La primera obra que pintó Goya de la que tenemos noticias son las puertas del relicario de la iglesia de su pueblo natal, Fuendetodos, realizadas cuando tenía unos 17 años. Al exterior presentaban la aparición de la Virgen del Pilar a Santiago Apóstol, diseño lleno de diagonales barrocas posiblemente sacado de una estampa con gran influencia de su maestro José Luzán. La parte interior de las puertas presentaban una Virgen del Carmen en la izquierda y un San Francisco de Paula en la derecha. Se cuenta que cuando Goya visitó Fuendetodos en 1808 exclamó al contemplar las pinturas: "No digáis que eso lo ha pintado yo". La primera muestra del arte goyesco fue destruida durante la Guerra Civil, quedándonos sólo una fotografía de esa época por lo que se reproduce en blanco y negro.
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obra
Estructura de madera oculta bajo un forro de cobre dorado y esmaltado. Su forma simula el cuerpo de un edificio, con su techumbre a dos aguas rematada por una crestería con arquillos. En el frente se representan ángeles dentro de círculos y en los laterales apóstoles. La parte posterior está decorada con rombos, y en ella de abre la puertecilla del relicario. Fue realizado en un taller de Limoges (Francia), hacia 1239. Esta arqueta ingresó en el Museo Arqueológico Nacional en 1869, procedente del monasterio de San Marcos de León, donde había llegado tras la desamortización del monasterio de Sandoval, situado a pocos kilómetros de la ciudad. La adquisición fue dirigida por la Comisión Provincial de Monumentos y realizada al mismo tiempo que se hizo el depósito de algunas piezas de la colegiata de San Isidoro de León, como la Arqueta de las Bienaventuranzas y el Crucifijo de don Fernando y doña Sancha.
obra
Entre las obras maestras de la orfebrería irlandesa, junto al Cáliz de Ardagh, encontramos el Relicario que guarda la famosa campana de San Patricio. El remate del relicario está decorado con motivos entrelazados, apareciendo cabezas de dragón de clara influencia escandinava. En la cara anterior de la caja encontramos cuatro plafones entrelazados que se combinan con medallones, mientras la cara posterior presenta una decoración de cruces alrededor de la que se muestra una leyenda donde se pide una oración para el comitente, el rey Domnell, el obispo sucesor del santo, el guardián de la campana y los autores del relicario, Cudiling y su hijo.