Agave o planta de la familia Amaryllidaceae, de hojas gruesas y carnosas que tiene diversos usos en Mesoamérica. Con las pencas se techan las casas, y también se emplean sus hilos para tejer. Sus espinas sirven como agujas o clavos y con sus raíces se elaboraban cepillos. De esta planta también se obtenía una especie de miel y una bebida ritual que servia de base para otras bebidas como el tequila o el mezcal.
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Personaje
Religioso
Entre los más directos seguidores de Buda debemos destacar a Maha Kasyapa, especialmente por la continuación en las enseñanzas del maestro, favoreciendo el desarrollo de la nueva religión.
lugar
Este recinto sagrado cuanta con bello conjunto de restos arqueológicos, que en su mayoría datan del siglo VII. El Gran Peñón es uno de los lugares más hermosos por su rica decoración, que reproduce el mítico Descendimiento del Ganges. Otro de los enclaves de obligada visita son los Pancha Rathas (Cinco Carros), cinco pequeños templos monolíticos consagrados a Shiva. También en la orilla de la playa se encuentra el primer templo de piedra situado al sur, el Vimana Jalashayana o "Templo de la Orilla". Para finalizar el recorrido cabe destacar el mandapa Saluvankuppam, una roca digna de mención por las esculturas que en ella se encuentran talladas.
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La producción del año 1894, durante la estancia de Gauguin en París, es bastante escasa. Las obras que realizó son, en su mayoría, evocaciones de Tahití. Entre ellas destaca Mahana no atua, escena protagonizada por las mujeres y la religión. Un lago interior de diversos e ilusorios colores ocupa el primer plano. A continuación nos encontramos con tres mujeres, una de ellas en el centro, sentada en la arena, con las piernas en el agua y dirigiendo su mirada hacia el espectador, al tiempo que juega con sus cabellos. A su lado, dos jóvenes tumbadas en posiciones enfrentadas: la figura de la derecha, de espaldas; la de la izquierda, de frente. El fondo de la composición está presidido por un ídolo maorí, sobre una roca, a la sombra de unos árboles. Dos mujeres ataviadas de blanco le llevan ofrendas mientras que en la zona de la derecha encontramos un nuevo grupo de mujeres, presidido por las que van vestidas de rojo. Una amplia y paradisíaca playa se abre al fondo de la escena, apreciándose un hombre a caballo y una embarcación. Las montañas y las blancas crestas de las olas cierran el conjunto. El colorido empleado por Gauguin sigue siendo muy vivo, recurriendo a amarillos, verdes, rojos y azules. Las figuras están trabajadas con el estilo "cloisonné", delimitando a través de una línea oscura los contornos. Algunos elementos de la escena son planos pero no descarta la profundidad, rompiendo de esta manera con la perspectiva tradicional, heredera del Renacimiento. Lo exótico del colorido y del tema hacen que esta obra tuviese una aceptable acogida entre el público. A pesar de estar en París, Gauguin siente cierta sensación de añoranza, de melancolía, por haber dejado Polinesia.
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En 1894 Gauguin está en París. Tras haber montado una exposición que supuso un fracaso económico, aunque cosechó buenas críticas, se dedicó a relacionarse con el mundo literario parisino, siendo este año de escasa producción. Las obras que realizó son evocaciones de Tahití, posiblemente relacionadas con la escritura en esos momentos de "Noa-Noa", una especie de manual para interpretar los lienzos ejecutados durante su estancia en la Polinesia. De nuevo las mujeres protagonizan la composición junto a la religión -conjunto que también encontramos en Mata mua- apareciendo un ídolo maorí en el centro de la escena. Lo exótico del colorido y del tema hacen que esta obra tuviese una aceptable acogida entre el público. El colorido empleado sigue siendo muy vivo, recurriendo a amarillos, verdes, rojos y azules. Las figuras están trabajadas con el estilo "cloisonné", delimitando a través de una línea oscura los contornos. En suma, a pesar de estar en París, Gauguin siente cierta sensación de añoranza, de melancolía, por haber dejado Polinesia.