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acepcion
Escritura cursiva, derivada de los jeroglíficos. Su origen se remite al Imperio Antiguo egipcio. Inicialmente, se empleaba en la redacción de todo tipo de textos y se representaba sobre papiro u ostraca. En tiempos del Bajo Imperio su uso se limitó a los textos religiosos y funerarios, por lo que pasaron a denominarse "hierático" (Sagrado).
termino
acepcion
Rigidez, contención y verticalidad de una expresión plástica.
Personaje Militar Político
Hierón II (306-215 a.C) fue un tirano de Siracusa, desde el año 265 a.C. hasta su muerte. Luchó junto a Pirro de Epiro en Sicilia en el año 278 a.C., siendo nombrado general. Cuando Pirro se marchó de Sicilia, Hierón II se quedó al mando de la ciudad, teniendo que defenderla en varias ocasiones de los mamertinos. En el año 270 a.C. venció a los mamertinos en Centuripa y en Milas, obligándoles a refugiarse en Mesina, donde tuvo que mediar Cartago para evitar una nueva batalla. Ese mismo año regresó a Siracusa, siendo nombrado tirano de la ciudad. En el año 265 a.C., Hierón II volvió a atacar a los mamertinos en Mesina, aliándose esta vez Siracusa con Cartago. Los mamertinos pidieron ayuda a Roma, iniciándose así la Primera Guerra Púnica. Aunque Siracusa se retiró pronto de la guerra, posteriormente Hierón II se aliaría con Roma, de tal modo que volvió a intervenir. Al inicio de la Segunda Guerra Púnica, Hieron II ofreció su flota a Roma, participando nuevamente en la guerra. En el año 215 a.C., tras haber participado en la guerra por última vez durante la batalla de Cannas, Hierón II fallecía. Después de su muerte, los partidarios de Cartago obtuvieron el poder, de forma que Siracusa entró en guerra con Roma, que acabaría tomando la ciudad. En Siracusa, Hierón II gobernó durante un período de prosperidad, con construcción de edificios públicos tales como escuelas y templos. Se le consideraba un gobernante sabio y justo.
obra
Entre 1524 y 1526 Durero realizó sus últimas obras, entre ellas, unos retratos de personajes importantes de Alemania, y de su ciudad natal, Nüremberg. Entre estos retratos se encuentra el del consejero municipal Hieronymus Holzschuher, pintado con las características tan frecuentes en la obra de Alberto Durero.
material
obra
Se trata de la primera obra plástica de gran importancia del escultor belga Fischer. Esta tratada dentro de la corriente neoclásica, y representa la réplica fémenina de Asclepio o Esculapio (denominación romana), el dios de la medicina.
contexto
Hasta mediados de siglo la limpieza personal se hace en seco, lavándose sólo las manos y la cara, por otra parte, las únicas zonas del cuerpo que se arreglan. El resto, todo lo más se perfuma para encubrir los malos olores y se tapa con el vestido, prenda a la que se atiende con esmero y que entre las capas elevadas dará lugar a importantes gastos por ser signo externo de distinción y posición social. A partir de la segunda mitad de la centuria, el aseo se convierte en un rito en el que reaparece el aguza como parte importante y cuyo uso pasa a ser elemento de distinción. De este giro tan notable no está ausente, a buen seguro, la importancia que por estas mismas fechas adquiere la higiene y su introducción en las esferas médica y escolar. Los avances de la Medicina lucharán por mejorar las condiciones hgiénico-sanitarias.
Personaje Literato
Poetisa gaditana reconocida que publicó su obra en diferentes periódicos de ámbito nacional entre 1787 y 1796. Nacida en el Cádiz de la Carrera de Indias, en el seno de una familia de comerciantes irlandeses. Contaba veinte años cuando se casó con Esteban Fleming, comerciante de Indias, natural de El Puerto de Santa María. En la década de los sesenta realizó varios viajes a Madrid, donde se introdujo en ambientes literarios e intelectuales. También fue asidua de la tertulia gaditana del científico Jorge Juan, donde, gracias a su talento destacado y a su afición por la lectura, amplió su formación. Pronto sería conocida como la Hija del Sol, sobrenombre con el que firmará sus poemas y con el que sus contemporáneos la designaban en un intento de aglutinar en un solo apelativo la belleza, la inteligencia y la elegancia con la que brillaba en los círculos sociales que frecuentaba. Junto a la fama de su belleza y talento, la acompañó constantemente un matrimonio desgraciado, al que el escándalo de un adulterio puso fin con el enclaustramiento de María Gertrudis en el convento de Santa María (Cádiz). Algunos detalles de la vida de María Gertrudis nos son conocidos gracias a la obra de Fernán Caballero, quien la convirtió en la protagonista de su cuento La Hija del Sol. En él, relata la historia real de una mujer enviada a la Isla de León mientras su marido se ausenta en un viaje de negocios a América. En aquella isla la Hija del Sol se enamoró de un brigadier de guardiamarinas, pero un sueño le advirtió del desenlace funesto del amante. Arrepentida, confesó su culpa a su marido y le pidió permiso para entrar en un convento. Curiosamente la licencia del marido autorizando su decisión se conserva actualmente. María Gertrudis pasó 22 años de su vida en el convento dedicada a escribir. Falleció durante una epidemia de fiebre amarilla en 1801, cuando contaba 56 años. Como en el caso de otras escritoras del siglo XVIII, hay cierta dificultad para el conocimiento de sus obras, que deriva tanto de la inexistencia de ediciones críticas como de las carencias de las que se han hecho. No obstante, las poesías publicadas en el Correo de Madrid, Semanario de Cartagena, Diario de Madrid, Semanario erudito y curiosos de Salamanca y Diario de Barcelona, entre 1787 y 1798, muestran una obra que es reflejo de su experiencia vital. A pesar de una temática característica de la poesía de tertulia -sentimental y de circunstancias- se aprecia en ella la marcada presencia de una interioridad subjetiva de profundas emociones. Refleja facilitad en el verso, consciencia de mujer seductora e identidad como escritora. En cuanto a su formación, parece que dominaba varias lenguas y poseía cierta erudición, aunque ella misma se quejaba en la canción Avisos a una joven que va a salir al mundo, Fenisa a Filena (1795) del "letargo y la ignorante ambición de nuestro sexo", y de una educación femenina que no tenía más norte que hacerse más amable a los ojos del amado.