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obra
Las figuras femeninas desnudas son para Gauguin una importante fuente de inspiración, como bien observamos en esta obra o en Te nave nave fenua. La manera de representar las figuras es similar a la utilizada en su estancia bretona, siguiendo el "cloisonnisme" inspirado en las vidrieras y los esmaltes antiguos al remarcar las líneas de las siluetas. Las dosis de primitivismo en las figuras son cada vez más elevadas, creando la sensación de estar ante dos estatuas maoríes, una de espaldas y otra de frente. La oscuridad de ambas mujeres contrasta con el colorido del mar y de la arena, trabajados en tonos muy claros como rosas, lilas o amarillos. Paulatinamente, el arte de Gauguin se hace más personal, olvidando la pintura impresionista de la que partió en 1883 animado por Pissarro.
contexto
La orfebrería ibérica es deudora directa de la orientalizante, muchas de cuyas técnicas de fabricación y de cuyos motivos decorativos y ornamentales continúa. Sin embargo, se introducen formas y objetos nuevos, que, junto con el abandono de algunas de las técnicas propiamente orientalizantes, otorgarán a la orfebrería ibérica una entidad propia. Este cambio se alcanza sobre todo en la fase final del período ibérico, en los siglos II y I a. C., durante los inicios de la presencia romana en la Península Ibérica. Podríamos hablar, en realidad, de dos tradiciones decorativas en la orfebrería ibérica: la orientalizante, que reproduce, con las naturales variaciones, motivos ornamentales, decorativos y figurados, de tradición fenicia y oriental, directamente derivados del mundo tartésico, y la griega clásica, que influye especialmente en el mundo ibérico clásico; ambas llegan a mezclarse, formando un estilo propiamente ibérico, que en su fase más pura se caracteriza por su realismo y naturalismo, tanto en las formas animales como en las vegetales, y que en los últimos tiempos cede el lugar a las formas estilizadas y geométricas. Según María Luisa de la Bandera, podrían identificarse tres escuelas, grupos de talleres o tradiciones de orfebrería bien individualizadas: la del Guadalquivir, de tradición fenicio-púnica, caracterizada por lo cuidado del detalle y un cierto preciosismo; la del Sureste y Levante, con predominio de los elementos de origen griego, y la del Este y la Meseta sur, con estilo más rudo y técnica menos elaborada, que parece traslucir una cierta influencia céltica sobre un sustrato indígena poco modificado por las aportaciones del exterior en épocas inmediatamente anteriores. En la joyería ibérica destacan principalmente los anillos, arracadas, diademas y brazaletes. Los anillos suelen ser en un primer momento de chatón giratorio, con una piedra engarzada, sin decoración o con entalles con decoración figurada de divinidades grecofenicias; en todo ello se continúa la tradición orientalizante, pero a medida que pasa el tiempo, este tipo de anillo va cediendo el paso a otro, formado por un chatón fijo en el que se continúan plasmando temas iconográficos de raigambre clásica. Y, por último, también se imponen anillos de espirales rematadas en dos cabecitas de serpiente, relacionados con los brazaletes del mismo tipo, muy frecuentes en época tardoibérica. Tan características como los anillos son las arracadas o pendientes, también de derivación orientalizante, y que pueden estar hechas, o bien de una lámina decorada con filigrana y glóbulos, o bien de una lámina curvada formando una especie de morcilla, de donde le viene el nombre de pendientes amorcillados. Es quizá el elemento más característico de toda la orfebrería ibérica. Los collares son también uno de los principales elementos de ajuar del mundo ibérico. También aquí encontramos dos tradiciones complementarias: la orientalizante, plasmada en los collares propios del mundo tartésico y fenicio, con colgantes de los tipos característicos: corazones, plaquitas, rosetas, flores, etc., y la de tradición indígena, con su collar rígido tradicional, el llamado torques, aunque los ibéricos están hechos no de una sola pieza como aquellos, sino de varios hilos trenzados que forman un grueso cable. Los más característicos son los de tres o cuatro hilos de grosor decreciente, con los extremos fundidos en un solo cuerpo. Las diademas siguen siendo piezas del mayor interés y difusión entre los iberos. En el sur, se continúan usando las antiguas diademas orientalizantes con varios elementos articulados y piezas triangulares en los extremos; pero en la región levantina se impone un nuevo tipo, formado por una sola banda central, dividida en varios frisos, con extremos también triangulares. Los brazaletes más característicos son los que rematan en cabezas de serpiente, y especialmente aquellos de cuerpo en espiral con varias vueltas, que en ocasiones pueden ser más de diez. Y los cinturones muestran también grandes broches decorados, por regla general, con motivos nielados. Complementos del ajuar individual eran las fíbulas, de bronce en su mayoría, aunque existían también piezas de plata de muy considerable valor.
obra
Dos Viejos estaba situado en la planta baja de la famosa Quinta del Sordo, concretamente a la derecha de la puerta de entrada, frente a Saturno y junto a la Leocadia, formando serie de las Pinturas Negras que decoraban la casa de Goya.El personaje que vemos detrás del viejo barbudo está gritándole al oído, por lo que sería una clara alusión a la sordera del artista. La figura de la larga barba blanca representaría la longevidad, siendo así una imagen simbólica de Goya. Al estar enfrente de Saturno se considera una relación entre la vejez y la melancolía, ofreciéndonos una imagen de los problemas del pintor con una buena dosis de ironía.Como las demás Pinturas Negras, fue arrancada en el año 1873 por el Barón d´Erlanger que intentó venderlas al Museo del Louvre, pero al serle rechazadas las regaló al Museo del Prado.
obra
En febrero de 1819 Goya va a adquirir una finca en las afueras de Madrid, cerca del puente de Toledo. Era una casa de campo rodeada de un terrenito que pasará a la historia como la Quinta del Sordo. Las obras de acondicionamiento se realizan con rapidez y el maestro se va a instalar en ella con su ama de llaves, Doña Leocadia Zorrilla Weis y su hija Rosarito, presuntamente hija del pintor que había enviudado hacía siete años. En este remanso de paz, Goya va a decorar su casa con una serie de 14 pinturas, las famosas Pinturas Negras, en las que revela su amargura, su desilusión ante el mundo, su pesimismo, y, porque no, su propia locura. El colorido restringido, en el que domina el negro y los pardos, dan nombre a las pinturas. Cuando Fernando VII impuso el absolutismo de nuevo en 1823, Goya legó la finca a su hijo para evitar que la Inquisición pudiera perseguirle, como ya ocurrió en 1815 por la Maja Desnuda.El formato apaisado y la ocupación de los Dos Viejos comiendo hace pensar que estarían colocados en una sobreventana, por la que se supone se pasaba la comida a la sala principal. La pincelada empleada es totalmente suelta, pintando con espátula, con cuchara o hasta con los dedos, interesándose por la expresividad de las figuras que provocan el sobresalto en el espectador.
termino
acepcion
Cubierta ornamental a cierta altura que resguarda un altar, sitial, lecho, etc., usualmente fijo por uno de los lados a la pared o estructura que lo sustenta. Cuando se sustenta con columnas se denomina templete o baldaquino, reservándose el término dosel para la parte superior de éstos.
termino
acepcion
Típico dosel de la arquitectura gótica que imita la forma de un templete. Normalmente abovedado y decorado con pináculos.
Personaje Arquitecto Escultor
Estudió en Roma con Raffaello de Montelupo. A este periodo pertenecen los sepulcros que realizó para San Pietro in Montorio. Como dato curioso en esta época editó una publicación "Urbis Romae aedificiorum illustrium quae supersunt reliquiae", donde reproduce las imágenes de las antigüedades de Roma. Tiempo después se instala en Florencia, donde se dedica a la arquitectura. En sus obras se aprecian influencias de Miguel Angel. Prueba de ello es la capilla Gaddi de Santa María Novella, entre otros proyectos. Sus diseños son claros y cuidan perfectamente las proporciones, tal y como marcan los cánones de la Florencia manierista. Para Nápoles edificó la iglesia de San Felipe Neri.