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Personaje Pintor
Su educación transcurre en su ciudad natal, donde se empapa del estilo manierista y estudia el Cinquecento del véneto. Fetti y Strozzi fueron dos de los autores que más influencia ejercieron sobre él en este tiempo. Entre sus obras cabe citar: La adoración de los magos de la catedral de Vicenza o La traslación de los santos en la catedral Vieja de Brescia. En ellas el Manierismo se funde con las tendencias barrocas.
obra
El prelado que aparece retratado en este lienzo de Caravaggio era un miembro de la poderosa familia Barberini, que dio a Roma varios papas. Los Barberini estuvieron muy relacionados con la vida de Caravaggio, pues junto con otras poderosas familias italianas, rodearon y apoyaron al pintor. Encargaron muchas de sus obras, que se conservan en sus colecciones, y le proporcionaron los referentes cultos e intelectuales que pueden rastrearse en una pintura que fue tachada por los ajenos de vulgar. Caravaggio ha situado a su modelo en una pose muy natural, lejos de los artificiosos retratos de aparato que el Barroco produjo. La mirada sencilla y amable de Maffeo está hábilmente destacada por el foco de luz, que hace brillar los ojos al tiempo que los agranda. El fondo neutro, perdido, concentra la atención sobre el personaje y no sobre posibles muebles o elementos arquitectónicos. De este modo, el protagonista parece sobresalir del lienzo y aumentar su presencia ante el espectador.
Personaje Militar
Hijo de hidalgos venidos a menos, Magallanes tomó parte en la expedición a Asia dirigida por el virrey Francisco de Almeida. El primer destino será la isla de la Especiería, que más tarde él intentaría alcanzar tomando la ruta occidental. Convertido en experto marino, viajaría a Sumatra, Malaca y Marruecos por encargo del rey Manuel I. En Marruecos sería herido en una pierna y pasaría la convalecencia en la corte portuguesa, ampliando su formación naútica. Don Manuel se negó a conceder a Magallanes un aumento de pensión, ni siquiera una misión de gran calado por lo que el marino decidió dirigirse a Castilla. Durante largo tiempo había madurado un proyecto que será expuesto al cardenal Cisneros -regente del reino en ausencia de Carlos I-: alcanzar las islas de la Especiería tomando la ruta del oeste. La idea no era ninguna novedad -la habían intentado Caboto, Corte Real y Vespucio- pero la novedad de Magallanes estaba en que aseguraba conocer un paso de comunicación entre el Atlántico y el Pacífico. Cisneros aprobó el proyecto y el 22 de marzo de 1518 se firmaban en Valladolid las capitulaciones que otorgaban el permiso a Magallanes para navegar por el oeste y tomar posesión de las Molucas. En la capitulación se prohibía expresamente a la flota penetrar en aguas de jurisdicción portuguesa al tiempo que Magallanes recibía los títulos de gobernador y adelantado de las tierras que descubriese. Sufragados por la Corona, cinco navíos y 234 personas formarían parte de la tripulación durante un periodo de dos años. Los cinco navíos -San Antonio, Trinidad, Concepción, Santiago y Victoria- partieron de Sevilla el 10 de agosto de 1519, acompañando a Magallanes en la aventura Ruy Faleiro como capitán de la armada, el italiano Pigafetta como cronista y Elcano como maestre de la Concepción. Las Canarias, Cabo Verde y la bahía de Santa Lucía en Brasil serán las primeras etapas del viaje. Posteriormente se dirigieron al mediodía bordeando la costa. Pasaron el Río de la Plata y arribaron a un puerto que fue llamado San Julián. Este lugar será tomado como punto de partida, explorando rutas diferentes para encontrar el paso. Tras un mes de difícil navegación, el 27 de noviembre de 1520 llegaban al Pacífico. Magallanes había conseguido su primer objetivo -cruzar el Atlántico- y puso rumbo a la Especiería. El viento favorable permitió una tranquila navegación durante tres meses y 20 días, intervalo de tiempo en el que sólo encontraron dos islas deshabitadas a las que llamaron Infortunadas. En marzo de 1521, con escasez de víveres y problemas con el escorbuto, arribaron a unas islas que llamaron de los Ladrones -posteriormente se denominarán Marianas- donde se abastecieron y fueron objeto de robos, de ahí el nombre. El siguiente destino serán las islas de San Lorenzo -las Filipinas- donde los indígenas acogieron a los navegantes de manera cordial y les facilitaron numerosas provisiones. Magallanes partió hacia Leyte y Cebú, donde consiguió que el rey se convirtiera al cristianismo y aceptara el vasallaje a la Corona española. Debido al éxito obtenido, el portugués intentó que todas las tribus del archipielago aceptaran el vasallaje por lo que tuvo que enfrentarse con algunas tribus hostiles a la presencia de los extranjeros. En Mactán el jefe no aceptó la tutela y Magallanes ordenó arrasar la ciudad principal, persiguiendo a los indígenas que se habían refugiado en el interior de la isla. Al mando de 60 hombre y en una pequeña nave, desembarcaron en la isla y se enfrentaron a un considerable grupo de indígenas -posiblemente más de 1.000- resultando Magallanes herido en una pierna. Ordenó la retirada y murió cuando intentaba reembarcar. Era el 27 de abril de 1521. Será Elcano quien culmine la empresa, no sin grandes dificultades.
fuente
Maquina de guerra, similar a una catapulta.
fuente
Maquina de guerra, igual a almajaneques, también utilizado en buques de guerra.
Personaje
Teresa Magbanua nació en Pototan (Iloilo). Sus padres la enviaron a estudiar a Manila y cuando acabó sus estudios volvió a Pototan donde empezó a enseñar. Se trasladó a Sara donde conoció a un rico propietario con el que se casó. Dejó la enseñanza y se quedó en la plantación donde ayudaba en la administración de la granja. Cuando la revolución empezó en Iloilo sus hermanos, Pascual y Elías se unieron al Katipunan y enseguida destacaron como jefes. Teresa quiso unirse al ejército rebelde y a pesar de las objeciones de su marido se alistó bajo las órdenes del General Perfecto Poblador, que era su tío. El general al principio se negó a aceptarla por ser mujer, pero ella con su determinación consiguió que su tío cediera. Se puso al mando de un pequeño grupo de hombres y luchó contra las fuerzas americanas en Jaro hacia 1899. Nunca se rindió hasta que ya fue inútil. Entonces disolvió su ejército y volvió a casa. Sus hermanos fueron asesinados por los propios filipinos, celosos de sus éxitos. Cuando las tropas japonesas invadieron Filipinas, Teresa vendió todas sus propiedades para financiar la guerrilla. Emigró a Mindanao y murió en Zamboanga en 1947.
obra
La imagen de mayor belleza pintada por Ribera es esta Magdalena penitente, que la tradición popular identifica con su hija Lucía, muchacha muy bella de la que se enamoró el hijo natural de Felipe IV, Don Juan José de Austria, cuando fue a Nápoles para sofocar una revuelta en 1647, naciendo una hija de la relación entre ambos. Como en todas las imágenes de penitentes, la escena se desarrolla en una especie de cueva que nos permite ver al fondo un paisaje inspirado en la Escuela veneciana. La composición se inscribe en un triángulo, dentro del clasicismo de Carracci, iluminando un fuerte haz de luz la bella figura. La Magdalena viste un traje azul muy escotado que permite ver su hombro, una especie de tela de arpillera para exculpar sus pecados y un precioso manto rojo. Se apoya sobre dos sillares perfectamente tallados en los que aparece el tarro de los afeites y el cilicio, sus atributos. El pasado de prostitución de la Magdalena se muestra en el hombro al descubierto y en el bote de los afeites con el que también ungió los pies a Cristo. La bella mirada elevada hacia Dios es también un rasgo característico de muchos de los mártires pintados por el Españoleto. Formaba parte de una serie junto a Santa María Egipciaca en la que se contraponía la belleza y la juventud frente a la vejez. San Juan Bautista y San Bartolomé representaban la contraposición en el sexo masculino.
obra
Si en el relato evangélico aparecen muchas mujeres, la que más menciones tiene es la Magdalena. "María, llamada la Magdalena, de la que han salido siete demonios" como dice Lucas. Siempre se ha considerado su pasado de prostituta para ponerla como ejemplo de la superación del pecado. Como algunas compañeras a las que Cristo había curado, le siguió a Jerusalén y le escoltó hasta el Gólgota, siendo la primera en contemplar a Jesús resucitado.Valdés Leal nos presenta a la Magdalena aún pecadora, ataviada con sus mejores galas como si de una cortesana sevillana se tratara, de la misma manera que había hecho Zurbarán. La mujer aparece de cuerpo entero, ligeramente de perfil, girando su cintura y su cabeza para recibir ese ligero rayo de luz que penetra desde el cielo, estirando su mano derecha en actitud de detener algo, posiblemente su vida lujuriosa representada por las ricas y elegantes telas y las joyas que aparecen sobre la silla.La iluminación de la estancia crea atractivos contrastes lumínicos, especialmente con el fondo, resaltando la volumetría de la figura. La luz que incide sobre la Magdalena resalta las tonalidades verdes, rojas y doradas de su espectacular vestido, resbalando por su escote y manos para resaltar la tonalidad nacarada de la piel. Una vez más, sin renunciar a los detalles, Valdés Leal emplea una pincelada suelta y abocetada con la que crea un efecto atmosférico resaltado por la luz. Con este tipo de obras el maestro sevillano rompe con la idea de pintor macabro que muchas veces se le atribuye.
obra
Durante su etapa de formación, van Scorel, estudia la pintura de Mabuse. Durante su viaje por Europa entra en contacto con personas de la talla de Durero. Lo que más huella dejará en su pintura, será su visita a Roma, donde el pintor queda fascinado con las obras Rafael y Miguel Ángel como queda patente en algunas de sus obras.
obra
La identificación de esta joven con María Magdalena fue posterior al lienzo, y tal vez su autor, Caravaggio, la reflejó solamente al añadir los objetos que se encuentran en el suelo y que normalmente se consideran atributos de este personaje bíblico. La joven que aparece retratada también está en otros cuadros del artista como en la Muerte de la Virgen, y el vestido que lleva fue usado por otros modelos que posaron para el pintor, como por ejemplo Narciso. Esto nos habla de la fidelidad con que Caravaggio pintaba los objetos elegidos, así como de la pobreza de su taller, que solía emplear a los mismos personajes con el mismo atrezzo. Caravaggio ha pintado a la muchacha según el modelo de las Melancholie, unas figuras tradicionales en la pintura del último Renacimiento y el Manierismo que alegorizaban la Melancolía. La joven está sentada, con las manos cruzadas sobre el regazo y la cabeza ladeada con abandono. Sus cabellos dorados se esparcen con descuido por su cuello y espalda, lo que ayudó a que posteriormente el artista la dotara de los rasgos de la Magdalena. A esta identificación contribuyen los objetos del suelo: las joyas desparramadas y rotas, y el jarro con perfume, símbolos de la vanidad de Magdalena así como de su pasado turbio de cortesana.