Busqueda de contenidos
monumento
La construcción de la iglesia de San María del Castillo de Frómista fue iniciada en el siglo XIV y no se concluyó hasta el XV. En este templo el estilo gótico se funde con las primeras señales del renacimiento, como muestra su bella portada. Su estructura se organiza en tres naves separadas por pilares. Situada en la zona más alta de la villa, desde aquí se aprecia una bella panorámica de Frómista.
obra
En 1328, Berenguer de Montagut junto con Ramón Despuig firmaron el contrato para la construcción de la iglesia del barrio marítimo barcelonés: Santa María del Mar. Aunque en el documento aparezcan ambos maestros, es indudable, si nos atenemos a sus respectivas trayectorias profesionales, que el proyecto debe ser atribuido íntegramente a Berenguer de Montagut. Los parentescos y coincidencias con Santa María de la Aurora de Manresa, de la que también fue artífice, lo avalan. El edificio barcelonés, el mejor hallazgo de toda la arquitectura gótica meridional, tiene tres naves, capilla mayor poligonal y las habituales capillas entre contrafuertes, a lo largo del perímetro total de la fábrica. El uso de cuatro únicos pilares, obligó a un volteo de arcos que, sin duda, se halla entre las más audaces del gótico. La esbeltez, por otro lado, de estos soportes, hace que la separación entre naves sea imperceptible.
monumento
En 1328, Berenguer de Montagut junto con Ramón Despuig firmaron el contrato para la construcción de la iglesia del barrio marítimo barcelonés: Santa María del Mar. Aunque en el documento aparezcan ambos maestros, es indudable, si nos atenemos a sus respectivas trayectorias profesionales, que el proyecto debe ser atribuido íntegramente a Berenguer de Montagut. Los parentescos y coincidencias con Santa María de la Aurora de Manresa, de la que también fue artífice, lo avalan. El edificio barcelonés, el mejor hallazgo de toda la arquitectura gótica meridional, tiene tres naves, capilla mayor poligonal y las habituales capillas entre contrafuertes, a lo largo del perímetro total de la fábrica. Las proporciones y esbeltez de los pilares que dividen la iglesia en las tres naves preceptivas, no tienen parangón y constituyen el mayor acierto del maestro, por cuanto convierten las tres naves en un espacio continuo sin casi interrupciones.