Busqueda de contenidos

obra
Esta sucesión de arquillos ligeros recercados con alfiz corrido de la iglesia de San Miguel de la Escalada es una clara adaptación de la arquitectura musulmana a edificios cristianos, aunque también se apunta acierta influencia bizantina en las iglesias al norte del río Duero. Se realizó en dos fases, posteriores a la construcción de la iglesia, y aprovecha fustes y capiteles de tipo bizantino leonés, cuyas alturas se regularizan en el nivel de las impostas. Es una arquitectura esencialmente ornamental, sin grandes preocupaciones por la solidez constructiva, destinada a provocar la admiración por el alarde de la esbeltez de los soportes y la elegancia del trazado geométrico.
obra
Parece que el edificio visigodo de San Miguel de Escalada tenía un perímetro exterior semejante, ya que el conjunto de las tres naves forma un cuadrado de 12 metros de lado y el crucero tiene 4,80 metros de ancho, dentro del sistema de medidas visigodo. Sobre esta base se hizo la nueva distribución mozárabe de las naves y se añadieron las capillas; se mantuvo el vano de la puerta sur del crucero, pero se tabicaron el del lado norte y el de los pies, con la misma fábrica que los restantes muros.
monumento
Algo separada del núcleo urbano de Cizur Menor se alza la iglesia de San Miguel Arcángel, único resto de un monasterio fundado por la Orden de San Juan de Jerusalén, que también contaba con un hospital para los peregrinos que se dirigían a Santiago. Se trata de un templo con una sola nave, cubierta con bóveda de cañón apuntado que se refuerza con arcos fajones. En el tímpano de la portada de la iglesia, con el abocinamiento característico del románico, encontramos un crismón circular con seis brazos. El claustro del monasterio tenía planta pentagonal y fue construido entre 1253 y 1263; actualmente está en ruinas.
monumento
Fechada en el siglo XVI, sus ruinas dan una idea de la robustez y fortaleza que debía tener el recinto sacro, ya que a pesar de estar casi derruida, aún sobresale del resto de edificaciones de Tiermas.
monumento
La iglesia de San Miguel se ubica en uno de los nuevos barrios surgidos en Estella como consecuencia de la expansión de la ciudad, el cual no está situado junto a la Rúa de los Peregrinos, sino al otro lado del río. Dicho barrio o de San Miguel se constituye en 1187, alrededor de un antiguo mercado, de acuerdo con un documento de Sancho el Sabio de Navarra. El edificio posee una cabecera triconque románica y tres naves más avanzadas cuyos alzados presentan claro influjo cisterciense, localizándose la escultura en las ventanas de los ábsides, en la puerta sur y en la puerta norte, aunque nos interesa esencialmente la correspondiente a los ábsides y puerta norte, ya que la de la puerta sur está integrada por capiteles vegetales sin demasiado interés. Los diferentes volúmenes del edificio se pueden apreciar con claridad, contrastando las formas semicilíndricas de los ábsides con la horizontalidad de naves y pórticos, dispuestos escalonadamente y de forma contrapuesta. Los muros del transepto y naves se articulan a través de contrafuertes reforzados por gruesos arbotantes en el tramo de los pies.
obra
La gran basílica de Hildesheim es obra personal del gran prohombre de estado Bernwad, consejero de la emperatriz Teófanu y mentor de Otón III. Compatibilizaba sus cargos cortesanos con el de obispo de Hildesheim entre 993 y 1022. Fundó la iglesia abacial de san Miguel en 996 y, aquí, se hará enterrar, en un sarcófago esculpido. Conocemos una serie de referencias cronológicas que nos permiten fijar con cierto detalle su proceso constructivo: un epígrafe que nos permiten fijar con cierto detalle su proceso constructivo: un epígrafe fundacional señala el inicio de los trabajos en 1010, aunque algunos especialistas sostienen que las obras estaban ya en curso desde hacía tiempo; la cripta occidental se consagró en 1015 y aún conocemos dos fechas de consagración más, 1022 y 1033. Desde este momento se inician las calamidades del edificio, se suceden los incendios y destrucciones hasta el gran desastre de 1945. Una meticulosa restauración nos permite contemplar en la actualidad una académica e historicista imagen de un edificio otoniano: rotundos y macizos volúmenes exteriores contienen una luminosa y amplia diafanidad espacial interior. Sin entrar en polémicas disquisiciones, propias de especialistas, podemos considerar que este templo representa un arquetipo que, asumiendo experiencias que tienen su origen en la arquitectura carolingia, codifica una serie de formas que se van a convertir en invariantes castizas de los edificios germánicos durante los tres siglos siguientes. Planta y volumen denuncian una clara articulación de sus partes mediante una precisa proyección en cuadrícula. El espacio originado por el cruce de la nave central y el transepto es un cuadro, que será utilizado como un elemento modular básico en la definición proporcional de los diferentes espacios del conjunto. Veíamos ya en el mundo carolingio este deseo de conseguir una proyección de la arquitectura siguiendo un sistema modular ordenador. Pero, sin duda, lo que convierte a Hildesheim en arquetipo por antonomasia es la organización de su conjunto templario con un nítido sentido bipolar llevado a sus más extremas consecuencias. También es ésta una experiencia carolingia que los arquitectos otonianos elaboraron hasta convertirla en una fórmula armónica y definitiva que, por clásica, se mantendrá en los templos renanos durante siglos. Los dos ábsides contrapuestos, el occidental sobre una gran cripta con deambulario, reciben un tratamiento idéntico al articularles sendos cruceros. De esta manera, la bipolaridad alcanza una gran monumentalidad, pues los transeptos, además de ser una gran nave transversal que comunica a igual altura con los cuatro brazos de la cruz, poseían una gran torre cargando sobre su intersección.