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monumento
La Real Academia Militar de Luis XV fue fundada en 1751 con la misión de educar a 500 hijos de oficiales indigentes. Luis XV y Madame de Pompadour encargaron al arquitecto Ange- Jacques Gabriel el diseño de un edificio que rivalizase con el Hôtel des Invalides, de Luis XIV. El palacio se financió mediante una lotería y un impuesto sobre juegos de cartas. El edificio se cierra al sur con la perspectiva del Campo de Marte y su fachada cuenta con dos órdenes de ventanas. Uno de sus rasgos destacados es el pabellón central, magnífico ejemplo del estilo clásico francés, con diez columnas corintias y una cúpula cuadrangular. Las cuatro figuras que adornan el friso simbolizan Francia, la Victoria, la Fuerza y la Paz. En la parte posterior, desde la plaza Fontenoy, es posible divisar el elegante Patio del Honor, con su pórtico de columnas dóricas pareadas y la fachada formada por tres pabellones unidos entre sí por dos alas con columnas. En este palacio, destinado actualmente a Colegio Militar, estudió en 1784 Napoleón Bonaparte.
monumento
La Escuela de la Colonia Güell fue proyectada entre 1910 y 1911 por Francesc Berenguer. El arquitecto unió los dos cuerpos de la construcción mediante un gran arco decorado con elementos curvilíneos escalonados. La Casa del Maestro es más original debido, sin duda, a un torreón con almenas y un pináculo cónico recubierto de cerámica vidriada verde, que recuerda al de un castillo medieval. Ambas construcciones tienen un gran carácter volumétrico.
obra
En las Escuelas Aguirre de Madrid Rodríguez Ayuso presenta su repertorio de soluciones ornamentales y decorativas.
monumento
El neomudéjar tiene dos principios inmutables sobre los que se desarrolla: el uso del ladrillo como material principal de la construcción y la utilización decorativa a base del juego de verdugadas en la pared con motivos de lazos, rombos, dientes de sierra, etcétera. Rodríguez Ayuso se convierte en el gran difusor del nuevo estilo. En las Escuelas Aguirre de Madrid presenta su repertorio de soluciones ornamentales y decorativas. En la actualidad este impresionante edificio acoge dependencias municipales del Ayuntamiento de Madrid.
contexto
Con el progresivo abandono por parte de los monasterios de las actividades docentes, fueron cobrando importancia las escuelas catedralicias o capitulares, dependientes del obispo. En 1073 Gregorio VII ordenaba la renovación de los estudios de artes en todas las escuelas episcopales, al considerar que era éste un elemento fundamental para el éxito de la propia reforma. La medida, continuada por otros Pontífices, fue culminada por Alejandro III en el III Concilio de Letrán, donde se decidió reservar una plaza para el cargo de maestrescuela (scholasticus, cancelarius o primicerius) en todos los cabildos catedralicios. El concilio también reguló la concesión por parte de los obispos de la oportuna "licentia docendi" a todos aquellos maestros que hubiesen sido declarados aptos, insistiendo siempre en la gratuidad de la instrucción dada a los clérigos. El ejercicio de la citada "licentia docendi", regulado ya en el sínodo de Rouen de 1074 al objeto de evitar desviaciones doctrinales, estaba en principio referido al simple ámbito diocesano, si bien resultó inevitable que fuera ampliándose progresivamente a otros territorios. El intento por restringir su aplicación resultó a la postre infructuoso, aunque permitió sistematizar los grados académicos y recortar cada vez más el carácter gratuito de la enseñanza. La importancia de las escuelas episcopales estuvo ligada desde casi el principio a la calidad de sus profesores y al prestigio de la sede titular. Localizada por lo general en el claustro y con una clara finalidad religiosa, la enseñanza de cada una de las escuelas fue adquiriendo con el tiempo, sin embargo, cierta especialización, dictada por la personalidad de los propios maestros. Tal fue el caso de Chartres con la filosofía, París con la dialéctica, Orleans con la gramática y retórica, etc. Aparte de las escuelas episcopales, cuyos ejemplos más importantes se situaban en las regiones entre el Loira y el Mosela, existían en Italia, donde la civilización del escrito jamás desapareció, gran número de escuelas laicas. A diferencia de las catedralicias, estas escuelas, privadas o municipales, impartían sobre todo saberes utilitarios (lectura, escritura, retórica, contabilidad, derecho, medicina, etc.), destinados a los importantes elementos de la burguesía ciudadana. Mantua, Verona, Vercelli, Milán, Piacenza, Cremona y Ravena contaban con centros de este tipo, si bien los ejemplos más destacados parecen haber sido los de Pavía y, desde fines del XI, Bolonia, ambos especializados en la formación de juristas (iusperiti). Modelo similar al italiano presentaba la escuela de Montpellier, centrada en la medicina y dependiente a su vez del importante foco de Salerno.
contexto
Un personaje de transición, a mitad de camino entre el ocaso otónida y el renacimiento del siglo XII fue san Anselmo. Nacido en 1033 en Piamonte, fue abad del monasterio de Bec en 1078 y arzobispo de Canterbury a partir de 1093, ciudad en donde murió en 1109. Autor de numerosísimas cartas y diversos tratados -"Monologion" (1076), "Proslogion" y "Cur Deus homo?" (1098)-, buscó conciliar en sus obras la fe y la razón como fuentes del conocimiento. De formación agustiniana, no poseía aún el instrumental metafísico propio de los escolásticos, por lo que se limitó a aplicar la reflexión lógica a los misterios de la fe. A tal método corresponden, por ejemplo, sus famosas pruebas sobre la existencia de Dios. Modelo de la gran eclosión vivida por los nuevos centros catedralicios es en cambio la denominada escuela de San Víctor en París, centro de una importante congregación de canónigos regulares. Su fundador, Guillermo de Champeaux (muerto en 1122), fue un destacado promotor de la corriente realista y contó entre sus alumnos al genial Abelardo. Sin embargo, su discípulo más destacado fue Hugo de San Víctor (muerto en 1141), autor de un importante tratado teológico -"De sacramentis"-, y sobre todo de una nueva concepción de la jerarquía de los saberes y los métodos de enseñanza, tal y como expone en su "Didascalion". Discípulo del anterior fue Ricardo de San Víctor (muerto en 1173), autor del "De gratia contemplationis" y "De praeparatione animi ad contemplationem", obras en las que demuestra ser el principal místico de su tiempo. En otro de sus escritos, el "De Trinitate", adopta la perspectiva de San Anselmo, al considerar a la razón como instrumento probatorio de la fe. Aparte de autores menores como Godofredo y Gualterio de San Víctor, ciertos personajes de indudable talla intelectual estuvieron también ligados directa o indirectamente a la escuela parisina. Así el propio san Bernardo (muerto en 1153) en sus importantes escritos de carácter místico y, sobre todo, Guillermo de Saint Thierry (muerto en 1148), quien en su "De contemplando Deo" y "De natura et dignitatis amore" se hace eco de concepciones platonizantes afirmando de nuevo el método racional como el más idóneo pare acercarse a la trascendencia. De la escuela episcopal de Chartres se ha dicho con exageración que se caracterizaría por una fuerte tendencia platónica, lo que en verdad no resulta acertado teniendo en cuenta la enorme disparidad de sus autores. Si es correcto afirmar en cambio que la mayoría se centraron en la naturaleza y el hombre como imágenes de la creación, tendencia ésta que se manifiesta incluso en los primeros intelectuales de la escuela. Así los casos de Fulberto (muerto en 1028) e Ivo de Chartres (muerto en 1115), defensores del concepto de hombre como microcosmos. De Bernardo de Chartres, "magíster" de la escuela entre 1124-1126, no se conservan sus obras, pero su importancia queda de manifiesto por sus principales discípulos: su hermano Thierry, Juan de Salisbury y Guillermo de Conches. Su contemporáneo y sucesor en el cargo, Gilberto de la Porrée (muerto en 1140) fue un importante teólogo y metafísico, también de la corriente llamada realista. Su "De sex principiis", interpretación de la lógica aristotélica, llegaría a convertirse entre los siglos XIII-XV en un manual básico de las facultades de artes. Asimismo comentó a Boecio en su "De Trinitate", rozando en ocasiones la heterodoxia. El ya citado Thierry de Chartres, sucesor de Gilberto como canciller entre 1140-1155, sistematizó la enseñanza del "trivium" y el "quadrivium", abordando el problema de las causas del universo en su "Heptateuchon". Guillermo de Conches elaboró por su parte en su "Philosophia mundi" una suerte de enciclopedia científica, dado su interés por la anatomía y la fisiología. Su discípulo, y de Bernardo de Chartres, Juan de Salisbury (muerto en 1180), fuente insustituible en sus numerosas cartas para conocer la vida diaria y los métodos de trabajo de la escuela, es autor del "Metalogicom", en el que se demuestra sus amplios conocimientos de la lógica aristotélica, que llegó ya a conocer completa (Logica nova). Mas su obra de mayor interés es el "Policraticus", uno de los primeros tratados medievales sobre la ética del poder y la teoría política. También ligados a la escuela de Chartres cabe citar, finalmente, a Honorio de Autun, autor del "Elucidarium" (c. 1130), en la línea del "Didascalion" de Hugo de San Víctor; a Gerhoh de Reichersberg (muerto en 1169) con su "Liber de aedificio Dei" y a Alano de Lille (muerto en 1203) con su "De planctu naturae". Figura también interesante es Adelardo de Bath (muerto en 1130), formado en las escuelas de Laon y Tours y autor de las "Quaestiones naturales" y "De eodem et diverso", sobre anatomía y fisiología humanas.
obra
Comenzadas a construir en 1.428, las Escuelas Menores fueron uno de los principales centros educativos de Salamanca. En su interior cuentan con un magnífico patio, actualmente usado para exposiciones temporales de arte. El patio es sencillo y equilibrado, muy imitado en otros edificios de la ciudad. Las galerías están rematadas con una balaustrada de factura barroca. El acceso al Claustro se realiza mediante dos arcos de medio punto apoyados en capiteles corintios. Tres escudos, representación del Emperador Carlos V, completan el conjunto.