendencia a la superioridad y al control por parte de los atenienses. De hecho, así Grecia quedaba dividida en dos alianzas diferentes y la liga Helénica se convertía en una ficción que, en la práctica, volvía a su naturaleza originaria como Liga del Peloponeso. El organizador de la Liga fue Arístides, a quien se atribuye también por esto el calificativo de justo, pues se dice que consiguió una distribución equilibrada de las obligaciones. Esta afectaba sobre todo al phoros, que según Aristóteles se estableció en un montante de cuatrocientos sesenta talentos anuales, una vez calculadas las posibilidades de cada ciudad. No se sabe cuál era la mencionada distribución e incluso da la impresión de que esa suma total era más teórica que real, pues los documentos epigráficos que proporcionan datos sobre el tributo realmente pagado no coinciden en sus cifras. En algunos casos, las vicisitudes concretas pueden explicar las alteraciones, pero otras veces las incoherencias permanecen sin solución.
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El surgimiento de la lírica culta en la Corona de Aragón va unido a la creación y consolidación de las formas de la lírica cortés. Pocas cosas sabemos, en cambio, de la lírica popular, a pesar de que su rastro pueda ser percibido en los más antiguos poemas religiosos conservados, o pueda deducirse a través de la reelaboración de temas inequívocamente populares en las composiciones de algunos trovadores como Cerverí de Girona o de sus melodías, como hace Guillem de Berguedá al componer un "chantaret bon a leiau/que xanton macips de Pau" (una cancioncilla buena y leal/ que cantan los muchachos de Pau). De la vivacidad de la lírica trovadoresca, del ritmo de su penetración, de los gustos y conocimientos literarios de la nobleza catalana nos proporciona una idea el Ensenhamen que escribió Guerau de Cabrera (doc. 1145-1159), vizconde de Gerona y de Urgel, adoctrinando a su juglar Cabra. Aparte consejos y reconvenciones referidas a la técnica de interpretación, es de destacar el conocimiento de los trovadores de la generación inmediatamente anterior (Marcabrú, Jaufre Rudel) y de la novedad que entonces significaban los primeros "romans" franceses. De entre los 24 trovadores catalanes de obra conservada -de la que sólo nos ha llegado la melodía de 8 de las 9 composiciones del rosellonés Berenguer de Palou (... 1164...)merece un especial relieve, en primer lugar, Guillem de Berguedá (doc. 1138-1192/96). Típico representante de una nobleza agresiva en tensión constante con el poder real, eclesiástico o con el de otros potentados, sobresale en la utilización partidista del sirventés contra enemigos bien concretos a los que ridiculiza e insulta haciendo uso de una técnica denigratoria enormemente eficaz, en la que caricatura, maledicencia e hiperbólica procacidad coinciden a partes iguales. Ello no obsta para que la expresión de lo amoroso cortés no se produzca dentro de los cánones más alambicados de esta poesía -como en "Arondeta, de ton chantar m'azir" (Golondrina, me molesta tu encanto)-, ni para que, en un vuelco sensacional, acabe confesando, en uno de los "planhs" más personales e impresionantes de toda la lírica trovadoresca, su admiración por un personaje al que había maltratado en sus sirvientes. Así, si antes aconsejaba que nadie hiciera la siesta con Ponç de Mataplana "meins de brajas de cortves" (sin bragas de cordobán), después de su muerte luchando contra los moros, no tiene ningún empacho en proclamar que "de tot ai mentit e mespres" y en desearle, mientras "consiros cant e planc e plor", larga vida en un paraíso lleno de flores, rodeado de damas y junto a héroes como Carlomagno y Roldán. Mientras la vida de Guillem de Berguedá es fundamentalmente exacta, la que se refiere al rosellonés Guillem de Cabestany (... 1212...) parece moldeada sobre una leyenda que le atribuye amores con la esposa de Ramón de Castell Rosselló. Este habría dado a comer el corazón del trovador debidamente salpimentado a su propia esposa, que al conocerlo se suicida. Los cuerpos de los amantes, por orden del rey de Aragón, fueron sepultados honorablemente en la catedral de Perpiñán, que según la leyenda se habría convertido en lugar de peregrinaje de jóvenes enamorados. Esta historia fue recordada por Petrarca y por Boccaccio en el Decameron, y Stendhal la tradujo al francés en De l'amour y la tuvo presente en Le rouge et le noir al describir algunas pesadillas de Mme. de Rénal. De Guillem de Cabestany se conservan siete composiciones, siendo la más famosa, copiada e imitada una lánguida y monótona canción que se inicia con los versos: "Los dous cossire/ quem don'Amors soven" (El dulce pesar/ que a menudo Amor me da). La producción más numerosa de toda la literatura trovadoresca se debe a Cerverí de Girona (doc. 1259-1285), cuya obra consta de 119 composiciones y unos Proverbis escritos en 1197 cuartetas dedicados a sus hijos que en algunos pasajes podrían relacionarse con los Prouerbios morales de don Sem Tob de Carrión. Cerverí es lo más aproximado a un escritor profesional ya que figura en la nómina de la Cancillería Real, lo que puede explicar producción tan copiosa. Esta dependencia económica, sin embargo, no le impidió conservar, incluso en las situaciones más comprometidas, una ejemplar independencia de criterio, llegando a condenar acciones de sus protectores. Pocos se han atrevido a decir como él "laxatz m'estar, sényer, que coblas fatz" (dejadme estar, señor, que estoy componiendo). Abierto a los más diversos géneros y a los más variados tonos, Cerverí, el último gran trovador de la época clásica, se presenta como un estilista adscribible al "trobar ric". Al lado de constantes muestras de agudeza, recordemos una serie de "coblas" de contenido religioso en las que reconvierte tópicos amorosos corteses dándoles un nuevo sentido, en un tono solemne que preludia ciertos aspectos que la poesía catalana no tardará en utilizar: "Axi com cel c'an an erra la via/ que deu tener, can va ab nit escura/ e te cami mal e brau, qui l'atura,/ e no sab lo ne cami on se sia,/ sufren mal temps ab regart de morir,/ soy eu, c'nar no pusc, per que desir/ que vis fenir la nit, començan l'alba" (Como aquel que caminando equivoca el camino/que debe seguir, pues va de noche oscura/ y encuentra mal camino que lo detiene/ y no sabe en qué lugar ni en que camino se halla/ soportando mal tiempo temiendo morir/ soy yo, que no puedo andar, por lo que deseo/ ver cómo se acaba la noche y empieza el alba). El dominio de la lengua de la poesía por parte de nuestros trovadores, a pesar del estrecho contacto entre ambas lenguas, es fruto de un lógico aprendizaje gramatical. Con tal finalidad Ramón Vidal de Besalú (... 1216...), autor de importantes novas -narraciones en octosílabos pareados-, redacta la que está considerada como la primera gramática de una lengua vulgar: Las Razos de trobar. Se trata de enseñar teniendo en cuenta los errores más frecuentes que cometen los catalanes, pero al mismo tiempo Vidal reflexiona sobre otras cuestiones, como por ejemplo la cualidad de la lengua poética (advirtiendo contra la tentación dialectal), relación entre lengua y géneros (el francés es la lengua de la novela), el papel del auditorio (estimulando al oyente a ejercer la crítica), o el valor de la práctica de la poesía (la universalidad de la lírica -del canto- no impide que la que enseña Vidal sea sólo propia de caballeros). El texto quedó como una obra de referencia que no tardaría sin embargo en necesitar aclaración y glosa. El fraile ampurdanés Jofre de Foixa (c. 1267-1295), trovador tan culto como Ramón Vidal aunque más anodino, elabora, a petición del entonces rey de Sicilia, Jaime II, unas Regles de trobar, ya que las Razos no se podían "perfectament entendre ses saber la art de gramática" (entender perfectamente sin saber el arte de la gramática). Con estos dos tratados queda sancionada una cultura literaria fundada en la primacía de la lírica, que entiende su cultivo como un complemento de la personalidad, centrado en valores laicos y aristocráticos, y que independientemente de su dimensión simbólica, se orienta a la dignificación del ocio. Los textos más relevantes escritos entre los trovadores clásicos y los poetas anteriores a Ausiás March se encuentran en el llamado Cançoneret de Ripoll, compilado entre 1340 y 1350. Se trata de 18 composiciones -de las que 12 pertenecen al género dansa-, obra de un conjunto de poetas de gustos afines, con predominio del "trobar ric", y una importante presencia de la temática religiosa, mariana en particular. En esta compilación mayoritariamente anónima merecen destacarse dos nombres: Pere Alemany y un autor con aura de poeta maudit, el Capellán de Bolquera. El primero es autor de una danza en la que el poeta dialoga con su poema, que a su vez hace de intermediario entre él y la dama, No Lutz (Doña Luz), prometiéndole ser recibido por ella si, de noche y harapiento, le pide "Fray be al hom nuts" (Haced el bien al desnudo). El Capellán, en cambio, según cuenta Francesc Eiximenis, "de donas desayres/ diez molts, car de lurs ayres/ jamay no poch tastar" (desaires de mujeres/ dijo muchos, ya que de sus aires/ nunca pudo probar), arrastrando una fama que, aun haciendo hincapié en su valía intelectual, lo arrastra hacia los márgenes de la bohemia. A él pertenece, sin embargo, el poema más notable, por denso, de todo el Cançoneret, Li fayt Dieu son escur (Los hechos de Dios son oscuros). Un poema en el que la artificiosidad de las rimas derivativas ayuda a formar un ritmo casi de letanía, en el que expresar, desde una sensación de profundo desamparo, inquietudes, fracasos y temores: "Vengut suy tro al os/ a la pel e a l'ossa;/ solia esser gros/ rich de moneda grossa,/ mas Deus m'a trayt tal mos/ que febrel cor m'amossa" (He llegado hasta el hueso/ a la piel y a los huesos/ solía estar gordo/ rico de gran moneda/ pero Dios me ha clavado tal mordisco/ que me ha metido la fiebre en el corazón). Estos textos son muestra de una lírica que se hacía al margen de la dinámica impulsada por los seguidores de las Leys d'Amors, o sea de la normativa reduccionista emanada del Consistorio de la Gaya Ciencia de Toulouse, creado en 1323. Aunque no encontremos una institución parecida en la Corona de Aragón hasta la convocatoria de unos ocasionales Juegos Florales en Lérida en 1388, las ideas de los burgueses lenguadocianos tendrán una importante repercusión en la lírica de este período. En 1393 se crea el Consistorio de Barcelona, bajo patrocinio real y destinado principalmente, como dirá Juan I por la pluma de Bernat Metge, a "aquells qui vivem de llurs rendes e patrimoni no estinguen ociosos" (aquellos que viven de sus rentas y patrimonio para que no estén ociosos). Para utilidad de estos diletantes y para consulta de autores con mayores miras se redactan textos como el Libre de Concordances, también llamado Diccionari de rims de Jaume March, tío de Ausiás, en 1371, o algo más tarde, el monumental Torcimany de Lluís d'Avercó. El desarrollo de estas solemnidades poéticas, que tuvieron una respuesta más bien tibia por parte de la ciudadanía, fue descrito por Enrique de Villena en su Arte de trovar. Ninguno de estos tratados pone en cuestión la lengua de la poesía, por más que aparezcan en un momento en que la debilidad normativa respecto al occitano clásico sea cada vez mayor, hasta el punto de depender del grado de formación de cada poeta. Esta fidelidad lingüística va acompañada de idéntica lealtad al universo amoroso forjado dos siglos y medio atrás y reforzado por los poetas franceses durante el reinado de Juan I. Esta doble vertiente explica que, a pesar de la frecuencia e intensidad de los contactos con Italia, las propuestas innovadoras de los toscanos apenas encuentren eco. Jaume March (1335-1410) fue un lírico más que correcto, y su hermano Pere (1338?-1413), padre de Ausiás, fue "valiente e honorable cavallero y fiço assaz gentiles cosas, e entre otras escrivió proverbios de grand moralidat", en justa opinión del marqués de Santillana. Quizá se refiera el marqués al hablar de los proverbios a una parte perdida de su obra, tal vez en la línea de Cerverí, aunque también podría indicar el tenor grave y sentencioso de sus más logradas composiciones, como la que empieza con un verso tan senequista como "Al punt c'om naix comença de morir" (Al punto de nacer se empieza a morir). Este carácter moralizante -o de reflexión política-, que entronca con el chantre de Bolquera y precede a su hijo Ausiás, contrasta con el talante de la poesía cortesana que tiene su punto de máximo esplendor en la primera corte napolitana de Alfonso el Magnánimo. Este grupo de poetas tiene un precursor inmediato en Gilabert de Próixida, cantor de una dama con rasgos de "dame sans mercy", a la que proclama un vasallaje amoroso modelado en términos militares, delatores de un orgullo de casta en quien fue brioso caballero. Su mejor composición -"Pues que vos play, dompna, que res nous dia" (Ya que os place, señora, que nada os diga)- contiene, entre muchas rimas afortunadas, tres versos que serán el fundamento de uno de los momentos más brillantes de Jordi de Sant Jordi: "car tant n'ay'duyt quen faula sepultura;/ mas, enquer mort, celhs qui volran mirar/dins en non cor, veruan vostre figura" (tanto he penado que me conducías a la sepultura;/ mas, aun muerto, quienes quieran mirar/en mi corazón, verán vuestra figura). Esta relación intertextual, natural en quienes comparten un mismo universo poético y un tiempo muy cercano, confiere al grupo de poetas que capitanea Jordi de Sant Jordi un toque generacional. Este, el preferido del marqués de Santillana, "conpuso asaz fermosas cosas, las quales el mesmo asonava, ca fue músico excellente". La nota predominante en sus poemas amorosos consiste en la exposición de un sentimiento melancólico que se realiza cumplidamente en el tema de la separación de los amantes, como en el bello "comiat" (despedida) que se inicia con estos versos: "Sovint sospir, dona, per vós, de luny,/ e sospirant va creixent ma follia" (A menudo suspiro, señora, por vos, estando lejos/ y suspirando va creciendo mi locura). Hizo, entre otras que recuerda su amigo castellano, los Estramps, o sea un poema en decasílabos libres en los que hallamos más solemnizada una idea que ya conocemos: "Jus lo front port vostra bella semblança/ de que mon cors nit e jorn fa gran festa,/ que remiran la molt bella figura/ de vostra faç m'es romasa l'empremta/ que ja per mort no sen partra la forma;/ ans quant seray del tot fores d'est segle,/ çels qui lo cors portaran al sepulcre/ sobre ma faç veuran lo vostre signe" (Bajo la frente llevo vuestro bello semblante/ celebrándolo mi corazón noche y día/ pues contemplando la muy bella figura/ de vuestro rostro ha quedado en mí la huella/ y ni la muerte alejará su forma;/ sino que cuando esté ya fuera de este siglo/ quienes llevarán el cuerpo al sepulcro/ sobre mi faz verán vuestro signo). Jordi de Sant Jordi, que murió en Barcelona en 1424, fue hecho prisionero por Francesco Sforza cuando se apoderó de Nápoles el 23 de mayo de 1423. Desde la cárcel imploró su libertad al rey Alfonso a través de un bello poema, Dessert d'amichs, de bens e de senyor (Despojado de amigos, de bienes y de señor), en el que al rememorar la felicidad de la vida libre, contra la que pudieran sugerir los apasionados "estramps", no cita dama ninguna. También sirvió al Magnánimo Andreu Febrer (1375-1444) en las más diversas y arriesgadas misiones. Si el valenciano Sant Jordi es la personalidad más atractiva, Febrer es quizá el más concienzudo revisitador de los trovadores clásicos, singularmente Arnau Daniel. Por otra parte, de mosén Febrer -informaba Santillana- "algunos afirman que haya traydo el Dante de lengua florentina en catalán, non menguando punto en la orden de metrificar e consonar". En efecto, Febrer acabó en 1429 una excelente versión rimada de la Divina Comedia. Un caso singular, en un panorama en el que el contacto con los italianos es grande y su presencia escasa es el de Pere de Queralt (c. 1408), al ser el poeta que más conocimiento de la obra de Petrarca demuestra, aunque su utilización sea totalmente paródica. Cabría pues hablar de resistencias en la aceptación de los contenidos de la lírica elaborada por el dolce stil nuovo, cosa que no excluiría una cierta difusión sin la que sería imposible la parodia. Estas resistencias explicarían que un lírico más dispuesto a incorporar al menos expresiones e imágenes propias de los líricos italianos como el barcelonés Melcior de Gualbes, lo hiciera a cambio de reducir su alcance y de incrustarlo en los parámetros dominantes. Así, en la configuración de la figura femenina mezcla rasgos de dama cruel con otros más propios de dama "angelicata". El contacto con Italia proporciona dos ideas clave que tomarán cuerpo definitivamente, sobre la base de la propia tradición, en la obra de un poeta que había coincidido con miembros de la generación anterior en las campañas itálicas del Magnánimo, y que va a dar un giro inesperado a la forma de entender la lírica. El poeta es Ausiás March (Valencia, 13971459), y las dos lecciones clave son la incorporación de la filosofía al entramado lírico-amoroso y la construcción de un cancionero que diera cuenta de una trayectoria vital e intelectual al mismo tiempo. Todo ello servido desde una opción realista que no tiene nada que envidiar a un François Villon.
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Los cinco libros clásicos recopilados y comentados por Confucio son los más antiguos conocidos en la literatura china. Son "Shang Shu" -Shu Ching-, Libro de Historia; "Yijing" -I Ching-, Libro de Cambios o de Mutaciones; "Shijing" -Shih Ching-, Libro de Canciones o de Odas; "Li Ching" -Lijing-, Libro de Ritos; y "Chunqiu" -Ch'un Ch'iu-, Anales de Primavera y Otoño. Han sido durante muchos siglos los libros fundamentales para estudiar a los seguidores de Confucio, junto a los libros propiamente escritos por el maestro y recopilados por sus discípulos, que contienen su doctrina y enseñanzas. El "Yijing", Libro de Cambios, fue escrito hace más de cuatro mil años y es el texto más antiguo conocido en la historia de China. Acerca de su origen, el apéndice de la obra dice lo siguiente: "Antiguamente, cuando Páo Hsi -Fú-Hsi- llegó a gobernar todo aquello que se encontraba bajo los cielos, elevando la mirada contempló las brillantes formas que exhibían las alturas, y al bajarla observó las que le mostraba la tierra. Contempló las ornamentales apariencias de las aves y de las bestias, y las diferentes propiedades del suelo. Descubrió que las cosas existentes dentro de su persona eran las mismas que aquellas que la distancia le permitía contemplar. Entonces ingenió los ocho trigramas, para mostrar plenamente los atributos de las operaciones inteligentes y espirituales producidas en secreto, y clasificar las cualidades de las innumerables cosas". Existe otra teoría sobre el origen de este libro, en la que se dice que Fû-Hsî concibió los ocho trigramas, que producen sesenta y cuatro hexagramas combinados entre sí, después de contemplar un croquis existente sobre el lomo de un caballo-dragón surgido del Río Amarillo. El "Yijing" refleja o representa la cosmovisión de la China milenaria, y los hexagramas son las figuras lineales compuestas por Fû-Hsî con las interpretaciones realizadas por el mítico rey Wan y el noble del mismo reino -Kâu-, el hijo del rey. Cada hexagrama está formado por seis líneas que pueden ser enteras o partidas, representando el Yin y el Yang, los dos principios básicos del universo según el antiguo pensamiento chino. Confucio añadió los apéndices al libro, que sirven de ayuda para la comprensión del texto. El "Yijing" es básicamente un libro de consulta compuesto por sesenta y cuatro textos, cada uno de los cuales explica un dibujo diferente formado por seis líneas superpuestas. Se dice que existieron otros tres libros similares de la misma época. La combinación de texto y dibujo, multiplicados sesenta y cuatro veces, es un oráculo de sorprendente agudeza: las líneas combinadas en cada hexagrama representan situaciones de la vida diaria, y los textos que las acompañan tratan acerca de una gran cantidad de temas relacionados con la cosmovisión de la China milenaria, las normas morales del Imperio, la actividad política, la estrategia militar, relaciones entre los seres humanos, desde las del rey y sus súbditos hasta temas cotidianos. También el libro es considerado como un largo poema circular, estructurado sobre sesenta y cuatro textos cuyos temas representan la transformación de las cosas que forman el universo o una descripción del cambio -la mutación- presentado como la verdadera imagen de lo real. Según John Blofeldo, traductor del texto al inglés y a quien se debe la denominación de "Libro del Cambio", el aspecto más interesante de la obra es la forma en que unas cosas se van transformando en otras, siguiendo los principios ordenadores de la realidad. Desde el punto de vista político-militar, el texto presenta el panorama de las luchas internas en el territorio chino durante el siglo XII a.C., que puede ser aplicado a otros tiempos y a otros lugares. E igualmente, afirmó el traductor que muchos militares japoneses consultaban el texto sobre sus combates navales y creían que las victorias conseguidas se debían a él. También hay quienes afirman que la estrategia revolucionaria de Mao Zedong fue una mezcla de dialéctica marxista-leninista y obediencia a los dictados del Yijing. Otras personas han utilizado el texto como un tratado sobre la estructura y como una serie de ejercicios destinados a estimular la imagen creadora, como es el caso de John Cage, el poeta-compositor que realizó composiciones musicales y textos poéticos siguiendo las enseñanzas que se desprenden de la estructura del libro, al que en ocasiones ha combinado con un complejo sistema de computerización o con una estructura de la notación musical (Mirko Lauer). El "Shijing", el Libro de Canciones o de Odas, es el primer libro de poesías conocido, y asimismo ha influido profundamente sobre los poetas chinos de todos los tiempos. Confucio consideró la poesía como una importante ocupación en sus ratos libres para los hombres que ocupaban altos cargos públicos, que por lo general eran ilustrados. Debido a la formación confucionista de los altos funcionarios civiles o de los nobles, muchos de ellos fueron también poetas que crearon lo principal de la poesía china hasta que la literatura pasó a ser escrita por los literatos propiamente dichos, ya en épocas posteriores. Fue la dinastía T'ang, entre los siglos VII a X, la que conoció la edad de oro de la poesía china, con creadores universalmente conocidos como Li Po, Tu Fu, Han Yu y otros. Un poema del "Shijing" dice así: "¡Qué hermoso y encantador es el melocotonero! ¡Cómo resplandece la vivacidad de sus abundantes hojas! Su encanto es comparable al de una joven novia que, cuando se dirige por primera vez a la casa de su prometido, sabe comportarse con rectitud y cortesía, manteniendo en todo momento la actitud adecuada". Y otro poema, éste de tema histórico, dice así: "Eran más de cien mil los descendientes de la dinastía Chang. Cuando el Imperio pasó a manos de otra familia, todos ellos se sometieron a los Zhou, ninguno se rebeló contra la nueva familia soberana. El mandato del Cielo no es eterno. Los prudentes ministros de la familia Chang siguen en la corte sirviendo a los nuevos soberanos". Y una estrofa referente a la vida y la enseñanza de un rey anota: "Me comporto como debo con mi esposa, e igualmente trato con afecto a mis hermanos mayores y menores. De este modo gobernaré con rectitud mi Estado, ya que en él todos formamos una gran familia". El "Shijing" es la colección de las poesías escritas durante la dinastía Zhou y el período de Primavera y Otoño, y está formado por varios capítulos con los títulos de Daya, Xiaoya, Zhousong, Guofeng, Lusong y Shangsong. Aunque estos poemas no sean anotaciones estrictamente históricas, reflejan hechos importantes de esta naturaleza, como por ejemplo el Zhousong, que es el canto a la dinastía Zhou y el Shangsong, el canto a la de Shang, etc. El texto contiene aproximadamente trescientos poemas que representan una etapa de unos quinientos años, desde el principio de la dinastía de Zhou del Oeste hasta los años medios de la de Zhou del Este. Una de las características de las poesías del Shijing consiste en su estilo amable, suave y profundo, que se expresa en las emociones contenidas y suaves mediante el uso de la metáfora. A pesar de su antigüedad, no se observan elementos que reflejen el origen mitológico del pueblo chino, sino que abundan los contenidos de pensamiento social, tales como la poesía que describe el saqueo de las tribus invasoras y el dolor del pueblo atacado que ha perdido todo lo suyo, conseguido difícilmente con esfuerzo de sudor y sangre. El poema titulado "Julio" habla de la vida de una familia de campesinos: Después de realizar grandes esfuerzos y trabajos durante todo el año, obtiene la cosecha de los productos agrícolas, que son llevados a los nobles junto a la seda roja, elaborada después del duro trabajo de alimentar a los gusanos, y las pieles de cerdo y de zorro conseguidas por la caza. De este modo viven los campesinos protagonistas, en medio de una situación de extrema pobreza, en la que después del trabajo en el campo, deben acudir a las casas de los nobles para repararlas y trabajar para ellos. Otra de las características de esta obra reside en la expresión del espíritu de los hombres de armas por su carácter grandioso y heroico, a través de las descripciones de la vida de los soldados, la marcha a las batallas y las grandes hazañas de un rey. Grosso modo, podría definirse el contenido del "Shijing" como un reflejo de los ambientes sociales y de todas las situaciones posibles tanto en la política como en la vida cotidiana. Por ello, Confucio lo consideró como texto para la enseñanza de la política y de la diplomacia. De él decía: "Queridos discípulos, ¿por qué no aprendéis el Libro de las Canciones? Los versos que en él se contienen estimulan las ideas y los sentimientos, ayudan a penetrar en la esencia de las cosas, despiertan el sentimiento de la comunidad y el odio contra la opresión y la injusticia, excitan los sentimientos de amor hacia los semejantes y de respeto hacia el príncipe. Además, nos enseña a conocer todo el mundo de los pájaros y de los animales salvajes, de los árboles y de las plantas". (Lun Yu). Era costumbre recitar o aplicar la estrofa adecuada en las reuniones de altos funcionarios y nobles en los tiempos antiguos, y si un letrado no estaba versado en los poemas del "Shijing", memorizando un mínimo de trescientos versos, no debía ni siquiera abrir la boca en estas reuniones. En consecuencia, el "Shijing" ha sido tradicionalmente considerado como uno de los textos del Confucionismo que más ha influido y dominado los pensamientos y la vida espiritual del pueblo chino, del mismo modo que ocupó un importante lugar en los orígenes de su cultura. Sin embargo, la obra tiene su valor literario propio, a pesar de que casi nunca fue considerado como tal, sino como un texto de ética y moralidad. El "Shijing" es un libro de poesía cuyos temas están basados en la vida y los pensamientos del antiguo pueblo chino, reflejando sentimientos sencillos y hermosos. Algunos estudiosos consideran que tiene la importancia de las epopeyas griegas, las indias o la "Biblia", que tan profundamente han influido sobre la humanidad a lo largo de los siglos. El "Chunqiu" -Ch'un Ch'iu-, los Anales de Primavera y Otoño del Estado de Lu, es la más antigua crónica que se mantiene bien conservada, y ejerció una enorme influencia sobre obras históricas posteriores. Por su parte, el Libro de la Historia, "Shang Shu", contiene unos veinte artículos sobre la historia de las dinastías Shang y Zhou, describiendo el desarrollo de algunos hechos y acontecimientos con personajes, diálogos y actividades. Es comparable a las inscripciones grabadas en las campanas o en los trípodes, pero con una forma más elevada de expresión y con un cierto nivel de desarrollo en lo que se refiere a las anotaciones concretas. Otros textos importantes y conocidos son los Cuatro Libros: "Lun Yu", Analectas de Confucio; "Da Xue" -Ta Hsüeh-, Gran Enseñanza; "Zhong Youg" -Chung Yung-, Doctrina del Medio, y el "Libro de Mencio". Son obras fundamentales para una introducción a la lectura confuciana, y en ocasiones se les dio incluso más importancia que a los Cinco Clásicos, debido a que contienen la doctrina y las enseñanzas de Confucio, recopiladas por sus discípulos. Durante muchos siglos, un chino bien educado debía tener la capacidad de citar algunos pasajes de estos libros o reconocer sus referencias literarias. Las obras de Confucio sufrieron persecución durante el período de la dinastía Qin, especialmente con ocasión de la quema de libros. Pero en contra de la orden dada por el emperador Qinshi Huangdi, algunos no fueron destruidos, sino que se salvaron por estar grabados en piedra, mientras que fueron destruidos los que estaban escritos a pincel sobre seda o a punzón sobre tablillas de madera y de bambú. El "Lun Yu", Analectas de Confucio, se compone de varios capítulos en forma de diálogo entre Confucio y sus discípulos. Contiene las enseñanzas del maestro, que tratan acerca de todos los aspectos tanto de la vida cotidiana como de la cortesana y las relaciones personales, tanto entre el monarca y el súbdito como entre el padre y el hijo. Veamos algunos párrafos del "Lun Yu": La siguiente leyenda habla sobre Confucio: "Antes de su nacimiento en K'iue-Li, un unicornio vomitó un libro adornado de piedras preciosas. En él se leían estas palabras: "Un niño, formado por las partes más sutiles del agua, sostendrá el debilitado imperio de la dinastía de los Zhou y será rey sin reino". Ien Chu, madre de Confucio, se asombró de este prodigio. Con un cordón de seda, ató por el cuerno al misterioso animal, que desapareció al cabo de dos noches. La noche de su nacimiento, dos dragones rodearon el tejado de la casa. Cinco ancianos bajaron al patio. Sus cuerpos estaban formados por los elementos más puros de los cinco planetas. Junto a los aposentos de la madre se oyó el canto del Celeste Alfarero. Voces en el aire pronunciaban estas palabras: "El Cielo da respuesta a la plegaria del nacimiento de un hijo perfectamente sabio". (Lun Yu, los Cuatro Libros de la Sabiduría). Algunos ejemplos de las conversaciones entre Confucio y sus discípulos se reflejan así: "Tse-Kong preguntó quién merecería ser calificado como hombre superior. Kurkg-Tsé -Confucio- le contestó: El que primero pone en práctica sus ideas, y después predica a los demás lo que él ya realiza. Tse-Chang preguntó si podían conocerse de antemano los acontecimientos de diez generaciones. Kung-tsé -Confucio- le contestó: Podemos conocer las costumbres y ceremonias que la dinastía Chang heredó de los Hia; podemos conocer también las costumbres y ceremonias que la dinastía de los Tchen heredó de la de Chang. Si una nueva dinastía sucede a la de los Tchen, podrán ser conocidos de antemano los acontecimientos de cien generaciones" (Wei-Cheng, Lun Yu). "En cierta ocasión preguntaron al Maestro: ¿Qué opinión te merece el que devuelve bien por mal? El maestro respondió: Si devolvemos bien por mal, ¿cómo corresponderemos a los beneficios que nos hagan? El bien ha de pagarse con el bien, pero el mal debe ser castigado según se merece en justicia" (Yuan-tse, Lun Yu). Del libro de la Doctrina del Medio, "Zhong Yong" -Chung Yung-, el discípulo de Confucio, Ching-tsé, dijo sobre el término Zhong, el medio: lo que no se halla desviado hacia ningún extremo se denomina centro -Zhong-; lo que no es voluble se denomina perseverante -Yong-. El camino recto o ley ordenada del universo es el centro, la permanencia en él es la perseverancia. Este libro contiene los principios que han sido transmitidos por los discípulos de Kung-tsé -Confucio- a sus propios discípulos. Tse-tsé, nieto de Kung-tsé, temiendo que con el paso del tiempo tales principios fueran falseados, los consignó en este libro y los explicó a Meng-tsé -Mencio-. Al principio de su libro, Tse-tsé habla sobre la razón, común a todos los hombres, para exponer a continuación sus ideas sobre toda clase de asuntos, y al final, vuelve a hablar de nuevo sobre la razón, resumiendo sus principios esenciales. En las digresiones de la parte central del libro trata sobre los más variados problemas que se plantean dentro de los seis puntos fijos del universo: norte, sur, este, oeste, cenit y nadir, mientras que al principio y al fin del mismo se limita al tema concreto de la razón. Cuando su exposición es concisa, da lugar a que la profundidad de sus pensamientos quede envuelta en cierto misterio. De este libro pueden obtenerse inagotables enseñanzas, por lo que con su estudio se alcanzan abundantes frutos: quien logre penetrar su contenido y lo medite con atención, no logrará agotar sus consejos, aun cuando los practique durante toda su vida. Lo citado pertenece a la advertencia del maestro Ching-tsé en la primera página de la Doctrina del Medio de Confucio. Dijo Confucio en el "Zhong Yong" que: "El camino recto del universo es el centro, la armonía es su ley universal y constante. Cuando el centro y la armonía han alcanzado su máximo grado de perfección, la paz y el orden reinan en el cielo y en la tierra, y todos los seres alcanzan su total desarrollo". El libro de la Gran Enseñanza, "Da Xue", se divide en dos partes: la primera, las enseñanzas de Confucio y la segunda, las explicaciones de Tseng-tsé, su discípulo. Según este último, "la Gran Enseñanza o la Gran Ciencia es obra de Confucio y de sus discípulos. Es como la puerta que abre el camino de la virtud. El orden antiguamente seguido en los estudios no se conoce, en la actualidad, más que por este libro, que felizmente hemos podido conservar, y por el Linn-iu y los escritos de Mencio que vinieron a continuación. Ciertamente el discípulo de la sabiduría que empiece por el estudio de este libro no se expondrá a equivocarse". Y para la explicación del libro hemos de fijarnos en la advertencia de Chou Hi, que dijo: "Los objetos básicos de la Gran Enseñanza o filosofía práctica consisten en el cultivo de la naturaleza racional que todo hombre recibe del Cielo, en la educación y renovación de los pueblos, y en la búsqueda del bien supremo o fin último al que debemos dirigir nuestras acciones para alcanzar la perfección". El cuarto libro es el Libro de Mencio, el seguidor más importante de la doctrina de Confucio. Referente a la propia vida de Mencio y a la importancia dada a la educación de los hijos, cuenta una anécdota muy conocida sobre los tres cambios de residencia que, por él, hizo su madre viuda. En la "Historia de las Mujeres Célebres", Liu-hiang dice: La madre de Men-k'o -Mencio- habitaba cerca de un cementerio. Mencio, todavía niño, hallándose en una ocasión en medio de las tumbas imitaba por distracción las ceremonias y las lamentaciones que se realizaban. Su madre se dijo: "Esto no es un lugar conveniente para que viva mi hijo". Entonces fue a vivir cerca de un lugar de mercado. Su hijo imitaba en sus juegos a los comerciantes que gritaban y vendían las mercancías. Ella dijo entonces todavía: "Esto no es aún lugar conveniente para la vivienda de mi hijo". Cambió entonces de nuevo, y fue a habitar cerca de una escuela. Su hijo imitó por juego a los escolares que aprendían a disponer los soportes y los vasos de madera para las ofrendas, a saludar, a atestiguar el respeto, a presentarse y a retirarse con cortesía. Ella dijo. "Este lugar es verdaderamente conveniente para que viva mi hijo". Y allí lo estableció". Aparte de los libros clásicos recopilados y comentados por Confucio y los suyos propios, han existido las obras literarias propiamente dichas. A mediados del período de los Reinos Combatientes apareció un estilo literario llamado las "Elegías de Chu", una especie de rimas en las que se empleaba el dialecto la entonación del reino de Chu, para escribir prosas rítmicas largas y poesías autóctonas y de estilo popular. Uno de los poetas de la época, Qu Yuan -Ch'u Yuan-, natural del Estado de Ch'u, escribió varias obras influido por este estilo. Qu Yuan se suicidó tirándose a un río cuando su país Ch'u fue conquistado por el imperio unificado Qin, y este hecho es conmemorado como el día del Festival del Barco del Dragón. Qu Yuan fue el autor de "Li Sao", libro de largos poemas alegóricos que formó parte importante de una célebre colección llamada "Ch'u Tz'u", Canciones del Sur. Y algunos de ellos fueron atribuidos a otros autores. Asimismo, Qu Yuan fue el primer poeta famoso y reconocido en la historia de la literatura china, aunque había otros antecesores en este campo. Su biografía está incluida en el libro "Shih Chi", de Sima Qian, escrito durante la dinastía Han, y sus poemas fueron fundamentales para el estudio de la poesía china antigua. En el período de la dinastía Han del Oeste, en época del famoso emperador Wu Di, gran promotor de la cultura, se produjeron grandes obras escritas por políticos y nobles ilustrados. Uno de sus ministros, Sima Xiangru, destacó por sus obras poéticas influidas por las "Elegías de Chu", como el "Canto a Zi Xu", el "Elogio de jardín imperial Shanglin" y el "Canto al Gran Señor", que fueron sus obras principales. El estilo yuefushi surgió en esta misma época, en poemas escritos para canciones, formados por versos largos y cortos intercalados. Estos poemas se interpretaban acompañados con música en el palacio imperial, al igual que las coplas que seguían el mismo estilo, pero frecuentemente eran versos de cinco caracteres. El período Han del Oeste marcó el primer desarrollo sistemático de los libros científicos recopilados por expertos en astronomía, medicina, historia, magia, etc., y cerca de setecientas obras fueron escritas sobre tiras o tablillas de madera y de bambú, o sobre seda, hasta que más tarde se inventó el papel. Respecto a los libros de historia escritos durante este período, el más importante fue el "Shih Chi", el "Libro de Historia o Registros Históricos", de Sima Qian -Ssu-ma Ch'ien-. Su autor narró la historia de China desde los tiempos míticos hasta el segundo siglo a.C., y fue un ejemplo a seguir por los historiadores posteriores. Bajo la protección del emperador Wu Di, Sima Qian escribió el libro en un total de 130 volúmenes, constituyendo una gran obra de historia general de China. En el "Shih Chi" están tratados las leyendas originarias, la dinastía Qin y su emperador Qinshi Huangdi, las dinastías de Shang y Zhou, los períodos de Primavera y Otoño y de los Reinos Combatientes, en un estilo original que relata el proceso del desarrollo histórico y trata sobre los personajes, la situación social y la política. Una de las características más notables de este libro es una sección dedicada a biografías de hombres importantes que, junto a la descripción de hechos, ofrecen una fuente importante y única para el estudio de la historia de aquella época. En el período de la dinastía Han del Este destacaron especialmente tres eruditos: el historiador Ban Gu, el pensador Wang Chong y el científico Zhang Heng. Ban Gu fue el literato encargado por el emperador Ming Di de la redacción del texto definitivo del "Comentario General del Pabellón del Tigre Blanco", en el que divinizó, sistematizándolo, el Confucionismo para convertirlo en dogma. El "Comentario" es un conjunto de las conclusiones discutidas sobre las cinco obras clásicas en la reunión de los letrados celebrada en el "Pabellón del Tigre Blanco" convocado por el emperador. Otra obra importante de Ban Gu se tituló "Crónicas de la dinastía Han", el segundo libro mayor de la historia de China, después del "Shih Chi". En esta obra están descritos todos los sucesos acaecidos, además de temas de geografía, agricultura, moneda, código penal, obras literarias clásicas, etc. Y a pesar de su antigüedad -está escrito en el primer siglo de nuestra era- el autor relató y registró con minuciosidad datos incluso estadísticos, como el número de habitantes censados por la dinastía Han del Oeste. Ello se debe al sistema de control social ya mencionado, "Pao Chia", utilizado durante la dinastía Qin. Por último una obra titulada "Canto a las dos capitales" fue la que demostró la capacidad de su autor como poeta. Al mismo período pertenecen las obras de Wang Chong tales como Discurso en el fiel de la balanza, crítica de la doctrina confuciana que consideraba al espíritu como la fuerza dominante. Según Wang Chang, la naturaleza humana era igual y la naturaleza del hombre era diferente a la del objeto. La posesión de la sabiduría es un don inherente al ser humano como tal, independientemente de ser rey o príncipe. La teoría de Wang Chang supuso una antijerarquización de la naturaleza humana preestablecida por la divinidad celestial. Antes de concluir el panorama de la historia de la literatura que abarca las dinastías Shang, Zhou, Qin y Han, convendría mencionar el probable primer diccionario chino, el "Shou Wen", recopilado por Hsü Sheu, en la dinastía Han, y los casi diez mil caracteres contenidos en él. También en la última etapa del período de la dinastía Han aparecieron los primeros textos budistas traducidos tras la introducción de esta doctrina en China.
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La literatura asiria estuvo influenciada muy directamente por las literaturas sumeria y babilónica. Conocemos mucho acerca de la literatura asiria, gracias sobre todo al hallazgo de un gran volumen documental, del que, por citar tan sólo un ejemplo, nos encontramos con más de 25.000 tablillas en la biblioteca de Nínive. Dicho volumen de texto, así como el contenido sumamente ecléctico -recibiendo influencias de las literaturas sumeria y babilonia- que impide observar lo típicamente asirio, dificulta enormemente la obtención de una visión pormenorizada sobre la literatura de este pueblo. En líneas generales, la literatura asiria fue realizada en honor a sus dioses y reyes. Algunos de estos favorecieron a los escritores, especialmente Senaquerib y Assurbanipal. La literatura de contenido religioso destaca por su elevada factura, aunque no por su originalidad, pues en algunos aspectos es copia directa de los textos sumerio-acadios. En este campo es preciso destacar los himnos, singularmente los dedicados por el rey Assur-nasirpal I a la diosa Ishtar, por Senaquerib a Assur y por Assurbanipal a Marduk. También fueron compuestas plegarias, letanías o lamentaciones. Otro tipo de textos literarios religiosos tuvieron un carácter práctico, como los adivinatorios, rituales, exorcismos o conjuros, todos ellos de bella factura. Casi todos los reyes asirios se preocuparon por dejar constancia de sus hazañas y logros en crónicas y anales expuestas en soportes diversos, como estelas, cilindros u obeliscos. De esta temática, el texto más destacable es la Lista real asiria, de la que se conservan cuatro versiones; así como la Crónica sincrónica, escrita en asirio y babilonio; la Lista de los timu, un listado de notables personajes que daban nombre al año asirio; y, por último, la Historia sincrónica, una relación sumaria de hechos sucedidos entre Puzur-Assur III (1521-1498 a.C.) hasta Adad-nirari III (810-783 a.C). Con respecto al género épico, es preciso decir que fue muy poco cultivado, si hemos de fiarnos de los dos únicos ejemplares que hasta ahora conocemos, centrados en los reyes Adad-nirari I y Tukulti-Ninurta I. También fue cultivado el género epistolar, tanto privado como público, que ha llegado hasta nosotros en abundancia. Las cartas más importantes fueron redactadas por reyes y enviadas a sus hijos, dando consejos familiares y de administración del Imperio. Destacan las enviadas por Shamshi-Adad I a sus hijos Ishme-Dagan y Iashmakh-Adad; las de Assur-nasirpal II; las de Tiglath-Pileser III y las de Assurbanipal. Finalmente, los asirios dejaron una buena colección de fábulas, colecciones de proverbios y máximas morales, que reúnen gran interés. Es preciso destacar también su labor como transmisores de algunas obras sumerias y acadias, que sin ellos podrían haberse perdido. Los escribas asirios reprodujeron el Poema de Gilgamesh en doce tablillas; el Poema de la Creación; el Poema del Justo sufriente; el Mito de Adapa y el Descenso de Ishtar a los infiernos, entre otras obras. Además de estas copias, los literatos asirios son autores de algunas obras originales, como la Visión del Mundo inferior o la narración del Rey de Kutha.
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Uno de los géneros de mayor predicamento en la prosa española de la primera mitad del siglo XVI fue el de las misceláneas de divulgación científica e histórica. Grandes representantes de este tipo de literatura fueron fray Antonio de Guevara y Pedro Mexía. Las obras de Guevara más destacables son Marco Aurelio (Sevilla, 1528) y Relox de Príncipes (Valladolid, 1529), obra ésta que tuvo un enorme éxito editorial con traducciones a múltiples idiomas. La producción de Mexía, dejando aparte sus obras menores, se circunscribe a dos campos fundamentales: el histórico y el misceláneo de divulgación científica. En el primero hay que reseñar la Historia Imperial y Cesárea y la Historia del Emperador Carlos V. Dentro del campo divulgativo cabe resaltar la Silva de varia lección y los Coloquios o Diálogos. El éxito editorial europeo que alcanzaron sus obras, sólo comparable al conseguido por Guevara, fue extraordinario, y las influencias que ejerció, notorias. En varias ocasiones se ha señalado la ascendencia de Mexía sobre Cervantes y Mateo Alemán; también se han puesto de manifiesto las deudas de Montaigne, Lope de Vega, Marlowe y Shakespeare para con el humanista sevillano.
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El texto de mayor valor escrito en la época antigua pertenece a la V Dinastía. Se denominan Textos de las Pirámides destacando el llamado Himno Caníbal donde se nos describe la entrada del faraón en la morada de los dioses, devorando a todos los que encuentra con el fin adquirir fuerza espiritual para alcanzar la morada divina. Este Himno aparece en las tumbas de Unas y Teti, desapareciendo después posiblemente por tratarse de un texto demasiado bárbaro y sanguinario. La profunda crisis que se vive en el Primer Periodo Intermedio también se refleja en la literatura. Tenemos tres obras claves como son Las Admoniciones del sabio Ipuwer, donde se hace referencia al desorden económico y cósmico que se ha desencadenado sobre Egipto tras la desintegración del Antiguo Imperio, el Diálogo del hombre cansado con su alma, siguiendo el mismo tono pesimista del anterior, y el cuento del Campesino elocuente donde se narra como el faraón dilata una resolución debido a los bellos discursos pronunciados por un campesino al que se le había decomisado los productos que llevaba a vender al mercado. La época clásica de la literatura egipcia corresponde a las XI y XII Dinastías. Aparece un nuevo género literario llamado kemyt donde se procura la formación erudita de los escolares para que lleguen a ser buenos funcionarios. También son habituales las instrucciones para los herederos al trono como las de Merikare o Amenenhat. En el reinado de Sesostris I encontramos una de las obras maestras de la literatura egipcia, la Historia de Sinué, relato escrito como biografía donde se integran diferentes géneros. También destacan cuentos e historias imaginarias como El naufrago, considerado antecedente de Ulises o Simbad el Marino. La lírica arranca en las canciones de los arpistas como la famosa del rey Antef donde se expresa el goce de la vida y el abandono de la idea de la muerte y de la vida de ultratumba. La invasión de los hicsos y su toma del poder no nos proporciona una etapa de esplendor, situándose las historias que se cuentan en la época del rey Kheops. Será en el Imperio Nuevo cuando la literatura alcance su máximo desarrollo. Ahora responderá a una sensibilidad completamente nueva ya que en la sociedad egipcia se ha generado un proceso de modernización, abriéndose al amor, a lo inmediato y a la intimidad. Como consecuencia de esa modernización aparece la poesía amatoria. Los amantes se comunican de diferentes maneras, llamándose hermana y hermano en los textos. Esto ha provocado que algunos especialistas consideran que en Egipto era habitual el incesto, lo que ahora se descarta casi totalmente, excepción hecha de los faraones que sí casaban con sus hermanas. La amante se muestra al amado vestida con sus mejores galas y se alegra cuando el amado la encuentra. La voz del amado se convierte en algo necesario como la doncella que dice: "Oír tu voz es para mí dulce vino, vivo de oír tu voz". Uno de los temas más importantes de este género será el mal de amor, existiendo ya la figura del mensajero que intenta paliar el sufrimiento de los amantes. La colección de poesía amorosa más importante se encuentra en el Papiro Chester Beatty n.? 1 de época de Ramses V y guardado en el British Museum de Londres. La literatura fantástica también florece en el Imperio Nuevo como El cuento de los dos hermanos donde el acoso sexual de la mujer de uno de ellos al otro provoca una sucesión de prodigios como la animación de los árboles o la actuación de los dioses a cada momento. El cuento de La Verdad y la Mentira es algo más simbólico mientras que en La disputa de Horus y Seth se suceden todo tipo de aventuras por la herencia del trono de Osiris. El Príncipe predestinado cuenta las aventuras de un príncipe que escapa de todos los peligros que habían predicho los oráculos. Las desventuras de Wenamón indican la decadencia del Imperio Antiguo. La literatura sapiencial de la época culmina con las Instrucción de Amenemope, en parte copiada posteriormente en la Biblia, concretamente en el Libro de los Proverbios. En Egipto se desarrollará una abundante literatura religiosa que constituye uno de los ejes del pensamiento y de la conciencia egipcia. Quizá los textos más famosos son los que se recogen en el Libro de los Muertos, conjunto de plegarias destinados a asegurar al muerto la resurrección y un fácil acceso al otro mundo. Todo egipcio tiene la posibilidad de adquirir al menos una parte de los textos para que le ayude al transito al más allá. Los textos se escribían en papiros y se depositaban en una caja, en el sarcófago o entre las vendas de la momia. Los faraones querían perpetuar su memoria con poemas épicos que suscitaran la admiración hacia sus hechos y hazañas. Surge así la llamada Novela Real protagonizada por el monarca, narrándose las hazañas del rey como héroe del ejército en las campañas asiáticas y nubias. La culminación de este género se produce con el Poema de Pentaur donde se narra la guerra de Ramses II con los hititas.
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No existe en el judaísmo una jerarquía como ocurre en el caso del cristianismo. El rabino es un laico más, cuya diferencia con respecto al resto de los fieles es su conocimiento de la Torá y la religión. Dentro de la sinagoga participa como en el culto como un fiel más. La liturgia puede ser dirigida por cualquier judío adulto. Es habitual que la comunidad nombre un recitador oficial (hazzan) para las plegarias de los sábados y festivos. El hazzan puede estar asistido por un coro de voces de hombre. Existe también la figura del lector de la Torá, un especialista capaz de leer el texto consonántico sin ayuda de los signos vocálicos y conocedor de las cantilaciones especiales de la recitación. Finalmente es normal que haya una especie de sacristán o sammas, personaje a sueldo que se encarga de mantener en perfecto estado y disposición los objetos litúrgicos. En las sinagogas americanas existen otros cargos como presidente, secretario, tesorero, etc., encargados de solventar los problemas materiales tanto de la sinagoga como de la comunidad.