Convento fundado en el año 1500, formado por un abigarrado conjunto de edificios que se levantan en la parte antigua de la ciudad. Destaca especialmente su iglesia. La autorización eclesiástica para su fundación fue dada por el Pontífice Alejandro VI, en bula concedida en Roma en 1499. Sus fundadores fueron Alonso Fernández de Córdoba y su esposa, María de Velasco y pertenece a la orden de las Clarisas de la orden de San Francisco. Destaca su portada con columnas salomónicas, único ejemplar totalmente en piedra existente en la provincia, apareciendo superpuesta en dos pisos. Esta obra está relacionada con la de Hurtado Izquierdo en Córdoba o la fachada de la Universidad de Granada. La fachada se cree que pertenece al primer cuarto del siglo XVIII. La iglesia es de planta rectangular, tipo cajón, y está fechada entre los siglos XVI - XVII. En sus pies, la iglesia se prolonga por un coro bajo, separado de la misma por una celosía de inferior altura al resto del templo; además cuenta con otro coro, lateral al presbiterio. Por último, cuenta con una capilla que se erigió como sepultura de Martín de Córdoba, cuarto hijo del primer conde de Alcaudete. Posee una reja de principios del siglo XVII con el escudo nobiliario de los condes.
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monumento
Dentro del recinto amurallado, en la parte más alta de Estepa y a espaldas de la iglesia de Santa María, se encuentra el convento de Santa Clara. Fundado en 1559 por los marqueses de Estepa, serán sus propias hijas las primeras en tomar aquí los hábitos. No en balde, buena parte de los gastos de la construcción del convento se sufragaron con la dote de la hija mayor, sor María de Santa Clara. El templo presenta una sola nave, cubierta con bóveda de cañón con acentuados arcos fajones y lunetos. En el antepresbiterio se alza una cúpula de media naranja sobre pechinas. En la exuberante decoración interior sobresale el Retablo Mayor, realizado en 1708 por Pedro Ruiz Paniagua, empleando el orden salomónico. Este retablo sirve de modelo para los demás que se encuentran en el templo. En los pies se alza el muro que separa la zona de clausura, en la que se incluyen los coros, cerrados con sendas rejas de gran belleza. Entre las obras de arte que se conservan en el convento destacan algunas esculturas -entre ellas un Cristo Crucificado, de Luis Salvador Carmona- y piezas de orfebrería. La fachada de la iglesia sigue un diseño protobarroco, con frontón partido, volutas y pináculos, coronado con una hornacina adornada con una talla de la patrona de la fundación. A su alrededor se encuentran tres escudos: de la Orden Franciscana, de la familia Centurión y de los Fernández de Córdoba.
monumento
La fundación del convento de la Encarnación, del que solo ha llegado hasta nuestros días la iglesia, data del 10 de octubre de 1590. Tuvo como patrocinador y promotor material al IV Conde de Alcaudete, D. Francisco de Córdoba y Velasco. El templo, de estilo manierista, está dentro de las concepciones arquitectónicas de la época, así como de las especiales características de las iglesia conventuales de los carmelitas descalzos. La planta, de una sola nave, se abre formando un corto crucero cubierto por una cúpula, en la cual al ser limpiada han quedado al descubierto una serie de pinturas que representan a los cuatro evangelista, a Santa Teresa y San Juan de la Cruz. A los pies de la iglesia se encuentra el coro sobre arco carpanel. Tras el presbiterio nos encontramos con el camarín de Nuestro Padre Jesús Nazareno, cubierto por una bóveda barroca. Esta iglesia posee dos de las imágenes más importantes de Alcaudete: San Elías, de Pedro de Mena, y un Cristo Yacente, atribuido a José de Mora o de su escuela. Ambas imágenes procesionan en Semana Santa.
obra
Fotografía cedida por el Servicio de Promoción e Imagen turística del Gobierno de Navarra.
monumento
Este edificio, construido entre el siglo XII y XIII, responde al estilo románico tardío. Realizado a instancia de la Orden del Temple, su planta es de dos naves y aparecen ambas cubiertas con una bóveda ligeramente apuntada. Destaca su portada con un arco apuntado y arquivoltas decoradas. Dentro de esta iglesia es digna de mención una imagen de la virgen, de finales del siglo XII, así como una talla de un crucifijo gótico, que está considerado como uno de los más bellos de toda la época. En el siglo XVIII se realizó un edificio adjunto a esta iglesia.
monumento
<p>Aprobado el proyecto de Jules-Hardouin Mansart para la construcción de una iglesia en el Hôtel des Invalides, las obras comenzaron en el año 1677, concluyéndose en lo fundamental en 1691, aunque todavía se prolongaron algunos trabajos hasta 1735, siendo Robert de Cotte quien dirigió la fase final de ésta que se llamó la Eglise du Dôme por la cúpula que domina el conjunto y que fue uno de los deseos del rey. La planta de la capilla es de tipo centralizado, en forma de cruz griega a la que se unen pequeñas capillas en los ángulos. Estas comunican con el espacio central a través de un largo y estrecho pasillo, idea que ya aparecía en los proyectos de François Mansart para el Panteón de los Borbones y que se hicieron en el Val-de-Grâce y en la iglesia de la Visitación. Con frecuencia, se han señalado varias relaciones entre esta capilla y la basílica de San Pedro del Vaticano. Como primer aspecto estaría el intento de revalorizar la cúpula, empleando para ello una planta semejante a la de Miguel Angel, aunque por otra parte también es cierto que contaba con numerosos antecedentes franceses de iglesias de planta centralizada tendentes a hacer resaltar las cúpulas. Igualmente se relaciona con la basílica vaticana la intención de disponer ante el edificio una explanada cuadrada, cerrada con arquerías y delimitada con cuatro pequeños pabellones con cúpulas, que se asemejaría a la plaza de San Pedro de Bernini. Sin embargo, ésta no llegó a realizarse, y solamente se pudo realzar la fachada y la cúpula con una gran avenida que, a través del campo, permitía la visión del conjunto, y que es la actual Avenue de Breteuil. La composición de la fachada puede estar igualmente inspirada en las obras de François Mansart, pues con frecuencia se ha señalado la semejanza con la de la iglesia de los Mínimos de París, construida por él. Pero de todas formas su estructura también entra dentro de la corriente francesa del momento, pues se constituye a base de dos cuerpos con un frontispicio en la parte central resaltado por medio de columnas y coronado por un frontón triangular, apreciándose en general una progresión de planos que van sobresaliendo hacia el centro, lo que le da una movilidad plenamente barroca. Además, la fachada queda unida estructural y estéticamente con la cúpula de la que no debe desligarse. Esta, aunque en última instancia procede de la de San Pedro del Vaticano, resulta sumamente curiosa gracias a algunos aspectos particulares que presenta, destacando de una forma especial su tendencia a la verticalidad y a la movilidad, a lo que contribuyen varios elementos dispuestos sabiamente por Jules-Hardouin Mansart. La verticalidad está determinada por la duplicación del tambor, al que ha añadido un segundo cuerpo. En segundo lugar, dispuso en el tambor, directamente sobre cada una de las pechinas, un par de contrafuertes, que aparte de su función arquitectónica, sirven también para disminuir el efecto óptico de estatismo en la cúpula. Finalmente, en la articulación del tambor merece una especial atención la disposición de un machón, en vez de un vano, directamente en el eje de la fachada, lo cual resulta absolutamente anticlásico, repitiéndose el mismo esquema en la linterna. La ligazón de la cúpula con la fachada también queda de manifiesto en otros aspectos, como, por ejemplo, la composición a base de unas líneas que ascienden desde las columnas del pórtico a través de los contrafuertes del primer piso del tambor y las aletas del segundo, hasta las costillas de la cúpula. Además, entre estas últimas se colocaron trofeos dorados que añadieron una nota de barroquismo al conjunto. Por otra parte, la estructura de la cúpula también está relacionada con las proyectadas por François Mansart para el Panteón de los Borbones y la iglesia de la Visitación. Hay así una primera cúpula truncada, por encima de la cual está la verdadera, en la que se pintó la Gloria celestial; ésta recibe una luz pensada bajo conceptos escenográficos y de sorpresa plenamente barrocos, ya que la iluminan los vanos abiertos en el segundo cuerpo del tambor, que desde el interior de la iglesia están ocultos de la vista por la cúpula truncada. El aspecto del interior del edificio es también muy barroco, aunque en la actualidad está muy alterado por la excavación hecha bajo la cúpula para acoger la sepultura de Napoleón. En esencia, los muros se articulan mediante un orden corintio a base de pilastras en los brazos de la cruz, y un par de columnas ante cada uno de los cuatro machones que dan hacia el espacio central. Entre cada uno de estos pares de columnas se abren, bajo unos relieves de piedra, los vanos que sirven de comunicación con las capillas angulares, siendo por tanto el mismo esquema utilizado en la iglesia del Val-de-Gráce, con la salvedad de que aquí, como en San Pedro del Vaticano, de donde en última instancia derivan, en lugar de relieves hay unos balconcillos.</p>
monumento
Iglesia levantada en el año 1774, con una fachada vistosa a base de piedra y espadaña. De nave única cubierta con bóveda de cañón, se trata de una iglesia de reducidas dimensiones. Cuenta con un retablo mayor de la primera mitad del siglo XVII, compuesto por dos cuerpos y tres calles separadas por columnas de fuste estriado.