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monumento
<p>De la construcción anterior, del siglo XIII, sólo queda la torre de tipo militar. La iglesia actual es de fines del siglo XV. Tiene tres naves con sus tres ábsides precedidos del crucero y un bellísimo rosetón gótico. Lo más destacable es su portada principal con escudos y emblemas reales, que es tardogótica, y que se concluyó en 1515. De ella destacan también las hojas de madera de sus puertas de acceso(renacentistas), la escalera gótico-flamígera de subida al coro alto y el púlpito renacentista construido en nogal tallado por Miguel de Espinosa y Juan de Cambray.</p>
monumento
Sangüesa es una de las ciudades navarras por las que pasa el Camino de Santiago. La Rúa Mayor es el eje del camino en la ciudad y al final de esta, cerca del puente, se encuentra la espectacular Colegiata de Santa María la Real. Es un templo con planta de cruz latina, tres naves finalizadas en tres ábsides y una majestuosa torre, rematada por una flecha del siglo XIII, uno de los símbolos de la ciudad. Pero lo más impresionante es la portada que decora la fachada lateral, realizada en el siglo XII por el maestro Leodegarius.
monumento
<p>La Colegiata de Santa María la Real de Sasamón es una de las construcciones más interesantes del gótico clásico. Sobresale la sensacional cabecera, con cinco capillas poligonales, doble nave de crucero con cinco tramos, pilares cilíndricos con columnas adosadas y arbotantes. El cuerpo de la iglesia consta de cinco naves divididas en cinco tramos, apreciándose en todo el conjunto la influencia de la catedral burgalesa. En el centro del crucero se erige una torre de planta rectangular con ventanales góticos y remate de pináculos. El claustro adosado a la nave del Evangelio fue realizado en el siglo XV por Juan de Colonia, destacando los sensacionales capiteles. En la portada del crucero encontramos una de las decoraciones escultóricas más interesantes de esta época, relacionándose con la portada del Sarmental.</p>
obra
La iglesia de Santa María de Laach, construida lentamente a lo largo de todo el siglo XII, aplicará todas las experiencias arquitectónicas otonianas y su forma definitiva nos hará recordar el prototipo bipolarizado del Hildesheim otoniano en la rotundidad de los volúmenes de naves, torres, cruceros y coros, aunque tratados en su epidermis paramental con este nuevo lenguaje mural en el que destacan los sólidos volúmenes de torres, cimborrios, transeptos y los dobles ábsides que enmarcan la típica configuración bipolar, auténtica invariante nacional.
obra
La iglesia de Temanza, situada en un cruce de canales en Venecia, es casi una rótula que cumple y acoge funciones urbanísticas. Su rotundidad cilíndrica, la importancia concedida al muro, la cúpula y el pórtico con frontón, la acercan más a la arquitectura romana que a la tradición veneciana y palladiana. Pero no debe olvidarse que Temanza había sido formado como arquitecto por Scalfarotto, cuya iglesia de San Simeon Piccolo de Venecia (1718) es uno de los más tempranos ejemplos de síntesis entre clasicismo romano y neopalladianismo.
monumento
La iglesia parroquial de la localidad navarra de Enériz, estrechamente vinculada al camino de Santiago procedente de Somport, está dedicada a Santa María Magdalena, por lo que se piensa que estaría relacionada con un hospital de peregrinos. Se trata de un templo construido en 1765, que conserva en su interior un magnífico retablo de estilo romanista ejecutado en 1622.
museo
El edificio se inició por los dominicos en los últimos años del siglo XIII. Es una estructura que en su arcada exterior -de mármol blanco y verde- recuerda a modelos arabizantes. La fachada fue terminada en el XV por León Bautista Alberti, conjugando elementos hasta elaborar una obra que parece de marquetería. Frente a esta portada de sabor renacentista, el campanil presenta su airosa figura, más grácil y austera. El interior es sorprendente. Se trata de un espacio de sabor cisterciense, y de notable luminosidad. Estamos en uno de los núcleos artísticos florentinos de mayor intensidad. En medio de la nave cuelga un suntuoso crucifijo, restaurado recientemente, que es obra de Giotto. En el presbiterio se muestran los excelentes frescos de Domenico Ghirlandaio. Son la obra maestra de este artista, cuyos restos reposan en el cementerio que está al lado de la iglesia. El visitante se ubica detrás del altar y tiene enfrente, a su izquierda y a la derecha unas pinturas soberbias, relativas a la vida de la Virgen María y de San Juan Bautista, principalmente. Es una bellísima galería de retratos de hombres y mujeres de la Florencia del siglo XV, con un magnífico colorido y un virtuosismo indudable. A uno y otro lado del presbiterio se encuentran a la izquierda la capilla Gondi, con un crucifijo famoso, debido a Brunelleschi y a la derecha la capilla de Filippo Strozzi, con unos aparatosos frescos de Filippino Lippi. En la mitad de la nave lateral izquierda se presenta un fresco magnífico de Masaccio: La Trinidad. De él se valora especialmente su organización espacial y el uso refinado de la perspectiva. El púlpito de mármol, en la columna de la izquierda, es también excelente, obra de Brunelleschi. Aún hay más elementos de valor en este conjunto religioso. Cabe citar el Claustro Verde, de formas románicas, con frescos de Paolo Ucello, y la Capilla de los Españoles, que debe su nombre a que en el siglo XVI era frecuentada por Leonor de Toledo y su séquito. Tiene excelentes frescos de Andrea Bounaiuto.
obra
La fachada de Santa María Novella en Florencia es una fachada a modo de telón, delante de una iglesia gótica. Estaba ya realizada la parte del basamento, con los nichos de las tumbas, las puertas laterales e incluso los arcos ciegos del primer cuerpo. Alberti la tomará como punto de partida para construir el resto, de acuerdo con el nuevo sistema. El comitente de la obra será Giovanni Rucellai, coleccionista y amante de las artes, cuyo nombre aparece, junto a la fecha 1470, en la inscripción del entablamento. La fachada se divide en dos cuerpos. El cuadrado, empleado como módulo para las proporciones, tiene una escala menor en el cuerpo inferior de la fachada, y toda ella se puede inscribir en un cuadrado. Ese motivo resulta dibujado en ambos cuerpos mediante la taracea de mármoles de colores, recurso cromático con el que se expresa esa armonía entre las partes que es fundamento de la arquitectura de Alberti. En esta fachada Alberti emplea las columnas con un claro sentido ornamental. Sirven, por ejemplo, para enmarcar la puerta y, por lo tanto, el eje central del edificio. Además de la columna, el empleo de un frontón clásico es otro elemento tomado del repertorio ofrecido por la Antigüedad, así como la entrada, que recuerda compositivamente al Panteón de Roma. La relación armónica entre el ancho cuerpo inferior y el, mucho más estrecho, cuerpo superior de esta fachada, la resolvió el arquitecto con dos aletones, motivo de gran repercusión en la arquitectura religiosa del siglo XVI. Lo que hace de esta fachada una obra emblemática del primer Renacimiento es que Alberti consiguió incorporar la tradición de un edificio gótico ya construido, integrando elementos como el rosetón o las puertas laterales, en un nuevo diseño caracterizado por la armonía existente entre las partes y de las partes con respecto al todo.