La protagonista de esta composición es una bella prostituta cuyo nombre procedía de "poule", denominación popular francesa para las jóvenes dedicadas a este oficio por lo que enlaza con el tema favorito para Toulouse-Lautrec, mostrándonos una nueva escena de la trastienda de la prostitución como ocurre en La inspección médica o Partida de cartas. La mujer aparece realizando su aseo diario - por lo que a esta composición también es denominada la "Toilette" - sentada ante una mesa y mirando al espejo, aunque parece estar ensimismada en sus pensamientos, alejándose mentalmente del sórdido mundo que le rodea. La similitud con pinturas de Degas es significativa tanto por la utilización de sombras coloreadas típicas del Impresionismo como el mayor detallismo existente en la tabla. El color se adueña del conjunto, destacando su aplicación a base de cortos toques que ocupan la mayor superficie del soporte. Y es que Lautrec parece retomar sus primeros trabajos en la última fase de su vida como también podemos comprobar en Mesalina o La sombrerera.
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Juliette Recamier, la modelo de este retrato, fue uno de los personajes más conocidos del París revolucionario. Con veintitrés años posó para este cuadro, siendo esposa de un riquísimo banquero lionés establecido en París. Su belleza sedujo a toda la galantería masculina de la capital, aunque ninguno pudo jactarse de haber conseguido ser su amante. Tal vez Chateaubriand... Juliette encargó su retrato a David y simultáneamente a uno de sus discípulos, Gérard. Sus retratos, por otra parte, son muy numerosos, encargados a diferentes artistas. David tenía fama como revolucionario, amigo de los grandes (Marat, Robespierre, Napoleón), lo que le daba una aire peligroso. Madame Recamier acudía a las sesiones en secreto. Tal vez por ello el ambiente en el que está retratada es discreto, nulo, tan sólo aparecen el diván y la lámpara. David eligió para ella una pose que fue imitada hasta la saciedad posteriormente. Los elementos secundarios se los encargó a su discípulo, Ingres, que más tarde los empleará en sus propios retratos. Madame Recamier va vestida y peinada a la moda "imperio", que recupera los ideales griegos: peinado de bucles alrededor del rostro, vestido-túnica de talle muy alto, y descalza, lo que era toda una provocación sensual. A Madame Recamier le disgustaba la pose que había de mantener durante largo tiempo. Tanto es así que sus quejas terminaron por provocar al maestro que indignado abandonó el lienzo sin terminarlo. Ignoramos qué elementos más habrían de aparecer en el lienzo pero indudablemente no pueden añadir nada a la elocuente simplicidad de este hermosísimo retrato.
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Renoir conoció a Aline Charigot en 1880, convirtiéndose en su modelo favorita desde ese momento. La relación entre ambos se estrechó y en 1885 nació su primer hijo, Pierre. El 14 de abril de 1890 contraen matrimonio civil. Cuatro años después nace Jean el futuro director de cine, y once años más tarde de la boda vendrá al mundo Claude, más conocido como "Coco".Aline se ha convertido en una agraciada mujer madura que todavía conserva la sonrisa, a pesar del sufrimiento que padece su esposo, enfermo de reuma desde hacía bastante tiempo. Sin embargo, Aline fallecerá el 27 de junio de 1915, sobreviviéndole su esposo cuatro años, a pesar de su delicada salud.La querida y dulce esposa aparece llevando al perrillo llamado Bob en su brazo, sosteniendo la cabeza con su mano izquierda, en un gesto de cansancio pero sin ocultar su sonrisa. La personalidad de este retrato está en la línea de las primeras obras del pintor -retratos de Victor Choquet o Léonard Renoir-. Las tonalidades rojas y amarillas enlazan con el Payaso, retrato de "Coco" pintado también por estas fechas. Son aplicadas de manera fluida, sin interesarse por detalles superfluos a pesar de que sí encontramos un delicado dibujo en el rostro y los brazos.
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Ingres se manifestó como un gran pintor de las mujeres. Este es uno de sus primeros retratos de encargo a una gran dama. El cliente era su esposo, Monsieur Rivière, que le pidió además el retrato de la hija de ambos. Si en el retrato del marido, la espontaneidad y el aspecto familiar estaban de manifiesto, en este lienzo se acentúa la naturalidad, sin perder la elegancia. Madame Rivière está reclinada sobre unos blandos cojines de terciopelo azul que hacen destacar la línea de su vestido blanco, con talle alto según la moda imperio. El cuerpo dibuja una curva sensual prolongada en los brazos y el mantón. Pero el remate al abandono estético lo pone el velo que cubre los cabellos de la dama, que se ha dejado reposar en múltiples plegados sedosos sobre el respaldo del sofá, y parece flotar tras la figura de la mujer.
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En octubre de 1888 Gauguin llega a Arles ante la insistencia de Van Gogh para que se trasladara al Japón del Sur, como llamaba el pintor holandés a la villa mediterránea. Paul recibió una importante suma de dinero de manos de Theo Van Gogh para instalarse en la Casa amarilla, demostrando su carácter huraño y poco dado a favores. Vincent se entusiasmó con la llegada de su amigo, vislumbrando la creación de su deseada Sociedad de Artistas del Sur en la que se compartieran ideas y gastos. Gauguin va a demostrar su fuerte personalidad, obligando al débil Vincent a trabajar en su estilo sintetista y simbólico. Aquí está la esposa del Cartero Roulin, retratada por Paul como si de una estatua primitiva se tratase. Se sitúa en primer plano, desplazada hacia la derecha para dejar ver el cuadro que se coloca tras ella. Los contornos están fuertemente marcados por el color negro, siguiendo la técnica del "cloisonnisme", aplicando el color de forma plana según las estampas japonesas. Aun así, la volumetría de la figura es sorprendente, mostrando el carácter dominador de la dama, anticipando a La bella Angela. Lejos ha quedado el estilo impresionista inspirado en Monet y Pissarro; Gauguin ahora está dispuesto a abrir los horizontes de la pintura creando un estilo propio e inconfundible.
Personaje
Político
Nacido en 1931 en la zona del Oranesado, pasó su infancia en su aldea natal, Sidi Okba, donde su padre era imam. Ya joven se unió al PPAMTLD de Messali Hadj, comprometiéndose en el movimiento de liberalización nacional. Encargado de la misión de poner bombas en los locales de radio Argel, fue detenido el 17 de noviembre de 1954 y encarcelado durante siete años. Tras la independencia se vinculará a la asociación de los Valores islámicos, desde donde se denunciaban las orientaciones laicas del FLN. En los años setenta preparó su doctorado en Ciencias de la Educación en Inglaterra. En los ochenta, tras las revueltas de octubre de 1988 sugerirá la creación del Frente Islámico de Salvación cuya constitución definitiva se anuncia en febrero de 1989, con él como portavoz. Madani representará al sector más político y prudente del FIS frente a Ali Benhadj, representante del sector radical del movimiento.
Personaje
Científico
Desempeñó la tarea de representar a España ante la Sociedad de Naciones y hasta el estallido de la Guerra Civil actuó como embajador en Estados Unidos. A partir de esta fecha se exilia en Gran Bretaña. En los años sesenta, encabezó la oposición a Franco y cuando el dictador murió regresó a España. En 1976 recuperó el sillón de la Real Academia Española, que se le había designado en 1936. De su faceta como historiador, es digna de mención su obra sobre "España y su imperio colonial". También realizó críticas literarias y ensayos como "Guía del lector del Quijote". Dentro de sus escritos filosóficos y políticos destaca la defensa de la democracia. Es autor de novelas como "El corazón de piedra verde" y "Guerra en la sangre", donde relata la historia de Latinoamérica.
obra
Posiblemente con motivo del matrimonio entre Maddalena Strozzi y el rico comerciante Agnolo Doni en 1504 se realizó este retrato doble que formaría un díptico. La joven aparece en primer plano, vestida con sus mejores galas y portando ricas joyas como el colgante con una poderosa perla y los anillos. Se recorta ante un paisaje donde observamos un árbol típicamente umbro y una villa de campo rodeados de montañas, obteniendo un significativo efecto de perspectiva. Rafael se ha centrado claramente en el rostro de la dama y en la expresión que manifiesta, interesándose por sus ojos que se dirigen a un lateral. Las manos se convierten en otro importante foco de atención, conjugando calidades y expresividad para crear uno de sus mejores retratos. La opulencia de la modelo queda reflejada contundentemente al conseguir un efecto volumétrico de gran belleza, reforzada por el amplio escote que también observamos en La embarazada o la Dama con Unicornio. La influencia de Leonardo está presente, acercándose a la famosa Gioconda. Un seguidor tardío de Sanzio pintó en el reverso de la tabla un episodio del mito de Decaulión y Pirra referido al salvamento de ambos del cataclismo, temática que también aparece en el reverso del retrato de su marido.