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Durante los siglos XI - XIV parte de la actual Zimbabwe desarrolló una importante civilización, cuyo centro estaba situado en el lugar donde hoy se encuentran las ruinas conocidas como "Gran Zimbabwe". En el lenguaje de los shona, Zimbabwe significa "casas de piedra" y es de este lugar de donde el país tomó su actual nombre. Cuando los portugueses llegaron allí encontraron un Imperio en decadencia que, en otro tiempo y gracias a sus minas de oro, llegó a mantener un comercio constante con las costas del Océano Índico, tal y como demuestran los restos encontrados, que incluyen hasta cerámica china. La Acrópolis es un complejo arqueológico construido como palacio de una capital importante, datado mediante Carbono 14, en el siglo XIV d.C. La civilización que en ella vivió se desarrolló a partir del siglo XI y mantuvo población hasta mediados del siglo XIX. Se sitúa aproximadamente a unos 300 km. al sur de la actual capital, Harare, y es el más grande de los casi 150 sitios de caseríos de piedra que fueron habitados por la civilización shona-karanga, cuyo auge se dio entre 1200 - 1450 d.C. Es considerado el núcleo de población más avanzado del sur de África en este momento histórico. A mediados del siglo XV el imperio Mwene Mupata, que tenía sus bases aquí, cubría la mayor parte de Zimbabwe y gran parte de Mozambique y prosperaba gracias a la agricultura y al comercio de oro y marfil con los árabes en la costa, a cambio de vidrio, porcelana y telas de Asia. Fue la capital del reino de los shona hasta que, a finales del siglo XV, el territorio quedó dividido en dos reinos separados: Torwa y Mwenw-Mutapa, este último fundado por el rey Mutota y al que los europeos conocieron con el nombre de reino de Monomotapa. Sin embargo, a partir del siglo XVI este próspero imperio inició su declino cuando se sometió a la influencia de los misioneros enviados por los portugueses que habían tomado el control de la costa, y cuando el imperio Rozwi comenzó su expansión desde el oeste. Éstos últimos ocuparon y se anexionaron la Gran Zimbabwe hasta que fueron derrotados por las tribus Ngoni, llegadas alrededor del 1830. El sitio de la Gran Zimbabwe fue definitivamente abandonado en 1860. La teoría acerca de su decadencia plantea la posibilidad de una sobrepoblación que agotó progresivamente los recursos, tanto agrícolas como naturales (quema de los bosques, caza desproporcionada de animales) Entre los edificios de mayor importancia se cuentan un fuerte en la punta de la colina y un templo circular con una torre cónica de 11 m. de altura. La Gran Zimbabwe fue una enorme ciudad del siglo XI cuya riqueza fue obtenida, probablemente, mediante el comercio de oro, llegando a tener hasta 10.000 habitantes en el siglo XIII. Entre sus edificios destaca el palacio real, construcción de enormes dimensiones levantada con piedras y sin cemento, que describió en su diario de viaje el explorador portugués Duarte (1517). Las estructuras de piedra forman recintos amurallados, algunos de más de 10 m. de altura y, por último, llama la atención del complejo arqueológico la Gran Muralla, construida alrededor del siglo XII. Gran parte de la estructura arquitectónica de la muralla se ha ido perdiendo con el paso de los siglos, aunque se cree que contaba con al menos tres puertas adinteladas de acceso. En las formaciones rocosas cercanas a la antigua capital se ven pinturas rupestres que representan escenas de caza de hace más de 35.000 años. Actualmente, es considerado el yacimiento arqueológico más importante de África y el lugar ha sido declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.

Los paisajes de los alrededores de Roma también serán del agrado de Fortuny, especialmente para captar la luz del Mediterráneo y continuar así con su faceta de luminista, quizá el aspecto más destacado de su pintura al adelantarse a los impresionistas y a Sorolla en algunas cuestiones. En parte Fortuny continúa con el paisaje realista que en España se había desarrollado con Haes y Rico, aportando un cierto interés lumínico, como apreciamos en esta acuarela de rápidos y empastados trazos aunque se convierten en más delicados cuando presenta a las diversas figuras. Las gruesas paredes ruinosas de algún monumento romano ocupan el papel protagonista, sirviendo como elemento de referencia para el estudio de la luz. Los vivos y brillantes colores parecen tomados del natural, abandonando el enfoque panorámico del Romanticismo para ofrecer un encuadre más reducido, cercano a la fotografía.

Esta pequeña aldea queda a cuatro kilómetros más arriba de Vega de Valcarce. Se asocia con la mansión romana Uttaris, del Itinerario de Antonio. Conserva una sobria iglesia románica, fechable entre los siglos XI y XII.

Miembro de una familia hidalga, a los 20 años se traslada a España donde pasó una larga etapa de 18 años -estudió leyes en Salamanca y ejerció de abogado en Sevilla- antes de regresar de nuevo a México. En España pasará sus últimos 25 años, siendo nombrado en 1625 relator del Consejo de Indias. Sus rivales en el teatro hispánico serán Quevedo, Lope de Vega y Góngora, especializándose en la comedia -quizá porque era feo y pobre lo que le llevó a ser rechazado por la sociedad, siendo continuo blanco de las críticas de sus rivales- y escribiendo más de 20 entre las que destacan "La Cueva de Salamanca", "Las paredes oyen" o " La verdad sospechosa". Recogió su producción en dos volúmenes publicados en 1628 y 1634. Sus obras se caracterizan por el tono mesurado y distante, la ausencia de temas fantásticos, desenlaces insospechados o situaciones espectaculares.

Con Ramón Franco, el mecánico Pablo Rada y el teniente Durán, completó la cuadrilla que intervino en el vuelo del Plus Ultra. Fue uno de los fundadores de la Falange Española. Junto con José Antonio Primo de Rivera y Ramiro Ledesma Ramos, formó el triunvirato de FE de las JONS. Momentos antes de que se declarase la Guerra Civil, le detuvieron en Madrid y fue recluido en la cárcel Modelo hasta que en 1936 fue asesinado.

En sustitución de Félix Calleja, toma las riendas de Nueva España en 1816, fecha en que el territorio estaba bajo los efectos del movimiento insurgente que dominaba en ese momento. Concedió el indulto a los insurrectos, pero los sentimientos del pueblo se vieron acentuados en 1817 cuando Francisco Mina (el Mozo) llegó al puerto de Soto la Marina con trescientos hombres, dispuestos a luchar por la independencia. Desde el virreinato, Ruiz de Apodaca intentó acabar con esta situación. Aunque Mina vivió algunos triunfos, finalmente fue apresado por los realistas, que pusieron fin a su vida. Hacia 1820 y debido a los acontecimientos que protagonizaban la vida política en España, la situación en México experimentó un giro. Agustín de Iturbide, jefe realista que se había enfrentado a los insurrectos, al conocer que se había reestablecido la Constitución de Cádiz, entró a formar parte de la denominada "Conspiración de la Profesa". El objetivo de este movimiento era evitar que la Constitución anteriormente referida se aprobara en suelo americano. En 1821, se proclamaba el Plan de Iguala, por el cual se declaraba la independencia. Iturbide y sus seguidores lograron acabar con Apodaca, que dejó el gobierno y en su puesto quedó de modo provisional a Novella. En esta fecha regresó a España y fue nombrado capitán general de la Armada.

Apellidado Ruiz de Arce o de Alburquerque, su localidad de nacimiento, pasó a América a la edad de dieciocho años, sirviendo a las órdenes de Pedrarias Dávila. Pasó más tarde al servicio de Francisco Pizarro, participando en la conquista del imperio de los Incas. Regresó a España en 1535, donando sus ganancias a la expedición de ataque a Argel patrocinada por Carlos I. Siete años más tarde tomó parte en la guerra contra Francia. Fue pagado por la Corona con una renta anual de seiscientos ducados, en reconocimiento a sus servicios, con la posibilidad de vincularlos como mayorazgo. Por esto escribió unas memorias o relación en las que recogió todos los hechos vistos o vividos por él mismo en América.