La defensa que Carlos de Ibarra realizó de un millonario cargamento de metales preciosos procedente de Cartagena de Indias ante el ataque de navíos holandeses le hará pasar a la Historia y recibir en 1629 el título de marqués de Caracena. Posteriormente será enviado a participar en la guerra de Cataluña al mando de 14 buques de guerra, falleciendo en Barcelona en 1639.
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Personaje
Pintor
José de Ibarra será el artista que permita la transición entre el barroco y el rococó en México, empleando un estilo tremendamente decorativo caracterizado por los colores claros y brillantes. Su abundante producción se conserva en numerosos museos mexicanos y en la catedral de la capital.
Personaje
Literato
Cuando era un niño trabajaba con su hermano Manuel en la Imprenta Pontificia para la Universidad de Cervera. Antes de cumplir los veinte años llegó a Madrid y continuó trabajando como impresor. A comienzos de la década de los años sesenta estableció su taller tipográfico. Ibarra diseñaba los instrumentos que precisaba para el trabajo. Sus ilustraciones eran de una calidad excelente. Empleaba la técnica de grabado en hueco. En 1779 ocupó el puesto de Impresor de la Real Academia Española y luego se convirtió en Impresor Real de Carlos III, de Arzobispo Primado y del Consejo de Indias. La elegancia de las tipografías que empleaba y la calidad de sus grabados, le procuraron un fama excelente como impresor. Imprimió "Salustio", una edición del Quijote, el "Diccionario de la lengua castellana", o la segunda edición de la "Biblioteca Hispana vetus et nova" de Nicolás Antonio.
Personaje
Pintor
Inicia su formación por su cuenta y desde muy joven marcha a Madrid. En la capital estudia con Daniel Vázquez Díaz y se interesa por los secretos del Cubismo. A principios de los cincuenta entra en contacto con Oteiza, cuya obra le causa una enorme impresión. De éste adopta las pautas el constructivismo, al tiempo que centra su atención en el estudio del espacio. En estos años se traslada a París y con José Duarte y otros artistas forma el Equipo 57. Otra de las disciplinas que más le atraen en este tiempo es el grabado, por lo que pasa a formar parte de Estampa Popular, un movimiento que se genera en el País Vasco. Durante los años sesenta su participación en asuntos políticos y sus tendencias ideológicas, identificadas con el comunismo, le llevan a la cárcel en distintas ocasiones. Este hecho no impide que prosiga con su actividad artística. En sus obras la problemática social es un tema habitual. Su pertenencia al Equipo 57 influye en sus obras que reflejan un exhaustivo estudio del espacio. Es autor de obra de gran formato y ha decorado Bosques del País Vasco con sus pinturas.
Personaje
Político
Ibbisin es el último representante de la llamada III Dinastía de Ur, periodo también denominado Renacimiento Sumerio. Hijo de Shulgi, Ibbisin fue coronado en tres ciudades tras ser apartados del poder los dieciocho hijos de Amarsin. Al igual que sus antecesores, Ibbisin tuvo problemas para controlar la parte oriental de su Imperio donde se venían realizando continuos levantamientos que afectaban a la paz general. Sin embargo, el verdadero problema surgirá en la zona occidental donde las filtraciones de pueblos amorritas amenazaban la integridad del territorio. Los amorreos penetraron en el país de Sumer, destrozando las cosechas, interrumpiendo las comunicaciones y provocando una aguda crisis económica que trajo consigo una vertiginosa subida de precios y la aparición de hambrunas. Ibbisin fortificó las ciudades de Ur y Nippur, entregando el gobierno de las zonas amenazadas a Ishbi-Erra. Elam se sublevó, momento aprovechado por Ishbi-Erra para rebelarse contra su rey, declarando la independencia de Isin. La decadencia llegaba a su momento culminante cuando en el año 2003 a.C. una coalición de amoritas, elamitas, y los Su, habitantes del Zagros, derrotaron a Ibbisin y lo apresaron. El Imperio de Súmer finalizaba, aunque no se puede hablar del desencadenamiento de rivalidades entre las ciudades y sus dirigentes por conseguir el poder supremo.
obra
Esta pieza, junto a otra exacta conservada en el Museo de Berlín, eran las asas de un gran jarrón aqueménida. Destaca la minuciosidad con la que está tallada y el virtuosismo técnico de la pieza de orfebreria. La máscara en la que se apoyan las patas del animal es de inspiración griega.