Este formidable fresco del Pantocrátor ocupaba gran parte del ábside de la iglesia de San Clemente de Tahúll; surgiendo de un fondo azul, Cristo sujeta con la mano izquierda el libro de las Escrituras en el que se puede leer "Ego sum lux mundi" y con la mano derecha hace la señal de bendición. El rostro de Jesús presenta sus hieráticos rasgos estilizados, dividiendo la nariz su faz en dos partes simétricas; sus ojos negros se remarcan tanto por los párpados como por las cejas, mientras que los curvos bigotes enmarcan los labios, dirigiéndose hacia las ondulaciones de la barba que repiten las formas del cabello. El Pantocrátor está inscrito en la mandorla mística y aparecen la primera y última letra del alfabeto griego (alfa y omega) como símbolo del principio y el fin de todas las cosas. El resto de la pared está decorado con un fondo estructurado en tres zonas: en el superior, rodeando a la mandorla, se sitúa el tetramorfos, los cuatro evangelistas encarnados en ángeles para sostener sus símbolos, acompañados de un serafín y un querubín; en la zona intermedia aparecen cinco apóstoles y la Virgen bajo unos arcos figurados; en el inferior quedan restos de decoración ornamental. Junto con el tímpano de Vézelay, es una de las representaciones más grandiosas de lo divino en el románico.
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La iglesia parroquial de Reliegos está dedicada a San Cornelio y San Cipriano, personajes de la primitiva iglesia cristiana unidos en su lucha contra la herejía libelática. Sin embargo la construcción debió a llevarse a cabo durante la época de repoblación de Reliegos, entre los siglos IX y X, en que estos dos santos recibían un culto común. El templo primitivo fue objeto de reformas posteriores.
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Iglesia románica dedicada a San Cosme y San Damián. Aunque es de origen románico, fue reformada en el siglo XVI en estilo gótico tardío. Su planta es de cruz latina, con bóveda de cañón en la parte más antigua y bóveda de crucería estrellada cubriendo el resto de la nave. El conjunto se completa con un ábside poligonal del siglo XVI y una torre cuadrada sencilla. En el interior destaca un retablo romanista, que ha sufrido varias transformaciones.
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Iglesia construida entre los siglos XV - XVI. Destaca la portada renacentista de Juan de Vallejo y el retablo mayor barroco. En uno de los laterales se puede ver el sepulcro del famoso rejero Cristóbal de Andino. El retablo mayor fue trazado por Policarpo de Nestosa en 1675, en estilo barroco con madera dorada y policromada, y representa a San Cosme y San Damián, mártires del siglo IV. La nave tiene tres cuerpos, con el central de mayor anchura y dividido, a su vez, por tres calles. Alberga esculturas de santos y escenas de la vida de la Virgen. Ha sido restaurada recientemente.