Tras la muerte de su madre, cuando todavía era un niño, su padre le envía a la escuela Militar de Ingenieros de San Petersburgo. Al finalizar su carrera consigue un trabajo en San Petersburgo, aunque inmediatamente decide abandonar este oficia para dedicarse a escribir. Su sensibilidad y la conciencia social que refleja sus obras le convertirían en uno de los escritores más importantes del siglo. Su primer libro vio la luz en 1846, bajo el título "Pobres gentes". La buena acogida de este relato entre la crítica ya le presentaba como una promesa literaria. A partir de este momento comienza una carrera que culminaría con la publicación de grandes obras como "Noches blancas", "La dueña" o "El señor Proknarchin". Su análisis interno de los personajes, sin perderla objetividad del mundo exterior son los dos rasgos que mejor definen su estilo. Sin embargo, su arresto por relacionarse con socialistas y apoyar a Fourier en 1849 impide que siga escribiendo. Finalmente y tras librarse de una condena de ejecución, Dostoievski sufrió el exilio en Siberia, donde tuvo que cumplir durante cuatro años trabajos forzados. Durante este tiempo se refugio en el estudio de la Biblia y en el conocimiento espiritual de los hombres. En 1854 sale de prisión le trasladan a Mongolia, donde permanecería como soldado durante cinco años. Cuando regresa a San Petersburgo escribe para una revista que edita, junto con su hermano. En este espacio publica una serie de artículos donde denuncia las condiciones infrahumanas en las que ha vivido durante estos años. Su aportación más sorprendente en estos años es idea de alcanzar la felicidad mediante el sufrimiento. En esta época sale de Rusia y recorre algunos países de Europa. Todas las experiencias que vive entonces quedan reflejadas en "Notas de inverno sobre impresiones de verano" que escribe en 1863. Un año después la publicación que había fundado su hermano tiene problemas y es cerrada, por lo que deciden editar la revista "Época". De nuevo, Dostoievski se valió de este medio para publicar algunos de sus escritos más importantes. Pero una vez más le asola la desgracia con la muerte de su esposa y su hermano. A estas dos pérdidas se suma las penosas condiciones económicas por las que atraviesa a verse obligado a pagar las deudas que había contraído su hermano. Ante esta situación ruinosa acepta un préstamo de un editor a cambio de escribir una novela en el plazo de un año o cederle los derechos de sus obras si no lograba cumplir su propósito en el tiempo establecido. Diez meses después le entrega "El jugador", una historia casi autobiográfica donde confesaba su afición por el juego y en concreto por la ruleta. Las deudas le obligaron a huir de Rusia. A esta época pertenecen sus obras más importantes: "Crimen y Castigo" de 1866 y "Los endemoniados". Poco antes de morir había escrito "Los hermanos Karamazov", una fotografía de la escena social de su tiempo. La tensión de sus historias y su habilidad para atraer a sus lectores hasta el último momento, además del interior que define a sus personajes son características comunes en todas su novelas.
Busqueda de contenidos
acepcion
Son las campanas con funciones ceremoniales usadas durante el periodo Yayoi (300 a.C. - 300 d.C.). Realizadas en bronce, con finas paredes laterales, alcanzaron su máximo apogeo en el siglo II d.C., momento en que se fabricaban con mayores dimensiones y una decoración más rica a base de decoración acuática. Algunas de ellas han proporcionado las primeras informaciones sobre la vida cotidiana japonesa del momento.
acepcion
Conjunto de bienes o cantidad en metálico que aporta la familia de la mujer en el matrimonio.
contexto
La dote, aportación femenina de bienes materiales destinada a contribuir a sustentar "las cargas del matrimonio", tenía también cierta trascendencia para el futuro de la esposa. Hubo maridos que justificaron su mala conducta porque ella ni siquiera había aportado dote, otros se quejaron de la actitud altanera de sus mujeres porque su dote había sido cuantiosa. Las huérfanas acogidas en el colegio de la Caridad no podían casarse sin dote, aunque el pretendiente estuviera dispuesto a renunciar a ella. La solución en algunos casos fue que aceptara dotarla él mismo previamente. Cuando era la familia quien aportaba la dote, ésta podía consistir en una parte de la herencia que le correspondería a la novia como "legítima" de la herencia que algún día habría de percibir; también podía ser una cantidad proporcionada por parientes o instituciones benéficas, siempre incluía ropa personal y ajuar doméstico. Ya fuera cuantiosa o insignificante no hay duda de que tenía cierto valor simbólico. Incluso al conceder la manumisión de algunas esclavas se añadía la donación de algunos bienes como dote que facilitaría su matrimonio. La dote era en la práctica un requisito indispensable para el matrimonio. Era la forma como la mujer cooperaba al sustento de la familia, al darle una base económica efectiva. Con la dote el marido podía montar su taller, incrementar su empresa o su hacienda. Permitía mantener a la familia en el nivel de vida acostumbrado. En el caso de mineros, nobles y comerciantes podía alcanzar sumas fabulosas en propiedades, joyas, dinero, etc. a lo que se añadían las arras que entregaba el novio a la novia. En realidad, la dote consistía en avances a cuenta de su futura legítima herencia y no una donación de los padres. El monto de ésta no debía superar la legítima estimada para no perjudicar a sus hermanos. Debía ser igual para todas las hijas. El patrimonio familiar no daba a veces para dotar a más de dos o tres hijas y a menudo tuvieron que esperar a la muerte del padre para completar la dote con lo que terminaran de recibir por el testamento. Algunas mujeres que no llevaban dote en el momento de casarse, recibían más tarde en ocasiones considerables herencias por esa misma unión. Sin embargo, parece que no fue una práctica universal. En Buenos Aires, entre la clase comerciante, sólo las tres cuartas partes de las novias de los comerciantes tenían dote en el momento de la boda. Tal vez se debe a que se valoraban las relaciones sociales y comerciales que la novia traía al matrimonio. No había un patrón fijo en la relación entre la cantidad de riqueza que un hombre poseía en el momento de casarse (el "capital") y el tamaño de la dote que su esposa recibía. Aun cuando el padre de una mujer no pudiera proporcionar una dote, ésta seguía siendo una esposa socialmente elegible por sus conexiones con otros comerciantes. Las dotes consistían principalmente en ropa para la novia, pero también era habitual incluir esclavos, propiedades, casas, utensilios de cocina, muebles, cuadros, joyas, utensilios de plata, telas y objetos sagrados. Los comerciantes más ricos también incluían dinero en efectivo. Aunque la mayoría de las dotes se daban en el momento de la boda, a veces se tardaba más tiempo en entregar los bienes al marido. De este modo los padres podían seguir invirtiendo con dinero que ya no era suyo. La ventaja de recibir una dote grande en el momento de la boda, en vez de esperar una herencia, era que el poder económico del novio se veía acrecentado muy pronto. En cambio, el padre de la novia, sobre todo si era un comerciante en activo, le costaba renunciar a una porción importante de su capital de trabajo en vida, y prefería más dar un apoyo social que económico. La parte de la herencia o dote que estaba en dinero en efectivo solía ser invertida por el marido en alguna actividad comercial o préstamo. Cuando la hija de un comerciante se casaba con un comerciante, a menudo su dote se ligaba a cuestiones comerciales. Podía ser usada por los padres de la novia para transferir transacciones comerciales al novio o para pagar deudas entre el suegro y el yerno. En algunos casos, parte de la dote eran deudas que se debían a los padres fallecidos. Gráfico Las esposas conservaban el control de la dote que aportaban al matrimonio y podían demandar al marido si incurría en malos manejos. Tras la muerte del cónyuge, la viuda la recuperaba junto con las ganancias que el esposo hubiese podido obtener de su uso. La viuda podía administrar sus propiedades sin restricción alguna. De vez en cuando una matriarca, en lugar del jefe de familia, era quien supervisaba los bienes, sobre todo si se trataba de fincas rurales. Doña Isabel Gutiérrez Altamirano y Velasco, la segunda hija del conde de Santiago, heredó el título y asumió el control del complejo familiar de fincas rurales, entre los más grandes de México, tras la muerte de su padre en 1793. Aunque cortejada por los hijos de las mejores familias, había rehusado casarse. Antes de morir designó a su hermana mayor como administradora de los negocios familiares. Los bienes y títulos pasaron al esposo de dicha hermana. Las arras también se incluían a veces en el contrato matrimonial independientemente de la dote. Este regalo que el novio brindaba a la novia en tributo a su virginidad, pureza, virtud y buena crianza, legalmente no era más que un 10% de la riqueza total del novio. Generalmente no pasaba a manos de la novia hasta después de la muerte del marido cuando, como en el caso de la dote, ella recibía el valor de las arras en forma de bienes. Originalmente consistía en trece piezas de plata.
Personaje
Pintor
Leyden era un gran centro dedicado a la producción de pintura de pequeño formato para el gran consumo popular. En este ambiente es donde estudia como aprendiz el joven Gerrit Dou, al lado de una figura de la talla de Rembrandt. Fue éste su compañero y rival, hasta tal punto que sólo la marcha del maestro en 1631 permite a Dou convertirse en la gran figura que fue. Aprendió su arte bajo la tutela de su padre, que era grabador de vidrio, trasladándose después al taller de un grabador sobre cobre y un pintor sobre vidrio. La delicadeza de este oficio y sus temas refinados será lo que mejor aproveche Dou, de tal modo que se le considera fundador de una elegante manera de pintar, denominada "fijnschilders", los pintores de lo fino. Sus temas favoritos fueron los de mayor demanda, tales como el retrato y las escenas costumbristas en interiores claroscuros, de gran éxito en el mercado, considerándose en la época como uno de los pintores más famosos. Su fama se extendió fuera de las fronteras de los Países Bajos, encontrándose entre sus clientes la reina Cristina de Suecia, el archiduque Leopoldo Guillermo y el rey Carlos II de Inglaterra. Según nos cuenta Houbraken, Dou era muy meticuloso y paciente a la hora de trabajar, esperando que se posara el polvo en el estudio antes de iniciar su labor.
fuente
Este bombardero ligero responde a una petición de 1934 y se identifica con el DB-7. El A-20, del que se fabricaron 63 unidades, fue reconvertido en caza nocturno. Del A-20A salieron de fábrica 143 aparatos en 1941. A este modelo le siguió el A-20B cuya fabricación casi alcanza las 1.000 unidades. Se continuaron proyectando diversas versiones hasta el A-20H, con ciertas modificaciones en la estructura y el motor. De este avión se realizó el F-3, que estaba preparado para el reconocimiento fotográfico.
fuente
Ante la eficacia del Junkers Ju 87 alemán, el ejército estadounidense decide crear un aparato similar. La Fuerzas Aéreas examinaron algunos proyectos y optaron por el Douglas Dauntless que ya actuaba como SBD. Los nuevos modelos fueron bautizados como Douglas A-24 y se entregaron en el segundo semestre de 1942. Intervinieron en el Pacífico y demostraron algunos fallos. Esta situación provocó que los siguientes fueran destinados a misiones de entrenamiento, y algunos de ellos fueran transferidos a Francia.