Las escenas costumbristas sevillanas se dividen en asuntos festivos digamos "oficiales" -ferias, procesiones, desfiles- y escenas populares como esta composición en la que observamos el interior de una taberna sevillana de la época, donde encontramos un cuadro de baile -a la izquierda- y una partida de cartas -a la derecha-. En esta ocasión, el dibujo no es tan difuminado, aunque Domínguez retrata de una forma magistral la clase popular sevillana y sus diversiones. A pesar de esa difuminación, Domínguez consigue unos excelentes detalles como observamos en los vestidos, las cartas o el mantel, demostrando su habilidad para coordinar los gestos y las actitudes de todos los personajes. Gracias a planos alternantes de luz y sombra, el pintor consigue en la escena una interesante profundidad espacial que remata con una vista de las típicas casas populares andaluzas, con una parra y una pareja flirteando.
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La Villa imperial de Piazza Armerina situada en un valle del sur de Sicilia, cercano a Caltagirone, estaba decorada con unos tres mil metros cuadrados de mosaicos. Este es uno de ellos, y en él se puede observar la fuerte influencia africana tan manifiesta que no se ha dudado en afirmar que los artífices de estos mosaicos procedían de Cartago y Constantina. Junto a esta escena, otras de temática mitológica, cacerías, circo o deporte, programa decorativo típico de las casas señoriales del norte de Africa.
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Las cerámicas con representaciones de carácter erótico son comunes en la costa norte del Perú, habiéndose desarrollado ya en la más temprana cultura Moche. De gran expresividad y realismo, encontramos en ellas todo un muestrario de posturas y actitudes en relación con el tema.
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En el año1923, Dalí está investigando todas las tendencias de vanguardia. En concreto, en esta obra se pueden apreciar las siguientes influencias: en primer lugar, el recuerdo del arte simbolista a través de Romero de Torres; además, la versión actualizada que había ofrecido Picasso en su llamada etapa azul. Pero existen determinados elementos ajenos a ese ideario simbolista. Por ejemplo, la reducción significativa de los rasgos que definen los rostros había sido formulada por Rafael Barradas y su clownismo. Hay también una sutil referencia al cubismo en la guitarra plana. En cuanto a la temática general de la obra se puede poner en relación con una cierta "moda" que habían practicado algunos pintores que trabajaban en Madrid entonces. En efecto, la miseria, el suburbio, el arrabal habían sido ya sugeridos como tema de la pintura por Aureliano de Beruete o Carlos Sáenz de Tejada.
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Se trata de uno de los ejemplos más destacados de la pintura mural micénica. Procede del palacio de Pilos, y representa la lucha entre los guerreros micénicos y unos bárbaros ataviados con pieles. Las figuras, muy estereotipadas, se resaltan sobre un fondo azul sin ningún orden espacial.
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Nos encontramos ante una de las primeras obras realizadas por Rembrandt. Estaría fechada en 1626, alejado ya el joven pintor del taller de su maestro, Pieter Lastman, aunque lógicamente se observan restos de su influencia en la escena. La temática a la que se refiere es algo enigmática, pudiendo tratarse de dos temas: la clemencia del Emperador Tito - que liberó a dos patricios que habían conspirado contra él - o la historia de Palamedes, acusado de traición y lapidado por Agamenón a pesar de que las pruebas acusatorias habían sido preparadas por Ulises. Lastman estaba especializado en temas históricos y Rembrandt continua con esta temática y con las características más importantes de su maestro como el vivo y acentuado colorido, la abundancia de figuras en la composición o los fondos arquitectónicos, herederos del Renacimiento italiano. La novedad que incluye el pintor de Leiden la encontramos en la fuerte luz empleada, provocando una fuerte sombra que otorga mayor dramatismo a la imagen. Lo más destacable de esta escena serían los detalles de los ropajes de los personajes, perfectamente conseguidas las calidades de las telas mientras que las figuras son estáticas y torpes, dando la impresión de que estamos ante una escena teatral. Rembrandt desea hacer una importante escena histórica para situarse a la altura de su maestro pero aún no sabe representarla perfectamente.