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Personaje Político
Pretendió los tronos de Roma, Bizancio y Sicilia. Partidario del papa Bonifacio VIII, luchó contra los enemigos de éste y conquistó Florencia. Exilió a Dante Alighieri, hecho que el autor menciona en su "Divina Comedia".
Personaje Literato Político
Primogénito de Juan II de Aragón y Blanca de Navarra, sostuvo importantes enfrentamientos con su padre hasta llegar a un acuerdo de paz hacia la década de los cincuenta. A pesar de todo, siempre tuvo que sortear los enfrentamientos dinásticos. En 1461 fue apresado por Juan II y envenenado. El príncipe de Viana pasó a la historia como uno de los más importantes promotores y defensores de la cultura y las artes. Además de dedicarse a la música y la poesía, tradujo algunas obras clásicas como la "Etica a Nicómaco". Amante de los humanistas italianos, difundió la obras de autores como Ausias March y escribió una "Crónica de Navarra". Mientras estuvo recluido en el castillo de Monroy escribió una "Epístola exhortatoria", donde animaba al estudio de Aristóteles.
Personaje Militar Político
Al quedar viudo de su primera esposa, Ludovico Pío volverá a casarse. La elegida es la bella Judith de Baviera, teniendo lugar el enlace en el mes de febrero del año 819. La pareja tendrá su primer hijo el 13 de junio del año 823, provocando un conflicto sucesorio ya que el nacimiento de un hijo legítimo no se había recogido en el acta de sucesión de 817. Este pequeño recibirá el nombre de Carlos, al igual que su abuelo Carlomagno. Debido a la presión efectuada por su hermano mayor Lotario sobre su padre, Ludovico Pío decidió reorganizar la sucesión, saliendo claramente el pequeño Carlos favorecido. Recibe Alsacia, Recia, el país de los alamanes y parte de Borgoña, compartiendo la herencia con sus hermanos Pipino de Aquitania y Luis de Baviera. Este nuevo reparto territorial motivará la rebelión del año 830 que será sofocada por el emperador, volviendo a repartir el Imperio a partes iguales entre sus tres hijos, apartando completamente al rebelde Lotario. Los hechos que siguen -golpe de Estado de 833, recuperación de la corona por Ludovico, etc.- servirán para afianzar al pequeño Carlos como legítimo heredero. No en balde, la muerte de Pipino en 838 motivaría que Ludovico repartiera el Imperio entre Carlos y Lotario, alejando al ahora rebelde Luis de la sucesión. Parecía evidente que el imperio fundado por Carlomagno estaba destinado a la desaparición. Carlos ha recibido en su lote la provincia de Aquitania, donde los aires de independencia soplan cada vez con más fuerza. El se afianza en su decisión de mantener esta provincia al tiempo que su hermano Luis no renuncia a ninguna de sus posesiones. Lotario reclama la herencia paterna, no sólo la correspondiente a los repartos de Worms sino la autoridad sobre los reinos o provincias reivindicados por sus hermanos. Esta actitud -junto a la invasión de las comarcas del Mosa y el Sena y el nombramiento del arzobispo de Reims cuando esta ciudad estaba en tierras de Carlos- provoca las iras de Carlos aunque la sangre no llegará al río al firmarse una tregua entre ambos hermanos. La razón de esta tregua la encontramos en la carencia de suficientes fuerzas por parte de ambos bandos para llegar a un enfrentamiento. El siguiente paso de Lotario será atacar a su hermano Luis, conocido como el Germánico al gobernar toda esta zona del Imperio. Luis y Carlos comprendieron que el peligro que corrían era el mismo -Lotario-, por lo que decidieron aliarse. Esta alianza servirá para provocar que Lotario ceda terreno en sus conquistas, produciéndose el encuentro de los ejércitos el 25 de junio del año 841, en las cercanías de Auxerre. Luis y Carlos salieron victoriosos del encuentro aunque pronto Lotario se recuperó y lanzó sus ejércitos sobre Carlos. Las tropas de Lotario serán rechazadas en las cercanías del Sena. La alianza entre Luis y Carlos será reforzada el 14 de febrero de 842 en Estrasburgo. Con nuevos alientos se dedican a expulsar a Lotario de sus territorios, alcanzando la propia Aquisgrán, la sede imperial. Los clérigos reconocen a Luis y Carlos como buenos reyes, deslegitiman a Lotario e invitan a un equilibrado reparto del Imperio. Sin embargo, Lotario no estaba tan tocado como parecía y pudo presionar a sus hermanos para alcanzar un tratado en el que se repartiera el Imperio en tres partes iguales. Este acuerdo se sellará en Verdún, en el mes de agosto del año 843. Luis recibía los territorios germánicos, a Carlos le correspondía la mayor parte de Francia mientras que los territorios de Italia e intermedios entre las posesiones de los dos hermanos quedaban para Lotario. Al dividir en tres partes el reino franco los tres hermanos podían denominarse "reges Francorum". El clero se va a convertir en el defensor de esta unión y va a trabajar incansablemente por alcanzar un régimen de concordia entre los tres hermanos. Las luchas intestinas continuarán entre hermanos e incluso con los respectivos sobrinos, aunque sin alcanzar tintes dramáticos. Carlos llegaría a proclamarse rey de Lotaringia el 9 de septiembre de 869 y a repartirse con su hermano Luis los territorios de Lorena. A estos conflictos debemos añadir las invasiones musulmanas y normandas que azotaban Europa. Carlos intentó restaurar el Imperio en el año 875, a la muerte de Luis II, el hijo del fallecido Lotario. El papa Juan VIII le coronaba emperador de los Romanos y rey de Italia el día de Navidad. Este nombramiento -para el que Carlos estaba sobradamente preparado al ser un hombre culto, piadoso, conocedor de los problemas teológicos, activo y valiente- motivaría las querellas tanto de su hermano como de sus sobrinos. Para afianzar su nombramiento convocó en Ponthion (junio-julio de 876) un concilio de obispos de Galia. Los deseos de unificar el Imperio Carolingio no pudieron llevarse a cabo tanto por las presiones internas como externas. Los ataques de los sarracenos a Italia en el año 877 motivarán la petición de ayuda del papa a Carlos. El emperador acude en su ayuda, dejando como regente a su hijo Luis el Tartamudo. En tierras italianas Carlos recibe la noticia de un levantamiento de los jefes militares en Francia, posiblemente motivado por el hecho de haber entregado a los normandos un tributo. El emperador no pudo tomar ninguna iniciativa para acabar con la revuelta ya que fallecería el 6 de octubre del año 877.
Personaje Militar Político
En el año 876 Carlos el Craso era nombrado rey de Alemania a la muerte de su padre, Luis el Germánico. Ya había participado en las luchas entre su padre y Carlos el Calvo, dirigiendo las tropas germánicas que taponaban el paso hacia los Alpes. En el verano del año 879 recibía los derechos sobre Italia y en octubre ocupa la zona norte sin dar a conocer sus intenciones al papa Juan VIII. Los altos dignatarios nobiliarios y eclesiásticos italianos le juran fidelidad en el mes de enero de 880. Inmediatamente partió para Germania donde había fallecido sus hermanos Carlomán (880) y Luis (882) lo que le convertía en rey de toda la Germania. Cuando toda la herencia de su padre estaba en sus manos, Carlos regresó a Italia -donde los musulmanes seguían haciendo de las suyas- para ser coronado por el pontífice en el mes de febrero de 881. El conflicto que vivía Francia tras la muerte de Luis II el Tartamudo -dos jóvenes reyes llamados Luis III y Carlomán sufrían la usurpación de un noble- motivó una reunión de los carolingios vivos liderada por Carlos en la que se creó una fuerza de intervención en Francia para acabar con el usurpador. Carlos quedaba como protector de sus sobrinos. Esta unificación momentánea motivó la renovación de las esperanzas unificadoras del reino franco. Un nuevo peligro surgió para los francos. Ahora llegaba del norte y estaba representado por los piratas escandinavos. Carlos movilizó un potente ejército que se dirigió contra los invasores, comprando su retirada hacia la región de Frisia. Sin embargo, Carlos no alcanzó las expectativas que se habían puesto en él. Los piratas normandos en el año 885 estaban acampados junto a París lo que motivó la reacción del emperador que envió a su mejor general a socorrer la ciudad. Al no poder alcanzar una victoria compró la paz con el pago de un tributo de 700 libras de plata. En noviembre abandonó París para trasladarse a Alsacia donde se sometió a una operación en la cabeza, iniciando un periodo de decadencia física. Se convierte en un hombre desconfiado y empieza a tener alucinaciones. Las rebeliones estallan por todos los lados del Imperio por lo que los nobles deponen a Carlos en la dieta de Tribut (887) siendo exiliado a Suabia donde muere el 13 de enero del año 888.
Personaje Político
Carlos el Simple tenía cinco años cuando falleció su hermanastro Carlomán. Era hijo póstumo de Luis II el Tartamudo y una segunda esposa, siendo su legitimidad discutible al vivir todavía la primera esposa del Tartamudo, estando este matrimonio irregularmente anulado. Las condiciones no eran muy favorables por lo que Carlos el Craso sería llamado a ser el nuevo rey de Francia. A la muerte del Craso será el conde de París, Eudes, el elegido como rey. Sin embargo, los descontentos con el nuevo rey se reunieron alrededor del joven Carlos, liderando este grupo el arzobispo de Reims, Fulques. Carlos sería nombrado rey bajo la protección del emperador Arnulfo pero pronto demostró sus escasos conocimientos políticos que le llevaron a perder la corona a favor de Eudes. A la muerte de éste (888) Carlos ocuparía de nuevo el trono francés pero será depuesto en el año 922 por el conde de Vermandois, siendo encerrado en prisión donde falleció siete años después.
Personaje Político
Hijo de Felipe el Bueno y de Isabel de Portugal, fue nombrado conde de Charolais. Dirigió algunos conflictos en contra de Luis XI. Castigó cruelmente a los habitantes de Lieja. Tras celebrar su matrimonio con la hermana del rey de Inglaterra, Margarita de York, se alió con este soberano para enfrentarse a Francia. Su siguiente campo de batalla fue Suiza, donde le derrotaron. Sin rendirse en ningún momento tomo la ciudad de Nacy, que estaba en poder del duque de Lorena. El Temerario insistió en ocuparla, pero estaba en clara desventaja y acabó siendo derrotado.
Personaje Político
Nacido en 1622, en 1654 alcanza el trono sueco, en el que se mantendrá hasta su muerte en 1660. En 1655 conquistó Polonia, lo que aprovecharon los daneses para declararle la guerra. En respuesta, invadió Dinamarca y logró firmar un tratado de paz que le aseguraba un incremento territorial, anexionando Escania. Posteriormente emprendió un ataque sin éxito contra Copenhague, falleciendo mientras preparaba un nuevo intento.
Personaje Político
Hijo de Jacobo I, nacido en 1600, es rey de Inglaterra desde 1625 hasta su muerte en 1649. Fu derrotado por España en 1626. Disolvió el Parlamento en 1629 para evitar el control financiero a que quería someterle. Apoyados en sus ministros lord Strattford y Laud, arzobispo de Canterbury, gobernó sus territorios con mano férrea y dictatorial. En 1636 los escoceses se sublevaron contra él, tras intentar su ministro Laud imponerles la doctrina episcopalista. A consecuencia de la rebelión, el rey intentó invadir Escocia, siendo inútil su intento y debiendo firmar el Tratado de Berwick (1649). Las acuciantes necesidades financieras le hicieron convocar en 1640 el Parlamento, pero inmediatamente lo disolvió. La reanudación de las hostilidades por parte de los escoceses y la derrota de los ejércitos reales le hicieron convocar de nuevo el Parlamento entre 1640 y 1653, con lo que éste se hizo cargo de la dirección de las tropas e hizo prometer al rey que respetaría las libertades parlamentarias. El giro de la situación hace que Strattford y Laud sean acusados de traición y decapitados en 1641 y 1645, respectivamente. La difícil situación de los reinos provocan una guerra civil en la que las tropas reales pierden las batallas de Marston Moor (1644) y Naseby (1645) y obligan al rey a rendirse a los escoceses. En 1647 le entregan a los parlamentarios ingleses, logrando escapar y emprendiendo una segunda civil, que culmina rápidamente con el triunfo de los parlamentarios encabezados por Oliver Cromwell. Tomado el poder por éste, emprende una depuración en el Parlamento apoyado en sus partidarios e inicia el procesamiento contra Carlos I, acusado de provocar la guerra al haber pactado con Francia, Escocia e Irlanda. Condenado a muerte, es ajusticiado el 30 de enero de 1649.
Personaje Político
Coincidiendo con el asesinato de su tío Francisco Fernando y la muerte de su abuelo Francisco José I se convertiría en el último emperador del Imperio Austrohúngaro en 1916. Como gobernante fue un gran defensor de la paz y de la democracia, a pesar de que le tocó vivir en tiempos de guerra. Vio como su imperio desaparecía hasta su caída absoluta. En 1918 presentó su abdicación y un año después abandonaba completamente la política al ser cesado en el Parlamento austríaco. Aunque trató de recuperar la corona de Hungría no tuvo éxito y en 1921 fue desterrado a Portugal, donde moría un año después.
Personaje
<p>El 24 de febrero de 1500 nacía en Gante Carlos I de España y V de Alemania. Sus padres eran Felipe de Habsburgo, conocido como El Hermoso, archiduque de Austria, duque de Borgoña, de Luxemburgo, de Brabante, de Güeldres y Limburgo y conde de Tirol, Artois y Flandes, y doña Juana de Castilla, heredera de la corona castellana y de la aragonesa. Sus abuelos maternos eran nada menos que los Reyes Católicos y los paternos el Emperador Maximiliano I y doña María de Borgoña. Como heredero de todos ellos al ser el primogénito, Carlos obtendrá uno de los mayores imperios del Renacimiento, siendo uno de los primeros impulsores de la idea de unificación en Europa, tomando la religión católica como el instrumento unificador. La educación del joven príncipe corrió a cargo de su tía Margarita de Austria, mujer de gran cultura que inculcará en Carlos el amor por las artes y la cultura. Como preceptor se hizo cargo del muchacho el cardenal Adriano de Utrecht, futuro papa Adriano VI. Desde los nueve años encontramos a otro personaje en el círculo de Carlos: Guillermo de Croy, señor de Chievres, hombre de gran codicia que se ganó la confianza del príncipe, durmiendo incluso en la misma habitación que él con la excusa de que si el príncipe se despertaba, tendría alguien con quien hablar. Aunque esta relación no parece aparentemente positiva, el contacto de Carlos con Guillermo de Croy le convertirá en un hombre de estado, acercándole a los secretos del gobierno. En 1516 fallece don Fernando el Católico, dejando vacante la corona de Aragón, mientras que la corona castellana estaba en manos de doña Juana, recluida en Tordesillas debido a su enajenación mental. Esto convertía a Carlos en regente del reino de Castilla aunque en realidad todo el poder quedaba en sus manos. Carlos embarcó en Flandes con destino a la península ibérica, llegando a las playas de Asturias en septiembre de 1517. El cardenal Cisneros, regente de Castilla, acudió al encuentro con el nuevo rey, pero falleció en Roa antes de que se produjera. El cardenal no sufrió la humillación de ver cómo el monarca le entregaba la dimisión, ingrata recompensa para un hombre que tanto había dado al reino. La camarilla de flamencos que rodeaba al inexperto rey (tenía 17 años y no sabía hablar castellano, por lo que no se podía comunicar con sus súbditos) acaparó rápidamente todos los puestos de confianza, iniciando una auténtica caza y captura de los caudales del reino que salían de las fronteras para la financiación de los asuntos en los Países Bajos. Lo primero que hizo Carlos en tierras españolas fue visitar a su madre, encerrada en Tordesillas desde hacía más de siete años. El encuentro entre madre e hijos (a Carlos le acompañaba su hermana Leonor, futura esposa de Manuel I de Portugal) fue emotivo ya que hacía más de doce años que no se veían. Posiblemente el motivo de la visita sería la legitimación de la decisión de coronarse rey (lo que había hecho en Bruselas el 14 de marzo de 1516) cuando la legítima propietaria de Castilla no había fallecido. Para solucionar este problema legal y político, desde este momento en todos los documentos oficiales figurarán el nombre de ambos soberanos, siempre el de la reina en primer lugar. Otro problema le surge a la camarilla flamenca con don Fernando, el hermano menor de Carlos, nacido en Alcalá de Henares, criado y educado en Castilla, con un amplio número de partidarios dispuestos a coronarle. Incluso los Guzmán pensaron en llevar a Fernando a Aragón donde sería coronado rey con el apoyo de doña Germana de Foix, segunda esposa del Católico. Con el fin de eliminar problemas, Chievres decidió enviar a don Fernando a Bruselas. Sin embargo, las Cortes reunidas en Valladolid se opusieron a dicha medida, exigiendo que Fernando permaneciera en España al menos hasta que Carlos tuviera descendencia. Pero Chievres consiguió su objetivo y envió al infante a Bruselas, saltándose la decisión de la asamblea. Los ánimos estaban bastante encendidos ya que los procuradores a Cortes (encabezados por el representante de Burgos, Juan de Zumel) no admitían que la presidencia estuviera en manos de un extranjero, Jean de Sauvage, ni los desmanes cometidos por los flamencos. Por eso se realizaron una serie de exigencias al rey como el respeto a las leyes de Castilla, el inmediato despido de los extranjeros que tuviera a su servicio, el aprendizaje del castellano y la ubicación de castellanos en los cargos más importantes. Carlos juró respeto a las leyes castellanas y consiguió un crédito de 600.000 ducados por un plazo de tres años. Superado el escollo castellano, Carlos pone rumbo a Aragón donde las complicaciones también estaban a la orden del día. En las Cortes aragonesas existía un amplio grupo que quería nombrar príncipe-heredero a Fernando. Tras meses de duros debates, las Cortes reconocieron a Carlos como rey y le otorgaron un empréstito de 200.000 ducados. Después pondría rumbo a Cataluña donde los tratos también se prolongaron en el tiempo. Un año tuvo que estar el rey entre sus súbditos catalanes. En Barcelona recibe la noticia de su elección como Emperador, el 28 de junio de 1519. Este nombramiento encenderá los ánimos en Castilla, al considerar que los gastos de Carlos aumentarían considerablemente. Rápidamente se extendieron las protestas desde Toledo a las otras ciudades del reino, exigiendo la convocatoria de una reunión de Cortes donde se recomendase al monarca que no se marchara del país, que no permitiese el saqueo de las arcas castellanas por los flamencos y que éstos abandonasen los cargos que ocupaban. Las Cortes fueron convocadas en Santiago de Compostela, pero con unos propósitos absolutamente diferentes. Los procuradores eran reacios a las propuestas que les hacían los consejeros de Carlos por lo que Gattinara decidió unilateralmente trasladar la reunión a La Coruña, donde se concedió el ansiado subsidio con el que Carlos se trasladaba a Alemania. El cardenal Adriano de Utrecht quedaba como regente de un país en rebeldía. Desde que Carlos marchó a Alemania (mayo de 1520) hasta su regreso a Castilla (julio de 1522) se sucederán en España dos de los episodios más destacables del siglo XVI: la revuelta de las comunidades en Castilla y la rebelión de las germanías en Valencia. Camino de Alemania, Carlos hizo escala en Inglaterra, llegando a Aquisgran donde sería coronado Rey de Romanos en octubre de 1520. Al recibir el nombramiento, el nuevo emperador se compromete a mantener los derechos de los príncipes, preservar el orden imperial, emplear oficiales alemanes en el interior de las fronteras, restaurar el Consejo de Regencia y convocar una Asamblea de los Estados. Dicha asamblea, denominadas Dietas, tiene lugar en Worms en 1521. En esta reunión Fernando es nombrado regente del Imperio y elevado al rango de archiduque. Lutero es declarado proscrito, iniciándose el enfrentamiento religioso que implica la expansión del luteranismo. En la primavera de 1522 Carlos pone rumbo a España, haciendo una escala en Inglaterra para firmar un acuerdo con Enrique VIII con el fin de establecer la defensa de ambos países contra Francia. En julio desembarcaba en Santander y desde ese momento van a primar los asuntos exteriores sobre la política interior. Y es que Carlos tendrá desde el primer momento una idea imperial en su cabeza, imaginando una comunidad supranacional de estados europeos unidos por la religión cristiana y vinculados por la común pertenencia a la dinastía de los Habsburgo. Esta es la razón por la que se considera a Carlos como uno de los primeros impulsores de la Unión Europea. Lógicamente estas ideas provocan una serie de obstáculos. El primero será Francia, cuyas fronteras estaban rodeadas por los territorios de los Habsburgo, algo similar a lo que le ocurre al Papado. Entre 1521 y 1544 Carlos va a involucrarse en cuatro guerras con Francisco I de Francia, guerras en las que el emperador saldrá victorioso en mayor medida. Esta es la razón por la que se considera a ambos personajes como los últimos caballeros medievales, llegándose a plantear el enfrentamiento mutuo en un duelo para solucionar los conflictos. Muerto Francisco I será su sucesor, Enrique II, quien continúe con el conflicto, obteniendo el francés una contundente victoria. Con el fin de fortalecer sus relaciones con Portugal, Carlos eligió como esposa a Isabel, la hija del rey Manuel I de Portugal y María de Aragón, hija de los Reyes Católicos. Los cónyuges eran primos hermanos lo que no eran una disculpa ya que en la época los matrimonios entre los miembros de las familias reales se consideraban una manera de mejorar la raza. Isabel era una mujer muy atractiva, con unos bellos y grandes ojos azules y un cuerpo esbelto, destacando por encima de su belleza su inteligencia, como tendrá oportunidad de demostrar en sus numerosas regencias del país. La boda se realizó en Sevilla el 11 de marzo de 1526, pasando los novios la luna de miel en Granada. Parece que el amor nació de manera inmediata entre los cónyuges, a pesar de que Carlos ya tenía una hija, fruto de su relación con Margarita van Gest durante su estancia en Flandes, en 1522. Margarita de Austria será el nombre de la primera hija ilegítima de don Carlos. Uno de los momentos más importantes para Carlos será su coronación como emperador que tuvo lugar en Bolonia el 24 de febrero de 1530, el mismo día de su cumpleaños. Clemente VII se convertía en aliado de la causa imperial al imponer a Carlos la corona de hierro de los longobardos. Los cronistas nos cuentan que para pasar del palacio donde se alojaba el séquito imperial hasta la catedral de San Petronio se había colocado una pasarela, que se rompió en el momento de pasar la comitiva. Todo quedó en un gran susto, solventado por las fiestas que se celebraron. El acuerdo con el papa que permitió la coronación obligará a Carlos a la defensa de los territorios de la Iglesia, sometiendo Florencia y llegando a un acuerdo con Venecia. De esta manera se pacificaba temporalmente la península italiana. El nuevo enemigo procede ahora de Turquía y tiene un nombre propio Solimán I. En este nuevo frente de conflicto destaca la toma de Túnez por las tropas imperiales el 21 de julio de 1535. Dos duros golpes va a soportar Carlos en 1539. El fallecimiento de su esposa el 1 de mayo de 1539 provocó su hundimiento, retirándose al monasterio de la Sisla durante dos meses, tiempo en el que no permitió ningún tipo de visitas. Cuando parecía lago recuperado le llega la noticia del motín que se produce en su ciudad natal, Gante. El levantamiento había sido provocado por la negativa de los ciudadanos a pagar impuestos para sufragar las guerras contra Francia, incitando a la revuelta a las ciudades vecinas. Para sofocar la rebelión, Carlos cruzó Francia invitado por Francisco y cuando llegó a Gante la revuelta se sofocó, con su sola presencia. Nueve dirigentes fueron ejecutados, la villa perdió sus privilegios y tuvieron que pagar una indemnización, siendo obligados a mantener una guarnición. Como hombre de acción, una vez tranquilizados la mayoría de los frentes, Carlos se enzarzó en una nueva empresa: la expedición contra Argel en octubre de 1541, encontrándose con una tempestad que provocó la pérdida de 14 galeras y unas 100 embarcaciones menores. La operación resultó un fracaso y el emperador ordenó reembarcar. Un nuevo frente de conflicto se cierne sobre el Imperio, siendo uno de los mayores fracasos cosechados por Carlos. La cuestión protestante motivará un gravísimo problema en Alemania, consiguiendo imponer el emperador la fuerza en la batalla de Muhlberg (24 de abril de 1547), inmortalizado por Tiziano en un excelente retrato ecuestre. Sin embargo, esta euforia no es muy duradera ya que los alemanes se aliaron con Enrique II de Francia, quien tomó las plazas imperiales de Metz, Toul y Verdún, al tiempo que los turcos tomaban Trípoli y Mauricio de Sajonia traicionaba la confianza de Carlos y le atacaba en Innsbruck, pudiendo escapar por los nevados pasos de los Alpes para salvarse en Italia. Las amenazas eran continuas y las dificultades financieras aún peores, por lo que Carlos, cansado y decepcionado, decidió abdicar. El 25 de octubre de 1555, ante los Estados Generales reunidos en Bruselas, el emperador dejaba la soberanía de los Países Bajos en manos de su hijo Felipe. Tres meses más tarde, el 16 de enero de 1556, renunciaba a las coronas de Castilla, León, Aragón-Cataluña, Cerdeña y Sicilia a favor de Felipe. En septiembre del mismo año abdicaba el gobierno del Imperio en su hermano Fernando y se embarcaba rumbo a España. En febrero de 1557 llega al monasterio de Yuste con el fin de descansar, disfrutar de la comida y de la tranquilidad, ganada tras casi 30 años de intenso ajetreo. En Yuste fallecía Carlos I de España y V de Alemania el 21 de septiembre de 1558.</p>