Siguiendo el modelo de Constantino, la iglesia tiene planta basilical, aunque en este caso la forma se aproxima más a un cuadrado que a un rectángulo. El espacio interior, coronado con una grandiosa cúpula de 33 metros de diámetro, llama la atención por su espacialidad y dominio técnico. Su construcción se llevó a cabo en tan sólo cinco años.
Busqueda de contenidos
obra
Los arquitectos encargados de la construcción de la iglesia de Santa Sofía, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto, idearon un modelo completamente original, capaz de dar una respuesta adecuada a un recinto de grandes dimensiones: un recinto de más de mil metros con una cúpula de 31 metros y que no se apoya sobre muros sólidos sino que está suspendida en el aire. Sobre los pilares principales, que determinan un cuadrado de 44 metros de lado, se tendieron cuatro grandes arcos, los de los lados norte y sur embebidos en los muros laterales de la nave y apenas perceptibles desde el interior, pero fuertemente marcados en el exterior por encima del tejado. Sobre los vértices de los arcos y las cuatro pechinas irregulares que los unen, se alza la cúpula principal, una concha gallonada por cuarenta nervios y cuarenta plementos curvos, reforzada en el exterior mediante cuarenta nervaduras cortas, colocadas a estrechos intervalos y que enmarcan pequeñas ventanas. Para contener los empujes centrífugos de la cúpula, Antemio e Isidoro adoptaron una solución distinta para el eje este-oeste que para el norte-sur. De este modo, dispusieron delante y detrás de la cúpula central dos semicúpulas del mismo diámetro que la principal y que descansan, a su vez, en dos pequeños nichos, conformando un sistema de contención coherente y eficaz. En el eje transversal la solución es distinta; remite a muros tímpanos horadados que coronan un juego de arcadas apoyadas en columnas en los dos pisos. En el piso bajo, cuatro enormes fustes forman visualmente una especie de velo que define el espacio; en el superior, las seis columnas sostienen el tímpano, produciendo una impresión de notable ligereza. Detrás de estas columnatas, tanto en el lado norte como en el sur, se extienden dos galerías superpuestas, cubiertas con bóvedas de aristas. Allí, dos poderosos pilares sirven para contrarrestar los empujes de la cúpula central.
obra
Los arquitectos encargados del proyecto de Santa Sofía, Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto se propusieron crear un espacio interior de enormes dimensiones. Procopio lo definió asi: "Todos estos elementos, sabiamente ajustados en el espacio, suspendidos unos y otros, y reposando solamente en las partes adyacentes a ellos, producen una destacable y única armonia en el conjunto; y hacen difícil para el espectador el que detenga su mirada en alguno en concreto por largo tiempo, pues cada detalle atrae rápidamente la atención en sí mismo. De este modo, la mirada gira constantemente alrededor y los espectadores son incapaces de seleccionar un elemento que sea más digno de admiración que otro".
museo
La revuelta popular que se produjo en Constantinopla en el año 532 acabó con la destrucción, entre otros edificios, de la catedral de Santa Sofía. Justiniano no dudó en edificar una nueva catedral, eligiendo para ello a los arquitectos Antemio de Tralles e Isidoro de Mileto. Las obras duraron cinco años, once meses y diez días, siendo consagrado el templo el 26 de diciembre del año 537. Justiniano dijo en aquella ocasión: "Salomón, te he vencido" aludiendo a que con esta nueva iglesia había superado el famoso templo de Jerusalén edificado por el rey israelí. El diseño no tenía antecedentes próximos ya que mezcla la planta basilical -formada por un rectángulo de 77 metros por 72- y la rotonda, combinación que da como resultado un edificio asentado sobre la cúpula, elemento central del edificio. La cúpula de 31 metros de diámetro contrarrestaba sus empujes laterales a través de dos bóvedas de cuarto de esfera, cuyos empujes son a su vez recibidos por otras cuatro menores de igual forma y dos bóvedas de cañón en las naves laterales. Los diversos empujes se contrarrestan al tiempo con gruesos estribos en los que se alojan las escaleras. El acceso se realiza por un atrio, un exonartex y un nartex. En el alzado podemos contemplar las tres naves y los dos pisos de arquerías sobre columnas, aportando mayor ligereza a la construcción. Cuatro arcos sobre pilares soportan toda la estructura de la enorme cúpula, que se asienta sobre pechinas. Esta cúpula se eleva hasta los 65 metros de altura y está reforzada por 40 nervios, entre los cuales observamos ventanas que permiten una mayor luminosidad en el templo, al igual que las ventanas de los arcos y las paredes laterales. Bóvedas y cúpula están cubiertas de mosaicos mientras que las paredes se revisten con zócalos de mármol, material que también se empleó para las columnas. Después que los turcos asumieran el control de Constantinopla en 1453, transformaran Santa Sofia en una mezquita y fueron agregados cuatro altos y finos minaretes. Los daños causados por los terremotos motivarían la restauración del edificio en numerosas ocasiones. En la actualidad es un museo en cuyo interior se puede contemplar la influencia de las religiones y de las culturas cristiana e islámica en sus decoraciones y frescos.
obra
La realización más interesante de los años finales del siglo XVI en Roma es la fachada de Santa Susanna (1597-1603) de Carlo Maderno, obra que debió aparecer ante sus coetáneos como un acontecimiento de igual importancia innovadora a la de las empresas pictóricas de esos mismos años.
monumento
La lenta superación de las formas tardo quinientistas vino de los trabajos en las fachadas de las iglesias, destinadas a vivir en una relación más estrecha con el espacio urbano. La realización más interesante de aquellos tiempos es la fachada de Santa Susanna (1597-1603) de Carlo Maderno, obra que debió aparecer ante sus coetáneos como un acontecimiento de igual importancia innovadora a la de las empresas pictóricas de esos mismos años. Aunque parte del inorgánico esquema de fachada usado a fines del siglo XVI, ejemplificado por las obras de G. della Porta en el Gesú y en San Luigi dei Francesi, la fachada de Maderno vibra gracias a la plasticidad de sus miembros y al efecto de cambiante claroscurismo al que se ve sometida. El conflicto entre norma y libertad expresiva, propio de la plenitud del Barroco, ya es advertible en el modo de mesurar el conjunto.
monumento
Situada en la Alameda, la iglesia o Ermita de Santa Susana se debe al obispo Gelmírez, quien hizo traer desde Braga el cuerpo de la santa. Está situada en lo alto del castro al que da nombre. De esta antigua construcción únicamente se conserva un sencillo pórtico, con columnas abocinadas y algunos canes. Fue reconstruida en el siglo XVIII.
obra
La fachada de este templo gótico corresponde al siglo XVI, realizándola en 1593 Bernardo Buontalenti en estilo barroco. Se divide en tres calles separadas por pilastras corintias finalizadas con un amplio friso, coronándose la calle principal con un segundo cuerpo rematado con un frontón triangular. Sobra cada una de las tres puertas -la central más elevada- encontramos un frontón, semicirculares los laterales y triangular el central. Cada una de esas puertas laterales tiene encina una ventana con sendos frontones partidos coronando el esquema de las calles adyacentes. El cuerpo superior queda enmarcado con dos pilastras y el centro se abre un amplio óculo que permite el paso de la luz al interior del templo.