Uno de los más interesantes monumentos de Loja, se sitúa en pleno centro de la localidad, sobre el solar de la mezquita aljama. Su construcción se inicio al poco de la toma cristiana, si bien los trabajos se prolongaron en el tiempo, por lo que aúna estilos diferentes. En una primera fase, hasta el siglo XVII, se aprecian rasgos renacentistas. Sin embargo, el aspecto actual se debe en gran medida a la reforma efectuada sobre el templo en la segunda mitad del siglo XVIII, en cuyos trabajos intervino Ventura Rodríguez. En ellos se aprecia la influencia del estilo neoclásico, y comprendieron la erección de una torre, levantada en 1784 por Domingo Lois de Monteagudo -discípulo de Rodríguez-, y de una monumental cabecera.
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<p>Iglesia de estilo neoclásico cuyo principal responsable es José Álvarez. La iglesia no se pudo acabar aunque, por sus proporciones, pureza de líneas clásicas y obras de arte en su interior, es considerada como uno de los templos más interesantes de Écija, Su periodo de construcción abarca desde el siglo XV hasta el XIX. En el exterior, se puede ver una torre correspondiente al antiguo alminar de la mezquita mayor; los cuerpos superiores son renacentistas, atribuidos a Hernán Ruiz II, y repiten ciertos detalles arquitectónicos de la Giralda de Sevilla, como es el ángel-veleta que porta la Cruz de Cristo. El interior de la iglesia destaca por su nave sin finalizar, con restos del arco mudéjar y del patio renacentista que, junto con los jardines, dan una visión romántica del conjunto. En el sagrario se venera a Nuestra Señora del Valle, patrona y alcaldesa perpetua de la ciudad, imagen gótica del siglo XIII relacionada con la Escuela de Reims. En cuanto a la decoración, destaca el Cristo de la Sangre, tallado por Gaspar del Águila en el siglo XVI, entronizado en el magnífico retablo atribuido a Cristóbal de Guadix. El retablo mayor es barroco, del siglo XVIII, lleno de imágenes de la Orden de la Merced. Una de las piezas más valoradas de la iglesia es el sarcófago paleocristiano del siglo V con relieves escultóricos del Buen Pastor, y escenas del Antiguo Testamento. Por último, la iglesia conserva una de las obras maestras de Villegas Marmolejo, la pintura sobre tabla de Cristo, fuente de la Vida, de inspiración flamenca.</p>
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Iglesia levantada entre los siglos XV - XVI, fue mandada construir por los Reyes Católicos sobre el solar de la antigua Mezquita Mayor. Es de traza gótica de Enrique Egas y Diego Siloé. El exterior cuenta con una poderosa torre que se puede divisar desde cualquier punto de Alhama. El interior está formado por una sola nave de amplias proporciones bajo bóvedas estrelladas de nervadura y potentes contrafuertes en el exterior. A partir de 1505, se nota la influencia de Bernardo Ximénez, quien ejecutó la capilla mayor y dos tramos de la nave según trazado de Diego Martínez y Rodrigo Hernández. El interior cobija un patrimonio artístico de notable valor, que incluye una rica colección de piezas textiles de uso litúrgico, pinturas, esculturas y, por último, el púlpito, decorado con motivos de inspiración mudéjar.
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En el lugar que hoy ocupa la parroquia de Santa María estuvo edificada la mezquita de la ciudad, construyéndose una primera iglesia tras la toma de Estepa por los cristianos en 1241. Precisamente, el templo fue puesto bajo la advocación de Nuestra Señora de la Asunción en recuerdo del día de la conquista, el 15 de agosto. Varios arcos y pilastras de esta primitiva iglesia del siglo XIII aún se conservan. El aspecto actual del templo corresponde a las obras que se realizaron a finales del siglo XV y principios del XVI, resultando un edificio de estilo gótico tardío. Presenta planta basilical, con tres naves separadas por pilares -más alta la central que las laterales- y cubiertas por bóvedas de arista, cañón o estrelladas. Un presbiterio rectangular remata la planta del templo. Andrés de Ocampo es el responsable del Retablo Mayor, del que se conserva la estructura y parte de las piezas de escultura y pintura que lo componían. Entre las piezas de orfebrería destaca el Lignum Crucis bizantino, del siglo XII. Al exterior, la iglesia ofrece un particular aspecto de fortaleza al situarse dentro del primitivo recinto amurallado y ser la única parroquia de la ciudad. En los pies se alza la sencilla portada principal mientras que en la fachada norte se abre otra puerta.
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<p>La Virgen de la Asunción está estrechamente ligada con la historia de Estepa ya que el primer templo cristiano de la villa fue construido bajo su advocación. Situada entre la casa-palacio de los marqueses de Cerverales y el antiguo Hospital, no existen muchos datos sobre la construcción de la iglesia. Parece ser que la Cofradía de la Asunción fue la encargada de su edificación, contando con la aportación de importantes mecenas locales. La iglesia presenta una sola nave, con dos capillas y el camarín -estructura hexagonal profusamente decorada con asuntos marianos, iluminada por cinco ventanas y cubierta por una cúpula de media naranja-. La nave se cubre con bóveda de cañón con lunetos, asentada en arcos fajones que dividen el espacio en cuatro tramos. La zona del presbiterio queda cubierta por una cúpula sobre pechinas. En el interior del templo sobresalen el zócalo -donde se juega con el contraste de las tonalidades negras y rojas-, el púlpito -realizado en mármol, jaspe y alabastro-, el Retablo Mayor -dorado en 1749-, el retablo ejecutado por Andrés de Carvajal en 1766 y la decoración pictórica, obra del artista Manuel de Jódar y Romero. La portada del templo es sencilla, realizada en cantería. Está formada por dos cuerpos de acentuado carácter ascensional, destacando el arco parabólico del balcón, elemento considerado por algunos especialistas obra del cantero Andrés de Zabala.</p>
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El origen de este templo se remonta a época medieval, pasando por diversos momentos, algunos de franca decadencia como cuando fue ocupado por soldados en tránsito en la villa. En los últimos tercios del siglo XVIII Cristóbal García llevó a cabo los trabajos que dan a la iglesia su fisonomía actual, no sin llevarse a cabo algunas reformas en el siglo XIX y en los últimos tiempos. El templo presenta una sola nave -cubierta por una bóveda de cañón rebajado- a la que se abren cinco capillas -tres de ellas añadidas en el siglo XIX- y el presbiterio, separado de la nave por un curioso arco toral trilobulado. Esta estructura se cubre con una cúpula sobre pechinas. En los pies del templo se halla el sotocoro y el coro, quedando ambos espacios separados por una triple arquería que descansa sobre columnas de capitel toscano. Destaca en el interior de la iglesia el revestimiento de mármol en tonalidades rojas y negras que adorna los muros, el púlpito en jaspe de los mismo colores, el Lignum Crucis -custodiado en un pequeño relicario de plata-, la Cruz parroquial realizada en plata durante el siglo XVI, el Retablo Mayor -obra ejecutada por Juan José González Cañero entre 1733-49-, la imagen del Dulce Nombre -un Niño Jesús en actitud bendiciente-, así como una amplia serie de imágenes de santos de buena factura, El camarín es obra de Nicolás Bautista de Morales, fechado entre 1758-90. Presenta planta octogonal cubierta con cúpula. Como en todo este tipo de estructuras, la decoración es abigarrada, destacando el gran vano de luz del centro, recubierto el arco con jaspes y mármoles. Debajo del camarín se halla la sacristía, también de planta octogonal, decoradas sus paredes con rocallas y estípites. Al exterior, la iglesia presenta dos estructuras diferenciadas: la nave con sus capillas, adosadas entre los contrafuertes, y el conjunto del camarín y el presbiterio, cubierto por sus cimborrios. La sencilla fachada luce una portada en piedra, compuesta por dos pilastras toscanas, rematadas por un friso decorado con el escudo de los marqueses de Estepa y una inscripción conmemorativa.
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<p>El origen de esta iglesia debemos buscarlo en la fusión entre las Hermandades del Corpus Christi y del Rosario del Carmen en 1728. El templo presenta planta de salón, cubierta con bóveda de medio cañón. En el antepresbiterio se alza una cúpula sobre pechinas mientras que el presbiterio se cierra con una bóveda vaída. A lo largo del siglo XVIII, las hermandades pondrán todo su empeño en decorar el templo. El Retablo Mayor fue realizado en 1743 por Juan José González Cañero. Numerosas piezas de escultura y pintura adornan las paredes del templo, destacando la imagen de San José con el Niño del escultor Luis Salvador Carmona y las escenas carmelitas que decoran la bóveda siguiendo el estilo de Zurbarán casi independiente se halla el camarín donde se guarda la figura de la Virgen del Carmen. Este espacio arquitectónico se cubre con bóveda de media naranja, dividida en ocho paños decorados con arquitecturas fingidas y las figuras de los Evangelistas y los Padres de la Iglesia. La sacristía está organizada alrededor de una columna central, sobre la que descargan cuatro bóvedas de arista. Andrés Zabala es el autor de la portada, fechada en 1768. En su decoración se combinan placas de mármol blanco y negro para crear un impactante efecto plástico que sumado al dinamismo y la teatralidad de sus elementos hacen de ella una de las fachadas más importantes del barroco andaluz del siglo XVIII.</p>
contexto
Las primeras comunidades cristianas se constituyeron en grupos (ecclesiae), dentro del marco de las asociaciones romanas como colegios o asociaciones eclesiásticas, enmarcados en la ley de las asociaciones religiosas romanas, las cuales podían poseer bienes en común (res communes). Posteriormente, Constantino concedió a la Iglesia la plena capacidad jurídica para poseer, adquirir y concertar cualquier negocio jurídico-patrimonial. Puesto que las líneas generales del nacimiento, desarrollo y expansión del patrimonio de la Iglesia son mucho más conocidas en el resto del Imperio que en Hispania, podemos suponer que, pese a la falta de fuentes, las condiciones generales de la Iglesia hispana serían similares a las de otras provincias ya que su situación jurídica, basada en la legislación imperial, era la misma.