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obra
Fotografía cedida por la Sociedade Anónima de Xestión do Plan Xacobeo
monumento
<p>En Samos, la Iglesia de San Martiño do Real es uno de los monumentos románicos más bellos que completan su entramado medieval. Construida en piedra pizarrosa, está levantada sobre una nave rectangular que se remata con un ábside de tramo recto y testero redondo, con arco triunfal irregular.</p><p>Posiblemente se asienta sobre un antiguo monasterio bajo la advocación de San Esteban y San Martín, en tiempos del rey Fruela I, el Cruel, rey de Oviedo de 757 a 768, el cual favoreció el repoblamiento a orillas del río Sarria y restauró el Monasterio de Samos, al que fue anexionado en el 822. Su dedicación a San Martín está, sin duda, relacionada con la figura de San Martín de Dumio, el cual propició el asentamiento de comunidades monásticas en el siglo VI por estas tierras de Samos.</p>
monumento
San Mateo nos ofrece una obra del siglo XVI, aunque existiera una iglesia anterior. Es de una nave rectangular de cuatro tramos y cabecera recta, más algunas capillas laterales. Las bóvedas son de crucería de gran altura, conterceletes. Intervienen en su construcción importantes arquitectos como Esteban de Lazcano, Pedro de Ybarra, Pedreo de Marquina, Luis Moreno o Guillén Ferrant, quien traza la portada renacentista de los pies en 1549. La torre es del siglo XVIII, al igual que el retablo mayor, obra de Vicente Barbadillo.
obra
Mauro Codussi es el responsable de los diseños de esta blanca iglesia realizada con piedra calcárea procedente de Istria. Se trata del primer ejemplo renacentista en Venecia. A su lado se levantó en 1530 la Capilla Emiliana, con planta hexagonal.
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El interior del templo destaca por su ligereza, consiguiendo Codussi aportar al edificio de un aspecto etéreo, empleando columnas con capiteles decorados con motivos florales y geométricos.
monumento
<p>El monasterio de los monjes camaldulenses, construido en 1469, es una de las primera obras realizadas por el arquitecto Mauro Codussi y se trata de la primera obra renacentista hecha en Venecia. Para su construcción se empleó piedra calcárea de Istria. El interior del templo destaca por su ligereza, consiguiendo Codussi aportar al edificio de un aspecto etéreo, empleando columnas con capiteles decorados con motivos florales y geométricos. La capilla Emiliana, edificada en 1530, tiene forma hexagonal y sobresale por encima de la sobria fachada blanca de la iglesia. En época de Napoleón, el monasterio de San Michele, del que formaba parte el templo, cambió su uso al destinarse estos terrenos a cementerio, ya que a causa del agua, en la ciudad no se podían realizar los enterramientos a mucha profundidad.</p>