Hijo de Luis VIII de Francia y hermano de Luis IX. A la muerte de su padre recibió el territorio de Anjou y posteriormente fue nombrado rey de Sicilia. En tierras italianas reinó entre 1266 y 1285, año en que se vio obligado a dejar su trono.
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Personaje
Político
Elegido en 1308 por el Parlamento húngaro, reinó hasta 1342, año de su muerte. Impulsor del comercio en su reino.
obra
En 1632 Van Dyck se traslada a Londres donde será nombrado pintor de cámara por Carlos I. Su fama como retratista ya había sido comprobada en las islas Británicas por lo que se convertirá en el artista que revolucione este género, dependiendo directamente de él incluso los retratistas del siglo XVIII como Gainsborough o sir Joshua Reynolds. El monarca aparece en tres cuartos, vistiendo elegantemente de negro, adornado el traje con cuellos y puños de encaje. En la capa observamos la cruz de San Jorge bordada mientras que la Orden de la Jarretera la lleva el rey colgada de una ancha cinta blanca. La mano derecha la apoya en un sombrero que se halla sobre una mesa cubierta con un elegante tapete, mientras que en la izquierda lleva un par de guantes. La figura se recorta ante un simple fondo neutro, adornado con un pesado cortinaje bordado en brocado. Además de la delicadeza y minuciosidad a la hora de realizar los detalles, debemos destacar la pose serena y el atractivo gesto del monarca. Oliver Millar ha demostrado que Van Dyck era capaz de recrear la fisonomía del rey gracias a un boceto o retrato anterior, por lo que el modelo no tuvo que sufrir las sesiones ante el artista. Con esta forma de trabajar, el pintor flamenco agilizaba la producción de retratos reales cuya demanda se había elevado en aquellas fechas para ser enviados a las cortes extranjeras y a los miembros de la nobleza.
obra
La estancia de Van Dyck en Italia -recorriendo Génova, Roma, Florencia, Venecia y Sicilia- le servirá especialmente para cambiar su concepto del retrato. Partiendo de su maestro, Rubens, incorpora influencias de Tiziano, Sofonisba Anguissola -de quien comentó que una charla con ella le sirvió más que las lecciones de su maestro- y Guido Reni, lo que significa una mayor gracia y elegancia en los retratados, captando la esencia aristocrática de los modelos.Cuando en 1632 se traslade a Londres llamado por Carlos I -momento en el que será nombrado caballero y pintor principal- Van Dyck trasladará sus especiales características a la pintura británica, cuya retratística se verá influida por el maestro flamenco hasta el siglo XIX.El soberano aparece ante un fondo de paisaje, vestido con su indumentaria de caza, con el cuerpo de perfil y la cabeza dirigiéndose al frente, mirando al espectador. Tras él podemos apreciar su caballo y a los mozos que cuidan de la montura y de los utensilios de caza. La escena está bañada por una iluminación dorada que resalta las tonalidades de los trajes, en sintonía con la obra de Tiziano. La elegancia y la personalidad del monarca han sido interpretados a la perfección por el maestro flamenco, sabiendo interpretar con sus pinceles el ambiente de la corte inglesa.Carlos I nació en 1600 y heredó las coronas de Inglaterra, Escocia e Irlanda en 1625, tras morir su padre Jacobo I. Su gobierno despótico y cuestiones religiosas provocan el levantamiento de los escoceses y la guerra civil, desastrosa para sus intereses. Su enfrentamiento con el Parlamento culmina con la toma del poder por parte de Cromwell y sus partidarios, que le condenan a muerte
obra
Cuando Carreño realizó este soberbio retrato de Carlos II el monarca contaba con unos 25 años. Era el último hijo de Felipe IV y Mariana de Austria, siendo siempre una persona enfermiza y de aspecto triste. Fue criado por 31 nodrizas durante casi cuatro años, sin caminar hasta los 10 lo que motivaría que el pueblo cantase esta coplilla: "El Príncipe, al parecer, / por lo endeble y patiblando, / es hijo de contrabando, / pues no se puede tener ...". A pesar de sus achaques físicos, tenía una inteligencia desarrollada y una gran afición por el arte, produciéndose en su reinado un importante desarrollo económico, especialmente tras la devaluación monetaria del duque de Medinaceli. Sus últimos años estuvieron marcados por la sucesión, llegándose a exorcizar al monarca lo que motivaría su apodo de "El Hechizado". El pintor nos presenta a don Carlos de medio cuerpo, vistiendo ropajes negros, con la golilla blanca y el collar de la orden del Toisón como únicos adornos. Una espada y un cinturón plateados completan los accesorios. Pero el centro de atención del retrato es el rostro, donde destaca la expresión melancólica del rey, manifestando el artista incluso cierto cariño hacia el retratado. El estilo rápido y vaporoso recuerda a Velázquez, resultando una obra de gran belleza y expresividad.
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Nombrado pintor del Rey en 1683 y de Cámara tres años más tarde, Claudio Coello realizó numerosos retratos de Carlos II, su madre Mariana de Austria y su segunda esposa, Mariana de Neoburgo. En todos ellos sigue modelos inspirados en Carreño con el que mantuvo una excelente relación. En este caso podría tratarse de un lienzo sin acabar debido a su aire abocetado como apreciamos en el pañuelo o en el cabello del monarca. El aire velazqueño que adquiere el lienzo es significativo de la influencia que ejerció el sevillano en la generación de artistas que trabajaron en Madrid en el último tercio del siglo XVII. La pincelada empleada por Coello es rápida y empastada, destacando los toques de luz que aplica en la armadura. Resulta significativa la expresividad del rostro de don Carlos, quizá uno de los retratos que más se interesa por transmitir una faceta diferente del rey, a pesar de su fealdad. No en balde, durante su reinado se produjo una interesante recuperación económica y se procuró favorecer la industria, especialmente en Cataluña. Las artes florecieron, posiblemente debido a la afición del propio rey que continuó con la tradición familiar de proteger a los artistas. Por lo tanto, esa faceta de su reinado como colofón de la crisis que se inició ya con Felipe II debe ser eliminada de la historia popular.
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El Barroco español es pródigo en retratos oficiales, muy diferentes a los que se hacían en el resto de Europa. La Escuela española está marcada por la figura de Velázquez, a cuya influencia se somete también el gran pintor autor de este lienzo. El modelo retratado es Carlos II, el Hechizado. Niño enfermizo, retraído, delicado, aparece terriblemente solo en mitad del lujo agobiante de la sala donde se le retrata. Carreño utiliza modelos venecianos que infunden a la pintura un hondo sentido del color y el movimiento, especialmente a través del grueso cortinaje rojo que envuelve a medias la figura del pequeño. Éste, con las piernas abiertas desmañadamente, se apoya en una gigantesca mesa adornada con un león, que parece aumentar la fragilidad del retratado. El personaje, de tez blanquísima y cabellos rubios, está vestido de terciopelo negro con calzas blancas, en esa austera moda española que se usaba en el siglo XVII. Su figura oscura contrasta con la calidez rojiza de la estancia.
Personaje
Político
Hijo de Carlos I, se refugió en Francia tras la muerte de su padre. En 1651 es coronado rey de Escocia gracias ayuda de la Liga del Pacto, y tras la muerte de Cromwell (1660) accede al trono inglés, apoyado por el general George Monck. Su política no tuvo en cuenta las tensiones existentes en el reinado anterior y que llevaron a la revolución, por lo que intentó reinstaurar el absolutismo. Esta actitud provocó de nuevo la tensión entre corona y súbditos. Estableció de nuevo la forma episcopal de gobierno en la Iglesia anglicana, siendo acusado de inmoralidad por los sectores inclinados al calvinismo lo que le llevó a enfrentarse con Holanda. Al morir sin legítima descendencia su hermano Jacobo II heredó la corona.
Personaje
Político
Su madre actuó de regente hasta 1675, en que Carlos fue declarado mayor de edad. Débil e incapaz para el gobierno fue objeto continuo de presiones políticas y diplomáticas. Llamado "el Hechizado", su reinado coincidió con la depresión del s. XVII: en Castilla se vivía una época de despoblamiento, hundimiento de la agricultura, hambre, etc. La derrota internacional y la quiebra de estado de Felipe IV había inmerso a Castilla en una depresión profunda. Ante la falta de descendencia del rey se nombró sucesor al Duque Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV y que sería en la rama dinástica española Felipe V de Borbón. De Carlos II se conservan diferentes retratos donde podemos observar su peculiar imagen que concuerda con ese apodo de "Hechizado" por el que se le conocía. Ejemplo de estos retratos son el realizado por Carreño o la Sagrada Forma de Claudio Coello.