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museo
La estructura del edificio es muy peculiar puesto que en su interior se dispone el espacio en una rampa espiral continua y, como hemos comentado, fue obra de F. Lloyd Wright. Sus fondos permanentes son un amplio abanico de obras contemporáneas que abarcan autores y movimientos de este siglo, como por ejemplo Kandinsky, Klee, Chagall y Léger. Dentro de la exposición permanente se encuentra la donación de Justin K. Tannhauser en una sala independiente y donde se muestran obras del período temprano de Picasso como Le moulin de la Galette o Fin del camino; o de los conocidos "nabis": Rousseau, Van Gogh y Cézanne. Lo que por supuesto no podemos olvidar es el sistema de realización de exposiciones temporales que el museo realiza a lo largo del año, siendo de gran calidad.
obra
Bajo la Muerte de Adán que inicia el ciclo de la Leyenda de la Vera Cruz encontramos la veneración del Sagrado madero por parte de la reina de Saba y el encuentro de la reina con Salomón, separadas ambas escenas por una columna plenamente clásica. Cuando creció el árbol plantado por Set sobre la tumba de Adán, Salomón pretendió emplearlo para la construcción de su templo pero no lo consiguió ya que la madera, una vez cortada, resultaba o demasiado grande o demasiado pequeña, por lo que acaba destinándose a la construcción de un puente sobre el río Siloé. Con motivo de la visita de la reina de Saba al rey judío, la dama tiene una premonición y adora el madero - escena de la izquierda - advirtiendo a Salomón que esa madera motivará el fin del reino judío. Asustado por la premonición, Salomón intenta ocultar el madero pero no lo consigue, siendo utilizado años después para la construcción de la Cruz en la que Cristo fue crucificado. Piero della Francesca ha pintado las dos escenas en el mismo tramo de la pared, enmarcando una de ellas en un paisaje típico de la región de las Marcas donde el pintor vivía y la otra en una habitación renacentista, con columnas romanas y techos adintelados, una estructura similar a la de la Flagelación. De esta manera, Piero trasmite su interés por la perspectiva, considerado elemento clave de la pintura por el maestro. Las figuras se distribuyen por la superficie en diferentes posturas, resaltando su aspecto escultórico y su anatomía bajo los pesados ropajes. La potente iluminación destaca el variado colorido y la viveza del conjunto, aunque hay ciertas dosis de arcaísmo como en los caballos vistos de espaldas, muy similares a los de Paolo Ucello o las primeras obras de Botticelli.
obra
Este triángulo fue pintado por Miguel Ángel en dos jornadas; el grupo familiar se adapta perfectamente al espacio triangular donde se encuadra la escena, conteniendo los gestos y las posturas de otras imágenes. La madre de Salomón corta un vestido con la ayuda del futuro rey mientras el padre observa atentamente la acción. Esta actitud ha sido interpretada por los especialistas como el cautiverio babilónico sufrido por los hebreos. La mujer ocupa las dos terceras partes de la superficie, destacando la postura escorzada de sus piernas en cuyas rodillas se refleja la luz blanquecina que ilumina la composición, creando un atractivo contraste con las sombras del fondo. La mayor intimidad de toda la Sixtina corresponde a las figuras de los triángulos donde Miguel Ángel se expresa con mayor libertad e incluso dulzura, sin olvidar la potencia que caracteriza a sus figuras. Jessé con sus padres y la Creación de las plantas y los astros forman con esta escena el octavo compartimento de la decoración.
obra
La decoración elige como motivo la hoja de sauce (willow) pero la linealidad predomina. Estilización y simetría. Dentro de su período de decoración violeta y plata en contraste con superficies blancas. Interiores, blancos y flexibles. Preferencia por la línea recta que prolonga en exceso y por los espacios intermedios vacíos. Contrapone los valores aéreos de las rejillas -que tiende a compartimentar en formas ovales o discos alargados verticalmente (muy característico también de las hermanas Macdonald)- en puertas, mamparas, lámparas y picaportes a los paramentos planos y compactos. El juego entre las superficies planas de los muros y de los vanos y las bandas y líneas ondulantes se resuelve en una ornamentación abstracta que se complica en fantásticas sinuosidades sin perder por ello cierto carácter rígido y geométrico.
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Esta obra de Berg plantea un problema importante para la arquitectura del siglo XX y, sin embargo, casi siempre contemplado con desconfianza. Me refiero al carácter monumental de una arquitectura construida con nuevos materiales. Su enorme cúpula, de 67 metros de diámetro, soportada por cuatro arcos, que a su vez transmiten los empujes a los arbotantes que se cobijan en los cuatro ábsides, hacen de este edificio un reto estructural y constructivo resuelto en hormigón armado. La modernidad y monumentalidad del proyecto fueron resaltados desde su origen. Es más, pretendía ser el primer gran monumento del siglo XX
obra
El Antiquarium de la Residenz de Munich (1563-1571), obra de Wilhem Eckl para el elector Alberto V, duque de Baviera, se planteó como primer museo del país germánico. Lo más significativo del lugar es la amplitud espacial gracias al empleo de una bóveda de cañón rebajada que ha sido perforada en los laterales con lunetos, apoyándose la bóveda en cortos pilares. Las referencias a la arquitectura romana las encontramos en el pavimento de mármol, los peldaños frontales y los zócalos laterales, sin olvidar el empleo de grutescos, ejecutados en 1586 por el pintor Friedrich Sustris tomando como modelo la Domus Aurea de Nerón en Roma.