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lugar
Lugar ocupado ya desde el II milenio a.C., fue sede de un importante santuario oracular. Delfos está situado en un estrecho desfiladero, en Fócida. Aquí fue celebrado el culto a la Gran Madre, habiéndose hallado numerosos restos en el depósito de ídolos de Marmaria. Entre los siglos VII y VI a.C. Delfos puede ser considerado el "ombligo del mundo", pues aquí se tomaban las decisiones más importantes, como la fundación de colonias o el emprender una guerra. El oráculo de Delfos se manifestaba por boca del dios, censurando o promoviendo conductas, por lo que los responsables del lugar llegaron a acumular gran poder. El origen mítico de Delfos narra cómo Apolo llegó al lugar y mató al dragón Pitón que lo custodiaba. El dios dejó un recinto a Gea, propietaria del sitio, y se instaló allí, levantando templos para que acudieran a consultarle. La práctica del oráculo dejó importantes edificaciones en el santuario. Destacan el pequeño santuario de Atenea, la fuentes Castalia, cuyas aguas purificaban a la pitia e inspiraban a los poetas, un gimnasio y el hieron de Apolo, dominado por su templo y su altar, donde se encontraron diversos tesoros, como el entregado por un corredor de carreras de caballos siciliano, un grupo escultórico del que sólo queda el auriga. También es destacable la ofrenda de los Letoides, realizada por Creso. Otros edificios notables eran el teatro y el estadio.
Personaje
Arquitecto
Educado en el seno de una familia de 7 hermanos, se tituló en arquitectura en 1929 e ingresó dos años después en el estudio de Juan Talavera Heredia, su verdadero maestro. Con su compañero y colaborador profesional, Alberto Balbotin de Orta, estableció un estudio en Sevilla que pronto comenzó a dar sus frutos. Destacan entre sus obras las reformas del Museo y la Escuela de Bellas Artes y, principalmente, la Basílica del Gran Poder y la actual Basílica del Rocío. Su estilo arquitectónico tiene el inconfundible sabor andaluz, pudiéndose denominar como arquitectura blanca, propia de las corrientes del regionalismo neobarroco.
lugar
A orillas del río Yamuna (afluente del Ganges), Delhi es la tercera ciudad en importancia de la India. Con una población aproximada de 14 millones de habitantes, sólo es superada por Calcuta y Bombay. La etimología de su nombre procede del turco y mogol y significa "puerta". Desde los orígenes de su historia hasta hoy, la ciudad ha atravesado por seis periodos diferenciados. En su etapa de formación, que abarca hasta el siglo V, nace la primera ciudad conocida como Indrapashtha. Entre los testimonios artísticos que pertenecen a esta época se encuentran dos stambhas de Ashoka. Las referencias históricas hasta esta fecha son varias. En los escritos de Ptolomeo (siglo II a.C) aparece mencionada una ciudad llamada Dilli. A partir del siglo V y hasta el XII entra en la etapa hindú. Desde entonces se localizan tres ciudades. La primera es Lal Kot. En 1060 los rajput fundan Dilli, y en 1180 surge Qila Rail Pithora. El siguiente periodo en la historia de la ciudad es el de los Sultanatos (entre 1192 y 1526). En torno a Delhi surgen nuevas ciudades y prolifera el número de monumentos construidos. En el primer tercio del siglo XVI y hasta mediados del XIX inicia su etapa Mogol. Es entonces cuando se construyen bellas edificaciones como el Mausoleo de Humayun o el Lal Qila. También perduran otros testimonios como la Puerta Kashmiri, la Puerta Delhi, la Puerta Turkman y la Puerta Ajmeri. Tras la caída del imperio mogol, la ciudad tendría que más invasiones, como la de los británicos, que realizan su entrada en 1803. Aunque esta ocupación supuso el olvido de la ciudad durante años, en la primera década del siglo renació como Nueva Delhi y se convirtió en capital del país. En 1947, con la llegada de la independencia, entra en un nuevo periodo como capital de la India moderna. Testigo de su larga historia son algunos de los monumentos más representativos de su patrimonio. El Mehrauli es uno de los más antiguos. Su minar Qutb data del siglo XII. Entre los conjuntos arquitectónicos resalta el Templo Gauri Shankar, jainista y consagrado a Shiva. Construida en arenisca roja por Shah Jahan entre los años 1639 y 1648, la Fortaleza Roja o Lal Qilah es uno de los lugares más interesantes. La mezquita Jama Masjid, también realizada por Shah Jahan ha pasado a la historia como la más grande de la India. El recorrido turístico por Delhi se completa con el Templo de Digambara y el Hospital de Aves, que data del siglo XVI. El Chandni Chowk, uno de los bazares más impresionantes de Asia, es otro de los atractivos que se suman al bullicio de la ciudad. Y para relajarse, los jardines Lodhi sugieren un agradable paseo entre los restos de mezquitas y el Parque Bonsai. El Raj Ghat se suma a la lista de los lugares más típicos de la ciudad. Formado por un parque y una escalera que conduce al río Yamuna, preside cientos de incineraciones. En este lugar se despidieron los restos de importantes personajes en la historia de la India como Mahatma Gandhi, Indira Gandhi y su hijo Rajiv. La relación de templos, mezquitas y otros monumentos que acoge la ciudad es interminable. Entre estos se podría citar el Templo Bahai, la mezquita Zinat ul Masjid, el santuario Kalkaji Mandir, la Fortaleza de Purana Qila o la residencia oficial del presidente de la India.
Personaje
Literato
Catedrático en Derecho Mercantil en la Escuela de Comercio de Valladolid, desde muy joven inició su trayectoria periodística en varias publicaciones de la zona. Incluso llegaría a ser director de El Norte de Castilla. Con veintisiete años escribe "La sombra del ciprés es alargada", obra con la que gana el Premio Nadal. La muerte y la infelicidad, dos ideas centrales en esta obra, se repiten en "Aún es de día", su segunda novela. En 1950, con "El camino", adquiere un importante reconocimiento. Esta obra no sólo representa un cambio en su estilo literario, mucho más ágil, sino también en cuanto a la temática, al abordar asuntos actuales. Delibes critica la hipocresía y el egoísmo, además de manifestarse en contra de una sociedad anclada en el pasado. Su siguiente novela fue "Mi idolatrado hijo Sisí", donde describe a la burguesía vallisoletana. Uno de los temas que más repite en sus creaciones es la caza, una de sus grandes aficiones personales. Dentro de este grupo de obras cabe destacar "El libro de la caza menor", "Con la escopeta al hombro", "Diario de un cazador" y "Diario de un emigrante". Los viajes es otro tema frecuente como se puede apreciar en "Un novelista descubre América", "Por esos mundos" o "La primavera de Praga". Entre sus obras más famosas cabe recordar "La hoja roja", "Las ratas" o "Cinco horas con Mario". La prolífica producción de Delibes se completa con otras como "Un año de mi vida", "Las guerras de los antepasados", "El disputado voto del Señor Cayo", "Señora de rojo sobre fondo gris", "Diario de un jubilado" y "El hereje". En esta última obra, ambientada en el siglo XVI, aborda por primera vez la historia. Su trayectoria literaria ha sido reconocida con numerosas menciones como el Premio Nacional de Literatura en 1955, el Fastenrath, el Príncipe de Asturias de las Letras de 1982, el Premio Cervantes en 1993 y desde 1973 pertenece a la Real Academia de la Lengua Española.
contexto
Tradicionalmente se ha dividido la Península Ibérica en dos áreas, ibérica y céltica. No obstante, a partir de los estudios citados en el apartado anterior y otros más realizados desde mediados de este siglo y en los últimos años, se observa en la actualidad que esta distinción es excesivamente simplificadora, pues los avances producidos, tanto a partir del hallazgo de nuevos materiales, arqueológicos y fundamentalmente epigráficos, como a partir de nuevas interpretaciones de materiales ya existentes, han puesto de manifiesto la realidad de un panorama mucho más complejo en la Península ibérica durante la época prerromana, esto es, en el momento inmediatamente anterior a la conquista romana, la cual, como ya hemos dicho, no se produjo de golpe, sino de forma gradual e incluso con avances y retrocesos. En la actualidad, a partir de la información que nos transmiten las fuentes escritas, la arqueología y la lingüística, podemos distinguir dentro de la Península Ibérica diferentes áreas histórico-culturales, aunque esta distinción no sea tajante en el sentido de que elementos de un área no puedan estar en otra o que exista una delimitación tajante entre unas áreas y otras, es decir, no se puede trazar una línea precisa de separación que marque una diferenciación radical entre una zona y otra, sino que más bien debemos hablar en algunos casos de zonas de influencia o zonas freáticas entre áreas. Teniendo en cuenta la información a que hemos hecho referencia, podemos distinguir en la actualidad dos grandes áreas (ibera e indoeuropea), en cuyo interior se pueden diferenciar asimismo varias subáreas.
contexto
El reinado de Luis XI (1461-1483) abrió con nitidez las puertas de la recuperación tras la larga pugna entre Francia e Inglaterra. La actuación de la Corona fue un factor muy a tener en cuenta al procurar la pacificación y el orden interior, favoreciendo además el despertar de las actividades económicas que, contando con los abundantes recursos naturales que el país tenía, suministraron las bases materiales necesarias para soportar el despegue de la vida nacional, sobre la que se iría superponiendo una maquinaria estatal de tendencia absolutista y centralizadora, capaz de aglutinar esfuerzos para convertir a Francia en una primerísima potencia dentro del marco de la Europa occidental. Las ambiciones territoriales de la realeza también aportaron bazas significativas para este engrandecimiento. El largo enfrentamiento entre el duque de Borgoña, Carlos el Temerario (1467-1477), y Luis XI acabó con la muerte de aquél cuando ponía sitio a Nancy, capital de Lorena, lo que pudo permitir a éste apropiarse de las posesiones de la Casa de Borgoña, que se extendían por los Países Bajos, el Franco Condado y el ducado borgoñón propiamente dicho. Pero la prolongación del conflicto debido a la intervención del emperador Maximiliano de Austria, que se había casado con María, la hija del fallecido duque de Borgoña, impidió la completa absorción de tales territorios, llegándose a una especie de reparto cuando se firmó la paz de Arras (1482), seguida de la de Senlis, que supusieron la anexión a Francia de la Borgoña y la Picardía, quedando las restantes posesiones borgoñonas, especialmente las importantes zonas de Flandes y del Franco Condado, bajo el control de la dinastía austriaca, situación que sería fuente de continuas tensiones y conflictos entre los Valois y los Habsburgo. La ampliación territorial efectuada por Luis XI pudo completarse gracias a las herencias que recibió, sobre todo la proveniente de la extinción de la gran casa feudal de los Anjou por la muerte de su último representante masculino, lo cual le permitió incorporar a sus dominios las extensas provincias de Anjou y la Provenza, que venían a sumarse de esta forma a las posesiones patrimoniales de la Monarquía francesa (cuyo núcleo básico estaba en la Isla de Francia y zonas colindantes), a los extensos feudos mandados por familiares de la Corona y a los antiguos territorios ingleses (Guyena), salvo la plaza de Calais que siguió perteneciendo a Inglaterra, formando todas estas tierras un vasto territorio sobre los que la majestad francesa ejercería un cada vez más eficaz dominio. Ellas constituirían además la base territorial del moderno Estado que estaba naciendo. Durante el reinado de Carlos VIII (1483-1498) se fortaleció este dominio territorial, pues el casi independiente ducado de Bretaña, que aparecía teóricamente bajo soberanía feudal de la Corona francesa, pasó a integrarse de una forma efectiva en ella una vez que se llevó a cabo el matrimonio entre Ana de Bretaña, última duquesa desde la muerte en 1488 de su padre, el duque Francisco II, y Carlos VIII, enlace acaecido en 1491 que había sido precedido por la invasión del ducado por parte del rey francés, solventándose el conflicto a raíz del acuerdo matrimonial. No obstante, esta unión personal tuvo que consolidarse mediante nuevas nupcias entre las herederas del ducado y los soberanos franceses, hasta que en 1532 pudo darse por definitiva dicha integración a pesar de que se mantuviese, como estaba ocurriendo en otras provincias, un fuerte particularismo bretón. De todas maneras, la limitación del territorio de la Francia moderna quedaba hecha (habría que esperar bastante tiempo para que se dieran anexiones significativas, concretamente las efectuadas por Luis XIV en el siglo XVII), lo que posibilitó el intervencionismo francés fuera de su marco nacional, especialmente en Italia, como se demostró con la marcha de Carlos VIII hacia el Reino de Nápoles, política que continuaría su sucesor Luis XII (1498-1515), en este caso volcada también hacia el ducado de Milán, al igual que la dirigida posteriormente por Francisco I (1515-1547), aunque los proyectos exteriores de éste serían mucho más ambiciosos al insertarse en una época de grandes conflagraciones internacionales.
Personaje
Pintor
Este pintor es relativamente poco conocido. Trabajó dentro del último manierismo romano. Se le recuerda especialmente por haber sido el primer maestro de Caravaggio a la llegada del joven a Roma. En su taller realizaba trabajos secundarios para rematar los lienzos del maestro y se llegó a especializar en medias figuras. Antivedutto pagaba tres ochavos por cabeza realizada.
Personaje
Escultor
Trabajó como colaborador de su tío Luca della Robbia, convirtiéndose en su sucesor. En sus creaciones empleó el mármol, la cerámica y trabajó en varias ocasiones la técnica de la cerámica vidriada. Para el Hospital de los Inocentes de Florencia ejecutó diez tondos circulares, donde representaba a niños recién nacidos. Los sucesores de esta saga familiar fueron Giovanni della Robbia y Girolamo della Robbia, sus hijos.