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lugar
Pequeña localidad de Navarra, a unos 450 m. sobre el nivel del mar, que tiene unos 250 habitantes, actualmente. De ella llaman la atención principalmente los restos romanos; las excavaciones llevadas a cabo han sacado a la luz una villa romana, donde destacan los bellos mosaicos que hoy pueden verse en el Museo de Navarra, en Pamplona. También importantes son la iglesia de Santa María de Belén, edificio moderno con vestigios medievales góticos, y el puente construido en el siglo XVI.
Personaje Literato
Ingresó en la Orden franciscana y se interesó por la filosofía, especialmente por Bacon y Descartes. Alcanzó el cargo de profesor de la Universidad de Chuquisaca y desde su cátedra ayudó a la difusión de los postulados revolucionarios. Sus opiniones -tanto políticas como filosóficas- fueron duramente rebatidas por los escolásticos. Entre sus obras destaca la dedicada a cómo erradicar la mendicidad de la región de Guatemala.
termino
acepcion
Tela que sirve como soporte de una pintura, especialmente si ésta es de algodón, cáñamo o lino.
acepcion
Parte de muralla que corre en línea recta.
material
Personaje Pintor
Hijo de un bordador de Gante, Jan Lievens se inició en la pintura con Joris van Schooten, trasladándose con 10 años al taller de Pieter Lastman en Amsterdam donde coincidió con Rembrandt. Ambos jóvenes artistas regresaron a su Leiden natal estableciéndose en un taller, siendo socios durante una temporada. El estilo de Lievens está tan vinculado al de Rembrandt en los años finales de la década de 1620 que se han llegado a confundir las obras de ambos. En 1632 se traslada a Londres trabajando para la corte británica, donde conoció a Van Dyck, cuyo estilo asimilará a partir de aquel momento y especialmente tras su traslado a Amberes desde 1635. Tras pasar en Flandes unos 10 años, se instala en Amsterdam para años después estar documentado en La Haya, siendo uno de los fundadores de la cofradía de pintores de esta ciudad. En sus años finales alternó estancias en Leiden y en La Haya, recibiendo importantes encargos de las instituciones públicas para decorar sus edificios. Su temática favorita serán los retratos sin menospreciar los encargos de tema histórico o alegórico, interesándose en sus últimos momentos por el paisaje inspirado en Rubens y Adrien Brouwer.
contexto
A lo largo del período de la pentecontecia, o cincuenta años de paz, la que se vería, como se había visto y se verá, constantemente violada, las relaciones de Esparta con sus aliados no aparecen del todo claras. Por un lado, la Liga del Peloponeso sería la heredera de las relaciones creadas antes de las guerras médicas entre Esparta y las ciudades de la península, que para Heródoto eran una forma de sumisión. Sin embargo, la guerra misma había transformado esa liga en una Liga Helénica, que tuvo vigencia teórica hasta mediados de siglo, pero que de hecho se había desvirtuado desde el momento en que se formó otra alianza en torno a los atenienses. Ello sin duda repercutió en las relaciones internas entre los peloponesios, como puede deducirse de los acontecimientos en los que al parecer había tenido un papel promotor Temístocles. La difusión de la democracia había significado paralelamente la aparición de impulsos secesionistas. Sin embargo, una vez que se llegó, en los cincuenta, a una tregua en el problema mesenio y, en los cuarenta, a la paz con Atenas, la situación va haciéndose más estable. Ello no impide, de todos modos, que la alianza siga teniendo un carácter relativamente heterogéneo. Tucídides, en el libro II, capítulo 9, señala claramente una diferencia entre los aliados procedentes del Peloponeso y los de fuera del Istmo. De dentro estaban todos menos los argivos y parte de los aqueos, de fuera del Peloponeso se cita a los megarenses, los beocios, los locrios, los focidios, los ampraciotas, leucadios y anactorios. Ello parece responder no sólo a un criterio geográfico, sino a circunstancias de tipo político, dado que, al parecer, sólo los peloponesios estaban atados por los votos del conjunto de la Liga. Sin embargo, la identificación geográfica no es total, pues los beocios y, tal vez, los focidios y locrios aparecen en algunas circunstancias como si estuvieran integrados plenamente en la Liga con todas sus consecuencias. El problema, con todo, permanece vinculado más bien a la posibilidad de atribuir caracteres institucionales a realidades expresadas como los espartanos y sus aliados, que pueden corresponder a alianzas sujetas a las alternativas de las relaciones entre pueblos y entre los sectores que funcionan en cada ciudad, partidarios o no de respetar las condiciones de cada alianza en cada momento. Los juramentos funcionaban de acuerdo con factores ajenos al mundo de un derecho internacional que, como tal, no tenía una existencia plena. De las expresiones con contenido jurídico, así como de las actuaciones concretas, se deduce que la alianza, que puede definirse como symmachía, por la que los aliados han jurado tener los mismos amigos y los mismos enemigos, se configura como un conjunto de relaciones establecidas, una a una, entre Esparta y los demás. No hay un pacto común ni pacto de las demás ciudades entre si. Ahora bien, la Liga pretendía convertirse, a pesar de todo, en una institución permanente y todos los miembros de esa Liga, formada a través de alianzas particulares con Esparta, tenían voto dentro de ella. De cualquier modo, la condición específica y particular de Esparta se notaba en la existencia de una superioridad de hecho, a la que los textos antiguos califican como hegemonía. Por una parte, permanece vigente la cláusula fundamental de las alianzas particulares con Esparta, tener los mismos amigos y los mismos enemigos que ella, lo que se traduce en una inmediata superioridad en el plano bélico. Se hacen las guerras que Esparta determine, porque, además, existe una cláusula, tal vez tardía, que fuerza a todos a seguir a los espartanos adonde ellos los conduzcan. Por otra parte, en los congresos de la Liga, Esparta vota de manera independiente frente al conjunto de los aliados, lo que de hecho los convertía en seguidores de las decisiones hegemónicas. Ella es, en tercer lugar, la única ciudad con capacidad para convocar ese congreso y, además, la que ejercía la presidencia. Todo esto transforma el problema del voto en una cuestión sin sentido. La Liga del Peloponeso era la expresión de la hegemonía espartana en el Peloponeso, con el añadido de algunas otras ciudades, por afinidades que se van concretando según se crea la diferenciación dicotómica que va a conducir a la guerra del Peloponeso. La denominación normal de la Liga es, así, la de lacedemonios y aliados y sólo en algunos momentos los oradores se dirigen a los aliados, sin especificar a los miembros de la ciudad hegemónica. Por ejemplo, da la impresión de que los corintios, antes de la guerra del Peloponeso, tengan necesidad del voto de todos para que la Liga se decida a declarar la guerra. En ésta, serán naturalmente los espartanos los que desempeñen todas las jefaturas militares. El mando supremo estaba, consecuentemente, en manos del rey. El papel del congreso de la Liga se revelaba sobre todo en las declaraciones de guerra del conjunto, pues a él habrían de acudir tanto Esparta como las demás ciudades para iniciar una guerra que pudiera considerarse responsabilidad de todos, y por ello se explica que entonces los corintios hablaran a los aliados, y no específicamente a los espartanos, para pedir que se iniciara la guerra del Peloponeso. Luego, no siempre, sobre todo en momentos conflictivos, cada miembro actuaba en consecuencia. De hecho, los aspectos jurídicos quedaban superados por los religiosos, pues el juramento sacro era el que daba valor al pacto, de la misma manera que la cláusula de reserva se fundamentaba también en que alguna oposición se expresara por parte de dioses o de héroes. Este impedimento se manifestaba habitualmente en forma de coincidencia con alguna fiesta religiosa o de sacrificio cuyos resultados negativos indicaran que la divinidad se oponía a la campaña en cuestión. No parece, en cambio, que la Liga funcionara como algo parecido a un estado federal, pues ni siquiera era el organismo supremo representado por el congreso el encargado de arbitrar en las cuestiones que pudieran surgir entre sus miembros.
contexto
La época de la historia griega en que la estructura predominante es la representada por la ciudad estado se caracteriza igualmente, en la época final de crisis situada en el siglo IV, por las luchas entre esas mismas ciudades. Como mecanismos defensivos en el mundo de las ciudades se crean sistemas federales, indicativos de las diferentes circunstancias que llevaron a la creación dentro de ellas de cierta situación de impotencia. Esto se debía a la presencia de las monarquías, sistemas que revelaban su creciente capacidad para controlar la situación social y política. Anteriormente, durante el período de las luchas entre las ciudades, la institución de la isopoliteia había servido de método defensivo contra ciudades más poderosas. Ahora, su funcionalidad se centra fundamentalmente en la defensa frente a las monarquías. El koinón existía antes del Helenismo, pero ahora recibe una nueva funcionalidad. Por otra parte, junto a la confederación existente en el mundo de las ciudades, creadoras de una koinón, también se habían reunido ya en época clásica las comunidades que sólo habían llegado a definirse dentro de un ethnos. Desde la época clásica, los tesalios se han reunido en la Liga Tesalia, que ahora se convierte en el órgano de penetración macedónico en Grecia. Las circunstancias precisas que dominan en el mundo griego durante este período favorecen la propensión de las clases dominantes a crear organizaciones más amplias capaces de controlar el mundo de la piratería y de garantizar la seguridad para los medios de intercambio y para la explotación de los sectores marginales. Las ligas resultan de la solidaridad entre las clases dominantes de las ciudades tanto como de la necesidad de algunas de esas ciudades de resistir a los poderes exteriores, que vienen, en otros casos, a ofrecer medios de resistencia para consolidar el poder de las mismas clases dominantes. Las ligas resultan, por tanto un elemento heredado y nuevamente utilizado en la situación recientemente creada. En cada caso, la historia previa y la de su reutilización responden a condiciones específicas. Como factor en el origen de la transformación del mundo clásico en el mundo helenístico, seguramente las ligas desempeñaron un importante papel. Así, después de haber servido de órgano integrador de los griegos bajo el poder macedónico, la Liga de Corinto había servido como elemento de identificación de las tradiciones griegas bajo Demetrio Poliorcetes, que le proporcionó las bases democráticas para identificarla con la ciudad de Atenas. Más tarde, en el año 224, Antígono organizaría la Liga Helénica, como una especie de Liga de Ligas. Antes, Antígono I ha colaborado a la creación de ligas, en Jonia o en las Islas, como canales de influencia de su propio poder. La Liga, como organización de entidades superiores a la ciudad, viene a ser representativa del proceso de aumento del trabajo esclavo, creador de mayores diferencias dentro de las mismas clases libres, factor de ruptura de la ciudad, que, si no se ve superado por el proceso de creación de los grandes reinos helenísticos, lo hace por el sistema de la organización de la Liga. La mayor separación entre las clases, incluso dentro de las clases de los libres, favorecerá la proliferación de los mercenarios, de la emigración y de las revueltas, factores favorables a la definición de grandes espacios políticos, fortalecidos como método de controlar los elementos organizativos de las nuevas formas de estructuración. Junto a las ligas de ciudades, importan de modo específico aquellas que tienen como base y fundamento las comunas de tipo cantonal como la Liga Etolia, que tiene como centro el templo de Apolo en Termo, donde se reúne la asamblea del pueblo en armas, como creadores de una sympoliteia, equivalente de la isopoliteia. Hay una asamblea y una boule, con los convocados de la comunidad, apokletoi, por lo menos desde 280, aunque se sabe que hay Liga por lo menos desde 367, según un documento epigráfico. Antes de la intervención macedónica, las Ligas Arcadia y Beocia habían desempeñado un papel importante en el proceso de sustitución del protagonismo de la polis. Ahora, se suma la Liga Aquea, organización efectiva por lo menos desde 255, con una ekklesia, que aparentemente sólo resultaba eficaz para las alianzas y las declaraciones de guerra. Sin embargo, desde la época de Arato de Sición, había iniciado una política agresiva, actuando en favor de la liberación de Corinto y contra otros sistemas definidos como tiranías. El momento culminante de la Liga Aquea tuvo lugar en la época de Filopemen, en que la Liga estableció la convocatoria de reuniones rotatorias con el centro en Egión, con un ejército dirigido por un general y diez epidemiurgos. El sínodo aqueo era el equivalente a la reunión de una boulé, mientras que el sìnkletos vendría a equivaler a una asamblea de todos, donde se tomaban las decisiones por votación popular entre las masas de las poblaciones de más de treinta años. Cada ciudad, de todos modos, mantenía su independencia. En el año 217, la guerra social representó el enfrentamiento entre Macedonia y sus aliados, la Confederación Aquea y la Liga Etolia.